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Silvina Gvirt, enseñanza y filosofías de la enseñanza, Transcripciones de Humanidades

Capitulo 5 del texto Silvina Gvirtz sobre la enseñanza

Tipo: Transcripciones

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Subido el 18/04/2020

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¡Descarga Silvina Gvirt, enseñanza y filosofías de la enseñanza y más Transcripciones en PDF de Humanidades solo en Docsity! 1 El ABC de la tarea docente: currículum y enseñanza Por Gvirtz, Silvina y Palamidessi, Mariano. Editorial AIQUE. Capital Federal. Primera edición: 1998. Este material es de uso exclusivamente didáctico. 2 Índice general Presentación……………………………………………………………………………………………9 PRIMERA PARTE Capítulo 1. La construcción social del contenido a enseñar. ………………………………..……17 Algunas preguntas iniciales…………………….……………………………………………17 I. CONTENIDOS Y CULTURAS…………………….………………………………………………18 ¿A qué llamamos "contenidos"?…………………………………….………………………………... 18 ¿Contenido = conocimientos? ………………………………..………………………………………. 20 La cultura…………………………………………..…………………………………………………..20 ¿Cultura o culturas? ………………………………………….………………………….…………….22 Culturas, identidades, especializaciones. …………….………………………………………….……23 El contenido a enseñar es el producto de un proceso de selección cultural………….………………..24 II. PROCESOS, ACTORES E INSTITUCIONES QUE DETERMINAN LOS CONTENIDOS A ENSEÑAR. ………………………………………………………………………26 Cultura, poderes y autoridad. ……………………………………………………………………….. ..26 Campos que intervienen en la producción y la selección político-cultural del contenido a enseñar. …28 La divisi6n social del trabajo pedagógico………………………….………………………………… 32 "Traducción", "transposición" o "recontextualización": la construcción del mensaje pedagógico……………………………………………………………………………..…34 "Traduttore, traditore"………………………………………………..……………………………….. 35 Textos pedagógicos: currículum y textos escolares. …………………………………………..…….. 36 La traducción y la interpretación de los docentes: del contenido a enseñar al contenido enseñado………………………………………………………………………………………………..37 III. ALGUNOS PROBLEMAS RELATIVOS A LASELECCIÓN, LA ORGANIZACIÓN Y LA DISTRIBUCIÓN DEL CONTENIDO A ENSEÑAR…………………………………..………39 La distribución social del contenido …………………………………..………………………………39 Los contenidos básicos y comunes para todos. …………………………………………..………….. 40 La integraci6n de los contenidos. ……………………………………………………..………………42 Notas.………………………………………………………………………..…………………………45 Capítulo 2. La escuela siempre enseña. Nuevas y viejas conceptualizaciones sobre el currículum…….................................................................................................................................... 49 Para entrar en tema. …………………………………..……………………………………………… 49 Breve pero significativo recorrido por el diccionario. ……………………………………………..…50 Una acepción dada por el uso: el currículum es una norma oficial escrita………………..…………..54 Primera concepción desde la perspectiva pedagógica: el currículum es un modelo de la práctica………………………………………………………………………………………………...55 a. El currículum es un cuerpo organizado de conocimientos ……………….………………...56 b. El currículum es una declaración de objetivos de aprendizaje. …………………….....…...56 c. El currículum es un plan integral para la enseñanza. . ………...…..……………………….57 Primera ampliación de la concepción modélica: el currículum es el conjunto de experiencias formativas ………………………………………………………………………………………..........60 La perspectiva sociológica: el currículum es una compleja realidad socializadora.……….………….62 a. El currículum oculto. …………………………………………………………………….. 64 b. El currículum como articulación de prácticas diversas ………………………….………..66 5 Capítulo 7. Otras enseñanzas: disciplina, autoridad, convivencia……………………………….211 Escenas de la vida cotidiana.……………………….………..………………… ……………………211 ¿Por qué hablar de estos temas en este libro? ……………………………..…………….……… …. 212 La violencia en la escuela. ………………….……………………………… ………………………213 Enseñar es un modo de influir, de ejercer poder. ………………………………………….………...215 Gobierno de los otros y gobierno de sí mismo. ………………………………………..…….…… .. 216 Las "enseñanzas" de la enseñanza. …………………….…………………………… ……………...218 El ejercicio del poder en la escuela y los distintos modos de influir sobre las conductas de las personas………………………………………………………………………………………………218 a. Los premios………………………………………..……………………………………………... 219 b. La vigilancia. ……………….…………………………………… ……………………………… 220 c. Los castigos. …………….………………………………….… …………………………………. 221 Las enseñanzas morales y políticas de la escuela tradicional.…………………………………….….224 El género……………………….……………..……...……………………………………………… 224 El patriotismo. …………………………….………………………………………………………...,225 Las buenas costumbres. …….……………………….…………………… …………………………226 El deber y la obediencia………………………………………..…………………………………….226 El debilitamiento del orden y los procedimientos tradicionales. ………………………………..…..227 La construcción de un orden democrático de convivencia en la escuela. …………………..……….229 Algunas ideas prácticas. …………………………………….……………………………………….230 El juego de la autoridad pedagógica: intervención y retirada ……………………………….…….…232 Notas….……………….………………………… …………………………………….…………….234 Capítulo 8. Formas de evaluar………………………………….………………………………… 239 ¿Qué es evaluar? ……………………………………………….…………………………...……… 239 La evaluación en la enseñanza. …………..……………………………………… ………………… 241 Situación 1….……..………………………………………… ………………………………………242 Situación 2….……………………………………………………..………………………………… 243 Primer modelo: evaluar es medir productos de aprendizaje para calificar a los aprendices………....244 Segundo modelo: la evaluación es un juicio complejo acerca del desempeño de los aprendices y las estrategias de enseñanza.…….…………………………… .......248 Dos modos de evaluar, dos tipos de ejercicio del poder. ……………………………………….…...251 Nuevos evaluados, nuevas funciones de la evaluación: tres tipos posibles de funciones…….…….. 252 ¿La evaluación determina el currículum y la enseñanza? La autonomía de las escuelas y la cuestión de la acreditación…………….……………………….. 257 Necesidad de renovar la evaluación. ………………………………..………………………………..260 Notas…………………………..…………....………… ……………………………………………. 264 Capítulo 9. A modo de conclusión. ………….……………………………………… ……………269 Nostálgicos y futuristas…..……………………………………………… …………………………269 Afirmar/transformar la tarea docente. ………………….……………………………… …………. 272 Notas…………………………………………………….…………………….…………………… 274 Índice temático-alfabético…………….…………………………………… ………………………. 275 6 Silvina, Gvirtz y Mariano, Palamidessi. El ABC de la Tarea Docente: Currículum y Enseñanza. Grupo Editor Aique, 1998, Capital Federal. Capítulo 5 Enseñanza y filosofías de la enseñanza∗ En este capítulo abordaremos dos importantes cuestiones. En primer lugar, una definición de la actividad de enseñanza y sus relaciones con los procesos de aprendizaje, analizando algunos de los problemas. En segundo lugar, describiremos dos grandes perspectivas, dos modos de comprender y actuar, es decir, dos filosofías básicas acerca de la enseñanza. I. La enseñanza ¿Qué es la enseñanza? En los capítulos anteriores centramos nuestra atención en diversos aspectos y dimensiones relacionados con la enseñanza (los contenidos, el currículum, la comunicación y el aprendizaje), pero sin tratar de lleno aún las problemáticas propias de la actividad de enseñar. Las primeras preguntas que podemos plantear al respecto son: ¿qué es enseñar? y ¿qué es la enseñanza? Y luego: ¿cómo y de qué manera se enseña?, ¿hay algún procedimiento o método preciso para enseñar? y ¿hay más de una forma de enseñar? y si las hay, ¿cuáles son? La enseñanza es una actividad, un hacer, una práctica. Pero, ¿cómo tiene que ser una actividad para que la llamemos enseñanza? Gary Fenstermacher1, un docente e investigador norteamericano, establece el concepto genérico de enseñanza como una actividad en la que debe haber al menos dos personas, una de las cuales posee un conocimiento o una habilidad que la otra no posee; la primera intenta transmitir esos conocimientos o habilidades a la segunda, estableciéndose entre ambas una cierta relación a fin de que la segunda los adquiera. ¿Por qué hablamos de la enseñanza como un intento? Porque al tratarse de una relación entre personas no es posible asegurar que aquello que se debe o quiere comunicar sea efectivamente transmitido y adquirido. Para decirlo en un lenguaje más usual: el hecho de que el docente enseñe no significa que el alumno aprenda o que aprenda lo que se pretende enseñarle. Sin embargo, no hace falta desesperarse por esta afirmación: si el alumno no aprendiera nunca algo cercano o parecido a lo que se le intenta transmitir, la enseñanza sería una actividad sin sentido. La enseñanza y el aprendizaje Fenstermacher sostiene que la relación que se establece entre la enseñanza y el aprendizaje es de dependencia ontológica y no de causalidad.2 En esta relación, el concepto de enseñanza depende del concepto de aprendizaje, pues sin el concepto de aprendizaje no existiría el de enseñanza. Si no hubiera alguien que aprende, ¿de qué serviría desarrollar actividades de enseñanza? Sin embargo, no se trata de una relación causal, necesaria: de una enseñanza no se sigue siempre un determinado aprendizaje. La suposición de que existe la "enseñanza-aprendizaje" como un proceso continuo y ∗ Agradecemos la colaboración de la Lic. Constanza Necuzzi en la redacción de los capítulos 5 y 6. 1 Para la caracterización del concepto de enseñanza, véase G. Fenstermacher: "Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza", en M. Wittrock: La investigación de la enseñanza, T. I. Barcelona, Paidós, 1989. 2 Esto quiere decir que si no existiera el aprendizaje, no tendría sentido la actividad de enseñar. La enseñanza depende, en su esencia, del fenómeno del aprendizaje. Es una dependencia ontológica (ontos= ser) en la medida en que el ser de la enseñanza es derivado: la enseñanza no provoca, crea u origina el aprendizaje; en todo caso, lo guía, lo facilita, lo controla. 7 necesario se deriva del hecho empírico de que, generalmente, las actividades de enseñanza van seguidas por el aprendizaje de los alumnos. "Pensemos por un momento en qué difieren la enseñanza y el aprendizaje. El aprendizaje puede realizarlo uno mismo; se produce dentro de la propia cabeza de cada uno. La enseñanza, por el contrario, se produce, por lo general, estando presente por lo menos una persona más; no es algo que ocurra dentro de la cabeza de un sólo individuo. (...) El aprendizaje implica la adquisición de algo; la enseñanza implica dar algo. (...) Hay dos clases radicalmente diferentes de fenómenos."3 Veamos los siguientes esquemas: • El primer esquema llevaría hasta el extremo nuestra afirmación de que la enseñanza y el aprendizaje son dos fenómenos y procesos separados: podemos aprender sin que nadie nos enseñe y podemos enseñar sin que nadie aprenda algo. • El segundo esquema es la visión más usual acerca de estos dos fenómenos. Oímos hablar permanentemente de "el proceso de enseñanza- aprendizaje", perspectiva que es sostenida por algunos especialistas del campo educativo, pero también por muchos docentes. Como ya dijimos, esta concepción es producto del hecho de que, por lo general, las actividades de enseñanza tienen como correlato la producción de aprendizajes; pero lo cierto es que enseñanza y aprendizaje son dos procesos diferentes. • El tercer esquema muestra la perspectiva que aquí adoptamos. La enseñanza existe como actividad -y como conceptualización- porque el aprendizaje ocurre, pero ambos procesos no se identifican necesariamente. La enseñanza es una actividad que busca favorecer el aprendizaje. La enseñanza genera un andamiaje para facilitar el aprendizaje de algo que el aprendiz puede hacer si se le brinda una ayuda. A la manera de los andamios que se colocan para construir un edificio y se van retirando a medida que el edificio se eleva, la enseñanza sería la guía o el sostén que el docente ofrece y luego retira para favorecer el aprendizaje de sus alumnos. La visión de la enseñanza como una actividad de andamiaje aparece bien clara si se aplica a la relación padres-hijos. Los adultos guían el aprendizaje del niño mediante la proporción de "ayudas": el niño comienza realizando las tareas más fáciles mientras que el adulto se reserva las más complejas. Y, a medida que el pequeño aprendiz domina ciertas operaciones o tareas, el adulto-enseñante empieza a retirar su apoyo, dejándole al niño la ejecución de lo que antes realizaba. La enseñanza es una guía 3 ídem, pág. 154. 10 1. una persona o personas que se ubica/n o es/son ubicada/s en el papel del aprendiz; 2. una persona o personas que se ubica/n o es/son ubicada/s en el papel de enseñante; 3. algo que constituya un problema para el aprendiz (para lo cual requiere de la ayuda del enseñante) y 4. el contenido necesario para resolver el problema. En nuestro entender, la situación de enseñar y de aprender no puede describirse satisfactoriamente por una díada (docente-alumno) ni por un triángulo (docente-alumno-contenido/saber), sino que supone la interacción de un aprendiz, de un docente, de contenidos culturales y de problemas en un contexto determinado.9 Todos estos factores deben estar presentes para que exista enseñanza. Pero estos factores existen siempre en una particular interrelación y por el período en que el aprendiz tarda en resolver el problema; llegado ese momento, la relación entre los factores se redefine. Cuando un niño ha aprendido a leer libros, ya no necesita que la maestra se los lea o le indique lo que debe hacer para lograrlo. El aprendiz ha desarrollado su potencial y se ha ubicado frente a nuevos problemas; lo que contaba como conocimiento a utilizar frente al problema se ha desplazado. Veamos un ejemplo de lo que estamos diciendo. "En la pizarra está escrito un problema que un grupo de aprendices está tratando de resolver. Tienen un libro de texto que contiene los conocimientos que necesitan para solucionar el problema. Hay un profesor para ayudarles en caso de que tengan dificultades. En este caso, los cuatro factores tienen personificaciones separadas. Por supuesto, si el libro de texto no tuviera nada que ver con el problema, el profesor no estuviera cualificado para enseñar la asignatura y el aprendiz no quisiera aprender cómo tratar con el tipo de problema que está escrito, no habría entonces ninguna relación entre los factores y no se produciría un proceso de aprendizaje. El problema no tiene porqué estar en la pizarra. Podría estar en la mente del profesor. El profesor podría también plantear el problema a los alumnos en forma verbal. De este modo, el problema también residiría en la mente de los alumnos. Los conocimientos para resolver este tipo de problema están en la mente del profesor y del libro de texto. El profesor puede transferir dichos conocimientos a los alumnos por medio de una explicación. Los aprendices se encuentran frente a un problema y tienen los conocimientos para resolverlo, pero no se dan cuenta de cómo están conectados entre sí. El profesor utiliza la pizarra para relacionar los conocimientos con el problema. Los alumnos asienten y sonríen cuando se dan cuenta del tipo de relación existente (...) Con respecto a este tipo de problemas, los aprendices ya no son aprendices y el profesor ya no juega un papel porque los nuevos expertos saben cómo tratar con esta clase de problemas."10 A partir de esta situación, se pueden analizar diversas cuestiones: • Estos cuatro factores (docente, alumno, problema y contenido) interactúan en forma dinámica gracias aun proceso de comunicación. • El aprendiz logra resolver un problema cuando establece relaciones significativas entre los recursos que le ofrece el docente (el contenido) y el o los problemas en cuestión. Y avanza en la comprensión cuando logra aplicar estos aprendizajes a otras situaciones y problemas no previstos por el planteo original del docente. • La enseñanza y el aprendizaje se redefinen frente aun problema y un contenido determinado; ser enseñante y aprendiz es una situación provisoria y relativa. • Nunca hay UN problema. Lo que es considerado o definido como problema depende de la perspectiva: el docente puede considerar como un problema significativo algo que sus alumnos ni siquiera alcanzan a comprender o sentir. Y, a la inversa, lo que puede ser 9 Estas ideas están desarrolladas en Tiffin, J. y Rajasingham, L., op. cit. 10 ídem, págs. 51 y 52. 11 problemático y ocupar buena parte de la preocupación de un alumno puede pasar totalmente inadvertido para el docente. • Un contenido que el docente propone puede no ser el recurso que el aprendiz precisa para resolver el problema. Lo que define al docente experto es saber qué estrategia, qué recursos y qué contenidos son más efectivos para ayudar a sus alumnos a resolver un problema en una situación determinada. • En tanto proceso de comunicación, el progreso de la enseñanza y del aprendizaje es posible gracias al funcionamiento de sistemas de control. En medio de una clase, el docente controla la comunicación observando el trabajo que están realizando sus alumnos o por medio de preguntas. Cada tanto, puede realizar ejercicios de evaluación para comprobar el grado de avance de los aprendices y/o el grado de acuerdo y de comunicación que tiene con los aprendices. De este modo, el docente controla y analiza la tarea realizada, retroalimentando el circuito de comunicación entre los distintos factores.11 El punto de partida de toda enseñanza: la experiencia, la cultura y el saber de los que aprenden "experiencia f. (lat. experientia). Conocimiento que se adquiere gracias a la práctica y la observación: la experiencia es madre de la ciencia. //SINÓN. Práctica, conocimiento. V. tb. destreza, observación y prueba //Experimento."12 Experimentar implica probar y examinar prácticamente una cosa, construir experiencia, obtener conocimiento a través de la práctica y la observación. Si se piensa un poco más detenidamente en estas definiciones, es posible concluir que no se adquiere experiencia por el sólo hecho de permanecer en un lugar (que es otro de los significados de experimentar: padecer una situación). Se construye experiencia a partir de una intención de aprendizaje; una experiencia se produce cuando algo se decanta, cuando una cosa se transforma o nos transforma. En las escuelas siempre se experimenta algo; de un modo u otro, las cosas son sentidas por cada una de las personas. Pero, ¿cómo puede la 11 Trabajaremos la cuestión del control en el capítulo 8, dedicado al tema de la evaluación. 12 Pequeño Larousse Ilustrado, 1993. 12 escuela provocar nuevas experiencias?, ¿cómo intervenir para lograr una reconstrucción superior de la experiencia de los alumnos? En función de lo que ya hemos visto, los aprendices pueden participar de un proceso de intercambio y elaboración de significados, de elaboración de nuevas experiencias, cuando los contenidos que se les acercan para resolver determinados problemas ayudan a cuestionar las formas habituales de pensar y de actuar. La internalización de la cultura elaborada debe servir para reconstruir los saberes preexistentes en el individuo y potenciar la capacidad para resolver nuevos problemas. Eso es, en definitiva, el aprendizaje. Los problemas que la escuela y el docente plantean a sus aprendices deben ser adecuados a sus potencialidades actuales. Pero este diálogo, este conflicto -entre lo que el aprendiz ya se sabe y lo que intuye o puede hacer pero con la ayuda de una persona más experta- sólo podrá desarrollarse adecuadamente en la medida en que el docente tome como punto de partida las ideas, las motivaciones y las percepciones del alumno. La orientación tradicional de la práctica docente se dirige, por lo general, en un sentido inverso: parte del currículum y de las disciplinas y trata de acercarlas de una manera más o menos novedosa y motivadora a sus alumnos. Por el otro lado, las corrientes de la Escuela Nueva y las pedagogías centradas en el niño se olvidan de que existen contenidos culturales ya organizados y estructuran su intervención alrededor de los intereses del aprendiz. Quizás una buena enseñanza escolar deba relativizar los términos del dilema (¿el desarrollo y los intereses del alumno o la lógica del currículum o de la disciplinas). Habría que pensar entonces en utilizar los contenidos organizados por el currículum para provocar la reconstrucción de los conocimientos y concepciones del alumno. Y ésta es una tarea que nadie puede hacer por el docente. Sólo el maestro o el profesor de cada grupo de alumnos puede investigar y estudiar la trama de intereses, deseos e historias que está cruzando los cuerpos y las mentes de las personas que tiene delante de él. Pero es preciso tener algo en claro: el objetivo de su enseñanza no es asegurar la adquisición de un determinado contenido sino que -como hemos sugerido en el punto anterior- el contenido a enseñar es un recurso para plantear problemas que impulsen la reconstrucción de las ideas, las percepciones y las actitudes de los alumnos. Los estudiantes no llegan a la escuela provistos solamente de sus influencias familiares, sino con un complejo capital de experiencias provenientes de múltiples ámbitos de lo social. Pues bien, sobre esas experiencias -que moldean lo que podemos denominar "conocimiento vulgar"- la escuela y el docente deben organizar el proceso de promoción del aprendizaje sistemático. En este marco, el alumno pondrá a prueba su capital de informaciones, capacidades y actitudes. Para esto, el docente debe presentar problemas y ofrecerle los instrumentos de la cultura elaborada y organizada para ayudar a resolverlos. La cultura pública, bajo la forma de contenidos, cumple así la función de provocar la transformación del conocimiento "vulgar" que los chicos adquieren antes y en forma paralela a su vida escolar. En otras palabras, la experiencia basada en los intercambios de la vida extraescolar debe ser ampliada y sistematizada través del aprendizaje que se realiza en la escuela. Debemos pensar, como sostenía John Dewey, que la educación es una vía para reconstruir la experiencia de las personas. Las cosas que las personas aprenden en la escuela (el conocimiento de la literatura del siglo XX, el análisis económico, el debate sistemático de ideas) deben servir para introducirlas en mundos complejos y organizados de significado, a partir de los cuales es posible ver las realidades de un modo más comprensivo. La enseñanza se propone construir significados compartidos Como hemos visto, el aprendizaje en el aula nunca es meramente individual. Es un aprendizaje que se realiza dentro de un grupo social que posee vida propia, intereses, necesidades, exigencias. Cada grupo de aprendizaje, en cierta medida, desarrolla su propia cultura. Al mismo tiempo, se trata de un proceso que se desarrolla dentro de una institución y dentro de un clima evaluador. Por lo tanto, se trata, siempre, de un aprendizaje "forzado" por exigencias y reglas de conducta que la escuela promueve y espera. ¿Cómo armonizar tantos intereses y diferencias en el aula si lo que se desea es lograr la reconstrucción de las experiencias de los alumnos? Edwards y Mercer13 proponen crear un espacio de conocimiento compartido en el aula. Afirman que el docente debe intentar crear mediante el diálogo, 13 Edwards, D. y Mercer, N.: El conocimiento compartido. Madrid, Paidós-MEC, 1988. 15 "Yo prefiero el término 'estrategia de enseñanza' al de 'métodos de enseñanza', que incluye tradicionalmente un significado de entrenar al profesor en ciertas destrezas. 'Estrategias de enseñanza' parece aludir más a la planificación de la enseñanza y del aprendizaje a base de principios y conceder más importancia al juicio del profesor. Implica el desarrollo y puesta en práctica de una línea de conducta"17 Definimos el método como el conjunto de reglas y ejercicios para enseñar alguna cosa de un modo sistemático y ordenado. Recordando a Comenio, hemos visto cómo desde hace siglos se intenta establecer pasos universales que guíen la acción de los docentes. Pero si hemos conceptualizado las comunicaciones educativas como procesos complejos, abiertos e inestables, sería difícil sostener la posibilidad de definir un método de enseñanza o de buscar la manera apta para enseñar en cualquier circunstancia cualquier cosa a cualquier tipo de persona. Cuando complejizamos la mirada sobre el problema de la enseñanza como promoción y guía del aprendizaje, nos vemos en la necesidad de abandonar la concepción de método. Adoptaremos, como sugiere Stenhouse, la noción de estrategias de enseñanza.18 ¿Por qué hablar de estrategias de enseñanza? Porque este concepto permite dejar de pensar las prácticas de enseñanza en función de pasos fijos para entrar en el terreno de principios de procedimiento más amplios. La idea de estrategias permite salir del universo de las soluciones universalmente válidas para entrar en la cuestión de los juicios propios de cada profesor en su contexto. La idea de estrategias permite ver que la enseñanza -más que una actividad técnica y de "aplicación"- es un arte complejo no exento de decisiones políticas respecto del cómo, por qué y para qué enseñar. Algunas aclaraciones sobre la didáctica y las didácticas Este libro aborda dos cuestiones: el currículum y la/s enseñanza/s. Desde Comenio, la palabra "didáctica" está estrechamente ligada a la noción de método, al supuesto de que existen pasos universalmente válidos para enseñar. Dando cuenta de los complejos fenómenos políticos, sociales, culturales e individuales que se cruzan en la educación sistemática, hemos intentado ubicar nuestra reflexión en otra perspectiva. 1. Desconfiamos de la validez de pasos o métodos universalmente válidos y afirmamos que las nociones centrales para abordar la tarea de enseñar son estratégicas y no tácticas; son, además, cuestiones políticas (relacionadas con el saber, la autoridad, la identidad y la convivencia) y no solamente problemas técnicos. 2. Dicho esto, eso no significa que no existan problemas técnico-instrumentales en la tarea de enseñar. El docente debe aprender y mejorar sus técnicas o métodos de enseñanza si quiere ser eficaz en la ayuda y la guía de la tarea que realizan sus aprendices. Claro que es sumamente útil contar con desarrollos en didáctica de la matemática, didáctica de la lengua y muchos otros desarrollos vinculados con los métodos y los procedimientos aplicables en la enseñanza. 3. Todo método y toda didáctica derivan y se asientan en afirmaciones políticas, sociales, culturales. Implican -como veremos con mayor detenimiento en el capítulo 7- la puesta en funcionamiento de relaciones de saber, poder y autoridad; la afirmación de ideales de docente, de alumno, de conocimiento y de relación pedagógica. Por los temas que trata, este libro sería una "didáctica general". No obstante, quisimos evitar ciertos supuestos que se vinculan con esta denominación (el contenido es algo neutral, científico y "dado", los métodos son instrumentaciones técnicas para enseñar mejor, el contenido es relativamente indiferente al método).19 17 Stenhouse, op. cit., pág.52 18 Esto no significa que sea inútil conocer o utilizar distintos métodos para enseñar algo a alguien. Pero los problemas de la enseñanza no pueden reducirse a la aplicación de un método, sino que implican el estudio de cuestiones mas complejas y la puesta en acción de estrategias y de principios de acción adaptables a distintas situaciones. 19 Se podría decir que, en los últimos veinte años, las corrientes críticas de la Didáctica han intentado cuestionar estos supuestos. El problema que surge es que este desplazamiento -del método hacia las estrategias y de los esquemas técnicos 16 simples hacia la complejidad y la indeterminación de la enseñanza- ha cambiado totalmente el objeto de la didáctica. Si esto es así, como intentamos mostrarlo -en forma práctica- en este libro, la reflexión sobre el currículum y la enseñanza se torna un asunto político y práctico relacionado con cuestiones sociológicas, pedagógicas, políticas, éticas, estéticas, culturales: ¿Cómo pretender encerrar esta compleja reflexión -cuyo fin es práctico- dentro de los límites de una disciplina?
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