Teoría de la Mente y Síndrome de Asperger: Desarrollo y Comparación, Apuntes de Psicología

¡Descarga Teoría de la Mente y Síndrome de Asperger: Desarrollo y Comparación y más Apuntes en PDF de Psicología solo en Docsity! LA TEORÍA DE LA MENTE Y EL SÍNDROME DE ASPERGER El objetivo de este trabajo es profundizar en el tema de cómo se desarrolla el conocimiento de los demás como seres psicológicos y sociales. En la primera parte explicaré la teoría de la mente, qué es y qué aspectos engloba, cómo y cuándo se desarrolla… basándome en diferentes autores. En la segunda parte definiré el síndrome de Asperguer haciendo una comparación entre el desarrollo normal de la teoría de la mente y este trastorno a partir de la Teoría sobre el déficit en “Teoría de la Mente”. ¿Qué es la teoría de la mente? La teoría de la mente se desarrolla durante el periodo pre-operacional y se refiere a una habilidad cognitiva compleja, que permite que un individuo atribuya estados mentales a sí mismo y a otros. Es un sistema de conocimientos que permite inferir creencias, deseos, sentimientos, y de esta manera conseguir interpretar, explicar o comprender los comportamientos propios y de otros, así como predecirlos y controlarlos. La teoría de la mente o intersubjetividad terciaria es el vínculo intersubjetivo que se establece a partir del conocimiento “objetivado y distanciado” de los estados mentales, referidos al mundo y a las personas, de los demás. “Un individuo tiene una teoría de la mente si se atribuye estados mentales a sí mismo y los atribuye a otros. Es adecuado considerar un sistema de inferencias de esta clase como una teoría porque estos estados no son observables directamente, y el sistema se puede utilizar para hacer predicciones sobre la conducta de otros” (Premack y Woodruff, 1978). Creencias-deseos Henry Wellman (1990), propuso que la teoría de la mente de los adultos se basa en un razonamiento orientado a creencias-deseos. Nuestra conducta y la de los demás se funda en lo que sabemos o creemos, y en lo que queremos o deseamos. El conocimiento de la conducta intencional constituye el fundamento de la mayoría de interacciones sociales de las personas después de la edad escolar y prosigue su desarrollo. Para los niños de muy corta edad el deseo es quizá el factor más importante de su comportamiento, ya que sus acciones a menudo provienen de él y posiblemente supongan que las de otros reflejan motivos similares. Por ejemplo, si un niño de 14 meses tiene la opción de obsequiar a su madre con galletas o brócoli, le dará las galletas porque es lo que él escogería aunque acabe de ver que a su madre no le gustan. En cambio, un niño de 18 meses le dará el brócoli, porque sabe que los deseos de la madre no coinciden con los suyos. 1 De los 7 a los 8 años, existe un pensamiento como flujo continuo de actividad mental interna, se hacen suposiciones verosímiles de los pensamientos ajenos y hay mayor conciencia de los propios. En la adolescencia, es todo ya más complejo, “pienso que tú estás pensando que yo estoy pensando…” Esto lo vemos claro en el ejemplo de los monitores y Adrián. El monitor saca de la clase a Javier y hace que le escondan su maqueta. Se les pregunta a los compañeros que dónde buscará Javier su maqueta y todos contestan que donde la han escondido, menos Adrián, que dice que la buscará donde estaba aunque se imaginará que se la han escondido. En el ejemplo de Ricardo y Carlos se observa una situación más compleja. Ricardo intenta engañar a Carlos para que éste coja el lápiz más corto pensando que es el más largo; hace una representación de lo que piensa Carlos (le quiere engañar). Teoría de la mente y síndrome de Asperguer El Síndrome de Asperger (S.A.) es un tipo relativamente reciente de Trastorno del Desarrollo que también se englobaría dentro del espectro autista. La causa exacta se desconoce, pero es muy probable que una anomalía en el cerebro sea la causa de este síndrome. Es posible que intervengan factores genéticos, ya que el trastorno tiende a ser hereditario, pero no se ha identificado un gen específico. Hans Asperger (1994), denominó este trastorno “psicopatía autista” y fue reconocido como entidad propia por el D.S.M.-4 (Manual estadístico de diagnóstico de Trastornos mentales). Sin embargo, todavía hoy, sigue habiendo un amplio debate teórico sobre si el S.A. puede considerarse un trastorno independiente del Trastorno Autista o si se trata del mismo trastorno en su versión de mayor rendimiento (menor afectación). Normalmente la diferencia básica reside en la mayor competencia en el desarrollo del lenguaje y las competencias intelectuales que presentan los asperger respecto a los autistas clásicos. 
 Algunas veces los niños afectados de un síndrome de Asperger tienen rendimientos intelectuales sorprendentes, se trata de los niños de alto perfil que pueden llegar a poseer habilidades concretas y eficaces, a veces extraordinarias próximas a la excelencia. Desde la teoría del déficit en Teoría de la Mente (Baron-Cohen et al, 1997), se postula que las personas con S.A. muestran serias dificultades para ponerse en el lugar del otro e intuir su mundo mental. Desde esta teoría se intentan explicar las dificultades que muestran las personas con S.A. principalmente en el ámbito de las interacciones sociales. Los asperger muestran claras dificultades para mantener interacciones sociales fluidas, dinámicas y recíprocas. Suelen tener motivación hacia las interacciones sociales pero fracasan frecuentemente en el intento de lograr una relación fluida. Las personas con S.A., desde esta postura, serían incapaces o “torpes” para intuir el mundo mental de los demás, por lo que las consecuencias de esta dificultad son muy graves. Algunas de las consecuencias de esta limitación serían dificultad para predecir la conducta ajena y para explicar la suya; dificultad para darse cuenta de las intenciones de los otros y conocer las verdaderas razones que guían sus conductas; dificultad para entender emociones, tanto las propias como las ajenas (escasas reacciones empáticas); dificultad para comprender cómo afectaran sus acciones en los demás, para tener en cuenta el grado de interés del interlocutor sobre el tema de conversación, para mentir y comprender engaños y para comprender las interacciones sociales, lo que puede llevar a problemas a la hora de respetar turnos, seguir el tema de conversación y mantener un contacto ocular adecuado. Aún con estas limitaciones, superan tareas diseñadas para valorar las capacidades mentalistas, pero es en situaciones de la vida real donde ponen de manifiesto sus dificultades para “leer” la mente de los demás. Los asperger resuelven la prueba de falsa creencia estándar de Sally, Ana y la canica y otros problemas de falsa creencia pero lo hacen por lógica. Las personas que sufren este síndrome no tienen teoría de la mente pero pueden desarrollar una teoría alternativa aunque su comprensión intuitiva de los estados mentales siga siendo pobre (Baron-Cohen, S., Leslie, A. & Frith, U., 1985). 1 Referencias Baron-Cohen, S. (2012). Autismo y Síndrome de Asperger. Madrid: Alianza Editorial, S.A. Baron-Cohen, S., Leslie, A. & Frith, U. (1985). Does the autistic child have a “theory of mind”? Cognition, 21, 37-46. Cereols, R. (2011). Descubrir el Asperger. Valencia: Psylicom Distribuciones Editoriales. Leslie, A. (1987). Pretense and Representation: The origins of “Theory of Mind”. Psychological Review, 94, 412-426. Martín, P. (2004). El síndrome de Asperger ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid: Alianza Editorial, S.A. Recuperado en http://www.funlam.edu.co/revistas/index.php/RCCS/article/ viewFile/9/1