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talleres de taller de matematicas, Diapositivas de Lógica Matemática

descripción de taller de matematicas y ser feliz

Tipo: Diapositivas

2019/2020

Subido el 02/11/2020

mafe-diaz-4
mafe-diaz-4 🇨🇴

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¡Descarga talleres de taller de matematicas y más Diapositivas en PDF de Lógica Matemática solo en Docsity! 1 Walter Riso – Ama y no sufras 2 Walter Riso – Ama y no sufras 5 Walter Riso – Ama y no sufras Prólogo Al escribir este prólogo le daré a la palabra el significado que nos brinda el Diccionario de la Lengua Española: "Discurso antepuesto al cuerpo de la obra en un libro de cualquier clase, para dar noticia al lector del fin de la misma obra o para hacerle cualquier otra advertencia". Sin embargo, resulta ser que las palabras tienen un sentido. En este caso desearía que dicho "sentido" tuviera más importancia que el significado. Las palabras de Walter Riso, reunidas en el texto Ama y no sufras resuenan en mí de una manera especial. Hacen que a mi corazón y a mi memoria acudan viejos sentimientos, ideas una vez defendidas con el transcurso de los años, aunque ya casi olvidadas, y hace que se revivan conocimientos, aparezcan dudas y se reafirmen conceptos. Lo que Walter Riso dice en este libro resuena en mí como una voz nueva y antigua a la vez, en ocasiones diferente pero de todas maneras como una voz hermana. Sus palabras trajeron a mi memoria un episodio olvidado hasta ahora. Todo había comenzado en un paseo de adolescentes. Llegamos en la madrugada más allá de los cerros que rodean la ciudad. Éramos un grupo bullicioso, escandaloso y alegre, fingiendo seguridad y cinismo, aunque la mayoría nos encontrábamos angustiados por la apariencia de la ropa deportiva apenas estrenada, la capacidad para trepar o saltar obstáculos, y con el temor oculto de no lograr un "levante" o el miedo a los comentarios posteriores a las conductas y logros alcanzados en el paseo. La maravillosa salida del sol, la frescura del aire, el estallido de la naturaleza alrededor en pleno esplendor, el fuego de la hoguera levantada, el avistar un oso (avistamiento que todavía no sabemos si fue real o imaginario) nos embargó en una sensación de bienestar y alegría para toda la jornada. Atrás quedaron las inseguridades y las dudas. Eso fue así. Pero lo que, pensándolo ahora, contribuyó a producir la más cálida sensación del día fue la presencia de una pareja que había empezado a amarse desde hacía sólo un mes. Irradiaban algo físico, tierno, amable y cuidadoso: eros, philia y ágape, tal como se expresan en el texto que nos ocupa, palabras y significados que por ese entonces desconocíamos. No obstante, algo oscureció al final la luminosa jornada: la enamorada al despedirse irrumpió en llanto, en un verdadero mar de lágrimas salido desde adentro, veraz, pasional y contagioso. ¿Por qué el llanto? ¿Por qué el dolor? Ella respondió: ''Esto es tan maravilloso que no puede durar, se acabará". La tranquilizamos como nos fue posible. 6 Walter Riso – Ama y no sufras Sin embargo, pese a nuestros buenos augurios, después de un tiempo sus temores se hicieron realidad. Retornaron las lágrimas, se instaló el dolor, el rencor, la desilusión total. El amor había terminado, fue el "nunca más", el “maldita sea”, la amargura. ¡Paradójicamente la mujer había tenido razón, había muerto lo maravilloso, la sorpresa, el deslumbramiento, la pasión y la novedad se habían ido para siempre. De manera consciente o inconsciente concebimos el amor desde la perfección, lo creemos permanente y no admitimos que pueda transformarse. Esta historia se hace doblemente triste cuando pensamos que ese afecto hubiera podido salvarse del desamor y crecer en sabiduría y madurez, si alguien hubiera podido transmitirles un mensaje más completo y realista sobre el amor, tal como lo hace Ama y no sufras. El texto crea un espacio de reflexión acerca de las dimensiones básicas del amor, cómo experimentarlo y gozarlo, cómo hacerlo perdurable y afrontar el sufrimiento, si éste apareciera. Pese a lo anterior, y conociendo lo vasto que es el campo del amor, sé que el autor no ha pretendido jamás agotar el tema en su texto. En su contenido, jugoso como lo es en su totalidad, hay un aspecto que a mi manera de ver tiene una enorme importancia para el lector, y es el abordaje de "los tres amores con que amamos": eros, philia y ágape, porque no sólo nos enseña y nos conduce a una versión sana del afecto, sino que finalmente nos permite aprender a "aprender el amor". El libro está expresado de manera seria, rigurosa e ilustrada, sin concesiones a lo estrictamente literario, con quizás un involuntario aire poético, y, lo más importante, con claridad y sencillez, tan difícil de alcanzar, fruto de la sabiduría y el deseo genuino de comunicarse con los demás. En buena hora nos llega este material que nos habla sobre el amor y su importancia, y sobre la posibilidad de no sufrir y aliviar el dolor del corazón. Sea Ama y no sufras bienvenido y bien hallado. DOCTORA CECILIA CARDINAL DE MARTÍN Médica y educadora sexual. 7 Walter Riso – Ama y no sufras 10 Walter Riso – Ama y no sufras Eros Es deseo sexual, posesión, enamoramiento, amor pasional. Lo más importante es el YO que anhela, que apetece, que exige. La otra persona, el TÚ, no alcanza a ser sujeto. Es la faceta egoísta y concupiscente del amor: "Te quiero poseer", "Quiero que seas mía", "Te quiero para mí", Eros es conflictivo y dual por naturaleza, nos eleva al cielo y nos baja al infierno en un instante. Es el amor que duele, el que se relaciona con la locura y la incapacidad de controlarse. Pero no podemos prescindir de eros, el deseo es la energía vital de cualquier relación, ya sea como sexo puro o como erotismo. El eros bien llevado no sólo evoluciona hacia la philia de pareja (amistad con deseo), sino que también suele manifestarse de manera amable como dos egoísmos que se encuentran, se comparten y se disfrutan mientras hacen y deshacen el amor. Eros no alcanza por sí mismo a configurar un amor completo, porque siempre vive en la carencia, siempre le falta algo. Es la idea del amor de Platón. Philia Es la amistad, en nuestro caso "amistad de pareja", el llamado "amor conyugal" o la amistad marital. La philia trasciende el YO para integrar al otro como sujeto: YO y TÚ, aunque el YO sigue por delante. A pesar del avance, en philia, la benevolencia no es total porque la amistad todavía es una forma de amarse a sí mismo a través de los amigos. La emoción central no es el placer como deseo acaparador, sino la alegría de los que comparten: la reciprocidad, pasarla bien, estar tranquilos. Philia no requiere de un acople total (nunca lo tenemos con nadie, ni siquiera con los mejores amigos), basta con que exista cierta complicidad de intereses, un esbozo de comunidad de dos en convivencia. Mientras eros decae y resucita de tanto en tanto, philia se profundiza con los años, si todo va bien. Pero de ninguna manera philia excluye a eros: lo serena, lo ubica en un contexto menos concupiscente, menos rapaz, pero no lo aniquila. En las relaciones más o menos estables hacemos más uso de philia que de eros, pero ambos son indispensables para conformar un vínculo estable. Cuando ataca eros, nos convertimos en seres libidinosos y desenfrenados y somos cosa y sujeto a la vez: cosa, en tanto nos devoran, sujetos, en tanto devoramos. Philia y eros juntos: lujuria simpática y amena, hacer el amor con el mejor amigo o la mejor amiga. Philia es la amistad de Aristóteles y Cicerón, entre otros, llevada a la pareja. 11 Walter Riso – Ama y no sufras Ágape Es el amor desinteresado, la ternura, la delicadeza, la no violencia. No es el YO erótico que arrasa con todo, ni el YO y TÚ del amor amistoso, sino el amor de entrega: el TÚ puro y descarnado. Es la dimensión más limpia del amor, es la benevolencia sin contaminaciones egoístas. Obviamente, no me estoy refiriendo a un amor irreal e idealizado, porque incluso ágape tiene condiciones, de lo que hablo es de la capacidad de renunciar a la propia fuerza para acoplarse a la debilidad de la persona amada. No se trata del placer erótico ni de la alegría amistosa, sino de pura compasión: el dolor que nos une al ser amado cuando sufre, cuando nos necesita o nos llama, es la disciplina del amor que no requiere esfuerzo. Aunque no necesariamente, ágape suele ser la última etapa en la evolución del amor, pero su aparición tampoco desplaza o suprime a sus dos antecesores: una vez más, los incluye y los completa. Como se verá a lo largo del texto, puede haber sexo agápico (eros y ágape) y amistad desinteresada (philia y ágape). En resumen: ágape es el amor de Jesús, Buda, Simone Weil y Krishnamurti. Entonces no hay un amor de pareja, hay al menos tres amores reunidos alrededor de dos personas, y la alteración de cualquiera de ellos hará que el equilibrio vital del afecto se pierda y el sufrimiento aflore. La alteración afectiva puede provenir de eros (por ejemplo, cuando sentimos que no somos deseados o que ya no deseamos a nuestra pareja), de philia (por ejemplo, cuando el aburrimiento se hace cada vez más patente y la alegría languidece), de ágape (por ejemplo, cuando la falta de respeto y el egoísmo comienzan a hacerse frecuentes) o de cualquier combinación de ellos que resulte disfuncional. Algunas personas intentan resignarse a un amor inconcluso, pero tarde que temprano, el déficit termina por alterar la relación y la tranquilidad personal ¿Amor de pareja sin deseo?: lo dudo, o entonces es otra cosa. ¿Convivir con el enemigo?: insostenible. ¿Despreocuparse por el bienestar de la persona amada?: demasiado cruel. Insisto: sólo en la presencia activa e interrelacionada del deseo, la amistad y la compasión, el amor se realiza. El amor incompleto duele y enferma. Conozco gente que ha disociado los tres amores hasta configurar una especie de Frankenstein afectivo. Eros: una o dos veces por semana con él o la amante. Philia: en el hogar, junto a la esposa o el esposo. Y ágape: los domingos en misa. 12 Walter Riso – Ama y no sufras Cuanto más disgregados estén los componentes del amor, mayor será la sensación de vacío y desamor. En otros casos, las necesidades y expectativas de los integrantes de la pareja no coinciden y los componentes del amor se pierden en una maraña de confusión y malos entendidos. Si no tenemos un esquema cognitivo (mental) para interpretar los hechos, será imposible resolverlos. Adriana y Mario llevaban once años de casados. Su matrimonio había sido aparentemente satisfactorio, al menos ésa era la imagen que proyectaban ante la gente, sin embargo, lentamente y de manera encubierta, el amor había comenzado a fragmentarse. Mario sentía que su vida sexual ya no era tan gratificante (necesitaba más frecuencia y mejor calidad) y Adriana se quejaba de soledad afectiva (necesitaba un compañero con quien compartir y comunicarse). Ambos estaban atrapados en un círculo vicioso del cual no eran muy conscientes: ella no era capaz de abrirle las puertas a eros, sin el prerrequisito de la amistad de pareja, y él se negaba a cualquier aproximación amistosa (philia) sin eros. La trampa psicológica también se hacía extensiva a ágape, ya que al estar frustrados y dolidos por la carencia que sentían, ninguno se preocupaba por el bienestar del otro. En conclusión: ni eros, ni philia, ni ágape. La solución no era fácil porque implicaba que ambos dejaran la obstinación a un lado y pensaran en el bienestar del otro, es decir, había que activar ágape para hacer que la sexualidad y la amistad pudieran encontrarse dentro y fuera de la cama. Más concretamente: Mario debía mejorar su philia, independientemente de que Adriana pusiera a funcionar su eros, y Adriana debía mejorar su eros, independientemente de que Mario se volviera más comunicativo y amistoso. Como una canción de los años sesenta que decía: "Hay medio mundo esperando/ con una flor en la mano/ y la otra mitad del mundo/ por esa flor esperando". El orgullo inmoviliza. Sólo con ayuda profesional fueron capaces de reestructurar e integrar (equilibrar, armonizar) cada una de las dimensiones afectivas en su justa proporción. Para asegurar una relación satisfactoria y "antisufrimiento", Adriana y Mario tuvieron que aprender una nueva manera de procesar la información. Los objetivos terapéuticos fueron los siguientes: 15 Walter Riso – Ama y no sufras Primera parte Eros El amor que duele Todas las pasiones son buenas cuando uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan. Rousseau Todos los amantes son diestros en forjarse desdichas. Balzac Todos sabemos lo que es estar bajo el influjo del enamoramiento, ese sentimiento apasionado y adictivo en el que nuestras facultades y capacidades parecen debilitarse. Lo sabemos porque el cuerpo lo registra todo. En cada recodo de la memoria emocional está grabado el más elemental de los suspiros, la dulce manía" o la "divina locura" de la que hablaban los griegos, esa mezcla de dolor y placer, en la que la complacencia parece justificar cualquier cuota de sufrimiento. Cómo olvidar aquella exacerbación de los sentidos, cómo no querer repetirla otra vez, sin aspavientos, resignadamente, como un cordero feliz. Eros es ante todo un amor fluctuante, turbulento y contradictorio. "Amor que aparece floreciente y lleno de vida, mientras está en la abundancia, y después se extingue para volver a revivir...”, dice Platón. Eros nace y muere de tiempo en tiempo, eros se reencarna, si todo va bien. ¿Amar y no sufrir?: difícil, si creemos demasiado en eros, si nos apegamos a él. "¿Por qué, doctor, por qué es usted tan negativo frente al amor que siento?", me decía una jovencita atormentada por un amor pasional mal correspondido. Mi respuesta no fue muy alentadora: "Porque no es amor, sino enamoramiento". El amor pasional es dual por naturaleza, llega se y va, luz y sombra, afirma Octavio Paz. 16 Walter Riso – Ama y no sufras Eros es posesivo, dominante, concupiscente y, aun así, imprescindible. Un amor orientado principalmente a la autogratificación, pero a través del otro, porque la excitación ajena excita. Me deleito con tu placer, que es mío, que me pertenece. No se trata de amarte sino de ambicionarte, en el sentido de apetecerte, como un postre. Como el único postre, si prefieres y puedo. Es verdad que el amor descentrado y maduro requiere de dos sujetos activos, es decir, dos personas con voz y voto. Sin embargo, a veces renunciamos gustosos a tal privilegio y aceptamos de manera relajada y lúdica ser el "objeto del deseo" de la persona amada; después de todo, ¿qué importa si es de común acuerdo? ¿Qué importa si por un rato jugamos a ser "cosa" (cosificación amorosa, claro está), para volver luego al amor benevolente, al querer democrático y amistoso. El amor requiere de dos, pero sin dejar de ser uno, aun en la fantasía. La mujer tiene cincuenta y dos años y me comenta en cierto tono cómplice: "Yo sé que cuando él me pide que me ponga minifalda y le haga un streap tease me desea mucho más de lo que me ama. Sé que me convierto en un fetiche... ¿Pero, sabe qué?, él también se convierte en uno para mí. Me encanta vedo excitado y saber que puedo seducido con desenvoltura y libertad, sin mojigatería. Me siento la exhibicionista más descarada del mundo... Y a él lo veo como mi dueño y señor por un rato, mi “amo”, mi amor... ¿Y qué?... Después volvemos a la realidad, felices y exhaustos... Él, voyerista y yo, exhibicionista: ¿no le parece un buen acople?" Sin duda, sin comentarios. El "amor pasional" se ha encontrado en casi todas la sociedades. Por ejemplo, los egiptólogos hallaron 55 poemas de amor anónimos cuya fecha se remonta a 1.300 a.C. La siguiente poesía descubierta en uno de esos pergaminos evidencia que la cuestión romántica no parece haber cambiado demasiado a lo largo de la historia: Su pelo lapislázuli brillante, sus brazos más espléndidos que el oro. Sus dedos me parecen pétalos como los del loto. Sus flancos modelados como debe ser. Sus piernas superan cualquier belleza. Su andar es noble (auténtico andar), mi corazón seria su esclavo si ella me abrazara. Los egipcios conocieron muy bien a eros. Lo demuestran los términos utilizados por ellos para designar el amor: “deseo prolongado”, “dulce trampa”, “enfermedad que uno ansía”. 17 Walter Riso – Ama y no sufras Por su parte, los griegos se refirieron a eros como un "mal crónico", "deseo instintivo del placer", "apetito grosero", "delirio inspirado por los dioses", "manía profética, "desmesurado", "demonio", "dolencia fecunda", "grandísimo y engañoso amor", entre otras muchas expresiones. Un joven que asistía a mi consulta expresaba así su amor doloroso: "Me duele quererla, es como una maldita enfermedad... Nunca estoy tranquilo... Cuando la veo y la tengo a mi lado estoy feliz, pero hay como una espina clavada en alguna parte de mí que me recuerda que ella no soy yo... es otro ser... puede irse, dejarme de amar, morirse o simplemente cansarse... Siempre me falta algo, aun cuando la hago mía...". Dolencia fecunda, dulce trampa o miedo posmoderno, el fenómeno es el mismo, duele igual. Aunque la idea del amor ha tenido modificaciones a través de la historia, el sentimiento del "amor apasionado" no parece haber cambiado demasiado. Sin perder de vista el realismo del día a día en el cual nos movemos, analizaré tres aspectos de eros que nos llevaran a sufrir casi irremediablemente: su naturaleza desbordada, el deseo erótico y algunas características del eros patológico o enfermo. 20 Walter Riso – Ama y no sufras carencia, como veremos más adelante, sino también la sensación irrevocable de que tarde que temprano la vida o la muerte pondrán término al idilio. Pensamiento obsesivo sobre el ser amado. Aunque los pensamientos de la persona enamorada son intrusivos y persistentes, no siempre son molestos, más bien adoptan la forma de rumiación autogratificante, un embelesamiento recordatorio del cual el sujeto no quiere desprenderse. La memoria depende del estado de ánimo: cuanto más sea la alegría, más serán los recuerdos positivos y, por el contrario, cuanto más tristes nos encontremos, más serán los recuerdos negativos. Parte de la satisfacción afectiva interpersonal se debe precisamente a nuestra habilidad de olvidar lo malo. "¡Trato, trato de hacerlo, pero me es imposible... Sólo recuerdo lo bueno que hubo entre nosotros!", me decía una mujer que trataba de desapegarse de un mal novio. Deseo de unión y fusión total con el amado. El deseo que guía el enamoramiento va más allá de querer estar con la persona amada, lo que exige el enamorado es "ser uno con el otro". Una mujer casada, que nunca había sido infiel, cayó perdidamente enamorada del socio de su marido. La angustia por su "amor imposible" era tal que tuvo que ser medicada y recluida unos días en una clínica de reposo. En una de las visitas, expresó así su sentir: "Ya sé qué es lo que quiero... No vaya a pensar que estoy loca, pero ya entendí cómo calmar mis ansias... Lo que necesito es tragármelo, quiero devorarlo...". Esta necesidad "antropofágica" de no aceptar la separación por ninguna razón, remite, tal como decía Fromm, a una soledad existencial. Mi paciente expresaba de manera delirante la necesidad de una certeza afectiva inalcanzable: "Ser uno, aunque seamos dos". Disposición a correr cualquier riesgo para conservar la relación. No hay límite, el amor pasional no mide consecuencias. La supuesta "valentía" que mueve a los que sufren de enamoramiento no suele ser más que inconsciencia o incapacidad para medir las consecuencias negativas, de manera similar a lo que ocurre en algunos trastornos mentales... Esta falta de autocontrol y la dificultad para tomar decisiones racionales fácilmente pueden convertirse en apego y configurar un cuadro mixto de depresión y dependencia. Además, el enamoramiento tiene ciertos componentes químicos que explican en parte el comportamiento que provoca. Se ha descubierto que la excitación romántica está directamente ligada a la feniletinamina, una sustancia estimulante adictiva que cuando se dispara produce euforia y alboroto. También 21 Walter Riso – Ama y no sufras se ha reconocido, para desconcierto de algunos románticos, el papel que cumplen algunos transmisores cerebrales (dopamina, serotonina y noradrenalina) que se relacionan con enfermedades mentales como los trastornos maníaco-depresivos y los trastornos de ansiedad. Por otra parte, hay evidencia de que el amor no sólo entra por los ojos, sino por la nariz. Existen unos productos volátiles que exuda el organismo llamados feromonas que parecen actuar como señales bioquímicas relacionadas con la atracción y el interés sexual: la seducción del aroma, de la esencia personalizada que explicaría en parte el fenómeno del amor a "primera vista". Conozco más de un caso donde la incompatibilidad ha sido más olfativa que psicológica. La bioquímica del amor erótico podría resumirse de la siguiente manera: a) Lujuria o deseo ardiente del sexo: cuya responsable es la testosterona, y b) Atracción o amor en la etapa de euforia: cuya causa está determinada por elevadas cantidades de dopamina y noradrenalina y bajos niveles de serotonina. Como puede deducirse de lo expuesto hasta aquí, eros es altamente complejo. Su naturaleza incluye deseo/pasión, una curiosa mezcla de dolor placentero y placer doloroso, euforia/exaltación, necesidad de posesión, sobreexcitación biológica (bioquímica y hormonal) y desorganización del sistema del procesamiento de la información. Eros te elige, no tú a él. 22 Walter Riso – Ama y no sufras Para no sufrir Disfruta del enamoramiento sin dejar que afecte tu individualidad y tu salud mental ¿Qué hacer entonces para mermar la angustia del enamoramiento? ¿Es posible preparar y fortalecer la mente para semejante asalto al corazón? Podemos incrementar nuestra inmunidad a sufrir. No implica perder la sensibilidad por el placer y el gusto al enamoramiento, sino darle un toque racional, un freno inteligente para vivir a eros más tranquilamente y no salir lastimados (al menos, no tanto como vemos que ocurre en la mayoría de la gente). Reflexionar antes, durante y después del enamoramiento: racionalizar el deseo, al menos cuando deba hacerse. Si eros se disparó de manera inesperada, la cuestión es más difícil de controlar. Tratar de convencer a un borracho o a un adicto al éxtasis en plena euforia sobre los efectos negativos del consumo es perder el tiempo. De todas maneras, si has creado un esquema de defensa antes del enamoramiento, éste actuará de manera automática y atenuará el impacto. Te permitirá procesar el sentimiento de manera más saludable. Obviamente tampoco se trata de instalar un estilo "antieros", baluarte de los esquizoides, los mojigatos o los cobardes. El análisis sereno apacigua el espíritu, pero no le quita fuerza.  Si quieres dejar entrar a eros a tu vida y disfrutarlo sin tanta angustia, debes crear algunos antídotos y una vez creados no olvidarlos. Uno puede entregarse "casi" totalmente durante el enamoramiento, pero el "casi" implica dejar un pequeña área del cerebro libre de afecto, dispuesta y vigilante, como las madres cuando duermen y despiertan ante el más mínimo movimiento de su bebé pero no ante un trueno. Atención despierta, cuidado cortical, la teoría de Pavlov al servicio de la defensa afectiva.  Es posible hacerlo, si utilizas el principio de la racionalidad responsable. No eres una máquina afectiva que devora amor, aunque quisieras. El pensamiento racional hará que no te comportes como una persona adicta y desesperada por sentir. Para sentir bien, hay que pensar bien. El afecto no aparece en un vacío informacional sino que en él intervienen tus creencias, tu sistema de valores, tu filosofía de vida y tus actitudes. Nunca eres "puro amor". Racionalidad responsable implica utilizar la razón de manera moderada e inteligente, sin reprimir, pero también sin soltar totalmente el corazón. Tus puntos de alerta harán que puedas disfrutar sanamente la relación. El enamoramiento sólo afecta negativamente a las mentes predispuestas a sufrir. 25 Walter Riso – Ama y no sufras y esto es lo que estoy dispuesto o dispuesta a negociar". Conclusión: amar sin dejarte absorber totalmente por el otro, no perder tu manera de ser en brazos de nadie, no abandonar a los viejos amigos, las aficiones o cualquier otra cosa que sea significativa, para tener a eros contento y amarrado. Que te quieran o te deseen como conjunto, o que no te quieran ni te deseen. 3. Eros decae. No necesariamente se acaba, pero declina con el tiempo: así que no te ilusiones demasiado Una vez más, la realidad. La magia no dura más allá de lo que la naturaleza designa. Eros puede transformarse en otra cosa e incluso puede mantener durante un tiempo su encanto original, pero el enamoramiento tiende a bajar de intensidad. Por lo tanto, no deberías sorprenderte de que uno de los dos (si tienes suerte, tú primero) entre en desgano. No obstante, puedes dejar los cimientos para que cuando eros baje su furor, prospere algo nuevo y gratificante, si te interesa. Obviamente, no digo que tengas que vivir tu experiencia romántica con la pesadumbre de que se va a terminar en cualquier momento, de lo que se trata es de estar con los pies en la tierra. Una frase saludable: "Voy a disfrutarlo mientras dure, sin perder demasiado el norte". La química se agota, no depende esencialmente de ti que esto ocurra, de todas maneras puedes establecer las bases para que eros se transforme en philia. “Para siempre" es una mala frase, al igual que “todo”, “nunca” o “nada”. Estos calificativos caracterizan el pensamiento absolutista y dicotómico que se maneja entre extremos sin ver los matices. 4. No dejes que la persona que amas ocupe tu mente, como si fuera un virus Pensar en él o en ella todo el tiempo te quita energía, te idiotiza. Pelea con la obsesión. Amar no es desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo. Puedes utilizar la palabra ¡stop! doscientas veces, llamar a alguien, salir a la calle, gritar como un loco o leer algo divertido cuando te invada el pensamiento perturbador, pero lo más importante es tomar conciencia de cuánto espacio mental te quita el romance. Es ideal para esto tener un amigo o amiga que haga el papel de aguafiestas, que te traiga a la realidad sin contemplaciones ni anestesia, que te señale el error o qué tanto te estás apartando de la normalidad. El trato que hizo una de mis pacientes con su mejor amiga fue: "Voy a contarte cada vez que no soy capaz de quitármelo de la cabeza o cuando me sienta que estoy exagerando. 26 Walter Riso – Ama y no sufras Tú, entonces me pellizcas, me muerdes, me tiras un vaso de agua fría o me das una patada, pero no me dejes asumir el papel de estúpida mientras esto dure". La posición es clara, los puntos de alerta están activados. "Mientras esto dure" significa mucho, es la aceptación de que el conjunto de las sensaciones que se están sintiendo no durarán para toda la eternidad. La estrategia que utilizó mi paciente se la conoce como la técnica de Ulises, y consiste en poner el control afuera, si no soy capaz de controlarme a mí mismo. Recordemos que Ulises le pidió a sus compañeros que lo ataran al mástil y que no lo soltaran hasta salir del mar de las sirenas, sin importar lo que dijera o hiciera, para evitar así ceder al hechizo de su canto. Conclusión: distracción, poner el control afuera, detener el pensamiento, así sea placentero. La droga también lo es. Que te "guste" pensar todo el tiempo en ella o él no es razón valedera: el principio del placer no justifica la locura. 5. Si tu relación requiere que hagas sacrificios heroicos y esfuerzos denodados para mantenerla activa, no funciona El enamoramiento no es philia, ni convivencia matrimonial. No vale la pena correr riesgos inútiles para conservar una relación erótica que no se conserva a sí misma. No dejes que el heroísmo amoroso se te suba a la cabeza. Cuando te encuentres bordeando el precipicio de la insensatez ya puede ser tarde. El pensamiento que debes fortalecer es: "No haré nada que me dañe a mí o a las personas que amo de manera irracional o no justificada". Escríbelo en una o varias tarjetas y riégalas por todas partes. Úsalas como un recordatorio. Si tienes que desgastarte mucho para que tu pareja de turno siga contigo o para que eros no languidezca, estás en el lugar equivocado o ya entraste al terreno de la adicción. El placer erótico tiene su propio motor y si hay algo que no hay que hacer en el enamoramiento es esforzarse para generar placer, porque ya está implícito. Conclusión: el enamoramiento es un estado emocional que puede llevarte a cometer cualquier insensatez, como por ejemplo casarte sin pensarlo demasiado, entregar tus bienes o tu vida. Una paciente, bajo el furor de eros, decidió dejarse contagiar de sida por su nueva pareja (llevaban menos de un mes) como una prueba de amor. Aún se lamenta del error. 27 Walter Riso – Ama y no sufras Capítulo 2 Amor y deseo: el eros imprescindible El deseo mueve al mundo y a cada uno de nosotros. Desear, según el filósofo Spinoza, es "perseverar en el ser" (connatus), es el apetito, las ganas: "no es otra cosa que la esencia misma del hombre". O dicho de otra forma: el deseo nos impulsa a vivir lo más intensamente posible. Analicemos dos afirmaciones que pueden destruir la autoestima de cualquiera: a) "Te amo, pero no te deseo" y, b) "Te quiero, pero no te amo". En el primer caso, el contrasentido es evidente: no hay amor de pareja completo sin deseo. Amor sin deseo es amistad pura (philia) o alguna forma de amor espiritual (ágape), válidos sin lugar a dudas, pero insuficientes por sí mismos para conformar una relación de pareja plena y saludable. En el segundo caso, nos están diciendo que la pasión no alcanza para ser amantes, que no habrá sexo, que el deseo se agotó, que no hay apetencia. "Te quiero, pero no te amo", quiere decir, "Siento por ti un cuasi amor, un amor subdesarrollado que se quedó a mitad de camino". Un afecto filial, sin pasión o con muy poca. Si alguien te dice que "te quiere" pero que no sabe "si te ama", es que no te ama lo suficiente, así que no pierdas el tiempo. Precisamente, una característica del amor pasional es que su ocurrencia nunca se pone en duda. La evidencia del amante es abrumadora, no cabe el titubeo. Safo, la poetisa griega nos da una pista. La poesía se llama Me parece igual a los dioses: ...Lo que a mí el corazón en el pecho me arrebata; apenas te miro y entonces no puedo decir ya palabra. Al punto se me espesa la lengua y de pronto un sutil fuego me corre bajo la piel, por mis ojos nada veo, Los oídos me zumban, me invade un frío sudor y toda entera me estremezco, más que la hierba pálida estoy, y apenas distante de la muerte me siento, infeliz. Eros incrustado en el corazón de una mujer lesbiana hace más de 2500 años. No hay vacilación, está todo dicho. 30 Walter Riso – Ama y no sufras Con el erotismo entramos en el cuerpo ajeno para trascenderlo. Por eso un amor de pareja mojigato y escandalizado de sí mismo está destinado al fracaso. Una de mis pacientes, una señora de cincuenta y tres años, rezaba el rosario en silencio mientras hacía el amor con el marido y le entregaba el sacrificio a Dios en nombre de los niños desamparados de algún lugar que no recuerdo. Un señor adicto a una de esas religiones fanáticas de corte parroquial sólo tocaba a su mujer cuando la biología se lo indicaba, pero lo hacía de mala gana, porque la testosterona era más poderosa que su fe. El deseo sexual inhibido o disminuido, la aversión al sexo, los problemas de excitación o de orgasmo casi nunca son virtudes para la ciencia psicológica y psiquiátrica, más bien son considerados disfunciones sexuales y necesitan tratamiento. Algunas parejas fracasan en su vida sexual por pura incompatibilidad. Estilos distintos, motivaciones dispares que a veces son irreconciliables, pese a los intentos de la ciencia. Ana acudió a mi cita porque su marido mostraba ciertas inclinaciones que a ella le parecían inapropiadas: "No es que no me guste el sexo, pero mi esposo es demasiado... fantasioso... Necesita imaginarse cosas para estar bien conmigo y eso me hace sentir mal". Reproduzco parte de una conversación que tuve con ella. Terapeuta: Por lo que me dices, él necesita utilizar fantasías sexuales para poder estar contigo, ¿Te entendí bien? Ana: Sí. Terapeuta: ¿Podrías ser más explícita? Ana: Me siento incómoda hablando de esto... Él se imagina cosas que no me parecen normales... Terapeuta: ¿Cómo qué? Ana: Que yo estoy bailando en una discoteca y la gente me mira... Moviéndome de manera sensual y cosas por el estilo... A veces se imagina que hacemos el amor en público... Terapeuta: ¿Algo más? Ana: Tener sexo en un parque... Una vez me pidió que imagináramos que había otra persona... con nosotros.... Terapeuta: ¿Alguien en especial? Ana: Sí... Una amiga mía... 31 Walter Riso – Ama y no sufras Terapeuta: ¿Esto ocurre con mucha frecuencia? Ana: Una o dos veces al mes... Terapeuta: ¿Te pide algo más que te incomode? Ana: Le gusta mucho el sexo oral y a mí me da un poco de impresión... Terapeuta: ¿Sientes asco? Ana: No, más bien pudor... No digo que sea pecado, sino que me parece incómodo... Él necesita de muchos requisitos para excitarse... Música, incienso... A veces trae cremas y unos aceites pegajosos que me parecen horribles Cuando eyacula le gusta que yo me unte de su semen... Pero lo que más me molesta son las fantasías... No creo que eso sea normal... Pienso que debería bastarle conmigo... Terapeuta: ¿Sientes que no te desea? Ana: Pues, a mí sola, no... Terapeuta: Por lo que dices todas sus fantasías o sus "agregados" giran alrededor tuyo... Ana: Sí, pero yo me pregunto, ¿por qué no podemos tener un sexo más natural, más sano?... Terapeuta: ¿Piensas que el sexo que propone tu marido es enfermizo? Ana: No sé, a veces lo he pensado... ¿Por qué no es capaz de hacer el amor como todo el mundo? Terapeuta: ¿Cómo crees que lo hacen los demás? Ana: Normal... Como dos personas normales... Terapeuta: En los humanos el sexo suele ir más allá del coito o la simple penetración. Es lo que se conoce como erotismo. Un salto por encima de lo biológico donde intervienen las fantasías, los juegos y otros añadidos, sin embargo, a muchas personas no les gusta y prefieren tener relaciones más formales. Tu marido tiene una manera de concebir el sexo distinta a la tuya, si te sientes forzada a hacer cosas que no quieres, es preferible que no las hagas. Ana: Para mi debería ser algo más natural… Terapeuta: Algunos psicólogos consideran que la sexualidad "natural" en los humanos es precisamente usar la imaginación. ¿Qué piensas de eso? Ana: En mi caso no... Terapeuta: ¿Has hecho el intento de acoplarte a algunos de sus juegos para ver cómo te sientes? 32 Walter Riso – Ama y no sufras Ana: No soy capaz... Me molesta... Es como cuando se masturba... Siento que me hace a un lado, así lo haga abrazado a mí... Terapeuta: ¿Tienes orgasmos? Ana: No sé... Creo que sí...Ya no sé... Los gustos sexuales de Ana eran muy distintos a los de su esposo. Ambos fueron remitidos a un programa de terapia sexual y de pareja. Después me enteré de que ninguno pudo acoplarse al estilo del otro y ella prefirió separarse a tener que participar en las fantasías que él le proponía, así sólo fueran virtual es y ella fuera la única protagonista. Más allá de cualquier juicio de valor, lo que resulta difícil de entender en este caso es cómo dos personas tan distintas en lo sexual hayan tomado la decisión de vivir juntos y casarse. Muchos individuos sobrestiman el poder del amor y subestiman el papel que juega el deseo sexual en la conformación de una pareja satisfactoria. El resultado está a la vista. El eros desbordado, que generalmente termina en violencia o desviaciones sexuales, también necesita ser intervenido. Recuerdo el caso de un paciente que se quejaba porque su mujer no lo acompañaba en sus fantasías, las cuales eran especialmente complejas. Una de ellas consistía en lo siguiente: él debía bajar a las veintitrés y cuarenta y cinco de la noche al garaje del edificio donde vivían, esconderse debajo de su auto y comenzar a masturbarse; a las doce en punto, su esposa, vestida de falda larga y botas rojas, debía subirse al coche y acelerarlo hasta que él eyaculara. Como resulta entendible, la señora, una mujer abierta y tranquila que solía acceder a las exigencias sexuales del hombre, no estaba muy contenta con semejante ajetreo. De manera razonable, ella no solicitaba que se acabaran los juegos sexuales, sino que se hicieran menos complicados y en lo posible a otras horas. Luego de algunas citas, el hombre logró reducir y moderar sus fetiches. A diferencia del primer caso, aquí no había una diferencia de fondo en lo sexual. Ambos mostraban modos y gustos similares y congeniados, no fue problemático. Ubicar el punto exacto en que nos sentimos cómodos no siempre es tarea fácil. Sin deseo, el amor de pareja pierde su fuerza esencial, pero también es cierto que una relación de pareja no puede depender exclusivamente del número de erecciones para ser feliz. Hay gente que es más sexual que otra y esas diferencias individuales pesan mucho a la hora de experimentar la sexualidad en pareja. 35 Walter Riso – Ama y no sufras Placer logrado: muerte del deseo, aburrimiento. La trampa mortal de eros: "Te necesito cuando no estás y me aburro cuando estás". Schopenhauer vio claramente este proceso de auto-aniquilación erótica cuando afirmaba que toda felicidad es negativa: "Y una vez realizada la conquista, una vez alcanzado el objeto, ¿qué has ganado? Nada, seguramente, si no es haberse liberado del sufrimiento, de algún deseo, de haber alcanzado el estado que uno tenía antes de la aparición del deseo". Por eso eros no alcanza a configurar las bases del amor maduro y estable. Se necesita un deseo que no esté atrapado en el miedo a la pérdida, que se mantenga vivo a pesar del disfrute y que esté apuntalado en algo más que la apetencia. En otras palabras, eros al servicio del presente continuo, el deseo aquí y ahora: desear lo que tenemos, lo que sabemos y lo que gozamos. Veamos un caso. Fernando era un hombre joven que mantenía una relación a distancia con una mujer de su misma edad desde hacía dos años y medio. Se veían cada quince días y pasaban el fin de semana juntos. Desde el comienzo, la relación mostró un desbalance fundamental: ella con el pie en el acelerador y él a media máquina. Fernando entró en un conflicto letal: "No soy capaz de comprometerme, pero tampoco soy capaz de dejarla". Se mostraba quisquilloso con ella, peleaba por cualquier insignificancia y amenazaba con terminar la relación a cada rato, y después, víctima de la nostalgia y el arrepentimiento, la llamaba para que se arreglaran. La ambivalencia parecía irresoluble: en la lejanía, la deseaba, le daban ataques de celos, la acosaba telefónicamente y le prometía amor eterno, y en la proximidad, una vez se acababa el arrebato, caía en la más profunda y penosa indiferencia. En las consultas la indecisión se hacía evidente. Cuando yo le sugería que se casara con ella, él exaltaba las ventajas de vivir alejado y si le mencionaba la ruptura, se aferraba a la relación. Si yo exaltaba las virtudes de la mujer, él hacía referencia a sus defectos y si yo me concentraba en sus defectos, él la defendía abiertamente. “Ni contigo, ni sin ti". Por un lado, la presión para formalizar la relación y por el otro la ambigüedad de un eros que lo empujaba cada vez más en sentido contrario. 36 Walter Riso – Ama y no sufras Un día la cuestión tomó un matiz casi trágico. La "novia", harta de esperar, consiguió un nuevo admirador, menos ambiguo y mucho más valiente que mi paciente. Al ver que la iba a perder definitivamente, Fernando entró en pánico y contra toda lógica le propuso matrimonio, a lo cual ella contra toda lógica, aceptó. A los seis meses de casados se separaron. Él aún suele llamarla, cuando el deseo, la carencia o la soledad activan la nostalgia retrospectiva de lo podría haber sido y no fue. Dadas ciertas condiciones amorosas positivas, es decir, relaciones en las que exista philia y ágape, así sea en pequeñas dosis, eros es capaz de trascender el instante placentero y disfrutar de la calma después de la tempestad. Domenico Modugno, en una de sus canciones, lo expresa así: "Sabes que la distancia es como el viento, apaga los fuegos pequeños pero enciende aquellos grandes" .Yo diría que enciende los fuegos bien repartidos y distribuidos. Eros, philia y ágape: la triple llama que se aviva con la lejanía. ¿Qué hacer, entonces?: disfrutar lo que se tiene, lejos de la esperanza, de lo que "podría ser", de las quimeras, someternos al aquí y ahora de manera consistente. Conozco gente que no disfruta de un buen plato de comida porque sabe que se le va a acabar. La mala noticia, aunque sea obvio, es que todo se acaba. Las personas que queremos van a fallecer algún día, nosotros mismos moriremos y no por eso hay que echarse al dolor y dejar de disfrutar lo que tenemos. Creo que la posición más sana debería ser al revés: Como no vamos a vivir eternamente, como somos materia perecedera, mejor intentemos aprovechar de manera intensa y penetrante cada momento. Una vez más: gozar lo que somos y lo que tenemos, momento tras momento. Krishnamurti afirmaba que el deseo es placer proyectado en el tiempo, es decir, necesidad psicológica de perpetuar el placer y repetirlo hasta el cansancio. Así somos, pero es comprensible: ¿quién no quiere repetir con la persona amada? Yo lo llamo "apeguito" erótico, preferencia más que adicción. De no ser así, sólo nos quedaría la opción tediosa de un deseo insatisfecho. Dicho sea de paso, he visto a más de un fanático de la Nueva Era cambiar su opinión sobre el apego cuando eros los flecha muy a su pesar. Toda la apología orientalista del desapego se hace añicos ante la fuerza embriagadora del amor pasional. Así, el enamoramiento, que días atrás era considerado como una manifestación de la decadencia occidental, ahora es visto como una forma de 37 Walter Riso – Ama y no sufras santidad' y misticismo. Eros es un hecho tan real y concreto como el aire que respiramos: negarlo es una estupidez, préndele velas, también. Para no sufrir Disfrutar la sexualidad en pareja sin estorbo Cuando una pareja se consolida, eros debe seguir allí, rondando e inquieto. Un matrimonio sin eros es como un organismo sin oxígeno. Si estás con una pareja estable y la amas de verdad, debes prestar atención a la sexualidad, es decir, debes alimentarla y cultivarla. Nada hay prohibido, si no es dañino para ti o para el otro. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué la rutina?  Sexo creativo, juguetón, avanzado y descarado, que te haga descubrir quién eres en cada caricia. Una relación sexualmente predecible, plana e insulsa acaba con el encanto del asombro. Si sientes que no hay erotismo en tu relación no te resignes, saca a relucir tu rebeldía, activa la imaginación y si él o ella se escandaliza, confróntalo, comunícate, expresa tu verdadera necesidad, sin tapujos ni vergüenza. Nadie tiene que vivir reprimido ni esconder el deseo natural de su sexualidad por pudor o miedo al rechazo de la persona que supuestamente ama. El placer es uno de tus derechos fundamentales y no un exabrupto de mal gusto.  Una buena relación está basada en la confianza mutua, en las fantasías compartidas y en un erotismo disponible. No hace falta que tengas ganas las veinticuatro horas, basta con que haya madera para encender el fuego, preludios, (insinuaciones, picardía, malicia de la buena). Y si tu pareja se ofende, te rechaza o no te comprende, puedes hacer un intento sincero de hablarle y explicarle tus razones, lo que siente tu cuerpo. La técnica es la asertividad: la capacidad de ejercer y defender los derechos personales. Pero si la negativa continúa, no te acoples a la frialdad, no mates a eros, no te adhieras al displacer.  Si tu sexualidad es simple, elemental, casi animal, ausente de toda chispa y no estás contento o contenta, insisto, arma el revuelo. No tienes que empezar una guerra, pero sí una batalla amistosa. Dejar sentado que el amor que sientes no renunciara a eros jamás, porque no quieres un amor incompleto o filial. Mi experiencia profesional es que el mejor aliado del sexo es el sexo. Como una bola de nieve positiva que crece y se alimenta a sí misma, la sexualidad atrae sexualidad, el erotismo genera erotismo. 40 Walter Riso – Ama y no sufras esencia de un amante feliz. La mayoría de la gente que está afectivamente insatisfecha se autocompadece, se deprime, hace mea culpa y se abandona en el dolor, en lugar de ser asertiva y expresar abiertamente lo que está sintiendo. Una paciente enfrentó así la cuestión: "Mira, esto no está funcionando, me aburro después de hacer el amor, cuando tengo el orgasmo siento que me quiero ir y creo que a ti te pasa lo mismo. Sólo nos acerca el deseo. ¿Qué clase de relación es ésta? Así que te propongo que fijemos una posición clara y definitiva, o hacemos algo para cambiar este juego insulso o prefiero que esto se acabe y aburrirme sola, al menos estaría libre". Tomar al toro por los cuernos. A manera de conclusión. Si tu pareja te dice que no necesita sino a eros y, sin embargo, tú esperas más; ya tienes el problema solucionado: nada que hacer. Si, por el contrario, cuando eros se aleja experimentas un gran vacío, concentra tu energía en comprender qué pasó con la amistad que antes los unía. Pregúntate qué le falta a tu relación, por qué se aburren cuando eros se sacia, hablen de ello hasta el cansancio. Al pensar en sexo, primero salgan, diviértanse, dejen que unos vinos se les suban a la cabeza, en fin, pásenla lo mejor posible y sólo después, cuando la risa haya aflorado otra vez, busquen la cama. Deja que el deseo se reinvente a sí mismo y se proyecte más allá del orgasmo, tú sólo debes preparar el terreno para recuperar la philia o comenzar a crearla, si no existe. 41 Walter Riso – Ama y no sufras Capítulo 3 Enamoramiento y atracción: ¿Qué nos seduce? Los caminos que conducen al enamoramiento son innumerables. La historia personal, la edad, las condiciones concretas de vida, los gustos, los valores que aprendimos, en fin, el enamoramiento es multideterminado. No obstante su complejidad, hay algunos elementos que tomados en conjunto parecen aclarar un poco el panorama de por qué alguien nos gusta. Veamos en detalle cada uno de ellos. Belleza y poder Una mujer bella y coqueta puede resultar tan peligrosa como un hombre de chequera abultada. Cuando un varón está acompañado por una mujer muy atractiva, aumenta su imagen social: dime con qué mujer andas y te diré cuánto cotizas. En el caso inverso, la predicción no se cumple: la evaluación de la mujer depende exclusivamente de su atractivo personal: no me importa con quién andas, si eres bella, eres atractiva de todos modos. Uno de mis pacientes reunía todas las debilidades típicas masculinas frente al sexo opuesto. Le gustaban las mujeres mucho más jóvenes (quince a veinte años menores), altas, delgadas y sinuosas, de pelo largo y rostro aniñado. Su vida amorosa se reducía a una lista interminable de rechazos afectivos, similar a la de un Don Juan en decadencia: "Valgo por lo que consiga y no consigo nada". Los varones adictos a la belleza femenina suelen terminar solos, mal casados o con un cúmulo de separaciones en su haber. La premisa más saludable para un hombre de aspiraciones estéticas exigentes es como sigue:"Siempre habrá alguien mejor que tú; más fascinante o más seductor, que pueda desplazarte o resultar más atractivo para tu conquista de turno. Las mujeres muy bellas cuentan con un ejército de hombres a su alrededor dispuestos a todo para atraerlas". No digo que haya que buscar una persona desagradable para enamorarse, pero una cosa es el buen gusto y otra la adicción a la belleza. Las mujeres "normales" generan una especie de tranquilidad erótica en los hombres inseguros. En casi todas las culturas, el rostro femenino de mayor atractivo es aquél de aspecto infantil, ojos grandes y separados, nariz y barbilla pequeña, sonrisa amplia y cejas altas. La búsqueda de este ideal de belleza funciona como una trampa para muchas mujeres, que tratando de ser hermosas terminan en verdaderos cuadros adictivos. Aun así, sin pretender desconocer la 42 Walter Riso – Ama y no sufras responsabilidad que los varones tenemos en esta carrera desenfrenada por alcanzar la perfección física, pienso que las mujeres se arreglan (maquillan, peinan, visten) más para las mujeres que para los hombres. Veamos un ejemplo representativo de lo que afirmo. Se abre la puerta de un bar animado y entra una mujer, no importa la edad o si está acompañada. De inmediato, como movidas por un resorte invisible, la mayoría de las allí presentes, sin el menor disimulo, dirigen su atención a la recién llegada. No es un simple reflejo de orientación, sino fisgoneo consciente e intencional. Entonces, en milésimas de segundos, comienza un escaneo sistemático de todas contra una: pelo (teñido o natural), frente, párpados, ojos (color, forma y tamaño), nariz (modificada, no modificada o mal modificada), papada, calidad de la piel, tamaño del busto, proporción cintura/cadera, cola (rematada, proyectada o tipo mandolina napolitana), piernas, marca y diseñador posible de la vestimenta, forma de caminar, número y profundidad de arrugas, entre otras. Luego, hecha la evaluación, se termina la curiosidad y todo regresa a la normalidad: la recién llegada pasa a formar parte de la legión de observadoras qué volverán a su actividad cuando otra mujer atraviese el umbral. En una encuesta no formal que se realizó con ciento cincuenta mujeres que asistían a consulta psicológica, se les preguntó para quiénes se arreglaban cuando debían asistir a un evento social. La gran mayoría dio respuestas mixtas, sin embargo, reconocieron que de una manera u otra, las demás mujeres eran tenidas en cuenta durante el proceso de embellecimiento:"Me arreglo para que ellas me envidien", "Me arreglo para mi pareja y además para que esas brujas no me critiquen", "Me arreglo para los hombres, pero sin olvidarme de ellas". Sólo a unas pocas, generalmente las que tenían la auto estima elevada, les importó un rábano la opinión de las otras mujeres: "Me adoro y me adorno... El que se embellece es mi ego... lo demás no interesa...”. Los hombres también criticamos a las mujeres, pero somos más toscos y menos detallistas a la hora de analizar los atributos femeninos. A los varones nos interesan más las protuberancias que las arrugas, más el color de la piel que la calidad y no distinguimos de manera tan eficiente lo artificial de lo natural. Una de mis pacientes llevaba ocho cirugías estéticas tratando de mantener activo el deseo de su marido. En una ocasión el hombre me dijo:"Cada vez que se somete a una cirugía, me siento con una mujer nueva... El problema es que después me acostumbro y ya no es lo mismo...". Es claro que la novedad no 45 Walter Riso – Ama y no sufras escena romántica en la cual su esposo, en pleno acto, la miraba a los ojos con ternura y le prometía amor eterno. ¿Iguales o distintos? En ocasiones, eros necesita un toque de misterio o de incertidumbre para funcionar bien. Al menos en la aventura, el riesgo, lo desconocido y el reto pueden obrar como un factor estimulante en muchas personas. En una investigación se invitó a un grupo de mujeres a que inhalaran el aroma de unas camisetas empapadas con sudor masculino y luego se les pidió que escogieran las camisetas que consideraban más sensuales. La mayoría de las participantes eligió las prendas de los individuos que tenían un sistema inmunológico distinto al de ellas. Cuando de eros se trata, en la diferencia está el placer. Una mujer felizmente casada desde hacía ocho años, madre de dos hijos y absolutamente fiel, tropezó en una caballeriza con un joven instructor de equitación que nunca había visto antes. A partir de ese momento, sin mediar palabra, el desconocido se le convirtió en una obsesión. Su descripción fue la siguiente: "Quedé cara a cara con él... No comprendo qué fue lo que me pasó, es imposible explicarlo con palabras... Fue un baldazo de agua fría... Quedé entre fascinada y petrificada, clavada en el piso, boquiabierta, como si hubiera visto un fantasma... Él me saludó y yo no le contesté... El hombre no es atractivo, es poco refinado y nada culto... A mí siempre me habían gustado los hombres impecables y los ejecutivos de corbata, así que no me explico... Desde ese día no puedo dejar de pensar en él". En realidad, la ciencia no tiene respuestas claras para explicar la atracción sexual imprevista y aparentemente ilógica. ¿Elección inmunológica, recuerdos inconscientes, un mecanismo de transferencia no detectado, necesidad insatisfecha, ganas de amar o simple naturaleza? En el caso de la caballeriza hubo un click "inexplicable" que movilizó de manera vigorosa el deseo de mi paciente. Nunca sabremos con exactitud qué ocurrió. Seis meses después el embeleco había pasado totalmente. Eros trasciende lo cognitivo, lo razonable, los "debería" y muchas veces nos pone en situaciones que no logramos comprender. Podemos enamorarnos de nuestros peores enemigos (la historia está llena de ejemplos) y desear de manera irracional a quienes nos hacen daño (los consultorios psicológicos están repletos 46 Walter Riso – Ama y no sufras de pacientes con adicción afectiva). ¿Amar al verdugo?: difícil de comprender, como cualquier otra perversión, pero existe. Admiración/afinidad No es que la admiración produzca orgasmos, pero crea las condiciones para que se den. Cuando vemos a una persona del sexo opuesto con algún atributo que admiramos, de inmediato la mente orienta su atención hacia él o ella. Nos interesamos y la observamos de un modo especial (incluso le perdonamos algunos defectos físicos). La admiración obra como un moderno y evolucionado sistema de atracción, que reemplaza los primitivos estímulos visuales por unos más sutiles y elegantes. Si la admiración nos lleva al "amor pasional", lo hace a través de un bypass que crea la cultura y exalta la mente. A eros casi nunca lo vemos llegar, por eso decimos: "Está enamorado" o "Se enamoró". No nos damos cuenta de cómo evolucionó el sentimiento; simplemente ocurre, nos llega de afuera, ésa es la sensación. En cambio, en la admiración/afinidad podemos detectar la aparición del proceso afectivo, por eso decimos:"Me estoy enamorando". El gerundio implica algún tipo de philia, algo más que eros. En la admiración, lo erótico es indirecto. Por ejemplo, si nos gusta la música y estamos asistiendo al concierto de un pianista excelso, es muy poco probable que nos excitemos sexualmente con la ambientación (a no ser que los instrumentos sean nuestros fetiches), más bien nos encantamos ante la majestuosidad de su ejecución, aplaudimos el don, erotizamos al intérprete, y lo hacemos a sabiendas. No sé qué sustancias se dispararán en ese caso, pero hay un coqueteo virtual, una fantasía sofisticada de alto vuelo que nos pone muy cerca de eros, un eros más elaborado, pero eros al fin. Para la gente sensible, el virtuosismo es un potente afrodisíaco. Una persona brillante, que además se destaque en alguna área de nuestro interés, ganará automáticamente puntos en su atractivo, aunque no sea muy bella físicamente. Esto no garantiza la aparición de eros, pero sus probabilidades se incrementan notablemente. Dadas ciertas condiciones; podemos entrar al deseo o al enamoramiento desde la admiración, incluso desde la afinidad, si no se convierte en tedio. Tener gustos similares y no tener que explicar el chiste es sin duda un comienzo interesante. 47 Walter Riso – Ama y no sufras Pongamos el caso de dos personas que comparten la pasión de un pasatiempo, un deporte o una profesión de manera constante. ¿No obrará entre ellos una forma de condicionamiento clásico donde de tanto asociar la persona compañera a la emoción positiva que nos produce la actividad, ella misma se convierta en placentera? Si nos une una pasión en común, ¿no habrá un carácter transitivo, una transmutación del deseo hacia el otro a partir de la coincidencia? Eso explicaría por qué muchos amantes son compañeros de trabajo o próximos en la vocación. Insisto, en la atracción por admiración hablamos de un proceso psicoafectivo que no va directo al corazón sino que pasa antes por la corteza cerebral, abre puertas y ventanas y se expone conscientemente a que la pasión haga de las suyas. La admiración seduce, gana adeptos, genera curiosidad. Ya no se trata de iconos primitivos sino de la cualidad humana, ya no es el penacho rojo o la cara pintada la que induce el acercamiento, sino el símbolo y la metáfora. Aun así, debemos reconocer que la admiración no siempre alcanza el umbral del deseo. Hay ocasiones en que el físico no ayuda y no debemos olvidar que el cuerpo también decide en su sabiduría. Admiramos a muchas personas que no deseamos sexualmente y deseamos a muchas que no admiramos. Recuerdo el caso de una jovencita muy atractiva cuyo mejor amigo se enamoró de ella. El problema era que la muchacha lo apreciaba y lo admiraba, pero no lo veía ni lo sentía como hombre. Veamos parte de una conversación que sostuve con ella. Terapeuta: Dices que él está enamorado de ti? Ella: Sí, me dijo que yo le gustaba desde hace mucho... Pero no sé... Terapeuta: ¿Por qué no le das una oportunidad? Estás disponible, rompiste con tu novio hace meses, ¿por qué no? Ella: Me gustaría, sí... pero él no me parece atractivo... Terapeuta: ¿No es tu tipo? Ella: No, no lo es... Terapeuta: ¿Y no podría llegar a serlo? Ella: Es que nunca me han gustado los gordos... Yo le digo "gordis", cariñosamente.....Además, yo soy más alta, le llevo como diez centímetros.., Me siento muy superficial al decir esto... Terapeuta: ¿Lo admiras? 50 Walter Riso – Ama y no sufras mujer le gustas más de traje y corbata, puedes hacer una variación, crear momentos especiales para darle gusto o alternar. No tiene sentido que defiendas los jeans como un principio moral no negociable. Si a tu marido le gusta que uses faldas cortas de vez en cuando, ¿por qué no? Podrías argumentar que la falda no te queda bien o que te agradan más los pantalones, pero aun así, ¿no vale la pena revisar ese criterio y flexibilizar un poco tu estilo personal? Arréglate para ti, pero no olvides que la forma en que lo hagas influirá significativamente en el eros de tu compañero o compañera. Nadie duda que la pareja nos atrae más cuando se acomoda a nuestro fetiche, cuando exalta nuestros sentidos, cualquiera que sean ellos. No subestimes tu apariencia. No te pierdas el disfrute de adornarte y gustarte. No te escapes del espejo, es verdad que es indiscreto, pero ayuda y si pese a tu buena intención tu pareja te rechaza, no te critiques ni te auto castigues, habrá alguien con mejor gusto. La belleza es una actitud, si te sientes bello o bella, lo eres. 2. Exalta tus encantos y utiliza la seducción Mostrar tus encantos naturales no es un acto de mal gusto ni de exhibicionismo barato, se llama sensualidad, coquetería, no es frivolidad sino seducción. Eros responde a las insinuaciones, no obra en frio ni guiado por la objetividad. Eros tiene puntos sensibles que escapan a toda lógica y ésos son los que debes activar. Pero si tu creencia es que el amor "puro" no necesita de galanteo y persuasión, estás fuera de foco. Una de las ideas más ridículas que se ha generalizado en nuestra cultura es que el amor erótico no requiere de otro ingrediente que el sentimiento mismo, es decir: si te amo, entonces necesariamente te deseo. Nada más erróneo. Precisamente, el descuido personal (no me refiero a la belleza sino a la sensualidad) hace que con los años muchas personas dejen de desear a sus parejas, aunque las quieran, afecto sin deseo: hermanos del alma. ¿De dónde sacas que no debes seducir a tu mujer o a tu hombre? ¿Has visto la cara de felicidad de tu marido cuando te le insinúas de la manera que a él le gusta? ¿Recuerdas la expresión de tu esposa cuando decidiste ser romántico? Eros manda, pero hay que ayudarle. Si estás sufriendo porque no te sientes deseada o deseado, piensa hasta dónde eres responsable por ello. ¿Cómo estimulas a la persona que dices querer? ¿Realmente lo haces o simplemente crees que existe una forma de inercia erótica que se alimenta a sí misma? ¿Por qué crees que las parejas hacen el amor con 51 Walter Riso – Ama y no sufras más frecuencia cuando llegan de una fiesta? Es sencillo: se ven mejor, huelen mejor, están mejor vestidos, hay un toque sexy en esto del arreglo personal. A veces nos sorprendemos cuando en un cóctel cualquiera vemos a nuestra pareja deslizarse elegantemente entre la gente, y pensamos: "No está nada mal, si la viera hoy por primera vez me parecería atractiva y trataría de tener algo con ella". Pero después de un día de trabajo, la cuestión cambia. No es que no haya amor, de hecho philia y ágape pueden estar presentes, pero eros necesita a veces maquillaje, menos barba, frescura, descanso. De ti depende mantener a eros en plena actividad. No obstante, si eres una persona tímida, inhibida o un tanto moralista, la cosa se complica. Si te sientes ridícula haciendo la danza de los siete velos, lo entiendo, pero si esa sensación también está presente cuando cruzas las piernas o caminas frente a un grupo de hombres que te mira, la cuestión puede requerir ayuda profesional. Una paciente me decía que ella se sentía como una prostituta cuando intentaba seducir a su marido, porque en el amor "verdadero" eso estaba de más. El hombre la dejó por una mujer fea y menos culta, pero con un atractivo especial para él: era sexualmente pícara y atrevida. No olvides que a veces entramos al amor por eros. Sentirse lindo o linda no es suficiente para producir en la pareja un revolcón erótico. Hay que tener personalidad seductora, y yo pienso que todos disponemos de ella. Si te lanzas al ruedo, descubrirás que eres mucho más sexy de lo que crees. En tu interior hay un animal sexual dispuesto a saltar y a soltarse de la rienda de los prejuicios. Puede ocurrir que tu pareja se asuste, es verdad, pero eso no justifica que te acomodes al discreto encanto de un sexo programado y sin imaginación. Cada pareja debe hacer su propia revolución sexual y revisar sus protocolos de seducción erótica de tanto en tanto. Tienes el derecho a una vida sexual plena y saludable. Si no la has logrado, no te quedes añorando lo que podría haber sido y no fue. Métete el orgullo en el bolsillo e intenta conquistar a tu pareja sin que ello implique humillarte, busca sus puntos débiles, explora sus zonas erógenas, llega a su punto G, arrástrala a la manía. No hay malos amantes, sino malos estimuladores. 3. La belleza física no es imprescindible para el placer sexual La belleza física puede ser un disparador de eros, pero tal como dice el, refrán, en la cama todo el mundo se parece. La atracción sexual poco tiene, que ver con la belleza. No añores a la mujer supermodelo o al actor de telenovela. Es probable 52 Walter Riso – Ama y no sufras que en su vida privada no sean muy distintos a ti. Por pura estadística, la mitad son malos amantes: Humanízalos, bájalos del pedestal. A casi todo el mundo le ha pasado alguna vez que la fantasía se hace añicos cuando la llevamos a cabo. Si no hay más que belleza, a la tercera o cuarta relación sexual se pierde el encanto. El acople sexual es mucho más complejo que el gusto estético. Se trata de compatibilidad anatómica más que contemplativa. El olor, el sudor, el tipo de piel, la manera de apretar y soltar, el sabor de los besos, algunas curvas que se convierten en fetiche sin darnos cuenta, el ritmo y la cadencia al caminar, lo que se dice y cómo se dice, el preludio y el epílogo, el aliento, la ropa interior y exterior, la fortaleza y la ternura, en fin, todo esto junto y a la vez. ¿La belleza?: sí, también influye en eros, pero no tanto como crees. La manera en que llevas tu cuerpo es quizás más importante que el cuerpo mismo. ¿Nunca te ha pasado que alguien que te atrae fuertemente no coincide con tu ideal de hombre o mujer? Y es que la química no sólo está en los rasgos, ni en la cara bonita, hay algo más primitivo, mucho más vital que nos indica "quién" es, aunque no tengamos claro "por qué" es. No niego que una persona muy atractiva físicamente genere revuelo a su alrededor, sin embargo, pienso que los Adonis y las Venus están lejos de uno, muy lejos del promedio. Si tienes complejos con tu aspecto físico, mira a tu alrededor y verás que la mayoría de los seres humanos están emparejados con gente común y corriente. No te rodees de personas que lo único que hacen es pensar en su aspecto físico. Eres mucho más que piel y huesos. Eres el conjunto vivo y armonizado de infinidad de atributos que pueden enloquecer de placer a cualquiera, si te dispones a ello. 55 Walter Riso – Ama y no sufras nada de ella. Silvia quedó con una mezcla de hastío y miedo a enamorarse. Su respuesta a cualquier insinuación de volver a conocer a alguien era determinante: "Estoy asqueada del amor, prefiero estar sola". Decepcionada de eros. Silvia era portadora de una vulnerabilidad genética, tal como mostraron los estudios, que se activó ante un acontecimiento afectivo altamente significativo para ella. En otras personas, el riesgo a sufrir por amor no depende tanto de la biología como de algunos esquemas psicológicos adquiridos durante la infancia. Algunos de ellos son:  Pérdida o abandono: "Necesito compensar el vacío afectivo de mi vida y tener lo que nunca tuve, quiero resarcirme", "No soporto la soledad".  Necesidad de aprobación y perfeccionismo: "Necesito ser amado para a fumarme a mí, mismo y debo hacerlo de la mejor manera posible"," La opinión de los demás me hace feliz o me "deprime".  lnamabilidad y dependencia: "Si me amaran, yo sabría que soy valioso y me sentiría protegido", "Necesito a alguien más fuerte en quien pueda confiar".  Personalidad histriónica: "No puedo vivir sin amor y sin que me adulen". La interacción de estos esquemas psicológicos con determinadas experiencias afectivas puede generar alteraciones en la manera de procesar el sentimiento amoroso. Por razones de espacio, solamente me referiré a dos tipos de trastornos: las secuelas de eros (miedo a sufrir, anclaje emocional positivo y la adicción al amor ocasional) y los delirios de eros (delirio celotípico, que tiene que ver con los celos patológicos, y la erotomanía, que hace referencia a amores imaginarios). Las secuelas de eros 1. Miedo a sufrir, o el estilo represivo de afrontamiento El enamoramiento, debido a su marcada irracionalidad, puede dejar secuelas de todo tipo. Una de las más comunes es el miedo a sufrir. Recordemos la actitud final que asumió Silvia: "No quiero saber más nada, me cansé del amor, ya no quiero sufrir". El costo del amor pasional es tan grande en ocasiones, que no se justifica el placer experimentado. Una manera bastante común de defenderse de los estragos de eros es poner una barrera de "dureza emocional". No significa que estas personas pierdan la 56 Walter Riso – Ama y no sufras capacidad de sentir, sino que bloquean mentalmente el afecto antes de que crezca y eche raíces: la mente dice no, aunque la fisiología diga sí. Tres ejemplos típicos de cansancio afectivo: "Me cansé de sufrir, es mejor estar solo que detrás de un amor imposible", decía un hombre que llevaba más de tres años en un "tire y afloje" con su amante, quien le prometía una y otra vez que iba a dejar a su marido. "Ya no más, prefiero la depresión a la ansiedad", afirmaba una jovencita de apenas quince años con tres fracasos amorosos en su haber. Para algunos, la tristeza es menos dolorosa que la incertidumbre. "No sé qué me pasa, cuando me enamoro nadie me corresponde, ya no quiero ser la perdedora", me comentaba una mujer separada, víctima de varios enamoramientos en serie no correspondidos. Veamos un caso complejo, donde la paciente desarrolló una especie de "amorofobia" que aún perdura. Clara era una mujer perfectamente normal hasta que fue víctima de un enamoramiento a destiempo, en el lugar equivocado y con quien no debía. Se enamoró de su cuñado, el hermano de su marido, un hombre recién separado, muy inseguro y con tendencias depresivas. Clara siguió el patrón que suelen seguir algunas mujeres con fuerte instinto maternal: primero sienten pesar del hombre y lo intentan ayudar, después se hacen cargo de él y finalmente terminan enamoradas hasta la coronilla. En algunas mujeres, la debilidad masculina obra como un extraño estimulante que las empuja a "adoptarlos". Durante seis meses ella pasó por un sinnúmero de emociones negativas y muy pocas alegrías. El cuñado sentía tanta culpa como ella y había querido terminar la relación en varias oportunidades, pero Clara, estimulada por un eros fuera de control, insistía en que debían seguir a cualquier costo. Su actitud era cercana al desvarío. En una cita, me contó sus planes: "Me metí donde no debía, pero voy a pelear por el hombre que quiero... Yo sé que usted me dijo que una relación así no tiene mucho futuro... Sin embargo, no me daré por vencida... Si me separo podemos irnos a vivir a otra parte, montar un negocio o yo podría estudiar de nuevo... Mis hijos están grandes... Me llevaría algunas cosas de la casa... Tengo que hablar con mi marido, yo sé que va a entender...". Cuando le dije que en estos casos es importante tratar de ser lo más objetivo y realista posible, me sugirió que en la vida había que ser más optimista y me dio una serie de consejos de cómo poder logrado. 57 Walter Riso – Ama y no sufras Un día, cuando ella estaba a punto de hacer público el romance y enfrentar a todo el mundo, el cuñado le dio la mala noticia de que iba a volver con su esposa. Ella entró en pánico (la realidad golpea duro cuando andamos por las nubes). Ante la desesperación de perderlo, amenazó con contar todo a la familia si terminaban, incluso llegó a tener gestos suicidas para poder manipularlo. Pero el hombre ya estaba en otra cosa y un fin de semana cualquiera regresó con su esposa. Debido a lo anterior, Clara desarrolló un cuadro depresivo severo y todavía continúa en tratamiento especializado. No quedan recuerdos positivos ni nostalgias de lo que fue aquel amor arrollador, sólo prevalece una profunda aversión primaria. Se ha vuelto más fría con sus hijos, ya no cree en la amistad como antes y el deseo por su esposo desapareció sin dejar rastros. Está desenga- ñada de la vida y del amor, al cual considera una especie de demonio. Decepción y represión, la muerte de eros. En algunos casos la negación emocional adquiere ribetes aun más dramáticos y las personas configuran una alexitimia reactiva, que se caracteriza por un bloqueo generalizado de todas las emociones, tanto positivas como negativas (alexitimia significa incapacidad de leer y procesar emociones). Esta inhibición afectivo/emocional puede perturbar la salud física de una manera significativa. 2. Anclaje emocional positivo y la adicción al amor pasional Si la persona que amamos nos dijera:"Lo eres todo para mí", "Mi vida sin ti no tiene sentido" o "Nunca dejes de amarme", tendríamos dos opciones de respuesta: la tradicional y la posmoderna. En la versión tradicional nos sentiríamos felices porque aseguraríamos la relación, así sea patológica. Es el ideal de cualquier enamorado inseguro o con baja auto estima: "Mi pareja sufre de apego crónico a mí... No me molesta en lo más mínimo, más bien me da tranquilidad...". En la alternativa posmoderna la noticia no sería buena: "Tengo una persona a mi lado que limitará mis acciones, que estará pendiente de cada uno de mis gestos y que se sentirá afectada por cuanta cosa que yo diga o haga". La defensa natural ante la pérdida de autonomía: "Te quiero, te amo, pero exactamente hasta donde llega mi salud mental y física". En otras palabras: amar sin suicidarse en el intento. 60 Walter Riso – Ama y no sufras placer intenso sin intentar retenerlo. Un "enamorado del amor pasional" es un adicto socialmente aceptado que trata de reincidir saltando de una conquista a otra. Platón lo describe así: "He aquí, joven querido, las verdades que debes meditar sin cesar, no olvidando jamás que la ternura de un amante no es una afección benévola, sino un apetito grosero que quiere saciarse. 'Como el lobo ama al cordero, el amante ama al amado"'. No se debe confundir la adicción al amor con el miedo a la soledad o la necesidad de buscar compañía. La persona sola sufre de retraimiento, incomunicación o de exclusión afectiva, por eso, hallar a alguien es una manera de aliviar la angustia. En cambio, para los adictos al amor pasional lo importante no es el soporte emocional, el sosiego de tener un compañero, sino la sensación, el goce, la emoción. No es compañía o tranquilidad lo que busca el adicto a la pasión, sino exaltar sus sentidos. Una paciente de veintidós años tenía un verdadero récord de aventuras. Su manera de funcionar era congruente con la filosofía del desechable, aunque ella no era muy consciente de ello. No buscaba novio sino enamorase tal cual lo había hecho en su temprana adolescencia. Como sabía que eros aparecía de una manera rápida, si a las pocas salidas con alguien no sentía lo que esperaba sentir, lo hacía a un lado. De más está decir que su vida "amorosa" había comenzado a transitar por los incómodos y peligrosos caminos de la promiscuidad. La gente suele pensar que cuantas más personas se conozcan más posibilidades habrá de que el enamoramiento se concrete. Sin embargo, mi experiencia va en contra de esta afirmación de sentido común. La mayoría de las veces eros ocurre cuando menos lo esperamos, como si la ansiedad por obtenerlo, precisamente, lo alejara de uno. Recuerdo una frase de Tagore que define bastante bien lo que quiero decir: "El amor es como las mariposas, si tratas de alcanzarlas desesperadamente, se alejan, pero si te quedas quieto se posan sobre ti". Los delirios de eros 1. El delirio celotipico o los celos enfermizos La característica posesiva de eros hace que muchos enamorados comiencen a desconfiar y a ejercer un control excesivo sobre su pareja. Una mujer recién casada con un hombre obsesivo y celoso me decía con angustia: "No me deja 61 Walter Riso – Ama y no sufras hacer nada, tengo que estar reportándome a cada instante... Me cela con sus amigos, con los vecinos, me huele la ropa interior...Y ahora, quiere que coma mucho, ¡Quiere que engorde para que me vea más fea porque dice que así soy muy llamativa!" El síndrome de Otelo versión criolla. Los celos son un estado emocional negativo provocado cuando alguien percibe que su relación amorosa se ve amenazada por una tercera persona, ya se real o imaginaria. Las reacciones afectivas que los conforman abarcan un amplio espectro: recelo, hostilidad, rechazo, ansiedad, dolor, depresión y, claro está, disminución de la autoestima. Aunque existen algunas diferencias culturales en la manera de sentir y expresar los celos, las reacciones fundamentales son bastante similares. La manera en como piensa y actúa la gente celosa de Hungría, México, Holanda, Unión Soviética, Estados Unidos y la antigua Yugoslavia es prácticamente idéntica. Por otro lado, los hombres y las mujeres sufren de celos por razones diferentes: los varones se preocupan más por la infidelidad sexual, mientras las mujeres lo hacen más por la infidelidad emocional. Cuando los celos son totalmente infundados e imaginarios decimos que son delirantes. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV-TR) los define de la siguiente manera: "Esta creencia aparece sin ningún motivo y se basa en creencias erróneas que se apoyan en pequeñas 'pruebas' (p. ej. ropas desarregladas o manchas en las sábanas, que son guardadas y utilizadas para justificar la idea delirante. El sujeto con esta idea delirante suele discutir con el cónyuge o amante e intenta intervenir en la infidelidad imaginada” Algunos piensan que un poco de celos mantiene la relación bien amarrada. Mi posición es contraria. Si tengo que asustar a mi pareja para que reaccione, es que algo anda mal. Hay maneras más racionales y civilizadas de recordarle al otro que uno sigue allí. Una cosa es que la persona que tienes a tu lado sea atractiva y admirada por la gente (no es culpa de nadie y hasta puede ser agradable que la alaben) y otra muy distinta que tu pareja ande exhibiéndose descaradamente para hacerte "sufrir un poco" y así "descubras" lo valiosa y cotizada que es. Es la pérdida anticipada como factor motivacional: "Te amo mucho más cuando pienso que voy a perderte". Además de ser indigno para ambos, el método es bastante primitivo. Los celos son un arma de doble filo que es mejor no utilizar. 62 Walter Riso – Ama y no sufras 2. El delirio erotomaníaco o imaginarse amores que no existen En cierta ocasión, una psicóloga amiga me remitió un paciente porque el sujeto había desarrollado una idea delirante sobre ella. El hombre pensaba que su terapeuta se había enamorado de él. Fundamentaba tal presunción en que la doctora le rebajaba el costo de las sesiones y, según él, lo miraba de manera especial. De más está decir que ella era una mujer felizmente casada, recatada, seria y supremamente profesional. En una cita, el paciente en cuestión escuchó que ella hablaba con su marido para coordinar quién iría al colegio por sus hijas y creyó detectar en esa conversación un indicio claro de que el matrimonio de su psicóloga era poco menos que un desastre. Llegó a la conclusión de que ella era víctima de un esposo cruel y que él debía salvada. Comenzó a llamarla a la casa, a tratar de hacerse amigo de la secretaria para obtener información confidencial y a escribirle poesías de amor, primero con seudónimo y luego con nombre propio. Un día la esperó en la puerta de su casa y le expresó la idea de rescatarla de su marido. Ella logró convencerlo de que desistiera de su propósito y lo tomó de un brazo para alejado. Esto agudizó aun más los síntomas porque el hombre interpretó el contacto físico como una caricia encubierta, un mensaje que significaba: "Todavía no, espera un poco más". Su percepción de la realidad estaba totalmente alterada. En una entrevista, resumió así su sentir: "No crea que lo estoy inventando, yo sé cuándo una mujer me está seduciendo... Por ejemplo, ella me atiende de faldas cortas y además los ojos le brillan cuando me ve...Yo me doy cuenta... Después de la pelea que tuvo con su esposo por teléfono, ella cambió de lugar el portarretratos donde aparecía junto a él, lo puso mirando contra la pared, ¿no le parece extraño?..Voy a ayudarla a que deje a ese hombre...Y después quién sabe... Hasta podríamos estar juntos...” En el trastorno erotomaníaco la idea delirante suele referirse a un amor romántico idealizado. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV-TR) los define de la siguiente manera: "Por lo general la persona sobre quien recae el sentimiento de amor ocupa un estatus más elevado (por ejemplo una persona famosa o un superior en el trabajo), pero también puede ser un perfecto extraño". 65 Walter Riso – Ama y no sufras Para no sufrir Elegir bien con quién El primer paso, y quizás el más relevante para no sufrir, es elegir bien o al menos reflexionar un poco antes; de involucrarte, darte un tiempo para que puedas evaluar los pros y los contras, donde te proyectes al futuro, así sea a corto plazo, días u horas. Un ensayo virtual que no suelen hacer los enamorados. Me dirás que eros no da tiempo, sin embargo, si estás vigilante, puedes verlo llegar como un rubor, una sensación de extrañeza o cierta inquietud hacía alguien.  Si te ha ido mal algunas veces, la salida más inteligente es revisar por qué ha sido así. Sentarte con cabeza fría a evaluar las causas. Es absurdo que te niegues el amor por miedo a sufrir ¿Eres tan cobarde? Había una vez un gato que se sentó sobre un fogón prendido y se quemó la cola, y a partir de ese momento decidió quedarse toda su vida de pie. ¿Qué le faltó al gato?: capacidad de discriminación, la clave de todo aprendizaje. Dónde y cuándo.  Insisto: afrontar el miedo no significa cerrar los ojos y tirarse al abismo, sino abrirlos bien. Estrategias dirigidas al problema, pensar. De ahora en adelante no dejarás que la emoción sea exclusivamente la que tome la decisión. No implica aniquilada, sino calibrarla. Reprimirla sería como querer curar un dolor de cabeza cortándole la cabeza al paciente. De todas maneras, tengo una pregunta sobre la cual me gustaría que meditaras: Si supieras que sólo después de diez fracasos afectivos consecutivos estaría esperándote la persona ideal, si ése fuera el requisito que te impusiera algún Dios malévolo, ¿Renunciarías a la felicidad de conocer a esa persona? ¿No pasarías por los diez obstáculos?  Desilusionarte del amor es desilusionarte de la vida. No puedes vivir en el desamor sin enfermarte, nadie puede. Enfrenta la próxima relación con valentía. Junta el corazón con la prudencia y haz una alianza estratégica que te permita moverte en los puntos medios. Evaluación consciente: si no tienes claro qué falló en el pasado, seguirás de tumbo en tumbo. Elegir bien con quién vas a estar, ya sea para casarte (lo cual es obvio) o para tener una aventura. Tener claro quién te merece y quién no. No te regales, no dejes que la soledad decida por ti. Afina la puntería, ésa es la clave. 66 Walter Riso – Ama y no sufras No confundas pasado con presente No es fácil que eros repita con la misma intensidad o que se mantenga con la misma fuerza. Aun así, hay personas que bajo la influencia de un romanticismo a ultranza se quedan pegados a los momentos brillantes iniciales, a la euforia original, al asombro que genera el amor en sus primeras etapas. ¿Quieres repetir? , difícil. Quedarte anclado en lo que fue te impide ver lo que es, lo que tienes. Conozco gente que no disfruta el presente porque no se parece al pasado. Las relaciones cambian, algunas evolucionan, otras involucionan. Unas crecen, otras se acaban. Pero cada época tiene su encanto o su dolor ¿Estas enamorada o enamorado del amor? ¿Lo que quieres es repetir la sensación? ¿Y qué harás con todo lo otro que configura el vínculo afectivo? La relación es mucho más que emoción, el sentimiento es imprescindible, pero los demás componentes también. ¿Por qué reduces la experiencia afectiva a la mera emoción? Puedes argumentar que tu pareja al principio era más amable, más tierna y menos egoísta. Si es así, tienes razón en protestar, pero de nada te sirve la añoranza. ¿Lo que podría haber sido y no fue?: eso es perder el tiempo, es una forma de autocastigo. Es provocarse uno mismo el sufrimiento. ¿Y si en vez de lamentarte, actúas? El amor se construye día a día, es convivencia sentida y en movimiento. No puedes detener el tiempo para "sentir lo que sentías". Si eres de esas personas que generan adicción al sentimiento, debes fortalecerte, pedir ayuda, sacar callo. Para no sufrir debes concentrarte en el aquí y el ahora, no tienes otra opción. Si no lo haces, confundirás la ilusión con la realidad, y eso sí es grave. Otra vez Tagore: "Si lloras por el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas". Y si no hubiera estrellas, tampoco se justificaría rememorar un sol muerto. Esto es lo que tienes: lo tomas, lo dejas o lo cambias. Si hay enfermedad: terapia urgente Como pudiste deducir de la lectura del capítulo anterior, eros puede degenerar en patología. No tengo mucho para decirte en este punto. Si los celos se han enquistado en ti o en tu pareja, o si algún otro delirio te ronda, pide ayuda profesional. De acuerdo con mi experiencia, los celos son una enfermedad peligrosa porque no sólo atentan contra la seguridad personal sino que crecen a una velocidad pasmosa. 67 Walter Riso – Ama y no sufras Entusiásmate, pero no enloquezcas Es distinto. El entusiasmo no te aleja de la realidad, te aproxima a la vida con pasión. El amor enfermizo distorsiona la realidad y por lo general lastima a quien lo padece. En el entusiasmo creces como persona y te realizas. En la locura (hipomanía) te niegas a ti mismo. Siente el amor con todas tus fuerzas, vívelo intensamente, apasiónate, pero sin destruirte. La pasión saludable no implica perder conciencia. Por el contrario, la pasión maníaca es sinónimo de inconsciencia, de descuido, de torpeza. Lee el apartado: "¿Manía o entusiasmo?" varias veces. Aunque sea corto, te pondrá en contacto con la pasión. Escribe en qué te excedes, separa las conductas torpes de las conductas inteligentes. Quédate con los comportamientos que te permitan desarrollar tu potencial, elimina los que te idiotizan. Separa hipomanía de entusiasmo, pasión sana de pasión enferma. La pregunta es clara: ¿en qué fallas? Recuerda: contener a eros no es quitarle su energía natural, sino saber utilizada. Si eres bien correspondido y si tu pareja no implica riesgos para ti y además te merece, pon el pie en el acelerador, deja que el deseo te posea, atiza la llama, permite que Dios se recree en tu pecho. Deja que eros haga de las suyas y te sacuda de pies a cabeza. Que nadie te quite lo bailado. La vida es una fiesta y eres un invitado principal. Pero si tienes una duda, una sola, así sea pequeña, pon el freno de emergencia. Si sientes que no te merecen, que la persona que te pretende no es confiable, que no te ama ni te desea o si intuyes que te quiere utilizar, y obviamente no eres paranoide, levanta más la palanca del freno, no sigas. ¿Para qué? ¿Se justifica el riesgo? Mejor pon a eros en remojo. Y si aun con todos estos factores en contra insistes y persistes, ya no se trata de entusiasmo sino de estupidez crónica. "Ama y haz lo que quieras", menos enloquecerte, menos sufrir innecesariamente. 70 Walter Riso – Ama y no sufras Eros Philia amor /pasión amor/acción amor/ carencia amor/ alegría amor loco amor pensado amor unilateral amor intersubjetivo egocéntrico descentrado enamorarse amor concupiscente benevolente reducción expansión acelere paz deseo/ carencia deseo/potencia fácil difícil adrenalina oxitocina más incontrolable más controlable bioquímico/ emocional cognitivo/ racional no se elige se elige decae se profundiza voluntario involuntario 71 Walter Riso – Ama y no sufras Capítulo 5 Philia y amor cortés: un breve repaso histórico El significado de la palabra philía tiene que ver con el léxico que utilizaban los griegos para referirse al amor cariñoso, las querencias familiares, los amigos o incluso a las relaciones de pareja. Tras la conquista erótica, en una fase posterior, el amante podía desarrollar hacia su amada o amado un sentimiento de aprecio. Para los griegos de aquella época, philia era un derivado o una consecuencia casi inevitable de eros. Había un momento en que el amante se convertía en amigo y la manía se transformaba en simpatía (philotes). Se podría decir que la historia del amor, en términos de eros, philia y ágape evolucionó en un sentido similar a como se desarrolla en nosotros a medida que crecemos. Primero lo individual, el egocentrismo de eros, y después el reconocimiento del otro como un interlocutor válido, las primeros manifestaciones de la philia. Los historiadores coinciden en afirmar que el primer esbozo de este descentramiento afectivo, es decir, la inclusión del amado como sujeto que piensa y siente, aparece en Roma y en Alejandría. Estas grandes ciudades abiertas al mundo recibieron un influjo importante de otras culturas que las llevó a reestructurar muchas de sus costumbres y creencias. Uno de estos cambios tuvo que ver con las reivindicaciones femeninas, lideradas por las patricias y las cortesanas. Mientras los romanos andaban ganando guerras, las romanas ganaban su propia libertad. El campanazo inicial ocurrió en siglo 195 a.C., cuando un grupo considerable de mujeres se declaró en huelga de maternidad: no tendrían más hijos hasta que se derogara una ley que les prohibía vestirse de colores, llevar plata y alejarse más de mil pasos de la ciudad. Vale la pena señalar que los "dueños" legales de las mujeres eran los padres consanguíneos y no los maridos, lo que daba a las esposas cierta independencia económica respecto del cónyuge y la seguridad de un protector de por vida. En Roma y Alejandría comienza entonces a gestarse una visión menos mortífera y determinista del amor: libertad de elección y más equidad entre las partes. Pero es en el siglo XII, en Francia, más específicamente en Provenza, donde los poetas inventaron el amor cortés, la cortesía, el amor amable y refinado. Se 72 Walter Riso – Ama y no sufras atribuye a Guillermo IX, duque de Aquitania (1071-1127), un poeta provenzal que había participado en las cruzadas, el origen de los trovadores y la poesía cortesana. La Edad Media fue el paso definitivo para la instauración de un amor romántico mesurado, imaginado y fantaseado, orientado más a la philia, más a la admiración de la amada, que al deseo sexual duro: para el amor se necesitaban dos y uno de ellos era mujer. Un punto fundamental fueron las cruzadas, ya que no sólo cuestionaron un sinnúmero de paradigmas culturales, religiosos y sociales, sino que influyeron en la concepción machista que se tenía del amor. La ausencia de los señores feudales o su muerte en Tierra Santa hizo que los caballeros tuvieran que servir a las damas que permanecían en palacio o bien a las viudas herederas, de manera similar a como los vasallos lo hacían con sus señores y amos. El nuevo lenguaje incluía epítetos como "mi señora", "mi noble dama", "soy vuestro humilde servidor", "vuestros deseos son órdenes", en fin, el reconocimiento lingüístico y sentido de una condición especial hasta entonces desconocida. Por otra parte, el contacto con la cultura árabe, una sociedad que respetaba mucho más lo femenino, generó una transformación en la percepción que los hombres tenían de las mujeres. Por ejemplo, descubrieron que en Bizancio existía el culto a la Virgen María y que los emires se declaraban sirvientes y esclavos de sus amadas. Una nueva elite femenina emergió rápidamente en Europa. Después de casi tres siglos de subyugación, la nobleza femenina dominaba a los valientes caballeros de brillantes e impenetrables armaduras, para quienes el "amor cortés" se había convertido en una forma de purificación y distinción. El siglo XII, tal como dice Lipovetsky, fue el comienzo de un canto al amor que nunca ha dejado de ser celebrado: “Jamás la creación poética logró transformar de manera profunda la sensibilidad, los modales, las relaciones entre hombres y mujeres como la invención occidental del amor". No obstante, el amor cortés, salvo algunas excepciones, nunca fue asimilado al "amor conyugal". Debido a que la legitimidad de los herederos era casi una obsesión para las familias acomodadas, el amor sólo era tolerado por las instituciones en la medida que fuese infecundo. Tal como explica el historiador Jean-Louis Flandrín, en los siglos XVI y XVII, las leyes habían proscrito el matrimonio por amor en la medida que constituía un riesgo para el orden social, 75 Walter Riso – Ama y no sufras La philia se aprende y "se hace" sobre la marcha. No sólo "hacemos el amor", también ''hacemos la amistad" en términos afectivos. La experiencia de amistad es tan reveladora en sí misma que no tenemos un lenguaje especial para explicar su conformación y afianzamiento. Si alguien nos dijera: "Ayer mi pareja y yo 'hicimos la amistad'... Compartimos una buena película, cocinamos juntos, nos reímos, cantamos, leímos poesía y nos confesamos algunos sueños no realizados aún", pensaríamos que no está bien de la cabeza. "Hacer la amistad", de eso se trata la vida de pareja regulada por philia. Es la alegría. ¿Alegría de qué?: de que la persona amada ronde nuestra vida. "Amar es la alegría de que existas", dice Comte-Sponville, inspirándose en Spinoza. Yo supongo que cuando dos personas coinciden en semejante declaración de amor, el universo entero tiembla, ya que el amor recíproco y coincidente siempre tiene algo de milagroso. Cuando cada uno se alegra de que el otro exista, ¿habrá mejor suerte, mayor dicha? Pablo era un hombre que pasaba por la tenebrosa crisis de los cuarenta. Se había casado hacía quince años y aunque llevaba una vida relativamente aceptable con su esposa y sus dos hijos preadolescentes, sentía que la rutina le estaba tomando ventaja. Su mujer era una buena compañera, pero él necesitaba emociones más fuertes: "Ya no vibro, el tedio me consume... Ella es una excelente mujer pero nuestra vida es desabrida... Sigue siendo atractiva, pero se ha perdido el encanto, no hay entusiasmo ni sorpresa...Todos los días son iguales: llego de trabajar, ella habla con sus amigas y yo me pego al televisor o al internet... Los sábados salimos a comer afuera y los domingos vamos a la casa de mis padres...". Unos meses atrás Pablo había conocido una mujer catorce años más joven que él, mucho más fogosa y energética que su esposa. Así que no tardó mucho en apegarse a ella. Poco a poco se fue alejando de su familia hasta que un día decidió separarse e irse a vivir con su joven amante. Pero la cosa no fue tan fácil Pese a los buenos pronósticos, la experiencia no resultó como se pensaba. No es lo mismo verse dos veces por semana en un motel de la mano de eros o escaparse un fin de semana a la playa a disfrutar del sol, que convivir con la persona de tiempo completo o incluso de medio tiempo. Después de algunas semanas de convivencia, Pablo hizo un descubrimiento que lo dejó de una pieza: ¡Su nueva consorte le generaba estrés! Era demasiado acelerada, no entendía sus necesidades y parecía incansable cuando de diversión y placer se trataba. Odiaba la televisión, lo mimaba poco y no era muy amable con sus amigos. La amaba más de la 76 Walter Riso – Ama y no sufras cintura para abajo que de la cintura hacia arriba. Muy pronto eros comenzó a verse afectado. Un día cualquiera fue a buscar a uno de sus hijos y la ex mujer lo invitó a pasar y le ofreció un café. Se quedó hablando un buen rato con ella e hizo un segundo descubrimiento tan aterrador como el primero: ¡Su esposa lo comprendía a la perfección! En una cita me dijo:"Mire, doctor, cuando hablé con mi mujer sentí alivio... Podía ser yo mismo, no tenía que esforzarme por aparentar nada... Descubrí que ella me conoce al dedillo y, lo más importante, me acepta... Me sentí protegido... De regreso a casa, ¿me entiende?.. Además, estaba muy linda...Y ocurrió lo que tenía que ocurrir... Algo renació entre nosotros...". Pablo volvió a su casa en menos de lo que canta un gallo. Al otro día estaba otra vez junto a su "nueva mujer" ¿Qué había motivado su regreso? Era obvio que el motivo no era sexual, ya que ésa había sido precisamente su queja inicial. Entonces, ¿De qué atracción estamos hablando?: la respuesta es philia. La tranquilidad, el acuerdo tácito que guía a los amigos y nos hace sentir que somos aceptados a pesar de nuestros defectos. Su esposa estaba dispuesta a generar "emociones más fuertes", eso no es difícil de lograr si todavía hay algo de deseo. Pero la amante no podía ofrecer lo otro, lo que se logra con los años: la sensación de estar "en casa" y con los amigos. Por eso y a eso volvió Pablo: al disfrute de la amistad. Amistad amorosa: gozar de la persona amada sin angustia y con benevolencia. Me alegra tu alegría, me complace verte feliz. Amor compañero: el cariño que sentimos por aquellos con quienes nuestra vida está profundamente entrelazada. Algunos psicólogos no ven con buenos ojos la amistad de pareja y tienden a separar el "amor de compañerismo" de la libido. Por ejemplo, el psicólogo Stemberg, autor del Triangulo del amor; dice al respecto: “El amor de compañerismo es el resultado de los componentes de intimidad y decisión-compromiso del amor. Se trata, esencialmente, de una amistad comprometida, de larga duración, del tipo que frecuentemente se da en los matrimonios en los que la atracción física, una fuente primordial de la pasión, ha disminuido". 77 Walter Riso – Ama y no sufras Stemberg está equivocado. Hacer incompatible el "compañerismo de pareja" con el deseo sexual es crear una falsa dicotomía. ¿Quién dijo que el compromiso voluntario que nace del "querer amistoso" es irreconciliable con la chispa de eros? O posiblemente ocurra todo lo contrario, ¿No será que el sexo maduro, el que surge de la buena convivencia, tiene la cualidad, el cuerpo y el aroma de los vinos añejos? No se trata de excluir la pasión del compromiso, sino de integrados en un amor más unificado y completo. Nadie niega que con el paso de los años la atracción física tienda a disminuir, pero tal como he dicho antes, la sal, el gusto por la relación, puede estar en muchos otros elementos. El filósofo Vernant, sin duda más realista, se refiere a la amistad de pareja como una relación entre camaradas: "Ser camaradas es ser amigos en el día a día. Cuando se ha comido, se ha bebido y reído juntos y se han hecho también las cosas importantes y serias, esta complicidad crea tales vínculos afectivos que sólo se puede sentir llena la propia existencia en y por la proximidad del otro". Los compañeros de abordo, como decía Brassens en una de sus canciones. En los años sesenta la palabra "camarada" fue adoptada por el partido comunista para referirse a los que "militaban en el mismo bando y compartían las mismas ideas". La dimensión política del amor: personas comprometidas con la misma causa, independientemente de que sean de derecha o de izquierda. Suena bien. Una "comunidad" es la asociación de dos o más individuos que tienen intereses comunes y que participan en una acción común. Entonces, la amistad amorosa es una comunidad afectiva de dos que se desean. No solamente eres “mi amor", lo cual es entendible y hasta lógico porque te amo, sino alguien más fundamental, más cercano, más philico: eres “mi compañera". ¿Compañera de qué?: de intimidad, de vida, de sueños. 80 Walter Riso – Ama y no sufras Capítulo 7 ¿Qué define una buena amistad de pareja? Volvamos a una pregunta anterior: ¿podemos ser amigos de nuestra pareja? Los filósofos que han opinado sobre el tema muestran una variedad de posiciones. Montaigne sostiene que es imposible que los integrantes de la pareja sean amigos, y da dos razones: primero, porque eros estorba y, segundo, porque la amistad languidece el vínculo pasional. Para él, no hay salida: pasión y amistad se oponen. Nietzsche se muestra más optimista. En Humano, demasiado humano, dice: "El mejor amigo tendrá probablemente la mejor esposa, porque el buen matrimonio está basado en el talento de la amistad". Las buenas parejas son amigas”. Platón en el Lysis o de la amistad, llega a la conclusión de que "no hemos podido descubrir lo que es el amigo". La amistad es una incógnita, ni qué hablar de la amistad de pareja. Schopenhauer afirmaba sin pizca de pudor: "Las mujeres, al ser faltas de inteligencia, sólo pueden ser aptas para los cuidados y educación en la primera infancia, es que ellas mismas continúan siendo pueriles, fútiles y limitadas de inteligencia". Misógino de tiempo completo: la muerte de philia. Finalmente, Voltaire afirma: "Los demás sentimientos se entremezclan con el amor, como los metales se amalgaman con el oro: la amistad y el aprecio le favorecen y la belleza del cuerpo y la del espíritu le añaden nuevos atractivos". Es decir, eros y philia pueden convivir y alimentarse mutuamente. Si consideramos que la amistad es una forma de amor disminuido, entraremos en crisis cuando la relación comience a ser gobernada por philia. Pero si consideramos que la amistad de pareja es una dimensión más del amor que enriquece la vivencia afectiva, entonces trataremos de fomentarla y mantenerla activada. Y ésa es precisamente una de las ventajas de philia respecto de eros, podemos regularla y orientarla a voluntad. El punto de control es interno y no externo: philia, en gran parte, depende de uno. La amistad no llega de afuera, tú la promueves o la destruyes. 81 Walter Riso – Ama y no sufras ¿Qué factores impiden que la philia se desarrolle en la pareja? Las quejas más frecuentes son: "Somos muy distintos", "No hacemos una buena pareja", "Estamos poco tiempo juntos", "Me aburro", "La relación no es satisfactoria", "No nos tratamos bien", "Siento que doy más de lo que recibo", "A veces pienso que duermo con el enemigo" o "No le tengo confianza", entre otras. La mejor manera de comprender el funcionamiento de philia y potenciar su desarrollo es conocer cuáles son sus componentes básicos. A partir de allí podrá conformarse un esquema de superación que permita reconocer fortalezas y debilidades. Los componentes de la philia amorosa A pesar de que los factores que conforman el amor amistoso de pareja pueden ser muchos, señalaré aquéllos en los cuales la psicología coincide con la filosofía (principalmente Aristóteles y Cicerón, los que a mi entender mejor han desentrañado el tema de la amistad). Esos puntos de coincidencia son cinco: semejanza, proximidad, recompensa mutua, equidad/justicia y confianza. Dejaré el tema del respeto para cuando hable de ágape en la Parte III. La pareja que haya alcanzado un nivel adecuado de funcionamiento en estos factores habrá logrado aproximarse positivamente a tan anhelada amistad amorosa. 1. Semejanza/complicidad: “En una buena relación hay acuerdo sobre lo fundamental" Mientras eros puede activarse ante personas opuestas y distintas, philia sólo puede crecer en la semejanza. La idea de que los contrarios se atraen o que lo distinto nos complementa no parece tener mucho fundamento en el tema del amor, al menos en los que desean tener una relación estable y cómoda. Aunque en algunos casos, como por ejemplo las relaciones dominancia/sumisión, podría existir una tendencia a complementarse (a los sujetos dominantes les gusta tener esclavos y a los dependientes les fascina tener un buen amo), los datos son categóricos: la gente prefiere casarse o tener relaciones estables con aquéllos cuyas personalidad y necesidades son similares. Mi experiencia profesional es que las parejas cuyos miembros son opuestos en aspectos fundamentales más que atraerse se estrellan. Veamos esto más en detalle. 82 Walter Riso – Ama y no sufras Incompatibilidad básica no percibida La oposición en valores, deseos y aspiraciones no produce afinidad sino rechazo e incomodidad. Un fanático del racismo emparejado con una persona "prodefensa de los derechos humanos" no sería una feliz combinación. Como tampoco lo sería un sujeto violento por naturaleza con una mujer pacifista por convicción. Y no hablo de atracción física, sino de convivencia. En ocasiones la gente prefiere hacer caso omiso de las disparidades, tapar el sol con el dedo y seguir con la relación como si nada pasara. Podemos perseverar de manera irresponsable, inventar teorías fantásticas que justifiquen la disparidad o simplemente no prestarle atención a las diferencias. Tres ejemplos. a. Resignación irresponsable. Recuerdo el caso de una señora profundamente devota casada con un hombre completamente ateo. Habían asistido a consulta debido a que su único hijo había empezado a presentar síntomas de ansiedad. En el tema religioso, ella no daba el brazo a torcer, ni él tampoco. Los problemas se agravaron cuando el niño cumplió cuatro años y hubo que decidir a qué colegio iría. A partir de ese momento se desencadenó una lucha sin cuartel sobre si la educación debía ser religiosa o laica. La obra teatral de Peter Schefer, Equs, es un buen ejemplo de cómo la información contradictoria puede desencadenar alteraciones mentales. En la obra en cuestión, el padre del protagonista reemplazaba cada vez que podía el crucifijo que se hallaba sobre la cama del joven por la foto de un caballo y la madre, con la misma insistencia, hacía exactamente lo contrario. Alan, el personaje central cuyo diagnostico era de esquizofrenia, termina por cegar con un punzón a varios caballos en el momento que estaba haciendo el amor con su novia en una caballeriza. Cuando les alerté sobre la posibilidad de que su hijo podría llegar a enfermarse debido a la información contradictoria que estaba recibiendo, decidieron cambiar de psicólogo: el señor me considero demasiado creyente y la señora demasiado ateo. Hace poco me enteré de que aún siguen juntos. Pese al daño que le han hecho a su hijo y a ellos mismos, parecería que cierta testarudez irresponsable los empuja a continuar enfrascados en una batalla sin sentido y sin solución. Preguntas sin respuestas: ¿Por qué habrán decidido casarse siendo tan distintos?, ¿Por qué no se han separado?, ¿Qué los mantiene unidos? 85 Walter Riso – Ama y no sufras Terapeuta: Lo que te sugerimos fue no ser condescendiente, pero sin retirarle el afecto, es importante que ella se sienta apoyada. Sin embargo, veo que estás en otra posición. Él: Es que no soy capaz... Su estado de ánimo me afecta demasiado, es como si estuviera perdiendo fuerzas... ¿La depresión es contagiosa? Desde el punto de vista terapéutico, la relación había tomado un rumbo inesperado. Por un lado, la comparación permanente de Olga con el estado de ánimo positivo de su marido empeoraba su depresión y agudizaba los síntomas. A esto se lo conoce como "efecto de contraste": "Cuanto más alegre lo veo a él, más mal me siento". Por otra parte, su esposo había desarrollado una fobia a enfermarse, por lo que evitaba cada vez más estar con ella. A esto se lo conoce como "efecto de contagio": "Cuanto más estoy con ella más siento sus síntomas". Dos procesos negativos superpuestos, actuando al unísono y reforzándose mutuamente. Al final, Olga pudo recuperarse satisfactoriamente de la depresión, pero a los pocas semanas, para sorpresa de muchos, su marido hizo una crisis similar y tuvo que ser internado. Lo que me interesa recalcar es que la depresión de Olga no se vio compensada positivamente por la alegría de él, sino todo lo contrario. Pudo más el contagio negativo, que la compensación positiva. Obviamente no estoy diciendo que dos depresivos crónicos hagan una buena pareja. Lo que afirmo es que mientras no haya enfermedad psicológica de por medio, la similitud atrae y la semejanza es un factor que potencia la relación, pero si existen alteraciones mentales significativas, las reglas cambian y las consecuencias no son fáciles de predecir. El parecido, definitivamente Tal como dije anteriormente, todo hace pensar que la semejanza produce agrado y favorece a las relaciones estables. Cicerón decía que la amistad tenía lugar cuando hay "consenso en gustos, opiniones y aficiones", mientras Aristóteles afirmaba que "la amistad existe en virtud de una semejanza". Parecidos, aunque no iguales. Parecerse es estar en la misma orilla, no necesariamente en el mismo sitio y respirando el mismo aire, sino abarcar la misma panorámica. En la amistad no hay que ponerse en el lugar del otro, porque ya estamos allí. 86 Walter Riso – Ama y no sufras "Entiendo cómo te sientes", "Comprendo lo que quieres decir, "Yo hubiera hecho lo mismo": ¿Habrá frases más tranquilizadoras, más alentadoras, para seguir en el amor y ahondar la philia? Saber que me entiendes me libera de todo testimonio, de toda duda, me hace pensar que me aceptas, que somos semejantes. Entonces no se trata de parecernos en cualquier cosa, sino en aquellas características que son verdaderamente importantes para uno y la relación, y sobre gustos no hay nada escrito. Por ejemplo, algunas de las semejanzas encontradas por los investigadores entre personas que se agradan mutuamente son: ser expresivos emocionalmente, fumar marihuana, pertenecer a una determinada religión, practicar sexo prematrimonial, ser conservadores en lo sexual, levantarse temprano, ser parecidos físicamente y tener autoconceptos similares. La lista, obviamente, es mucho más extensa. Pero si la semejanza es tan importante para establecer una relación estable: ¿Por qué nos equivocamos tanto a la hora de elegir pareja? Dos posibilidades: a) Porque confiamos excesivamente en el amor y pensamos que amar es un paliativo para todos los males. ¿Qué importa entonces que seamos tan distintos, tan opuestos, tan en contravía, si tenemos el amor de nuestra parte? Malas noticias: algunas, diferencias psicológicas alejan más de lo que acerca el amor. b) Nunca nos detenemos a pensar racionalmente qué tan parecidos o diferentes somos de nuestra pareja. Por eso las discrepancias nos cogen por sorpresa. A veces, disparidades tan simples como la hora de levantarse, o de acostarse pueden afectar todo el clima afectivo. Insisto, no digo que tengamos que ser iguales, pero las similitudes deben ser necesariamente más y mejores, que las disparidades. No sé trata de complementarse punto a punto, sino de acompañarse. Cuando seleccionamos pareja, no sólo elegimos el o la amante, también elegimos un amigo en potencia, la philia de la alegre coincidencia. Por eso Séneca y Plutarco concordaban en decir que uno de los secretos de la buena amistad es saber elegir a los amigos. 87 Walter Riso – Ama y no sufras 2. Proximidad/contacto: “Una buena relación propicia, la cercanía y la intimidad" La proximidad con la persona amada es un factor crucial para que la amistad de pareja prospere. No me refiero al apego ansioso o a la necesidad de estar codo a codo las veinticuatro horas como una garrapata, sino a los encuentros regulares que necesita cualquier relación para obtener intimidad. Es en los lugares comunes donde philía echa raíces. Sin embargo, philia también requiere un espacio de reserva personal donde la individualidad no se pierda: la "autophilia", ser amigo de uno mismo sin interferencia. Proximidad no significa pérdida de autonomía. En una relación saludable e inteligente uno nunca se siente acorralado o sofocado por el otro, porque cada cual sabe el límite a partir del cual el afecto comienza a molestar. No hace falta internarse en una clínica de reposo o viajar a un costoso y deslumbrante spa para evitar el hostigamiento, basta con solicitar un descanso bajo el mismo techo, in sitio, estar juntos pero no revueltos. Y philia, sigue su curso. En general, uno no se aburre de la amistad amorosa o al menos no se cansa de amara la pareja cuando la relación es buena: la proximidad bien administrada fomenta la intimidad afectiva y la afinidad. Ése es el círculo positivo, la espiral de ascenso de philia: hacer de los contactos un motivo de alegría y no de penuria. Cicerón afirmaba: "Las amistades no deben provocar cansancio, como suele ocurrir con otras cosas. Las más antiguas, como los vinos que alcanzan madurez, deben ser más deliciosas". 3. Intercambio de reforzadores: “Una buena relación es esencialmente gratificante" Hay un precepto en las relaciones afectivas relacionado con el punto anterior que no cambia ni cambiará, aunque los amigos del romanticismo entren en crisis y protesten. “Nos sentimos atraídos por quienes nos satisfacen y gratifican” Es la teoría de la gratificación de la atracción: elegimos a quienes nos brindan la mayor cantidad de estimulación positiva. ¿Amor lucrativo, interesado?: Sólo en parte y no de manera consciente y acaparadora. 90 Walter Riso – Ama y no sufras Conclusión: los que participan en una relación equitativa se sienten más contentos y los que están en una relación que consideran injusta se sienten más ansiosos y deprimidos. Ésos son los datos, ésa es la realidad. Afortunadamente, hoy día las parejas jóvenes tienden a establecer relaciones más simétricas: ambos trabajan, las tareas domésticas están repartidas y el machismo va en decadencia, aunque las feministas no lo crean. 5. Confianza: “Los miembros de una buena pareja tienen la certeza de que el otro nunca les hará daño intencionalmente" En Ética para Eudemo, Aristóteles manifiesta que: "Los verdaderos amigos no cometen injusticias unos con otros". Es imposible sostener una relación de amistad si no hay credibilidad. Y por credibilidad entiendo la confianza básica: la certeza de que la persona amada nunca nos hará daño intencionalmente. Obviamente una certeza condiciona al factor humano a la buena voluntad, pero de cualquier forma imprescindible. La credibilidad está directamente relacionada con la percepción de sinceridad, es decir, la autenticidad de la persona, su honestidad. Si hiciéramos una encuesta informal sobre qué no le perdonaríamos a un amigo, la respuesta sería sin duda la deslealtad. ¿Habrá algo que duela más que la traición de la persona amada? Un hombre me decía que debía mantener bajo control a su esposa porque ya le había sido infiel cuatro veces, una de ellas con su mejor amigo. En otro caso, una mujer no era capaz de replicarle nada a su novio porque pensaba que en un momento de furia él podría matarla de un tiro. La antiphilia, el antiágape, el antiamor. Cicerón, otra vez: "El principal apoyo para la estabilidad y constancia que buscamos en la amistad es la lealtad, pues nada es estable si se es infiel". La lealtad, la primera y principal virtud de la philia. Ser franco incluso en la deshonestidad, ésa es la paradoja de la amistad que intenta resarcirse a sí misma: "Te engañé, lo siento". ¿A quién no le duele semejante noticia?, pero al menos lo sabemos: "Ya no podré contar contigo, o quizás haya otra oportunidad de que volvamos a intentarlo algún día, no estoy seguro, pero al menos fuiste honesto". 91 Walter Riso – Ama y no sufras El buen amigo no oculta sus defectos, los pone sobre la mesa para señalarnos el peligro de creer en él más allá de lo conveniente. No necesitamos amigos que sean un dechado de virtudes, no serían confiables. Necesitamos amigos sinceros, jamás perfectos. ¿Cómo creer entonces en la pareja?, me preguntaba una mujer angustiada por el miedo a perder a su esposo. Hay dos caminos que se entrelazan y ninguno es infalible: por un lado, el corazón que intuye, la fe, aunque se equivoque a veces, y por el otro lado, el tiempo, los años de convivencia, las vicisitudes, la vida compartida, la realidad que se va haciendo philia y superando el examen. El amor es un riesgo que hay que vivir. La philia y los estilos de apego Tal como ya expliqué antes, el apego que genera eros está relacionado con la necesidad de posesión y el deseo de fusión. Se trata de una adicción orientada por el placer, una necesidad básicamente emocional y bioquímica. Por su parte, la philia produce un tipo distinto de apego, aunque en situaciones límite pueda parecerse bastante al del amor pasional. La dependencia en philia es más psicológica, más cognitiva, más orientada a la búsqueda de seguridad y confianza, que a conservar el placer. Un aspecto común en todas las relaciones intimas es la interdependencia, es decir, la implicación y asociación profunda con el otro. Influencia mutua y necesidad mutua: parientes, amigos, novios o cónyuges, los vínculos que nos mantienen vivos. Algunos autores sostienen que el apego (no como adicción sino como vinculación afectiva sana) constituye uno de los tres sistemas básicos de las relaciones cercanas: sistema sexual (eros), sistema de interés/protección (ágape) y sistema de apego (un tipo de relación similar a la philia, pero más básica). El modo en que las madres y los padres se relacionan con sus hijos durante la temprana infancia tiene fuertes implicaciones en las relaciones afectivas futuras, aunque no de manera irreversible. Con la ayuda adecuada, muchos de esos patrones aprendidos pueden desaprenderse y ser reemplazados por otros más funcionales, si fuera el caso. 92 Walter Riso – Ama y no sufras Hace algunos años, la Organización Mundial de la Salud solicitó al psicólogo John Bowlby que estudiara la salud mental de los niños desamparados de Londres. Este autor encontró tres tipos principales de apego en la infancia que nos predisponen, al menos en parte, a establecer algunos tipos de relaciones afectivas. Veamos cada una de ellas. 1. Apego seguro Un 60% de niños y adultos manifiestan un apego seguro. Se cree que unos padres sensibles facilitan este estilo equilibrado. Los niños seguros sienten algo de temor cuando la madre se aleja pero cuando regresa la reciben con alegría y siguen explorando el medio y jugando con naturalidad. Los adultos educados en esta modalidad se acercan a los demás sin problemas, no sufren de adicción afectiva y no les preocupa el abandono o el rechazo. Sus relaciones tienden a ser satisfactorias, duraderas y no conflictivas, y disfrutan de una dependencia saludable. Se ven a sí mismos como amables y tienen una imagen positiva de la gente y de sus padres. No son especialmente ansiosos y son capaces de establecer relaciones cómodamente. El esquema afectivo es como sigue: "Soy querible y la gente es buena". 2 Apego inseguro/evasivo El 25% de niños y adultos manifiestan el patrón inseguro/evasivo. Padres indiferentes que se muestran distantes y que no suelen prestarles atención a sus hijos afectivamente son los responsables de este estilo. Estos niños no parecen alterarse cuando la madre se ausenta ni muestran alegría con su regreso. Los adultos que han sido educados con este estilo tienden a rechazar las relaciones íntimas, son desconfiados y autónomos. Son más propensos a las aventuras sexuales esporádicas que a establecer vínculos estables. Pueden tener un buen autoconcepto, pero consideran que las demás personas no son confiables y no podrán contar con ellas. Aunque también pueden mostrar ansiedad, su estructura psicológica es básicamente pesimista en el amor. El esquema afectivo es como sigue: "Soy querible y la gente es mala" Eduardo era un hombre de 42 años que nunca se había casado. Su motivo de consulta tenía que ver con una confusión afectiva: hacía tres años que salía con una mujer y no sabía si la quería o no. Era el solterón de la familia y aún vivía con su madre, una mujer viuda muy inteligente y controladora. Eduardo administraba las finanzas de la casa y a veces tenía que soportar las actitudes displicentes y agresivas de su progenitora. El preferido de la señora había sido su 95 Walter Riso – Ama y no sufras Recuerdo el caso de Clara, una jovencita de 17 años que había terminado con su novio más de veinte veces. El padre de Clara era un hombre extremadamente estresado que se relacionaba con ella de acuerdo con los indicadores de ventas de su empresa. Su madre era una mujer extremadamente infantil, con baja tolerancia a la frustración que manejaba su vida con todo tipo de pataletas. Ambos progenitores eran muy temperamentales e impredecibles. Clara, pese a su corta edad, había comprendido desde niña que debía vivir en un mundo afectivo supremamente desordenado e incierto. En sus palabras: "Mire, doctor, yo ya tengo muy identificadas las cosas. Mi papá es un ser que no se soporta ni él mismo. Mi mamá es como mi hermana: la estoy cuidando desde los doce años cuando entendí que era una inmadura total. Todo en mi familia es inestable y contradictorio. Mis padres pasan del amor al odio en un instante. En una hora usted puede oír los peores insultos y las mayores expresiones de afecto. ¿Cómo quiere que tenga una relación normal con mi novio? Yo sé que no debo escudarme en eso para desligar mi responsabilidad en el asunto. Pero hay dos cosas que tengo muy claras: una es que tengo que mejorar y no parecerme a ellos y la otra es que quiero irme a estudiar a otra parte, lo más lejos posible. Espero que usted los convenza". Antes del año, había roto definitivamente con su novio y ya tenía lista la entrada a una universidad en Inglaterra. En ocasiones es imposible curar una enfermedad si el sujeto habita una zona endémica. Escapar no siempre es malo. Por un e-mail reciente supe que conoció a un muchacho holandés y a pesar de que a veces se le dispara el mal genio, vive contenta y afectivamente realizada. Muchos casos de apego ansioso/ambivalente no corren con la misma suerte. El conflicto suele estar más arraigado y se requieren muchas horas de terapia. Posiblemente, mi joven paciente, debido a su inteligencia y astucia logró no involucrarse demasiado en la dinámica afectiva de sus padres. El método utilizado por ella es muy efectivo para no dejarse lastimar inútilmente: poner el problema afuera cuando no nos compete y hacernos cargo de él cuando sí nos atañe. 96 Walter Riso – Ama y no sufras Para no sufrir Como te habrás dado cuenta, es imposible que exista una relación perfecta: inevitablemente la convivencia tendrá momentos buenos y malos. No obstante, si hay un buen clima afectivo, las desavenencias serán asimiladas correctamente y no habrá resentimiento. Los problemas normales, es decir, los que no afectan la dignidad personal, son oportunidades para acoplarse mejor: ¿De qué otra manera podríamos crecer en una relación si no es por ensayo/error? Así que no te asustes si has encontrado diferencias con la persona que amas, no hay compatibilidad total. Repasemos algunos principios sobre la amistad de pareja para que puedas reflexionar al respecto y fortalecer tu philia. Ser compatibles en lo fundamental  ¿Qué es lo fundamental?: los valores, las creencias esenciales, la ideología, la dignidad. Como ya dije, no debes pensar exactamente igual que tu pareja, eso sería imposible, además de aburrido. La semejanza implica aceptar variaciones sobre el mismo tema, tonalidades distintas, diferencias de énfasis, pero no de fondo. Un pluralismo de dos, donde haya disputas cordiales, manejables y normales. Esto fortalece la relación.  Si sientes que la persona que amas está en la orilla opuesta, pregúntate si se trata de cuestiones esenciales o no. Hay cosas que son negociables, aunque a primera vista no lo parezcan. "No puedo vivir con el desorden de mi marido", me decía una mujer ya entrada en años. "Sí puede, lo ha hecho durante casi treinta años", le respondí. El problema real se manifiesta cuando empiezas a percibir que ciertas cosas no cuadran con tus principios y la molestia va haciéndose cada vez más visceral y menos racional. Es cuando el cuerpo ofrece resistencia. ¿Qué harías si descubres que tu esposo es un abusador sexual? ¿Qué harías si supieras que tu esposa te es infiel o te roba dinero? Hay incompatibilidades irresolubles.  Por el contrario, si el acuerdo sobre lo fundamental existe, serás compinche de la persona que amas, amigos de travesuras, de juego y de humor. Si coinciden en la risa, todo anda bien, y si se encuentran en los silencios, mejor aún. Algunas personas, influenciadas por la creencia de que deben comunicado todo, hablan más de la cuenta. Es curioso que sea así, pero a veces hay que cerrar la boca para lograr acuerdos. 97 Walter Riso – Ama y no sufras  He conocido relaciones que se asemejan a un match de boxeo, donde los golpes no son físicos sino verbales. El amor va tomando la forma de una controversia constante que no solamente los afecta a ellos sino a quienes están cerca. Recuerdo que cierta ocasión fui a pasar una semana a la playa con una pareja de amigos totalmente incompatibles: a él le fascinaba el trago y ella era abstemia, a ella le encantaba tomar sol todo el día y él no salía de la sombra, ella fumaba y él era alérgico al humo del cigarrillo. Si él contaba chistes verdes, ella se enfurecía, y cuando él quería hacer el amor, a ella le dolía la cabeza. Con la educación de los hijos ocurría algo similar. Mi descanso fue estresante. ¿Por qué siguen juntos?: ellos dicen que se aman.  Tu pareja debe ser tu compinche: no tu alma gemela ni tu peor adversario, sino un ser semejante a ti, alguien que pueda indignarse o asombrarse cuando tú te indignas o te asombras.  ¿Cómo te das cuenta si estás con la persona adecuada?: porque casi todo fluye de manera relajada y natural. No tienes que pasar horas tratando de convencer al otro sobre cuestiones que para ti son más que obvias. ¿Cuáles serían aquellos ingredientes mínimos para que una relación sea funcional?: básicamente dos: tranquilidad y deseo manejable. Tranquilidad de que no estás con el enemigo en casa, de que militas en el mismo bando. Y un eros dispuesto, sin adicción.  Las incompatibilidades pueden variar, al igual que las soluciones. Por ejemplo, los miembros de una pareja pueden estar en desacuerdo con la invasión a lrak y no pasar de allí: oposición razonada y razonable que no afecta el amor. Pero si ella es fundamentalista y él fanático de Bush, es probable que el reflejo de la guerra llegue hasta ellos. Otro ejemplo no tan guerrero. Él es italiano, viene de una familia de cocineros, adora la comida y piensa que cocinar es un ritual alquímico. Ella es anoréxica, odia las grasas, piensa que las pastas son algo así como un veneno amañado en forma de tiritas y el olor a comida le da náuseas. Supongamos que en un acto de amor sin precedentes él decidiera cambiar su afición, renunciar a su tradición y olvidarse del placer de cocinar, todo por amor. Si eso ocurriera, tal como yo veo las cosas, habría un problema ético: él estaría patrocinando la enfermedad de su mujer y sería cómplice de la anorexia. Su acto de amor, paradójicamente, terminaría reforzando la enfermedad de la persona que dice amar. Aclaremos que la anorexia no es una posición política ni un acto de protesta al servicio de un ideal social, sino una enfermedad. Pero habría otra opción: que el acto de amor surgiera de ella y decidiera combatir el trastorno de alimentación "por amor" , aunque suene cursi. Es probable que nunca se
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