Teatro desde 1940 a nuestros días, Exámenes selectividad de Lengua y Literatura

¡Descarga Teatro desde 1940 a nuestros días y más Exámenes selectividad en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! EL TEATRO DESDE 1940 A NUESTROS DÍAS 1. TEATRO EN EL EXILIO Los escritores no podrán ver sus obras representadas en España hasta finales de los 60. Algunos autores: Max Aub publica en 1942 San Juan (la obra plantea las vicisitudes de un contingente de emigrados judíos que huyen de los nazis en un barco, el “San Juan”, y que no logran ser recibidos en ningún puerto); Alejandro Casona escribe: La dama del alba (1944), La barca sin pescador (1945), Los árboles mueren de pie (1949); Rafael Alberti, a partir de los 40, evoluciona hacia cierta autonomía y distanciamiento estéticos (El adefesio), con elementos esperpénticos al estilo de Valle-Inclán. II. AÑOS 40-50. Hasta los años 50 predomina un teatro conservador que pretende entretener y moralizar. Destacan: Luca de Tena (¿Dónde vas, Alfonso X111?), José Maria Pemán (Callados como muertos), Joaquin Calvo Sotelo (La muralla). En esta línea, están los autores del teatro de evasión: Edgar Neville, José López Rubio, Victor Ruiz de Iriarte y Agustín de Foxa. Cierta innovación presenta el teatro de humor: = Enrique Jardiel Poncela. Su obra maestra Eloísa está debajo de un almendro (1940) resume lo mejor de su teatro de humor: imaginación desbordante, osadía técnica, absurdo y falta de lógica, abundancia de personajes, sorpresas continuas, tramas muy complicadas, brillantez verbal (diálogos chispeantes y divertidos). Otras obras (1939-1947): Un marido de ida y vuelta, Los ladrones somos gente honrada, Los habitantes de la casa deshabitada, Tú y yo somos tres, Como mejor están las rubias es con patatas... = Miguel Mihura. La obra más representativa es Tres sombreros de copa estrenada en 1952, veinte años después de ser escrita. Es una comedia, influida por las vanguardias de la época, que satiriza la rutina y mediocridad de la burguesía de provincias y la no menos miserable vida del teatro de variedades, se enfrentan dos mundos y dos concepciones de la vida: la vida burguesa y prosaica de Dionisio y la vida poética y de libertad de Paula. Posteriormente, prefirió escribir obras más convencionales pero amenas, como Maribel y la extraña familia (1959). TIL. AÑOS 50-60. El teatro realista intentó renovar la escena española y manifestar su oposición a la dictadura. Las obras plantearon temas como la injusticia social, la explotación, la vida de la clase media y baja, la condición humana de los humillados, los marginados. El teatro de compromiso activo aparece en 1949 con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, en la que aborda el tema del fracaso de las ilusiones y la falta de horizontes vitales en una sociedad llena de desesperanza, terquedad, egoísmo y mezquindad; tiene un final abierto. En 1950, escribe En la ardiente oscuridad, primera obra en la que aparece uno de sus elementos recurrentes: la ceguera. Sus obras últimas son: Jueces en la noche (1979), Lázaro en el laberinto (1986), Música cercana (1989) y Las trampas del azar (1994). Destacan otros dramaturgos como: Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte, denuncia el belicismo de la época; La mordaza), José Maria Rodríguez Méndez (Los inocentes de la Moncloa, sobre opositores victimas de la España del momento), José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil), Carlos Muñiz (El tintero, sobre un oficinista que se suicida) y Lauro Olmo (La camisa, drama sobre la emigración). tens 22 Bachillerato A y B - Profesoras: Marisol Rodríguez y Gracia Gallegos IV. AÑOS 60- 70. RENOVACIÓN FORMAL El teatro, a principios de los 60, se interesó por temas sociales y personajes humildes. En el teatro social (denuncias de injusticias que atañen a la sociedad), destaca Antonio Buero Vallejo con obras como: Un soñador para un pueblo, El concierto de San Ovidio (1962), en la que denuncia la explotación de un grupo de ciegos en el Paris de los años previos a la Revolución francesa; El tragaluz (1967), sobre el conflicto entre el idealismo y el anhelo de autenticidad frente al egoísmo de la sociedad burguesa. Posteriormente, renueva su teatro incorporándole elementos dramáticos, absurdos y simbólicos procedentes del Vanguardismo, con obras como El sueño de la razón O La fundación (1974), en la que nos encontramos en un lujoso lugar que resulta ser la celda de una prisión con cinco condenados a muerte. Utiliza el recurso de inmersión (hacía creer al espectador que vivía la misma situación en que se encontraba algún personaje). La renovación formal llegó en el año 1968, con el llamado nuevo teatro, dirigido a un público más joven que el que era habitual. Se caracteriza por el rechazo del realismo, ausencia casi total de decoración, simbolismo, erotismo, violencia y pesimismo. Dentro del teatro comercial, siguen triunfando las comedias de Mihura, Jaime Salón, Jaime de Armiñan, Ana Diosdado. Entre los nuevos, sobresale Antonio Gala, que en 1963 estrena su primera comedia, Los verdes campos del Edén. Durante los años setenta, goza del favor del público con obras como Anillos para una dama, Las cítaras colgadas de los árboles, Por qué corres, Ulises. Posteriormente, estrena obras como El hotelito, Séneca O El beneficio de la duda. La experimentación, como ocurre con la narrativa y la poesía, surge cuando los nuevos autores consideran acabado el realismo social y buscan nuevas propuestas que se caracterizan por su oposición estética a los “realistas”; aunque, en bastantes ocasiones, las obras tampoco están exentas de crítica social. Muchas de ellas no encontraron facilidades para ser representadas o por problemas con la censura o porque sus audacias formales no encontraron fácil eco en el público. Se habla de “teatro soterrado”, “teatro del silencio”, “teatro “underground”, “teatro vanguardista”. Quizá la más peculiar de estas variedades experimentales es el teatro de Fernando Arrabal. Exiliado en Francia desde 1955, sus obras (generalmente, estrenadas en Francia y publicadas en francés antes que en castellano) se encuadrarian dentro del llamado “teatro pánico” (del griego “pan”, todo) y pretenden ser un teatro total que exalta la libertad creadora y persigue la provocación y el escándalo del espectador. Algunas obras son Pic-Nic, Los hombres del triciclo, El cementerio de automóviles, El arquitecto y el emperador de Asiria... En el panorama del teatro bajo los últimos años del franquismo no puede faltar la mención del fenómeno del “teatro independiente”. Bajo este rótulo se engloban grupos como “Los Goliardos”, “Tábano”, “Teatro libre” de Madrid; “Els joglars”, “Els Comediants” y “Fura dels Baus” en Barcelona; “Aquelarre”, en Bilbao; “La Cuadra”, en Sevilla, etc. Actúan al margen de las cadenas comerciales, procurando así vencer las limitaciones del negocio teatral y las inercias del público. Incorporan, además, un espíritu de renovación que incluye desde la idea de creación colectiva del texto, manipulación propia de decoración y la puesta en escena hasta una estructura social de cooperativa. Destacan la novedad de sus planteamientos y la incorporación a su teatro de otras formas y estilos dramáticos, a veces extremadamente radicales. Asi “Els Comediants” incorporaron máscaras, bailes, fuegos artificiales y elementos de las fiestas populares; “La Fura dels baus”, sin duda el más radical, ha incorporado una estética tremendista basada en la violencia, el expresionismo sin palabras y una música reiterativa y próxima a las formas más duras del rock; por contra, “La Cuadra” ha buscado el ser profundo de lo andaluz y de lo mediterráneo aproximándose al flamenco... tens 22 Bachillerato A y B - Profesoras: Marisol Rodríguez y Gracia Gallegos