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TEMA 1: CONCEPTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MARCO DEL ESTADO SOCIAL DE DERE, Apuntes de Trabajo Social

Asignatura: Politicas sociales, Profesor: Fernando De Lucas, Carrera: Trabajo Social, Universidad: UCM

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 28/04/2014

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¡Descarga TEMA 1: CONCEPTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MARCO DEL ESTADO SOCIAL DE DERE y más Apuntes en PDF de Trabajo Social solo en Docsity! POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 1 TEMA 1: CONCEPTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MARCO DEL ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y DEL ESTADO DE BIENESTAR. Concepto de Estado de derecho. El Estado de Derecho, Reechtsstaat o rule of law es un concepto acuñado a comienzos del siglo XIX por el alemán VON MOHL, que hace referencia a lo anteriormente visto, resultado de de la creatividad constitucional occidental. Podíamos definirlo de la siguiente manera: la actividad del Estado, su organización y las relaciones que mantiene con los ciudadanos deben estar presididas por normas jurídicas previamente aprobadas por un parlamento representativo. Esto significa que este tipo de Estado limitará su propia acción mediante el sometimiento al Derecho, reconocimiento de la separación de poderes, la jerarquía normativa (Constitución, ley, decreto, órdenes), los derechos de los individuos y sus grupos (partidos, sindicatos) y la responsabilidad política y administrativa de los gobernantes respecto a los gobernados. De hecho, el Estado liberal de derecho es su primera manifestación institucional en el siglo XIX y de este modelo de “Estado” surge lo que hoy entendemos como “imperio de la ley”. Robert von Mohl (1799-1875). Es el gobierno por las leyes, no por los hombres. Vieja idea que cristaliza a partir de la aportación de la burguesía ilustrada, preñada de optimismo antropológico y que buscaba dicho imperio del derecho y la garantía de la propiedad (homo oeconomicus). Definición POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 2 Al hilo de esta construcción surgieron, obviamente, la libertad y los derechos del hombre. Dicha libertad fundió al homo oeconomicus con el homo politicus al quedar redactada en forma de norma. Prontamente se le unió la igualdad, pero entendida como igualdad de trato respecto a la ley sin referencia legal alguna a las desigualdades económicas y sociales. Si sumamos a estos hechos el de la separación de poderes, para evitar el abuso de poder, tenemos el garantismo o técnica puesta al servicio del Estado de derecho que junta a los tipos antropológicos citados, otro más, el homo iuridicus. Pero no todo Estado que haga que se cumplan las leyes puede llamarse Estado de derecho. El Estado franquista se apoyaba en un modelo fuertemente centralizado y con el uso de la coacción como forma de imponer su legislación, pero no fue nunca un Estado de derecho. De hecho, todo Estado posee algún tipo de ordenamiento jurídico, pero será un Estado de derecho cuando somete su existencia a una previa limitación jurídica de su actividad, busca el beneficio de los ciudadanos porque garantiza los derechos y libertades de los individuos y los grupos en los que éstos se insertan y tutela el bien común. Gobierna el derecho, no la arbitrariedad y/o capricho de los gobernantes. Y si esa u otra forma de arbitrariedad se produce, quedan los tribunales, jueces y otros órganos del Estado que subsanen, mediante procedimientos jurídicos preestablecidos, tales arbitrariedades o injusticias. El Estado liberal de derecho, subsumido en el Estado constitucional, estableció los siguientes postulados: -Primacía e igualdad ante la ley. -Sistema jerárquico de normas. -Legalidad administrativa (asegurando un sistema de recursos). -Separación de poderes. -Reconocimiento y garantía de los derechos y libertades fundamentales: Constitución. -Posibilidad de examen de constitucionalidad de las leyes. (Resumen Estado absoluto, liberal y de derecho, soberanía, Lucas, P. y Lucas. P., 1987: 117-118). Elementos del Estado de derecho. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 5 Hermann Heller 1891-1933 A partir de aquí, podemos identificar un hallazgo institucional que reflejaba una serie de políticas que ya habían comenzado a finales del siglo XIX en Alemania y que luego se extendieron por todo el Continente: aparición de seguros de vejez, paro, maternidad, etc. Los pasos siguientes fueron la elaboración y construcción de los modelos de Seguridad Social (contributiva o continental, universalista o atlántica, mediterránea, etc.). Así, pues, podemos identificar al Estado social con el principio de la justicia social y, por lo tanto, de todas las políticas sociales provenientes de él que pugnan por el bienestar social. Pero nadie puede obviar las contradicciones, limitaciones y problemas del mismo. Sin que se le ponga el apellido de “social” los Estados contemporáneos no parecen proteger suficientemente (en términos de seguridad) generando respuestas anarcoides y neoliberales. Tampoco distribuye eficazmente los servicios sociales, es superado por la economía desmontando los sectores primario y secundario. No es un controlador económico (de hecho gobiernos socialdemócratas aplican ideas económicas neoliberales) y tampoco arbitra correctamente las cuestiones jurídicas caracterizadas por su lentitud o las socioeconómicas, siendo presa del neocorporativismo. Pero la realidad es que el Estado social no es tanto víctima de sí mismo como de la crisis de la civilización que sufrimos, no ha sabido interrelacionarse convenientemente con la sociedad, no ha sabido responder a los requerimientos de la sociedad actual. Crisis del Estado social. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 6 Así, el Estado social se desnaturaliza porque deja de ser social, ya que la sociedad civil es previa a la burocratización, sofisticación y elefantiasis de los aparatos del Estado que, para LUHMANN1 queda desbordado por la política, una política “expansiva” que acaba por aglutinar en sí todas las responsabilidades de la sociedad. Nos dice que la política debe ser entendida de forma restrictiva, reducida a su ámbito lógico, a sus límites que no son más que los de la eficiencia y relación con otros dominios funcionales sin que unos afecten la autonomía de los otros. Lo contrario, la “expansión política”, crea el Estado de bienestar y: “...no supone, de ninguna de las maneras, el aseguramiento y el acrecentamiento continuo de unas condiciones mínimas de bienestar para cada cual, sino en gran medida también la aparición de problemas especiales de distinto género, que pueden ser graves para quienes resulten encontrarse en determinadas situaciones. Las mejoras discurren, por tanto, no sólo en la dirección del aumento de los niveles mínimos, sino también en la del descubrimiento continuo de nuevos problemas que competen a las autoridades públicas –embarcaderos más seguros para marineros domingueros, secadores de manos de aire caliente para servicios públicos, etc.”2 Niklas Luhmann 1927 - 1998 Pero LUHMANN olvida que el resto de ámbitos funcionales, son resultado también de decisiones políticas, no solamente están afectados por ella, sino que son expresión de luchas, presiones e intereses. La restricción política es la restricción de los derechos sociales, del Estado social, es el triunfo del individualismo. 1 LUHMANN, Niklas: Teoría política en el Estado de bienestar (trad. e introducción de Fernando Vallespín). Alianza, Madrid 1994, pág. 49. 2 Ibid. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 7 En cambio, en el Estado Social se identifica a los individuos formando parte de un proyecto común (sociedad) y se potencia, por lo tanto, el reconocimiento de los derechos ciudadanos ampliándolos. Para ello debe hacer efectivos los derechos sociales, base de los primeros. Sin garantía de supervivencia digna, no es posible la ciudadanía. Bien es cierto que la crítica al Estado Social no puede ser respondida, por oposición, con su defensa ciega. Nadie puede negar la crisis del Estado Social, pero es necesario matizarla. Sin lugar a dudas, no podemos negar las consecuencias negativas de sobrecarga, burocratización y anquilosamiento del mismo pero, tal como nos apunta MARTÍNEZ DE PISÓN3, el Estado Social se ha resistido a desaparecer, lo que nos confirma en la idea de que su crisis, si cierta, no significa su consunción. Así, pues, no pueden dejar de tomarse en cuenta las reivindicaciones que lo impulsaron (derechos económicos, sociales y culturales). A pesar de ello, el Estado Social, recordémoslo, fue construido al hilo de los acontecimientos de entreguerras y las políticas keynesianas postbélicas. El mundo y la Europa de 1948 (fecha de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre) no son iguales hoy, por lo que este modelo de Estado tiene que plantearse su “puesta al día”, ya que es incapaz de satisfacer problemas que no fueron definidos en su fundación y, por lo tanto, no fue diseñado para ello. Así, pues, los criterios economicistas de eficacia y eficiencia en un marco mundializado son inevitables, pero siempre que los mismos vengan orientados políticamente, sumándoles el principio de equidad (como introduce RAWLS). Es decir, si algo no debe cambiar en el Estado Social son los valores que lo construyeron, los mismos de los que carece el modelo neoliberal, el del Estado mínimo que, en nuestros días, amenaza con retornar a una especia de Estado hobbesiano, garante del orden y el status quo. Es más, no podemos olvidar que la Democracia como sistema político, así como la protección y salvaguarda de derechos sociales por parte del Estado, son dos 3 MARTÍNEZ DE PISÓN, José: “El final del Estado Social: hacia qué alternativa” en Sistema nº 160. Enero 2001. Fundación Sistema, Madrid. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 10 Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) junto a Stalin y Churchill. Colas de desempleados en EE. UU., 1930. Familia del sur de Estados Unidos huyendo John Steinbeck, autor de “Las uvas de del Dust Bowl de finales de los 20. de la ira” (1939). Será menester aproximarse a plena Segunda Guerra Mundial y al esfuerzo del reformista liberal británico y trabajador social William BEVERIDGE, que inspirado por las doctrinas de John Maynard KEYNES y encomendado por CHURCHILL puso en marcha, del servicio de salud inglés, germen del modelo de seguridad social británico denominado también modelo atlántico o universalista de seguridad social. Como sabemos, los Estados de bienestar parten de una serie de premisas insoslayables, que se concentran en sus respectivos modelos de seguridad social, fruto de un acuerdo político-social que se multiplica en los POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 11 procesos de crecimiento económico y que facultan a los Estados nacionales y a sus gobiernos a legislar en el ámbito de la política social proveyendo de derechos sociales a los ciudadanos. Estas fueron condiciones que comenzaron a producirse en los países europeos occidentales a partir del fin de la guerra. Se inspiraban en ese “matrimonio” que hemos comentado en el que el ala liberal reducía parte de sus prerrogativas, al igual que lo hacían los demócratas de la izquierda para convenir en una idea de gobernabilidad basada en la recuperación europea a partir del reconocimiento de los derechos sociales, del esfuerzo y padecimientos que la población europea había sufrido en las últimas décadas y que se había visto exacerbado durante la última guerra. Así pues, las solemnes declaraciones internacionales, fuesen de Naciones Unidas o de las recién nacidas instituciones europeas, tenían que ver con el respeto a los derechos civiles y políticos, pero también a los económicos y sociales, lo que obligaba a la intervención estatal financiando los diversos modelos de seguridad social así como otras iniciativas gubernamentales, políticas sociales, proveedoras de derechos sociales. Utilizamos la experiencia británica, siempre particular, como referente para explicar el desarrollo de los Estados de bienestar en Europa. Y decimos particular porque el seguro de salud inglés, citado anteriormente, no aparece en medio de una situación económica boyante, sino de guerra. Veámoslo para comprender también el desarrollo, a través de las políticas sociales de la postguerra, de sus Estados de bienestar. Para ello es necesario empezar por el inspirador del modelo, John Maynard KEYNES que publica en 1936 su famosa obra General Theory, que sirvió de solución para las propuestas y dudas del propio BEVERIDGE que entendió, meridianamente, la necesidad de intervención del Estado para, entre otras cosas, garantizar el pleno empleo. Gran Bretaña, Beveridge y Keynes. Keynes. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 12 John Maynard Keynes 1883-1946. KEYNES pensaba que era necesario crear un impuesto progresivo que fuese la fuente principal de la financiación de la seguridad social. Como sabemos, el modelo alemán se financiaba con las cuotas de trabajadores y las aportaciones de los empresarios. De hecho, en la propia GB la mayoría de los trabajadores no pagaban a Hacienda, cosa que no cambiará definitivamente hasta las décadas de los 60-70 del siglo pasado. La idea de KEYNES no era atacar a la clase más rica, sino incorporar a la gran mayoría de los trabajadores, por primera vez, a este régimen de impuestos. En aquéllos momentos, las posturas sobre qué tipo de economía afrontar eran, en resumen, las que se apoyaban sobre el paradigma neoclásico (del que BEVERIDGE fue un defensor en un primer momento), el neomarxista y el keynesiano. Esta última, que resultó triunfante, es expresión del reformismo, propio de la tradición británica y que es base del desarrollo del Estado de bienestar. KEYNES no propone revoluciones pendientes, no busca acabar con el capitalismo, sino equilibrar el sistema económico y, para ello, es necesario corregir, estabilizar el capitalismo. Y eso sólo lo puede hacer el Estado controlando la economía. El capitalismo, de esta forma, seguiría siendo el modelo económico, generando riqueza, pero sin provocar efectos negativos. Esta es una postura ambivalente, como quizás fuese la de la socialdemocracia reformista que dibuja el período de postguerra. De hecho, POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 15 del Estado para asumir la meta del pleno empleo algo que serviría para ir más allá de los intereses del capital como los de los sindicatos. El espíritu de aquélla época era inevitablemente contradictorio, asumiendo algunos liberales clásicos propuestas de izquierda que, a la postre, acababan siendo reformistas, de hecho, el propio BEVERIDGE irá más allá afirmando que el libre mercado ha desaparecido abogando por una intervención estatal que sería intolerable para cualquier liberal. El resultado final es lo que Göran THEBORN ha denominado como “matrimonio entre liberalismo y democracia”, que es representado por BEVERIDGE en Gran Bretaña, al conjuntar dos lógicas contrapuestas hasta la fecha: defensa de libertades y garantía económica y social. William Henry Beveridge, 1879-1963. Pero hemos dicho que BEVERIDGE se movía alrededor de las ideas de pleno empleo y, también, modelo contributivo. ¿Cómo casa esta idea con el resultado del informe SIAS caracterizado por un modelo universalista? En efecto, conjuntar los derechos de todos como ciudadanos con el de la participación de los mismos en el mercado de trabajo no parecía sencillo. Antes que los británicos, Dinamarca ya había introducido el elemento de ciudadanía en su modelo de seguridad social. Y obviamente no lo hizo a través de las cotizaciones de los trabajadores sino mediante la fiscalidad que se imponía a todos. Algo a lo que se oponía BEVERIDGE pues para él, la legitimidad del sistema se basaba en el compromiso entre empresarios, trabajadores y Estado, es decir, el modelo contributivo. Pero, al final tuvo que modificar su postura y asumir el compromiso universal keynesiano, puesto Modelo universalista. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 16 que lo contrario suponía perder el apoyo de los sindicatos, necesarios para la victoria electoral conservadora (de hecho, los conservadores perdieron las primeras elecciones tras la guerra). BEVERIDGE presentó al Parlamento su plan a finales de 1942, a través de la comisión que él mismo presidía. De hecho, partes importantes de dicho informe habían sido escritas por él mismo. El plan partía de la idea de reformar la seguridad social británica expansionando los seguros sociales obligatorios para cubrir a todos los ciudadanos. Agrupaba los diversos seguros en un solo sistema (como el frustrado intento unificador de la II República española) y garantizaba unos ingresos mínimos para luchar contra la pobreza. En cierta medida ofrecía soluciones respecto a la enfermedad, educación, pobreza y desamparo mediante lo que se llamó una política global de progreso social. Vinculaba política social y política económica con la meta del pleno empleo. Los rasgos de este sistema universal unitario eran: aseguramiento nacional de los trabajadores (como el modelo escandinavo); subsidios familiares para familias numerosas y creación de un servicio nacional de salud gratuito. Así acababa con la dispersión del modelo previo, caracterizado por cierta inseguridad, gracias al nuevo sistema unitario. Conciliaba de manera muy inteligente los intereses de los trabajadores junto con los de las clases medias, pues se aplicaba para todos sin que se planteasen verdaderos criterios redistributivos y dejando bastante libertad a las empresas y clases acomodadas. Una de las razones del éxito de este modelo se basaba en una característica que no siempre se ha indicado. Sus prestaciones eran las mínimas indispensables, mínimos vitales, austeros. Pero estos niveles fueron, gracias al propio modelo económico-social, complementados con el ahorro de las familias. El sistema triunfó y fue aplicado en los siguientes gobiernos, llegando a abordar nuevos campos como los relativos a la educación, vivienda e, incluso, en algunas fases, a la nacionalización de ciertas empresas. El influjo del plan BEVERIDGE fue bien importante en el continente. Más aún cuando este se reconstruía tras la guerra. Influyó de manera clara en las Plan Beveridge o informe SIAS Influjo del plan Beveridge en el Continente tras la guerra. Desarrollo del Estado de bienestar. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 17 recomendaciones de la OIT en 1944 y en los modelos belga, holandés y suizo. Algunos incluso dicen que tuvo cierto impacto en los regímenes daneses y suecos aunque realmente ya estaban en marcha desde antes de la Primera Guerra Mundial e intervenían de manera mucho más evidente en la economía y en la sociedad. Influyó mucho en Francia que, hasta la fecha, se basaba en un modelo contributivo y no universal de seguridad social. Y de hecho, se diseñó un seguro único para todos los trabajadores. Pero esta idea fracasó, sobre todo por la oposición del cuerpo de los trabajadores autónomos (millones de ellos) que no estaban interesados en el nivel mínimo que proponía el nuevo modelo y las elevadas cuotas primeras que debían pagar. Es posible que dicha resistencia fuese uno de los factores clave del derrocamiento del gobierno de 1947. No hicieron esta causa la suya, por lo que se volvió, en cierta medida, al modelo previo apoyado en grupos profesionales y sociales específicos. Alemania (RFA), por su parte, ofrecía desde mucho antes del informe SIAS, el paradigma del modelo contributivo, referente frente al modelo asistencial británico. Pero el país estaba ocupado y administrado por las naciones vencedoras por lo que se pretendió sustituir el modelo previo, que cubría diversos grupos con diversos grados de cobertura, por el modelo unitario. Pero no fue posible. Además, cada potencia ocupante establecía su influencia, siendo Berlín el paradigma del transcurso político-social que comentamos, puesto que, tras la división de la ciudad en 1948, se deshizo el modelo unitario generando diversos niveles de protección. Frente a este régimen, en el sur de la Alemania ocupada, triunfaba la tradición francesa. No será hasta la fundación de la RFA, a principios de los 50, cuando se establezca su sistema con clara influencia francesa. De hecho, el modelo germano, contributivo también, garantizaba mejores condiciones que el seguro unitario. Será en 1957 cuando se produzca la ley de reforma de pensiones y se establezca el definitivo modelo alemán, en un ambiente de clara bonanza económica. Esta es una de las grandes diferencias con el modelo británico, que se desplegó en medio de la guerra y, por lo tanto, de difíciles condiciones económicas. Francia Alemania POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 20 desigualdad. Por otra parte, no suponían ningún tipo de derecho subjetivo sobre sus beneficiarios. Además, la política social se define también por su íntima relación con la Constitución, pues esta recoge la forma de convivencia que una sociedad se da a sí misma, comenzando por una serie de derechos fundamentales entre los que se encuentran los que obligan al Estado compuesto por esa sociedad, a garantizar una vida digna a sus miembros (en la CE, será, sobre todo, el capítulo tercero del título primero “Principios rectores de la política social y económica”) y que se expresó de manera meridiana tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Antes, en 1949, la Ley Fundamental de Bonn, germen de la Constitución de la RFA, recogía el término política social, como resultado de una tradición puramente germana en este campo como ahora veremos. Pero habrá que aquilatar cuáles son los fundamentos de la aparición y desarrollo de la política social de forma más pormenorizada. Acabamos de decir que es Alemania quien establece a la misma como concepto constitucional, pero antes fue disciplina académica y científica, acuñando el término sozialpolitik. Dicho concepto no ha tenido el mismo desarrollo fuera de sus fronteras y encontraría cierta analogía, aunque no completa con social welfare en el mundo anglosajón y como sí como política social en los países latinos. Los antecedentes se encuentran citando a varios personajes o autores del siglo XIX, momento de transformación definitiva del mundo contemporáneo hacia las matrices del tiempo de hoy. Y en ello estaban los socialistas utópicos de la primera mitad de aquél siglo romántico como Louis BLANC, Robert OWEN o el propio Sismond de SISMONDI sin que, evidentemente, todo el substrato intelectual de la política social, como hemos dicho, tenga que forzosamente provenir del pensamiento de izquierdas. De hecho, al socialismo y sindicalismo más activos, también habría que sumarles las iniciativas que hoy llamaríamos “democristianas” así como varios aspectos del paternalismo conservador, y del puritanismo anglosajón que encuentra reflejo en el social welfare. Antecedentes POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 21 : Estudios sobre las Constituciones de los pueblos libres (trad. de León José Serrano y Felipe Picón), Imprenta de la Amistad, Madrid 1843, pp. 211-213. Sismond de Sismondi. “La organización económica que prevalece hoy en día, ha quitado al pobre casi todo medio de trabajar sin constituirse en la dependencia absoluta del rico; le ha quitado el apego a la tierra, y roto todos los derechos perpetuos que en otro tiempo tenía a ella; ha permitido al propietario del terreno despedir al cultivador con su familia al fenecer su arrendamiento después de siete años, y también, lo que es más, todos los años, todas las semanas, aún todos los días, como su nombre de jornalero lo indica. El cultivador a quien los propietarios no dan trabajo, ofrece en vano el servicio de sus brazos y de su actividad, no puede ocuparse en nada, y tiene que morir de miseria. Los oficiales que en las ciudades se reúnen en los grandes talleres están, si es posible, en mayor dependencia de los dueños de las manufacturas. Allí se ajustan por años, por piezas o por semanas; pero si los jefes de las manufacturas rehúsan recibirlos, absolutamente no pueden hallar trabajo. Por otra parte no están expuestos a ser despedidos, como los labradores, sólo por falta de respeto o por su mala conducta; de un día a otro se exponen a ser víctimas no sólo de cualquier revés sino también de las alternativas del arte a que están dedicados. Si la manufactura decae, si la moda no pide sus productos, son despedidos porque su amo no vende; si al contrario la aplicación de las ciencias a su arte ha enseñado a hacer la obra con muchas menos manos, son despedidos también porque su amo se reserva para sí solo el provecho de la venta. Jamás ha tenido el hombre un poder más absoluto sobre otro hombre, ni jamás se ha ejercido con más dureza: de la vida o de la muerte de millares de individuos, hombres, mujeres y niños, decide el jefe de cualquiera industria en su despacho sumando números; y decide sin cólera como sin compasión, sin conocer sus víctimas; sin verlas, sin saber aún el número de ellas. Su agente principal le presenta una cuenta figurada: `vuestra manufactura de cristalería, le dice, o vuestra manufactura de porcelana no tiene despacho; pero podéis destinar vuestros hornos a la preparación de productos químicos; un adelanto de un millón, bastará para el consumo de toda la Francia.- ¿Cómo, a cuánto asciende el consumo de la Francia?- A tanto.- ¿Quién la abastece hoy?- Tales y tales fábricas de tales y tales provincias.- ¿Seguirán con su industria?- No, podéis tener un diez por ciento de ganancia- ¿Qué harán pues?- Perecerán.- ¿Y los obreros?- También.- Ea pues, manos a la obra, contad con el millón. En los tiempos de mayor opresión feudal, en los tiempos de la esclavitud, se han visto, sin duda, de parte de los amos actos de ferocidad que hacen estremecer a la humanidad; pero al menos algún motivo había excitado su cólera o crueldad; y quedaba al oprimido alguna esperanza de evitar el volver a provocar a su opresor, y por otra parte los ejecutores de un acto feroz podían mitigar la ejecución: la mujer, los hijos, el sacerdote, podían implorar gracia y alguna vez la POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 22 obtenían. Pero en la fría y abstracta opresión de la riqueza, no hay injuria, ni cólera, ni ejecutor conocido, ni relación ninguna de hombre a hombre: muchas veces el tirano y la víctima no se conocen ni hablan una misma lengua. El oprimido no sabe a quién acudir ni con sus súplicas, ni con su resentimiento; el opresor lejos de ser de corazón duro, es quizás generoso y sensible, no repara en el mal que hace, y cede a una especie de fatalidad que parece regir hoy día el mundo industrial. Esta fatalidad es la que, a pesar de las promesas la libertad y de la igualdad, atormenta con una espantosa opresión a millones de criaturas humanas”. Tiempo después, MARX, el propio SMITH habían planteado sus propuestas ante las consecuencias de la industrialización: socialismo y liberalismo. Así como STUART MILL con su perspectiva de liberalismo reformista. Pero realmente donde surge, al menos como actividad académica y científica la política social, es en Alemania. De hecho, es en la segunda mitad del siglo XIX cuando se acuña por vez primera el término sozial politik (RIEHL en 1854 aunque parece que ya la había usado VON MOHL diez años antes). Posteriormente VON STEIN (1815-1890) había desarrollado sus primeras reflexiones sobre la necesidad de una reforma social para mejorar las condiciones de las masas explotadas y evitar así el desorden social. Lorenz Von Stein, 1815-1890. Obviamente en VON STEIN se encuentra una preocupación propia de la burguesía finisecular, el mantenimiento del orden y, en cierta medida del status quo. Pero sería injusto decir que este autor se preocupase más del orden que de los individuos y que fuese un típico burgués asustado por el poder que estaban recabando las nuevas masas obreras, puesto que es consciente y denuncia la situación de abandono y explotación que sufre el trabajador y que lleva invariablemente a una indeseable confrontación social. Origen de la disciplina. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 25 garantizan los tribunales de justicia; política: al hilo de las revoluciones del XIX, que supone el derecho a la participación política así como el voto universal y que encuentra su referente en el Parlamento, y la ciudadanía social, propia del XX que supone un derecho a la seguridad y a un mínimo de bienestar económico que garanticen la dignidad de los individuos sobre todo a través del sistema educativo y los servicios sociales. Su política social, al igual que la propuesta de SCHMOLLER, encontrará una posición intermedia ente el liberalismo y el marxismo clásicos y llegará a TITMUSS que trasladará este debate hacia el plano de más gobierno o más mercado, más libertad para unos pocos y menos para los más o más justicia social para muchos y menos libertad en general. Richard Titmuss, 1907-1973. Pero para llegar a estos fines es necesario realizar una serie de cambios y ajustes en el campo jurídico, educativo, de vivienda, salud, trabajo. Ajustes entre la esfera social y la económica. Esto ha llevado a definir a la política social como una especie de mediación entre lo político y lo económico: La política social puede concebirse como una mediación entre lo que conviene desde un punto de vista político y lo que es posible desde el cálculo económico, siempre bajo el monopolio de la intervención pública (MOLINA, 2006:49). Algo que es bien cierto desde el prisma de la tensión entre ambos campos, así como en lo referente al apoyo público, pero siempre y cuando establezcamos un muro entre ellos, lo que no tiene por qué ser así forzosamente aunque en la actualidad así sea. En este sentido, la definición de MOLINA limita a la política social a las capacidades del dictado de “lo posible” según la política económica. Política social como mediación. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 26 Otra forma de ver a la política social, ya citada, es como una actividad del Estado. Las iniciativas privadas (por ejemplo, mutualismo) no serían política social en sí, puesto que no forman parte de una acción programada de gobierno, pero sí lo son, así como todo el entramado de los servicios sociales (tanto en sentido amplio como restringido), cuando se suman a las públicas dentro de una forma programática. De hecho, en el actual sistema de servicios sociales y como puede leerse en la ley madrileña, se entiende como tal sistema la fusión entre lo público y lo privado, manifestación del pluralismo de bienestar, tanto mismo ocurre con la llamada “Ley de dependencia” y tanta otra legislación que cubre servicios a la ciudadanía. Así, pues, el cooperativismo de BLANC, como tantas otras iniciativas privadas eran política social de corte privado pero la cristalización de este concepto no puede producirse de forma deslavazada, por muy importantes y relevantes que fueran tales iniciativas. Es el Estado quien garantiza, mediante una acción organizada y sujeta al derecho, la provisión de servicios mediante la política social que aplica. Y la historia determinó que fuera así, como ocurrió en la Alemania de BISMARK pues el Estado se convirtió en garante e impulsor de los acuerdos realizados entre fuerza de trabajo y capital, pasando a ser un “tercero superior” que impone una serie de reglas que “socializan” el derecho de propiedad e implanta normas en el campo de la empresa y el mercado (MOLINA, ibid.). Estos mismos argumentos son los que abren paso a otra polémica, puramente liberal, que contrapone lo público a lo privado y considera que lo primero ahoga la iniciativa ciudadana, expresada a través del asociacionismo, onegeísmo, etc. Aunque estas mismas entidades muestran, al menos en España y como vimos el curso pasado, una importante ligazón si no dependencia, de las fuentes de financiación estatales. Otra perspectiva más es la que aporta GALBRAITH al entender a la misma como una especie de “poder compensador”. Política social como actividad estatal. Política social como poder compensador. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 27 John Kenneth Galbraith, 1908-2006. Dicho poder sería el motor de la política social y forma de amortiguar y ordenar las relaciones laborales/industriales. Recordemos que el interés de GALBRAITH se encamina a reequilibrar la economía, que tiende al desequilibrio por los excesos de un mercado sin control. La intervención estatal, mediante el concurso de la política social reduce y digiere los conflictos sociales propios del capitalismo. Reduce los conflictos laborales; establece la “negociación colectiva”: “El poder sobre un lado del mercado crea la vez la necesidad de y la perspectiva de recompensa del ejercicio del poder compensador del otro lado”. Otra forma de ver la política social es como un discurso o, mejor aún como una forma de ver el mundo, una Weltanschauung que define las maneras en las que se comprenden, antropológicamente, a los individuos y a las sociedades en las que estos se desarrollan. La política social, así vista, encaja con las tradiciones históricas, sociales, políticas y económicas de cada país y muestra cómo comprenden las relaciones sociales, económicas y políticas en cada una de esas tradiciones. Es decir, es la perspectiva antropológico-filosófica de cada sociedad que se expresa a través de sus construcciones culturales: manifestaciones religiosas, políticas, artísticas o de convivencia. Una de esas manifestaciones sería la política social que cada uno desarrolla, resultado de todo lo anterior. Política social Weltanschauung y Constitución. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 30 Dicha comisión fue creada "con objeto de estudiar todas las cuestiones que directamente interesan a la mejora o bienestar de las clases obreras, tanto agrícolas como industriales y que afectan a las relaciones ente el capital y el trabajo". Pero el ámbito en que se creó dicha iniciativa fue‚ totalmente negativo para su desarrollo y el poder apenas apoyó a la comisión. Dentro de la misma se producían grandes diferencias entre los que apoyaban la vía de la caridad frente a los defensores de la intervención correctora del Estado. Todos los autores consultados confirman la tesis de la nula operatividad de la comisión así como de su lánguida existencia. Sólo al final de su vida comenzó a funcionar más efectivamente, pero fue eliminada y sustituida por el Instituto de Reformas Sociales (IRS). La Comisión tenía detractores, y, entre ellos, los socialistas que veían que la composición de la misma era únicamente burguesa. Y por los anarquistas, contrarios a cualquier tipo de Estado e institución emanada de él. Pero no es menos cierto que la comisión supuso el primer paso de reconocimiento institucional de la llamada "cuestión social". Y fueron esta "cuestión social" y la incapacidad de la comisión razones suficientes para la disolución de la misma y a la puesta en marcha de una serie de proyectos legislativos, bases de las primeras leyes de carácter laboral por el nuevo Instituto. -IRS. En 1902, CANALEJAS (liberal y ministro de varias carteras) advierte de la necesidad de reforma de la antigua comisión. Para evitar suspicacias, no procuró su disolución sino su transformación por un "Instituto del Trabajo". Esta opción fue apoyada fervientemente por los krausistas de la época pero no fue ratificada por el Parlamento. Paradójicamente fue el conservador SILVELA quien, mediante la vía del Real Decreto, ordenó la suspensión de la CRS y la creación de un Instituto de Reformas sociales en 1903. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 31 José Canalejas (1854-1912) y Francisco Silvela (1845-1905). El nuevo Instituto estaba mejor dotado y era más complejo que el anterior y lo que es más importante: contaba con la colaboración de obreros y patronos por lo que, aunque también tenía sus contrarios (que provocaron su disolución en 1924) contribuyó con más y mejores medidas legislativas en el terreno laboral y el de previsión. A través del IRS se pretendía ofrecer, sin gastos especiales de infraestructura, pensiones de invalidez y vejez para los trabajadores. -INP. José MALUQUER (técnico experto en derecho y seguros que había estudiado el tema de la previsión popular) elaboró un informe que sería el esbozo futuro del Instituto Nacional de Previsión. MALUQUER pretendía la colaboración de las Cajas de ahorros pues pensaba que, sin gastos especiales de infraestructura, se podrían ofrecer pensiones de invalidez y vejez para los trabajadores. Ni que decir tiene que las Cajas, reunidas ya en una Conferencia de Previsión Popular, se resistieron a la medida. A pesar de lo limitado del respaldo de las Cajas y de que los sucesivos proyectos quedasen inmovilizados en las Cortes, el ministro LA CIERVA planteó de nuevo aquél proyecto de MALUQUER que, esta vez fue votado sin oposición y se convirtió en ley el 27 de febrero de 1908. Juan de la Cierva y Peñafiel 1862-1938 POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 32 El INP se constituía como un ente autónomo, con personalidad, administración y fondos propios. Tenía la misión de difundir e inculcar la previsión popular en la forma de pensiones de retiro para la invalidez y la vejez. Se procuró que fuera lo más abierto posible, es decir, que los potenciales beneficiarios no fuesen sólo obreros. Así, pues, el INP acogió a empleados de la administración, de la empresa, profesionales de bajos ingresos y pequeños burgueses a condición de que no percibieran más de 300 pesetas anuales y no cobraran otra jubilación. De esta forma se reconocía la miseria vergonzante de los que se llevó a llamar "proletariado de levita" tan necesitado de amparo como el obrero fabril. Estamos, pues, ante una distinción de clases. Las prestaciones no se aplican sólo a la clase obrera sino a la reconocida "clase media baja" que emerge en España. Esta postura, que se hizo extensiva a todos los grupos de edad, menores o ancianos incluidos, a la mujer e, incluso, a los extranjeros, se complementó con una extensa flexibilidad en el sistema de imposiciones a realizar destinadas a impedir que los ricos se beneficiaran de ventajas sólo pensadas para los pobres. Para evitar que el paro o la enfermedad provocasen pérdidas en quienes pagaban cuotas periódicas, se determinó, entre otras medidas, que los atrasos de los pagos no fueran penalizados. Finalmente se ofreció la posibilidad de jubilarse a cualquier edad, aunque, para tener derecho a ciertos privilegios económicos había de elegirse según la salud, deseo o dureza del trabajo, los 55, 60 o los 65 años. En resumen, el INP se crea en un primer momento poniendo en marcha las pensiones de retiro por invalidez y vejez. La situación de agitación social impelió al Gobierno de CANALEJAS a extender "a todas las necesidades de la vida" el seguro popular, encomendando al INP la preparación de las bases para la organización de Cajas de seguros de invalidez (enfermedades o maternidad), vida, paro y retiros oficiales para funcionarios públicos. Se trataba de un proyecto POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 35 El Título preliminar contenía, además, unos principios generales que debían inspirar todo el articulado: igualdad de los ciudadanos ante la ley, separación de la Iglesia y Estado, proclamación del castellano como idioma oficial y renuncia del régimen a la guerra. Los derechos de los ciudadanos estaban bien protegidos pues toda persona que no hubiese obtenido de las autoridades la garantía de algún derecho podían ampararse bajo el Tribunal de Garantías Constitucionales. Esta Constitución clasificaba los derechos ciudadanos bajo dos rúbricas: Individuales y políticos. Pero no olvidaba los relativos a la familia, economía y cultura. En definitiva, en esta rúbrica, se recogían los derechos económicos y sociales como el trabajo y la seguridad social. Es más, podemos citar como dentro de ella se recogen las libertades de Asociación política y Sindical, mayoría de edad a los 23 años, tanto para hombres como mujeres, siendo así nuestro país uno de los primeros en reconocer el sufragio universal femenino. Bajo el principio de que la iniciativa individual debe estar limitada por los intereses del pueblo, se consagra el trabajo como obligación social protegida por la ley y se enumeran las materias que serán objeto de legislación social. Por otra parte sujeta la propiedad de los medios de producción a ciertos límites: subordinación a los intereses de la economía nacional, posibilidad de nacionalización y socialización, etc. Se dejaba la puerta abierta a la intervención del Estado en la explotación y coordinación de industrias cuando lo exigiese la racionalización de la producción. El influjo socialista es evidente, aunque debemos reseñar que no fueron estas formaciones tan avanzadas en el campo socioeconómico quienes crearon los mayores conflictos sino que esta se centró con más fuerza en la regulación de los derechos en materia religiosa. 1.7.3. Previsión social republicana. Por lo reseñado anteriormente, esta breve etapa de nuestra historia representa, también dentro del campo de la previsión, profundas transformaciones. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 36 El Estado, a través de la Constitución, pretende convertirse en lo que ya eran otros países del occidente europeo donde la crisis económica había forzado a la intervención estatal. En la II República podemos observar una serie de reformas sobre las leyes de previsión ya existentes y la creación de otras nuevas en vías de aminorar las contradicciones del sistema capitalista, atenuando la miseria en lo posible, y marchando hacia un intento de pacificación social a través del intento de establecer diálogos y colaboraciones entre trabajadores y, sobre todo, empresarios. Se comenzará actualizando la legislación social en materia de Previsión por lo que no supone una mera continuación del régimen anterior, sino que, realmente, desarrolla una acción creadora. En estos momentos, los socialistas, que suponían un fuerte grupo de presión para los seguros -siempre desde la perspectiva de los trabajadores- entran en el gobierno convirtiéndose en juez y parte de la creación de los seguros. La dialéctica que surge entre el Gobierno Republicano-Socialista y los empresarios es evidente. Se produce un enfrentamiento entre los poderes económicos y las intenciones de la izquierda en el gobierno. Pero no pequemos de maniqueos pues parte de estos poderes, es decir, de los mismos empresarios, llegaron a colaborar en los proyectos estatales. La beneficencia en este período recaba importancia ante la imposibilidad de hacer viable el seguro del paro y la situación de crisis económica. Es decir, si el Gobierno ofrece soluciones que no puedan paliar los problemas existentes, siempre queda la alternativa de la Beneficencia como vía de control social por parte del Estado. La Administración cifraba su Previsión Social sobre dos realidades bien concretas, el INP y la previsión social emanada del Ministerio (que sufrió diversas orientaciones sujetas a los cambios de gobierno). Por otra parte, la II República incluyó, de forma obligatoria, a obreros agrícolas y campesinos en el régimen legal por lo que se aúnan a estos seguros, el enorme caudal de trabajadores agrícolas que habían estado excluídos hasta entonces por la identificación exclusiva de seguros- conflicto social urbano. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 37 La conclusión que se desprende de todos estos esfuerzos legales es la creación de la Previsión Española a través de la preocupación del primer y tercer gobierno de la II República que, además, pretendía extender su aplicación a todos los trabajadores. El interés inmediato fue que, tales seguros, pretendían ser unificados en vistas a los que hubiera sido un salto cuantitativo y cualitativo en lo referente a la implantación de la Seguridad Social Española. El cambio de Gobierno y el comienzo de la Guerra Civil acabaron con este proyecto. 1.7.4. Frustrada unificación de los seguros en la República. Desde las primeras décadas del siglo XX estaba presente la una idea de unificación de todos los seguros existentes, pero fue la II República la madre legítima del proyecto. Y lo decimos simplemente por su interés y concepción racionalizadora y modernizante que no estuvieron presentes durante la Dictadura de Primo de Rivera. El Ministro de Trabajo (LARGO CABALLERO) encabezaba este interés preocupado en que la unificación se hiciese efectiva cuanto antes. A partir de estos momentos se dieron los pasos necesarios para el seguro integral que, muy posiblemente, habría alumbrado una moderna Seguridad Social. Francisco Largo Caballero 1869-1946 En 1932 el INP esta absorto en elaborar estudios para esta unificación, además de la creación de los Seguros de enfermedad, invalidez y muerte que deberían unirse a los preexistentes (vejez, retiro obrero y maternidad). POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 40 estaban considerados al mismo nivel que los delincuentes y se les internaba en establecimientos agrarios o colonias agrícolas. A pesar de la última reforma franquista a la seguridad social (1972) que supuso un incremento en el gasto social, el sistema de protección social de todo este período se caracterizó precisamente por lo contrario, las prestaciones económicas se establecían según el nivel salarial, la financiación del sistema se apoyaba en patronos y trabajadores que, a su vez, se dirigía a otros sectores como la banca o el INI, dejando una gran desprotección al desempleo, sólo referida al gasto sanitario. La solución residía en los servicios sociales, monopolizados por instituciones caritativas dependientes de la Iglesia y apoyados en algunos sectores profesionales como el de los médicos. 1.7.6. Transición democrática. La muerte de Franco abre paso a este período que, a nuestro juicio, finaliza con la victoria del PSOE por mayoría absoluta en 1982. Esta primera época, convulsa, se caracterizó a su vez por un clima de consenso y moderación en las reclamaciones legítimas de la ciudadanía y sus fuerzas políticas. Adolfo Suárez 1932 La apertura política supuso, como ya vimos en el curso anterior, la actividad legalizada de las fuerzas políticas, con un trasvase importante de protagonistas de la participación ciudadana previa hacia las mismas. A su POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 41 vez, se procuró una lógica transformación política de las estructuras de bienestar social anteriores y una ordenación de las mismas. Recordemos que la herencia del sistema democrático recién nacido se caracterizaba por el desorden, solapamiento y tratamiento desigual. La situación económica era realmente crítica, con altas tasas de desempleo, inflación (20% en la misma época), y falta de adaptación a las nuevas realidades industriales y económicas. Los gobiernos posteriores, sobre todo los del PSOE tuvieron que afrontar duros procesos de reconversión no sin costes sociales. En esas fechas, investigaciones sobre pobreza llegaron a cuantificar a la misma en ocho millones, cuatro de ellos en situación muy precaria. Cifras que han ido manteniéndose con el tiempo, mostrando sus rasgos estructurales. Pero el Estado social y las políticas sociales españolas necesitaban de una serie de acuerdos y normas para su arranque efectivo. Fueron los Pactos de la Moncloa y la CE los dos primeros hitos de este proceso. Firma de los Pactos de la Moncloa, en 1977. De izquierda a derecha: Enrique Tierno, Santiago Carrillo, Josep María Triginer, Joan Raventós, Felipe González, Juan Ajuriaguerra, Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Leopoldo Calvo Sotelo, Miquel Roca. Ya hemos tratado la CE en cursos anteriores, pero no así los Pactos de la Moncloa que denominan a la característica primordial de la transición política española: el pactismo, el consenso. Se trató de un acuerdo entre todas las fuerzas políticas parlamentarias para arreglar la alarmante situación económica. Probablemente se trate de uno de los momentos más delicados de la transición política española. De hecho, en el año 1977 la situación económica es insostenible, con una dependencia energética excesiva y frente a la cuál nada hicieron los últimos gobiernos franquistas. A ello hay que unir la fortísima deuda POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 42 exterior se superaba en tres veces las reservas en oro y divisas del Banco de España. La inflación creció un 500% en cinco años llegando en 1977 a un 44% y a ello se unió el fortísimo endeudamiento empresarial que disparó el paro en los siguientes años. Obviamente era necesario afrontar estos problemas, algo en lo que convergieron las fuerzas políticas del momento. Así pues el gobierno de SUÁREZ ideó una solución o política de concentración (acuerdo entre todo el arco parlamentario y resto de fuerzas políticas como los sindicatos8) antes de que, como dijo Enrique FUENTES QUINTANA (redactor del documento base) “la crisis acabase con las democracia”. Enrique Fuentes Quintana 1924-2007 El 25 de octubre de 1977 fueron firmados tales pactos entre los principales representantes políticos sin la firma de FRAGA del pacto sobre libertades jurídicas y políticas (referentes, entre otras cuestiones, al derecho de reunión y asociación, reforma del Código Penal y reorganización de las fuerzas de orden público). Fueron aprobados por el Parlamento días después y se dividieron en dos brazos fundamentales: Acuerdo Económico Social (sobre el saneamiento y reforma de la economía) y el Acuerdo Político (que incluía también aspectos jurídicos). El primero se dividía en diez apartados: política de saneamiento económico; reforma fiscal; perfeccionamiento del control del gasto público; política educativa; política de urbanismo, suelo y vivienda; reforma de la seguridad social; reforma del sistema financiero; política agrícola, pesquera y de comercialización; política energética y de 8 De hecho se acordó con los sindicatos una moderación salarial para reducir la inflación. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 45 moderación obligada quizás por la necesidad de pactar sus políticas en un marco de mayoría simple (nacionalistas). José María Aznar 1953 Si bien no se produjeron cambios importantes, las políticas económicas populares serán más conservadoras y centradas en la meta del “déficit cero”. Ejemplo de lo que decimos fue el proceso de privatización y despatrimonialización empresarial llevado a cabo. Unido a esta medida, se redujo en términos relativos el gasto social justificado por una mejora económica (también internacional) y la creación de empleo con el subsiguiente decremento del paro. Lógicamente, la presión fiscal se reduce respecto al IRPF, aunque no así con los impuestos indirectos. La financiación de entidades privadas no lucrativas se dirigirá, en contra del tiempo anterior, a centros ligados a la Iglesia. El segundo gobierno, ya con mayoría absoluta, marca otras orientaciones que se dirigieron hacia políticas más conservadoras. Ejemplo de lo mismo fue la política y legislación sobre inmigración, reforma educativa y nuevos recortes en el gasto social que provocaron una fuerte desconvergencia con la UE respecto a este aspecto. De hecho, la meta del déficit cero sigue siendo un recurso tautológico en una economía más saneada o convergente con la UE pero a costa de la desconvergencia citada. Las cifras de temporalidad, flexibilización laboral, privatización de servicios y reducción del gasto social fueron muy importantes, mostrándose como un modelo de gestión política muy poco solidario. POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 46 José Luis Rodríguez Zapatero 1960 A partir de estos sucesos y los sucesivos cambios gubernamentales, encontramos un recorrido que parte de un inicio transformador, ordenador y descentralizador en el que se observó un incremento del gasto social. Se trata de un punto de partida pactista que puso en marcha una de las señas propias del modelo español que algunos han llamado tripartismo, es decir, pactos y negociaciones colectivas entre fuerza de trabajo, empresarios y Estado. Es resultado de nuestra reciente historia que abre el camino a dos posturas encontradas, la que hace referencia a la perspectiva socialdemócrata, que universalizó de la educación, sanidad y pensiones frente a la monetarista de contención de las políticas sociales y asistencialización de las mismas. Y estas posturas no siempre se han asignado por el color político de cada gobierno, como hemos visto. A pesar del incremento legislativo en políticas sociales, en el gobierno socialdemócrata de Zapatero se elaboraron políticas “convergentes”, sobre todo en el campo del mercado laboral. Y, especialmente a partir de la segunda legislatura, teñida de la crisis sistémica. No obstante, las primeras respuestas a la crisis, independientemente de conocer o sospechar el alcance y profundidad de la misma, tuvieron que ver también con un cierto enfoque keynesiano (Plan E) como propuesta de la UE. No fue más que un elemento amortiguador meramente eventual frente a una sima gigantesca centrada en la descompensación productiva hacia el mercado inmobiliario. Los efectos de la crisis conmocionaron al Estado a través de la vaporización del empleo y el aumento sin freno de la deuda. Un círculo POLÍTICAS SOCIALES Y TRABAJO SOCIAL. Prof. Fernando de Lucas y Murillo de la Cueva. CURSO 2013-14 47 vicioso que provocó los primeros recortes serios en el Estado de bienestar, incluso a través de un partido socialdemócrata que se había caracterizado, como decíamos, por un importante trabajo legislativo en el campo de la política social y políticas de igualdad. Pero las bases económicas y del propio mercado, especulativas por un lado y sobredimensionadas por el otro, incapacitaban cualquier intento de afrontar la crisis. No había diversificación productiva que pudiera arrostrar el golpe, más aún en una economía basada en la demanda interna. Así, pues, la implantación de políticas de claro corte reformista, contrarias a la base ideológica del partido, coadyuvó, con el impacto de la crisis, a la caída del segundo gobierno Zapatero. De esta manera, Mariano Rajoy accede, con mayoría absoluta, al mismo. Dicha mayoría parecía legitimar una acción decidida hacia la austeridad, ortodoxia y reestructuración del entramado público. Así, pues, los recortes se producen como respuesta a las órdenes de la troika y de las obligaciones contraídas a partir del rescate financiero precipitado por la caída de Bankia. Mariano Rajoy Brey, 1955 Las medidas han endurecido y dificultado la vida de los españoles, entrando en aspectos de la política social no deficitarios y bastante eficaces (caso de la salud). Pero al mismo tiempo han paralizado la actividad económica y contribuido no sólo a la recesión, sino también al incremento del paro que amenaza, a pesar del tímido comportamiento positivo de la economía a finales de 2013, en cronificarse en tasas que afectan a casi un cuarto de la población activa.
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