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Tema 1: introducción a la literatura del siglo XVIII, Apuntes de Literatura del Siglo XVIII

Asignatura: Literatura Española del Siglo XVIII, Profesor: Maria Inmaculada Osuna, Carrera: Español: Lengua y Literatura, Universidad: UCM

Tipo: Apuntes

2016/2017
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Subido el 18/06/2017

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¡Descarga Tema 1: introducción a la literatura del siglo XVIII y más Apuntes en PDF de Literatura del Siglo XVIII solo en Docsity! Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 1 - Tema 1: introducción a la literatura del siglo XVIII. 1.1 Contexto socio-político, ideológico y cultural.  Contexto político: cronología básica  Influencia cultural francesa  La ideología de la ilustración  Cultura y sociedad o Tertulias o academias “informales” o Las academias y otras instituciones culturales (apuntes dados por ella) o La cultura burguesa (apuntes dados por ella) o La cultura del impreso: libro, folleto/pliego y prensa periódica. 1.2 El pensamiento literario y el cultivo de los distintos géneros 1.3 Corrientes literarias: términos críticos.  Posbarroco  Rococó  Neoclasicismo  Prerromanticismo 1.1 Contexto socio-político, ideológico y cultural Cronología básica: Felipe V iría desde muy finales de 1700 llega a España en 1701 y abarca hasta 1746 con un paréntesis en 1724 ocupado por su hijo Luis I en el que había abdicado, muere y muestra una cierta indecisión de quien corresponde suceder el trono y recupera el trono FELIPE V. Fernando VI 1746 y 1759. Carlos III 1759 al 1788. Carlos IV 1788 al 1808. Circunstancias del cambio de dinastía: Carlos II el último de los Austrias muere en 1700 sin heredero directo y por designación testamentaria establece como sucesor a Felipe V, nieto de Luis xiv de Francia. Esta disposición testamentaria trae problemas se siente con derecho al trono el archiduque Carlos de Austria y esto crea la llamada guerra de sucesión. Una guerra que además se desarrolla solo en España. Tiene unas connotaciones bastante distintas de las que puede ser una guerra con todas las cosecuencias que puede traer personal y económicamente en España, es distinta. Hay una división de parcialidades dentro del propio territorio español. Va a haber territorios que apoyen al mando austriaco, a carlos de Austria. Apoyado económica y militarmente por catalanes y valencianos. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 2 - La guerra acaba en 1713-14 como resultado de esta guerra se afirma en el trono español el candidato francés Felipe V, el pretendiente austriaco en compensación recibe antiguos territorios españoles. Países bajos, ducado de Milán, Cerdeña. Panorama político inestable con unas consecuencias posteriores. Con Felipe V supone el inicio de la dinastía de los borbones y la situación de un país en decadencia. Hundido demográfica y económicamente, además teniendo en cuenta estos años de guerra. Desde este punto de partida la política de Felipe V supone un inicio de lo que va a ser del reformismo, de la economía, de la administración y de la cultura. Idea de la intervención política, de medidas concretas…etc. Con Fernando VI se vive un momento de paz y se van a ir continuando las reformas, el fomento en agricultura, comercio, reformas que también conecto esa preocupación por los saberes útiles que son los que coinciden en esta política. El reinado de Carlos III las mejoras económicas no impiden conflictos sociales, el motín de equilache. La sublevación que responde a otra cuestión paralela y es la existencia de facciones nobiliarias que parece que instrumentaron ese descontento. Expulsión de los jesuitas en 1677. El reinado de Carlos IV 1788 hay que destacar el impacto que supone al inicio la revolución francesa en 1789. Esto provoca una reacción para evitar contagio revolucionario. Posiciones conservadoras. La fecha del fin de reinado 1888 con la invasión napoleónica. Influencia cultural francesa. Tiene una dimensión europea. En el siglo XVIII se da un desplazamiento del foco de influencias en el renacimiento y barroco italiano. En el nacimiento y barroco los influjos culturales se habían realizado principalmente desde España. La hegemonía cultural la van a ejercer Francia que vive un declive político y económico conforme avanza el siglo e Inglaterra, que va a ser la referencia primordial para los progresistas europeos. En Inglaterra surgen antes los factores que van a ser decisivos en esos cambios socioculturales. Factores como la importancia de la burguesía que va mermando la supremacía de la nobleza, también allí se va a dar tendencias como el sentimentalismo, el nuevo pensamiento científico (con Locke, newton…), el desarrollo técnico…etc. Sin embargo, Francia actúa como mediadora intelectual y cultural, además no solo se limita a transmitir sino tuvo aportaciones decisivas, autores de relieve. No solo en lo literario. Montesquieu, Diderot, Rousseau… por otra parte el francés se generaliza como lengua europea diplomática, frente al latín. Desplaza en buena medida el latín. También se utilizara como lengua de la ciencia. Hay que tener en cuenta que la corriente ilustrada francesa mantenía una continuidad con un clasicismo que había triunfado en las últimas décadas del siglo XVII. El teatro clásico francés en las últimas décadas del xvii con autores como Racine, Moliere…etc. Ya se imponen las ideas de razón, de buen gusto, de sometimiento a unas normas, como via fundamental para la creación literaria. Uno de los principios fundamentales de estas ideas está relacionadas con la primacía que se le da a la razón. Una razón de carácter universal. Es la razón humana, en general, independiente de la razón Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 5 - de Moratín. Era una tertulia de orientación italianizante. En ellas participaron autores: cadalso, Iriarte, Samaniego, Jovellanos..etc. Con frecuencia estas tertulias o academias se dieron en el espacio privado. La academia del buen gusto en Madrid años 1749-51 en el domicilio de la marquesa de Sarria en ella confluyeron: autores que se consideran dentro de ese postbarroco continuadores del barroco aunque a veces con algunas posturas renovadoras que van mostrando matices distintos, es el caso del conde de Torrepalma y de Porcel. También en esta academia encontramos figuras tan significativas de los nuevos rumbos literarios como Luzán, temprano para las nuevas ideas literarias, Montiano, Luis jose Velazquez, Marques de Valde flores. Otros nobles fueron los duques de Osuna, de alba, la Raquel de García de la Huerta. En Salamanca tenemos la celda conventual de un austino Fray Diego González que acogió a poetas como Menéndez Valdés, Iglesias, Cadalso, Forner…etc. Autores que van a ser representativos de una renovación poética. En Sevilla también fue el caso como anfitrión de Pablo de Olavide. Asistieron miembros de la alta sociedad, pero también Jovellanos. En este contexto de la tertulia de Olavide se sitúa el delincuente honrado, se contextualiza en un debate sobre el género teatral francés de la comedia lacrimógena. Era un género que tendía a mirarse como irregular al ser tragicómico. Hay un debate y se crea un concurso para probar el talento en escribir ese tipo de comedias que estaban escribiendo los franceses. Las academias y otras instituciones culturales (apuntes dados por ella) Se produce una creciente intervención del Estado en todos los órdenes de la vida social. En el ámbito cultural, esto da lugar a una cultura tutelada e incluso, con frecuencia, dirigida y controlada. Tal intervención se manifiesta a veces en las instituciones culturales. Como en otros aspectos, cabe remontarse al siglo XVII francés. En 1635 se instituye la Academia francesa, apoyada por el cardenal Richelieu, con el objetivo de velar por la pureza de la lengua; para ello se propuso, en primer término, la compilación de un diccionario, cuya primera edición fue publicada a finales del siglo XVII. En España, bajo el reinado de Felipe V, se crean tres importantes instituciones:  La Biblioteca Nacional (1712): Se forma con libros de la Biblioteca Real y con otros comprados ya para ese destino.  La Real Academia Española: Fue constituida en 1713 por un grupo de intelectuales para mantener la pureza del idioma; en 1714 el rey le confiere carácter oficial. Entre el segundo y el tercer cuarto de ese siglo publica el Diccionario de Autoridades (llamado así por aportar, junto con la definición, citas de autores –“autoridades” en el uso de la lengua– que documentan cada término); antes de acabar el siglo, sus pretensiones de fijación y regularización de la lengua se materializan también en la publicación de una Ortografía y una Gramática.  La Real Academia de la Historia: Fue fundada en 1735 para rescatar y valorar los documentos y vestigios del pasado español. Se propuso elaborar un Diccionario histórico-crítico de España que compendiara y depurara de fábulas y ficciones la historia de España, y un Diccionario geográfico; se recopilaron numerosos materiales, aunque ambos proyectos quedaron inconclusos. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 6 - En realidad, las dos “Reales Academias” tuvieron comienzos privados y, de hecho, los sucesivos reyes se limitaron a aprobar y a veces proteger sus reuniones. Tal apoyo no supuso entonces una ayuda económica del poder público, pero sí las dotó de un carácter “institucional” que les aportaría una valiosa continuidad (frente a las “academias” españolas de los siglos XVI y XVII, de imitación italiana en sus inicios, con reuniones privadas relativamente formalizadas de intercambio intelectual, sobre todo poético, pero con frecuencia de calado literario y filosófico menor, cuya vida, normalmente efímera, dependía de los intereses y las vicisitudes biográficas de su anfitrión o mecenas). Las sociedades económicas de amigos del país: esta institución llevan a la vertiente económica. Fueron creadas en el reinado de Carlos III siguiendo el modelo de la sociedad vascongada de amigos del país establecida por la burguesía vasca en 1765. Sus objetivos fueron básicamente económicos, la formación profesional y cultural de clases trabajadoras (analfabetas en su mayoría). Eran un proyecto propulsado desde el estado que pretendía la modernización de la industria, la agricultura, el comercio…etc. La sociedad matritense de amigos del país fue la más activa y protegida por el gobierno. Funcionarios, industriales y comerciales se ven ese tipo de clases medias urbanas con una composición muy particular que es la de Madrid. Tuvo una filial la junta de damas. También en el contexto de la matritense hubo funciones o premios literarios por ejemplo a estancias de la matritense escribió Jovellanos su informe sobre la ley agarraría. Y también hubo encargos de traducciones por aprte de esa sociedad. Por ejemplo Columela un tratadista de agricultura puede hacer una traducción. En cuanto a la vascongada están relacionadas las fábulas de Samaniego. La escribió para la formación de la juventud en el seminario de Vergara. Cultura burguesa (apuntes dados por ella) El peso económico, político y social de la burguesía (especialmente relevante en Francia e Inglaterra) se tradujo también en un importante protagonismo de esta en la vida cultural. Era una clase con medios económicos y tiempo para leer, y pese a su tendencia a la imitación del comportamiento social de los nobles, poco a poco fue imponiendo unos intereses ideológicos y culturales sensiblemente distintos de los de la aristocracia. Ese peso cultural de la burguesía desencadena otras consecuencias: - La ampliación del público lector: En parte, esto se produjo (y no solo en la burguesía) gracias a la preocupación ilustrada por la educación. Pero además, para la burguesía, y en general clases medias, la formación (o cierto grado de ella) era relevante de cara al ejercicio profesional que las sustentaba y también, en sentido cultural más amplio, como signo de distinción social. Además, se dio una sustancial incorporación de la mujer a la lectura. En el siglo XVIII varios factores contribuyeron a ello entre la burguesía: el creciente bienestar económico, la abundancia de servicio doméstico y la mayor posibilidad de obtener fuera del hogar productos que antes eran de producción doméstica dotaron de más tiempo libre a las mujeres de clase acomodada; la obsesión del siglo por la educación y por los logros de la razón no olvidó del todo la formación femenina; por otra parte, la lectura era actividad compatible con el espacio doméstico al que quedó relegada la mujer y con su imagen social idealizada, en la que esta tenía una función única, en la esfera del amor y la vida afectiva, lejos de los ámbitos de producción económica y del poder. - El desplazamiento del latín y de los estudios clásicos de su anterior protagonismo cultural. Esto se relaciona con aspectos ya vistos (pérdida de hegemonía de los estudios eclesiásticos, estima del francés Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 7 - como lengua diplomática y científica), o con otros, como el cuestionamiento del latín en la práctica docente (aunque en España seguirá siendo oficialmente la lengua de uso universitario hasta 1813). En cierto modo, este proceso se corresponde con una línea de racionalización de los estudios y de potenciación de los saberes “útiles”. En consecuencia, la literatura basada en la recreación y reconocimiento de patrones clásicos perdió gran parte de su vigencia con un público, en general, menos elitista, menos influido por la formación clásica. La ampliación del público lector y la menor relevancia del componente clásico propiciaron una literatura guiada por el deseo de evasión y el afán didáctico. Eso ayudó al auge de la novela, género de ficción de contenido y forma versátiles que no hundía sus raíces en el sistema clasicista. - La integración de la literatura en el mercado como “bien de consumo”. Hasta entonces la estima del público no se había traducido de forma directa en beneficios económicos para los autores, de modo que la “profesionalización” del escritor solo se dio en géneros o casos aislados. En el siglo XVIII, con un público amplio dispuesto a pagar por su consumo literario, el escritor puede plantearse la literatura como medio de subsistencia y se desarrollan las compañías de comercialización y distribución librera. La cultura del impreso: libro, folleto/pliego y prensa periódica. Hay un mayor acceso al impreso, pero el manuscrito y difusión oral sigue funcionando. Tanto en niveles populares como en otros ámbitos más selectos la oralidad seguía teniendo su parcela importante en la transmisión literaria a parte de la relativa al teatro. También en cuanto al manuscrito hay que tener en cuenta alguno de los factores que también se daban en siglo anteriores desde géneros como la poesía, a veces muy pensados para un entorno inmediato para ese tipo de intercambio personal y por tanto con un acceso a la imprenta que podía ser secundario. A veces en forma de colecciones, pero otra forma característica de trasmisión literaria fue el periódico que ya va dando un cauce de salidas más ágil que el formato libro, para el caso de la poesía y textos breves cuento, ensayo…etc. En estos textos fue frecuente el uso del manuscrito. A esto hay que añadir las cuestiones de censura. Que lógicamente avocaban a la transmisión manuscrita de ciertos contenidos que difícilmente iban a pasar esa censura y a la que si estabas sometido el impreso. En cuanto a la cultura del impreso hay que tener en cuenta la creciente familiaridad que se ha ido adquiriendo con el papel impreso, pero todavía para el siglo XVIII se sigue hablando, en términos generales, de un 80% de analfabetismo. La mayor parte de los lectores pertenecen a clases privilegiadas y a aquellas personas con una inquietud por la lectura y una preparación intelectual. Selección en función de lo que es útil o no. las literaturas religiosas caen dentro de un ámbito muy peculiar. Los lectores esconden situaciones heterogéneas. La finalidad de la lectura está ligada a la extensión de la lectura. La extensión del texto y contexto en el que se lee o se compra el texto también determina tipo de lectores más polivalentes o más restringidos a una determinada forma de lectura. No es específico de este periodo, pero hay que aplicarlo a la nueva forma que hay que tener en cuenta en el siglo XVIII. Hay que tener en cuenta que entre ese ideario ilustrado fue importante la extensión de la formación y preparación. Aunque con ciertas limitaciones. En cuanto al mundo de libro estos planeamientos ilustrados articulan medidas para un acceso más amplio a la lectura y una protección del mundo del libro. Algunas de ellas van dirigidas al ámbito editorial otras se dirigen a la creación de bibliotecas públicas. Lo más destacable es la creación de la biblioteca real 1712. Se forma con colecciones privadas de los Austrias que se conservaban en el Alcázar de Madrid y Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 10 - El libro se vio beneficiado en la idea de progreso y junto a ello, tambien siguiendo líneas seguidas de siglos anteriores estaba sometido a un control. Pliego suelto y la prensa periódica: Cuando hablamos de pliego suelto nos estamos refiriendo a un cuadernillo de pocas páginas sin encuadernar o con un cosido básico. Su extensión puede llegar a ser de 16 hojas, es decir, 32 páginas. Dependería del número de dobleces que tiene un pliego puede llegar hasta cuatro 8 o 16 hojas. Incluso también se consideran pliegos los impresos de dos hojas, e incluso las hojas sueltas o volanderas. Se utiliza el termino pliego suelto, pero también se usa el termino pliego de cordel, se llamaban así porque solían ser colgados de una cuerda, de un cordel de venta ambulante. Fue un tipo de impreso que aparte de ser vendido por los propios impresores estuvo bastante asociado a la figura del ciego, encargado de venta ambulante. Ese tipo de comercio por parte de los ciegos, que era una actividad casi profesional para distinguirla de otros ciegos. También tanto la extensión del impreso, a veces la ínfima calidad de material. Hacían de estos impresos un producto económico. Esto hace que en buena medida este asociado a la literatura popular. Al ser un producto barato y con facilidad de distribución en esos medios ambulantes, estuvo asociada de una forma muy especial a una literatura de consumo popular. Fueron no impresos bastante perecederos por su propia materialidad. Tuvieron una gran proliferación que se acentúa a partir de los años 50 o 60. El ámbito del pliego fue un campo más abierto a la edición clandestina a diferencia de los libros, pocos pliegos, conservaban indicaciones alusivas a la licencia de impresión, entre otras cosas el proceso de solicitud de licencia era lento e incompatible con la rapidez y la actualidad necesaria del pliego. Los pliegos al ser comercializados por los ciegos estuvieron en una zona bastante limítrofe con lo oral. Los ciegos utilizaban la recitación como estrategia comercial. Por tanto ese contenido de los ciegos tenía esa difusión. Los contenidos, sobre todo en el romancero, concretamente lo que se conoce como romancero popular. En cuanto a este romancero popular por una parte recogió la antigua tradición oral. Sistemas que ya aparecían en la edad media, se siguen imprimiendo. Romance del conde Alarcos y de la infanta. Se siguieron imprimiendo romances heroicos. Tambien dentro del romancero popular fue importante la temática religiosa, de disintió carácter, por una parte de divulgación de la doctrina cristiana y de episodios de historia sagrada. Tambien pliegos que podemos relacionar con pautas de conducta religiosa. Hay que tener en cuenta la vertiente más popular. Milagros y otro género que también utilizo el cauce del pliego fue el villancico que se cantaban en catedrales, en conventos…etc. Tambien había romances satíricos, burlescos, novelesco (predominaban los de conflictos amorosos), también hubo relativo a relaciones de sucesos, de historia de bandoleros, historias sensacionalistas. Hubo noticieros. Conectados con los noticieros algunos que tenían una función propagandista monárquica. Algunos podrían estar referidos a nacimientos, bodas, muertes…etc. La propaganda podía contextualizarse dentro de un conflicto vilico como la guerra de sucesión. En la segunda mitad de siglo hay una cierta disminución de los pliegos en verso relativos a hechos bélicos y políticos. Una disminución que se ha relacionado con una parte, un trasvase de esa temática a la relación en prosa y por otra parte al asentamiento de la prensa. Hubo pliegos teatrales a veces también limítrofes con lo poético. Entre estos pliegos teatrales destaca lo que se conoció como relaciones de comedias. Estas relaciones de comedias lo que recogían eran Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 11 - parlamentos de comedias famosas del siglo de oro, en dos cuatro hojas. Parlamentos que normalmente eran monólogos. Las relaciones de comedias empiezan en el XVII tardíamente, pero proliferan en esos primeros años del XVIII. A todo esto hay que añadir, ya en el terreno de la prosa, los almanaques, calendarios y pronósticos. Prensa periódica: La prensa había tenido antecedentes en el siglo XVII. Es en el XVIII cuando se desarolla la prensa periódica. Especialmente en el reinado de Carlos III, en la segunda mitad del XVIII. En este reinado hay varios factores que favorecen ese desarrollo. Por una parte, la prosperidad alcanzada en ese reinado. El incremento demográfico que generó una mayor demanda. La protección real al proyecto ilustrado que se tradujo en medidas legales que beneficiaron a la imprenta en general. En concreto, la corona vio en la prensa una vía de progreso, de formación de la opinión pública. Entre estas medidas hay que tener en cuenta la desaparición de la tasa en 1762, que era algo beneficioso para los editores. La publicidad no existió en la prensa hasta entrado el siglo XIX, que pocas publicaciones tenían un mecenas o alguien que las financiara. También en esta línea económica hay que tener en cuenta que se implanta el sistema de suscripciones en algunas publicaciones periódicas. Es el caso en 1760 el cajón de sastre literato publicado por francisco Mariano Nifo (nipho) en esta época se garantizaban ya unos ingresos estables. El sistema de suscripciones ya garantiza una estabilidad. También hay un descenso de las tarifas postales importante para la publicación de los periódicos. Algo que se sale totalmente de lo económico pero entra dentro del entramado de protección de la prensa periódica hubo cambios en el sistema de censura, en parte desbordado por el auge de la prensa, concretamente en 1785 la censura de prensa se independiza de la de los libros. Incluso se nombraba un censor al que se le asignaba un periódico. Aun asi la censura tambien tuvo sus momentos importantes poco después. En 1791 se prohíben todos los periódicos excepto los oficiales. No afecta a la gazeta o al diaro de Madrid. Algunos casos concretos: se desarrolla a partir del reinado de Carlos III. Durante el reinado de Felipe V no existieron nada más que gacetas, concretamente la gaceta de Madrid que ya venía del siglo XVII. En este reinado todavía hay causas económicas que frenan el desarrollo de la imprenta, la escasez de papel e imprenta, el riesgo económico. Sin embrago, ya en este periodo hay que destacar una publicación el diario de los literatos de España. Este diario se publica entre 1737 y 1741 está dedicado fundamentalmente a reseñas de libros y supuso el nacimiento de la prensa de contenido literario. Siempre en el sentido amplio que tiene el termino en el siglo XVIII. El siguiente ejemplo de periódico es el diario noticioso curioso-erudito, y comercial público y económico, después denominado diario de Madrid. Se empieza a publicar en 1758. A partir de aquí aparecen otros diarios, correos semanales esencialmente informativos, en otras capitales como Barcelona, Valladolid, Salamanca, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Cadiz, Murcia…etc. Hay una cierta diversificación pero se va a dar una preponderancia de la prensa en Madrid. En cuanto a la prensa de opinión, cabe mencionar el pensador 1762 editado por Clavijo Fajardo, va a estar dedicado a la censura de costumbres con temas que nos irán apareciendo posteriormente en obras literarias como la frivolidad de las modas, ociosidad de los nobles, la corrupción femenina, la ignorancia de Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 12 - los catedráticos…etc. Otra publicación el censor se publica 1781-1787 y en el escribieron intelectuales ilustrados desde el anonimato. Por ejemplo textos de Jovellanos, Meléndez Valdés, Samaniego…etc. 1.2 El pensamiento literario y el cultivo de los distintos géneros Algunas claves del pensamiento literario. Los planteamientos ilustrados, que privilegian los conceptos de razón, buen gusto y utilidad pública, tienen su incidencia en el ámbito literario. Las posturas más características de esta ideología ilustrada se manifiestan en la estética neoclásica: se promueve una literatura que renuncia a la expresión de sentimientos íntimos y apasionados y que pretende guiarse por unas reglas a las que se les atribuye una validez universal. Como consecuencia, se da una gran importancia a la preceptiva literaria. Como en otros aspectos, uno de los principales puntos de referencia se halla en el clasicismo francés de las últimas décadas del siglo XVII: puede servir de ejemplo la Poética (1674) de Boileau, un texto relativamente breve, en verso, de gran influencia por su divulgación entre un público no específicamente erudito, aunque no hace sino refundir ideas de autores anteriores, del clasicismo francés del XVII e italiano del XVI). En el ámbito español, y ya en el siglo XVIII, cabe destacar la Poética de Luzán (con dos ediciones: 1737 y 1789; la segunda es póstuma y acentúa los rasgos neoclásicos), donde se crítica el teatro del Siglo de Oro y se defiende el fin docente y moralizador de la poesía. El pensamiento literario: el debate neoclasicismo frente a barroco. Evolución y obras relevantes en el debate Las primeras reacciones de identidad antibarroca se dan en los años 20 y 30. Los años 50 ya hay un neoclasicismo adoptado por los intelectuales más destacados y mejor situados institucionalmente. En los años 60-70 hay un definitivo triunfo del neoclasicismo. En las dos últimas décadas casi no hay defensores del barroco. Se van a establecer entre dos facciones dentro del neoclasicismo una más ortodoxa, más tradicional, siempre dentro de ese neoclasicismo. Se identifica a veces con la postura que tuvo moratin hijo y se le ha llamado también moratinistas. La otra facción una facción más heterodoxa que partía del neoclasicismo pero se abría a posturas más flexibles. El personaje destacado de esta tenencia Manuel José Quintana, debate quintanista. Gregorio de Mayans ya está aportando reflexiones teóricas dispersas desde 1725 y en este sentido se le ha considerado como precursor de la recuperación del clasicismo. Es uno de los primero autores del XVIII en lamentar la penosa situación de las letras hispanas. Propone una reforma, pero una reforma en el ámbito de la prosa, y su obra más influyente es su Retórica de 1757. El siguiente autor es Ignacio de Luzán con la poética hizo una primera edición en 1737 se sitúa en la cronologías más tempranas. Tiene una segunda edición en 1789 revisada póstumamente acentúa los rasgos neoclásicos. Achaca a la falta de buenos tratados de poética el hecho de que los autores barrocos acabaran basándose en el ingenio y no en el arte. En vez de basarse esos autores barrocos en la razón. El propósito de esta poética es aportar esa buena poética. Dentro de los propósitos va a tener el de acabar Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 15 - - La literatura de creación y, muy especialmente, la poesía lírica son consideradas como actividad menor, al estimarse que la razón humana debía aplicarse a cosas más necesarias para el progreso. Vale de ejemplo la poesía más puramente neoclásica (no la de tendencia prerromántica posterior): una orientación dentro de esta es el cultivo de una poesía de tono menor, con temas pastoriles o anacreónticos (exaltación delicada de placeres elementales como el amor, la buena mesa, el vino, el descanso en el campo, etc.), y otros motivos ligeros o juguetones, a veces asociados a un gusto rococó; otra dirección se dirigirá hacia los temas filosóficos o celebrativos, de tono y estilo más solemne; también se cultivará una poesía de no disimulada finalidad didáctica. - Frente a ello, destaca la importancia de la prosa de ideas. Sobresale la definitiva consolidación del ensayo, que permite gran variedad de materias (política, filosofía, ciencia, religión, arte...) y el ejercicio del pensamiento crítico (crítica social, literaria, de ideas políticas o filosóficas...). Para su difusión, se vale de cauces tradicionales (libro, folleto), pero también de otro de amplia penetración social que, aun con antecedentes en el siglo XVII, alcanza estabilidad en el XVIII: el periódico. En coherencia con el afán de didactismo, claridad, sencillez y utilidad del ideario ilustrado, se busca para esta prosa un lenguaje preciso, denotativo, sin fantasías ni metáforas. También será significativa la aparición de obras de ficción donde el componente de transmisión ideológica o filosófica tenga especial protagonismo. - Para el teatro, aunque se mantenga el éxito de tendencias más populares, el ideal ilustrado pretenderá una profunda reforma. Los ilustrados consideran el teatro como un instrumento idóneo para la educación de las masas y la propaganda política, de ahí que, más allá de los mecanismos censores y administrativos vigentes en épocas anteriores, también sea objeto de iniciativas reformistas desde el poder estatal. Se pretenderá un teatro marcado por el espíritu didáctico y de crítica social y por la verosimilitud, con tipos y conflictos de validez universal de los que se desprenda una enseñanza útil y con un escrupuloso respeto de las reglas clásicas. 1.3 Corrientes literarias: términos críticos. (apuntes dados por ella) En el siglo XVIII conviven tanto el purismo neoclásico como tendencias del siglo anterior y otras que anticipan rasgos románticos. Por tanto, es simplificador identificar siglo XVIII con Neoclasicismo. La evolución de los estilos no es paralela en toda Europa: Francia hereda del siglo XVII una estética clasicista; en cambio, en España e Italia la huella barroca tarda en desaparecer; los países pioneros en los supuestos ilustrados también superan antes esas formas de pensamiento a través del irracionalismo y de la ideología liberal. Tampoco existe una sucesión cronológica: en un mismo momento, autor e incluso obra pueden combinarse elementos de las distintas tendencias. Suelen distinguirse cuatro concepciones artísticas: Posbarroco, Rococó, Neoclasicismo y Prerromanticismo. Las tres últimas pueden considerarse facetas coetáneas del arte de la Ilustración, aunque el predominio de una u otra se sucede a lo largo de la segunda mitad del siglo. Posbarroco: Supone la continuidad del arte formalmente barroco, sin variación sustancial, en la mayoría de los países europeos durante las primeras décadas del siglo. En el ámbito literario, particularmente en España, el influjo de los creadores del siglo XVII está muy presente en toda la centuria y, de modo muy especial, en la primera mitad. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 16 - Rococó: Es un arte juguetón, desenfadado, superficial y ligero, marcado por el buen gusto, la coquetería, el ingenio, la afición a la paradoja y un tono voluntariamente menor y gracioso. Neoclasicismo: Supone una reacción contra el último Barroco. Busca la austeridad de líneas, el equilibrio, la sencillez, el didactismo y la utilidad. Propugna la sujeción a unos modelos preestablecidos, con una presencia e influjo de los clásicos, servilmente imitados a veces, lo cual contrasta con el espíritu innovador y progresista del momento, aunque es coherente con los principios de una razón universal; se estima que las “reglas” clasicistas que defiende han sido extraídas, mediante un procedimiento de observación similar al aplicado en las ciencias, de la práctica acumulada por los autores clásicos, y que, por ello, sirven para impulsar, mejorar y hacer útil la creación. Prerromanticismo: A veces se ha preferido hablar de “neoclasicismo sentimental” o se lo ha considerado como auténtico arranque del Romanticismo; no obstante, algunos críticos prefieren mantener este concepto para referirse a algunos elementos del arte del siglo XVIII que reaparecerán con mayor énfasis en las primeras décadas del XIX: extremado sentimentalismo, con tendencia a lo melancólico, atracción por los paisajes nocturnos y los temas fúnebres, culto a las fuerzas de la naturaleza, patetismo expresivo... Estos se enmarcan en el mismo ideal de reforma social, económica y cultural que propugna la Ilustración, pero contradicen su racionalismo optimista; supone una reacción contra la estética neoclásica, con la que convive. Dos rasgos diferenciales característicos son: - Predominio del sentimiento frente a la razón: expresión de la intimidad, exaltación de estados anímicos, especialmente en el ámbito de la tristeza y la melancolía. - Preferencia, frente a la naturaleza armónica de los neoclásicos, por las escenas que conmueven y aun horrorizan: tormentas, apariciones fantasmagóricas, escenas nocturnas... TEMA 2: La poesia del siglo XVIII. 2.1 Estatus de la poesia lirica: la reflexión teorica.  cuestión previa: los conceptos “poesia” y “literarura” en el siglo XVIII.  la reflexión teorica sobre la poesia lirica:  la lirica y los generos: clasificaciones  Elementos definitoriso de la poesia lirica  Preceptiva De la escritura lirica: el buen gusto y los modelos literarios 2.2 problemas en torno a la periodización y a la delimitación/denominación de tenedencias. 2.3 trayectoria de la poesia en el siglo XVIII. 2.1 Estatus de la poesia lirica: la reflexión teórica. La poesía lirica tuvo una consideración de género menor, en esta línea tuvo que justificarse d euna manera en si misma, buscar su lugar dentro de ese sistema literario. Con el problema añadido de que era un género que no estaba suficientemente codificado en las preceptivas antiguas y hasta cierto punto en las perceptivas clasicistas del siglo XVI. Cuestión previa: los conceptos poesía y literatura en el siglo XVIII. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 17 - LITERATURA: Tiene un sentido distinto al que hoy consideramos. En la época esta signigicando conocimiento y cienca de las letras. Otra definición, ‘conocimiento de las letras o ciencias’ (DRAE 1892), esta dando aun un sentido amplio de literatura. poco después empieza a insunuar el diccionario de la academia algo parecido a lo que hoy tenemos. El termino literatura no esta restringido a obras con intención estética. Podía significar cultura escrita..etc. POESIA: Surge otro problema terminológico. Poesía ‘ciencia que enseña a componer y hace rversos y a representar con ellos las cosas al vivo, excogitando y fingiendo lo que se quiere’ esta dando al definición de lo que hoy entenderíamos como poética. En este caso en el sentido mas restringido de poética unos manuales que enseñaban como componer poesia en el sentido de componer textos en verso. La segunda definición ‘obra o escrito en verso’: poesía lírica, poesía épica, poesía dramática. ESTA ESTA SITUACION de partida, que cuando se habla en algunos manuales de poética de poesía se incluye de alguna manera la poesía dramática. Lo que hoy entendemos por literatura ni es lo que en el XVIII se entendía por literatura podría aprecerse a lo que significaba poesia en el siglo XVIII pero tampoco porque poesia estaba remitida a verso. la reflexión teorica sobre la poesia lirica: La lírica y los géneros: clasificaciones. Problemas de partida. Era fundamental la poética clasicista. Uno de los problemas que tiene es que la poesía lirica no estaba tratada en la tradición aristotélica. Ademas se quedaba al margen del concepto de poesia como imitación, se entendia en principio como imitación de acciones. Entraba dentro de esta poetica clasicista la utilidad de la poesia. Este concepto de utilidad remite a un equilibrio o incluso proponderancia de la utilidad entre lo que se llama la rex y verba. (entre el asunto, cosa y las palabras) se consideraba que esas verba eran una especie de cobertura estilística que hacia atractivo el texto a un lector o a un receptor. Lasverba facilitaban la asimilación de un contenido o enseñanza. Correlación entre generos y estilos. Una correlacion de generos y estilos que ademas estaba ligada a una jerarquía de géneros. El hecho de escribir en un determinado genero resultaba mas elevado por tanto indicaba mas esfuerzo y podía dar mas prestigio a un autor. Volviendo al problema de la imitación, teniendo en cuenta la jerarquía de generos, tenemos lo que planteaba Aristóteles para esta poesía. Esta poesia según el modo de imitar podía ser dramático en el que hablan solo personajes o en un modo narrativo, en el dramático tendríamos los géneros que llamamos teatrales. El superior seria la tragedia el inferior la comedia. En la narrativa en poesía la prosa está al margen de este sistema clásico la epopeya (epica clásica) y en el inferior se consideraba la parodia. Como consecuencia cada uno intenta ajustar el lugar la posición de esa poesía lírica. Vacilaciones de los tratadistas en torno a la poesia lirica: Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 20 - frente a las zozobras de las pasiones desordenadas. Se acentua el didactismo y se acentua mas la acusación de poesia frívola frente a asuntos graves, útiles. “El poeta que deseare la fama y duración de sus versos debe huir esta puerilidad3 y cantar las grandes hazañas y los héroes de su patria y de las ajenas, para que los lectores, atraídos con ladulzura del verso, se aficionen a la virtud y a los grandes hombres que la profesaron” (Luzán)”  Menor gravedad frente a otro tipo de cultivo poético. (Artículo campus sobre el siglo de las luces, ilustrado). CARTA DE JOVELLANOS A SU HERMANO FRANCISCO DE PAULA DEDICANDOLE SUS POESIAS.  Está presente en muchas obras el tema de la amistad.  Aparece la confianza fraternal.  Baja su condición para mostrarse humilde.  Empieza con el tópico de la humildad y acaba con él. En el poema “ay van a tu manos mis versos mal limados” versos que no se han pulido. Escritos con espontaneidad.  Amigo como un alter ego, como la otra mitad. Tópico bastante frecuente en las epístolas. Se dice que es un tópico muy dieciochesco, pero funciono en varias épocas.  Se relaciona también con la idea de sociabilidad del individuo.  Dentro de los sentimientos valora más la amistad que el amor. importancia de la sensibilidad y sentimiento, pero con un matiz muy diferente en el caso de la amistad, son también intercambios de ideas. Confrontación de sentimientos e ideas. Un matiz intelectual de alguna manera, no puramente sentimental, frente a la apreciación que se hace de esa poesía amorosa.  Aparece una referencia a los clásicos. Referencia a Virgilio, a la Eneida…etc. Vuelta a lo clásico para explicarse. Los clásicos son una contante se fijan como modelo y justificación. Los comienzos de grandes poetas fueron en el terreno lirico. Cuando ha hecho el más elevado ha hecho primero las bucólicas y las geórgicas, bucólicas identificado como canto de amores, lo enlaza con la lírica.  El propio rey se dedicó a hacer versos.  Explica en qué situación está el siglo XVI, como se corrompe el siglo XVII y como se restaura el clasicismo.  Carta amistosa, con alguien con el que muestra confianza. Se manejan criterios que eran comunes en los tratadistas o la historiografía de la época.  Se siente restaurador de una decadencia anterior. Auto consideración positiva.  Resurgir de la nueva poesía en el XVIII.  Tópico de la juventud, que se censura la madurez.  Concepto del hombre público y privado. Oculta los versos por su profesión, para parecer serio. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 21 -  Dentro de lo lirico que trate de amor es un defecto también, para que desee ocultar el texto, pareciéndole la poesia amorosa poco digna para un hombre serio.  En la primera pagina se plantean los temas principales de toda la carta y parte del poema. Por una parte, esa consideración de la lirica como algo menor y por otra parte, la distinción entre lo público y lo privado que se esta exponiendo con distintas implicaciones desde el principio, en el primer párrafo en el circulo de amigos. Conflicto entre el hombre serio, el magistrado. Se afirma no solo el ser un hombre bueno sino también el parecerlo. Exlupuloso cuidado de un hombre publico. Dentro de esta idea de imagen publica, riesgo que corre el cultivo de la poesia.  A lo largo de las epocas se barajan los mismos argumentos.  Tópico de la poesia dedicado a lo espontaneo.  Tópico del fuego. Arrepentimiento.  No hay una aceptación de la poesia en el entorno social.  Insistencia en los imitadores.  Contraposición entre un ideal de simplicidad en el neoclasicismo a unos rasgos identificados con el barroco: poesía hinchada, escabrosa, llena de artificios y extravagancias.  Ambicion, codicia…perversión de la finalidad de la poesia.  Referencia al buen gusto. Clave en la restauración de la nueva poesia.  El poema retoma varios de los tópicos: concepción de la poesia vinculada al circulo y no a la imprenta. Poesia nacida para el ocio y de ocio. La idea de blandura Preceptiva De la escritura lirica: el buen gusto y los modelos literarios La mirada histórica: conexión periodización-estima literaria, actitud hacia lirica barroca desde mediados del siglo XVIII ejemplo: Luis José Velázquez, orígenes de la poesía castellana (1754). Debate sobre el origen del mal gusto. Tres sectas: 1. El teatro al que se le achaca desorden, falta de regularidad y la inverosimilitud (Lope y calderón). 2. Los conceptistas que potenciaron las agudezas, las me Los conceptistas que potenciaron las agudezas, las metáforas desmesuradas, las hipérboles extravagantes, equívocos… En definitiva, casi los mismos que corrompieron la dramática. 3. Los cultos, aunque reconoce que hubo escritores que desaprobaron esas novedades. En términos generales, en el extranjero se culpaba a España de la supuesta degeneración de la poesía y, dentro de España, los representantes del mal gusto serían Góngora como poeta y Gracián como teórico. Los españoles dieciochescos, especialmente a partir de la vena patriótica de mediados de siglo atribuyen la degeneración de la poesía a los italianos, a Marino como poeta y a Tesauro como teórico. Valores poéticos asociados al buen gusto. Más propios del Renacimiento 1. Claridad (frente a la oscuridad de Góngora) 2. Naturalidad (frente a la afectación) 3. Sobriedad (frente al recargamiento de recursos retóricos, especialmente, las hipérboles, antítesis, equívocos, metáforas extravagantes sorprendentes, conceptos atrevidos, uso Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 22 - excesivo de términos cultos o nuevos; o la importancia excesiva de la sonoridad y de la brillantez elocutiva. Los modelos literarios a partir de mediados del s. XVIII (hasta mediados de siglo están vigentes los modelos barrocos). 1. Modelos de la antigüedad clásica (recreación de los modelos antiguos). 2. Poetas de los siglos XVI-XVII: valoraciones positivas (XVI) y negativas (XVII), principalmente, aunque con matizaciones. a) Poetas prestigiados: tuvieron una aceptación unánime. Garcilaso Fray Luis de León Los hermanos Argensola, especialmente Bartolomé. Esteban Manuel de Villegas, asociado fundamentalmente al género de la anacreóntica. Su estima varía conforme a la consideración de la poesía anacreóntica. b) Poetas desprestigiados: estos autores estuvieron diversos a diversidad de opiniones. Lope de Vega. Se aprecia su antigongorismo poético (espontaneidad, sobriedad, naturalidad), pero se desprecia su teatro, su comedia. Quevedo. Se valora su antigongorismo y se valoran letrillas de sátira social (“Poderoso caballero es Don Dinero”), aunque se le cuestionaba su obscenidad y oscuridad (equívocos). Góngora. Se valoran sus letrillas (por su carácter satírico) y romances, su poesía en metros tradicionales (los más naturales, con cierta espontaneidad). Se desprecia lo demás. Herrera. Se aprecia su Canción heroica que enlaza con la tradición patriótica del XVIII, pero se le achacaba falta de naturalidad y, en general, se despreciaba porque su poesía cultista apuntaba hacia el gongorismo. Menéndez Valdés y Jovellanos a final de siglo reivindican su importancia. Villegas. Es modelo para la corriente dieciochesca de poesía bucólica, (temas ligeros, intrascendentes de la anacreóntica). c) Referentes cronológicos: Góngora (1/2 XVIII), Garcilaso, Fray Luis de León. 3. Autores extranjeros. a) Rousseau, Voltaire, Millton, Hocke, Pope, Young, Ossián, Du Bellay. 4. Progresiva incorporación de poetas del siglo XVIII, que ya aparecen en las poéticas de finales de siglo, pero se les da escasa atención. Se habla de “cierta recuperación poética”, se reconocen algunos autores: a) Luzán, más valorado por su Poética. No solo como teórico sino como poeta. b) Conde de Torrepalma c) Porcel Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 25 - Poesía ilustrada: Arce entiende la poesía como vehículo de difusión de principios éticos o culturales propios de la Ilustración, en una forma de expresión desnuda y aséptica, cercana a la prosa. Problemas no todos aceptan esa consideración de poesia ilustrada aquella que sea la que habla de forma explícita de esos principios éticos o culturales ilustrados. Críticas:  Froldi, a propósito de Meléndez Valdés, señala que “poesía ilustrada” no se ciñe a la temática explícitamente filosófico-moral o socio-política. El bucolismo y otras corrientes en las que el marco es más importante que el contenido filosófico no pueden dejarse al margen de las ideas ilustradas.  Elena de Lorenzo sostiene que la poesía ilustrada abarca dos corrientes diferenciadas: rococó y poesía filosófica. Prerromanticismo Para Arce romanticismo y prerromanticismo se producen simultáneamente. El prerromanticismo es en los 70 el neoclasicismo en los 80. el prerromanticismo es una tendencia asociada a unos rasgos estilísticos y temáticos específicos y simultánea o incluso anterior al neoclasicismo.  Expresión lírica bastante efectista en cuanto a una forma que está basada en palabras sonoras, broncas en ocasiones; repetición de vocablos y conceptos, creaciones léxicas mediante prefijos o sufijos inusitados; epítetos subjetivos del ámbito semántico de lo hórrido o lo dramático; interrupciones en la fluidez rítmica del verso… En definitiva, un tipo de estética que busca la ruptura de los ideales de armonía, naturalidad y tradición literaria.  Temática: abarcaba problemas sociales, políticos, pedagógicos… Críticas El preromanticimo  No es un periodo, pero además, hace alusión a algo posterior, lo que no explica absolutamente nada.  Para Froldi el preromatnicismo es un término no válido como categoría histórica para una periodización literaria.  Aguilar Piñal39: sintagma “Neoclasicismo sentimental” en lugar de “prerromanticismo”.  E. de Lorenzo: Rasgos supuestamente comunes con el Romanticismo no cumplen la misma función: cosmovisiones, fueras sociales y mentalidades no equiparables. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 26 -  Sebold: primer romanticismo español (integración en una trayectoria de introducción del romanticismo en España). Otras explicaciones cronológicas y consideraciones  Caso González: Primeras décadas del XVIII (tendencia continuista) — Rococó — Etapa neoclásica  Canero señala cinco tendencias: Post-barroca (1/2 de siglo) — Rococó — Ilustrada — Neoclásica y prerromántica (coexisten entre 1770-1810).  Checa: Dificultades de periodización por la coexistencia de corrientes. Conexión entre el pensamiento ilustrado y la teoría y práctica clasicista (neoclasicismo = clasicismo). Reconocimiento del componente de sensibilidad en el neoclasicismo. a JOSÉ ANTONIO PORCEL Y SALABLANCA “EPITAFIO A UNA PERRITA LLAMADA ARMELINDA” Bajo de este jazmín yace Armelinda, perrita toda blanca, toda linda, delicias de su ama, que aún hoy la llora; llórala su cama, la llora el suelto ovillo, como el arrebujado papelillo con que jugaba; llórala el estrado40, y hasta el pequeño can del firmamento, de Erígone41 olvidado, muestra su sentimiento. Solamente la nieve se ha alegrado, pues si yace Armelinda en urna breve, ya no hay cosa más blanca que la nieve. Elementos del rococó: Tiene cierto ambiente cortesano: una perrita blanca como la nieve, de nombre Armelinda, los jazmines, las estrellas… Parece una caracterización mucho más propia de un ambiente refinado que popular. Recurrencia de la idea de blancura y delicadeza (jazmín, nieve, papelillo, ovillo, Erígone— Virgo). Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 27 - o Uso del diminutivo y del campo semántico de lo pequeño (breve, pequeño). o Uso abundante de adjetivos positivos. Reiteración de léxico relacionado con la muerte (quiasmo «su ama la llora, llórala su ama»), personificación de distintos elementos que se lamentan por la perra (el ovillo, la cama, las estrellas). Es un poema de tendencia barroquizante, aunque su autor es adalid de la búsqueda de nuevas tendencias literarias, lo que se refleja en el gusto por el buen gusto. Elementos inanimados con sentimientos. Antítesis llora-alegra. Avanza lo que será el otro concepto que de alguna forma cierra de manera circular el poema si empezaba caracterizando a la perrita al final dice con una especie d eperiflasis que Hermelinda era mas blanca que la nieve Estructura de este poema: la parte inicial y final abstraía la cuestión de sentimiento entorno a la meurte de la perrita frente al elogio de la perrita centrado en la blancura.+ Verso 1-3 presentación de la protagonista y las circunstancias. Muerte d ela perra. Primer verso que cumple la función retorica de epitafio, identifica el poema como epitafio no como elegia. Aquí hace. Un verso enunciativo con ese carácter con marca de genero del epitafio y otros dos versos que describen y carcterizan a la protagonista. Sentimiento universal. La vuelta a la blancura de la perrita. Es un madrigal. Epigramas. “Aquí yace Jazmin, gozque mezquino”  Es una silva.  Es rococó, porque utiliza diminutivos, es doméstico. Reivindica a las damas de la alta sociedad “los que en la tierra al hacedor”.  Rompe la ambientación delicada al llamar al perro mezquino. El diminutivo se utiliza con un fin famliar de delicadeza, no significa que aquí lo use, esta super poniendo con intención negativa.  Desde el principio le trata como un ser miserable. Se mencionan cosas negativas. Corresponde con un poema satirico, de critica, introdujo el termino satirico.  Es un juego de lo aparentemente delicado para entrar en lo de mal gusto. Se caracterizo faulner por ser bastante critico. Polémico satirico…etc  Utiliza aparentemente las convenciones que manejaba porcel, para subvertirla. Frente a un poema en el que nada da pie a pensar que este criticando, sin embargo este si.  Los elementos entran en unas tensiones de cotradicion con la caractericion negativa.  Cuadro de costumbres de estado aristocrático. Empieza ya con un valor negativo. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 30 -  Los tercetos, todo lo relativo a la temporalidad y la memoria: caduco, eterna, padrón, inmortal, tiempo, memoria, olvido…etc. Padrón metáfora como una lápida conmemorativa.  Gloria/victoria/memoria están relacionados con la rima y conceptualmente.  Relativo paralelismo ni puede gastar ni caber. Amante que, celoso, arroja en un río un diamante que traía por memoria de su objeto Oh dulce prenda!, testimonio un día de la jurada fe, de quien, traidora, el pacto ultraja, y la razón desdora de la noble verdad, que me debía. ¡Oh dulce prenda! cuando amor quería, 5 dulce más que a las flores blanda aurora, alegre entonces, como triste ahora, ¡tan inconstante fue la suerte mía! Vuelve a tu dueño; pero no: ese errante fugitivo cristal selle tu gloria, 10 digno sepulcro de esplendor cambiante; pues trocada en tragedia mi victoria, ni ya en su dedo puedes ser diamante, ni ya en el mío puedes ser memoria. Los dos cuartetos se lamenta por lo que ha pasado. Se dirige a un anillo. El oh dulce prenda podría recordar un soneto de Garcilaso, oh dulces prendas por mi mal halladas… amante que se dirige a algo que le ha dado la amada que no esta en la escena. Las prendas recuerdan a la amada, pero proyectan el sentimiento amoroso positivo o negativo en ese momento. Reafirmación de la memoria y del amor, aunque en Garcilaso sea dolor. El verso 5, se parece al de Garcilaso. Hay algún eco del poema de Garcilaso. (copiar poemas) 2.3 Trayectoria de la poesia del siglo XVIIII. POESÍA DE TRADICIÓN BARROCA En la primera mitad del siglo XVIII, de continuidad barroca, siguen vigentes los modelos de Quevedo (conceptismo moral, vena satírica y jocosa) y Góngora (estética y lenguaje cultista), los géneros (fábula mitológica, sonetos, letrillas, romances) y temas usuales en esa tradición (morales, burlescos, heroicos...), y una lengua poética inspirada en estos y otros poetas barrocos posteriores. Autores relevantes de este período son, entre otros, Gabriel Álvarez de Toledo, Eugenio Gerardo Lobo y Diego de Torres Villarroel; pese a su adscripción barroca, se viene cuestionando recientemente que se limiten a una mera repetición de modelos anteriores. Alonso Verdugo y Castilla (conde de Torrepalma) y José Antonio Porcel muestran una situación peculiar: no rompen con la poesía anterior, pero traslucen Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 31 - cambios y, en contacto con gustos renovadores, su estética barroca a veces tiende a opciones más afines a esos nuevos rumbos; en ciertos poemas suyos se han señalado rasgos rococó o bien de sentimentalidad neoclásica (o “prerromántica”). Ambos participaron en dos destacadas academias literarias: la Academia del Trípode (Granada, 1738-1748) y, con mayor conexión con nuevas orientaciones, la Academia del Buen Gusto (Madrid, 1749-1751), en casa de la marquesa de Sarria, donde coinciden poetas de línea continuista (conde de Torrepalma, Porcel...) e intelectuales reformistas (Ignacio de Luzán, Agustín de Montiano y Luyando, Blas Nasarre, Luis José Velázquez...). RENOVACIÓN POÉTICA (APROXIMADAMENTE, AÑOS 40-60) En estas décadas se afianza la oposición a la estética barroca y a la poesía popular y conceptista asociada a ella. Son síntomas tempranos de ello, por ejemplo, la Poética (1737) de Luzán o la Sátira contra los malos escritores de este siglo (1742) de Jorge Pitillas (pseudónimo de José Gerardo de Hervás). En los años 50-60 se va imponiendo el clasicismo (en términos de algunos críticos: “neoclasicismo”). Contribuyen a ello la Real Academia Española, que convoca algunos concursos literarios de inspiración clasicista, y también la edición de poetas de los siglos XVI-XVII afines a esa estética (Francisco de la Torre, Fray Luis, Garcilaso, Villegas...). En Madrid se fragua un peculiar ambiente reformista, del que es exponente, en los años 60, la tertulia de la Fonda de San Sebastián, donde se reúnen, entre otros, dos autores representativos de este giro poético, Nicolás Fernández de Moratín y Cadalso. La renovación sigue tres directrices: la revalorización de la poesía española renacentista, y de la italiana, en especial Petrarca; la recuperación de modelos latinos clásicos y de Anacreonte; y la adopción de un lenguaje poético de expresión simple y directa, sin excluir la erudición, pero sí la complejidad cultista y la metáfora rebuscada. La simplificación formal se alía con una clara permeabilidad a las corrientes filosóficas ilustradas. De todo ello resultan, con común raíz clasicista, dos estilos o tendencias: rococó y neoclasicismo. MADUREZ DE LA POESÍA ILUSTRADA Los años 70 son momento de madurez para la poesía ilustrada y de convivencia y entrecruzamiento de las tendencias más representativas del siglo. Pese al compromiso con la Ilustración por parte de los poetas más relevantes, no hubo una actitud uniforme hacia el uso de la poesía para fines ilustrados: una veta de poesía expresará explícitamente tales objetivos, pero también habrá otra sin reflejo directo de esos ideales, con asuntos amorosos o de exaltación de la naturaleza, por ejemplo. Hacia 1773, en Salamanca un grupo poético, bajo el influjo de Cadalso –temporalmente en la ciudad por motivos profesionales–, asume el cultivo de una poesía bucólica y amorosa, de tono ligero, ligada al género de la anacreóntica; poco después, sobre ese grupo también ejerce su influencia, desde Sevilla, Jovellanos, quien exhorta a un giro hacia el cultivo de asuntos graves, capaces de dignificar el género poético, y con él a sus autores, como expone en la Epístola de Jovino a sus amigos salmantinos. Figura destacada de ese grupo –y en general, de toda la poesía del siglo XVIII– es Meléndez Valdés, que a su vez servirá de referente a una segunda promoción de poetas del entorno salmantino (Cienfuegos, Gallego, Quintana...). Otro importante núcleo poético se forma en Sevilla (Lista, Blanco-White...), también Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 32 - con el impulso de dos autores residentes allí algunos años por su ejercicio profesional: Jovellanos (1768- 1778) y más tarde Forner (1790-1796). La adopción en poesía de temas y preocupaciones propios de la mentalidad ilustrada conllevó una renovación temática y la adecuación de formas literarias y estrategias retóricas a esos intereses. Así, se reforzó la carga didáctica y crítica, y el tono de exaltación al tratar ciertos personajes, instituciones, logros culturales o acontecimientos considerados positivos; aun la llamada “poesía de circunstancias”, aplicada a estos motivos, es susceptible de esa lectura como adhesión al reformismo ilustrado. A veces, se dio una acentuación de la sensibilidad, en conexión con temas como la relación fraternal con la humanidad y la aspiración al progreso individual y social. Otras veces la poesía abordó, con un discurso argumentativo, el análisis de los males de la nación y la propuesta de reformas guiadas por la razón (progreso científico, crítica de costumbres, oposición al fanatismo y apuesta por una religiosidad más tolerante, promoción de la educación, reformas institucionales...). El sentimiento patriótico, con frecuencia presente en estos temas, alcanzó especial protagonismo y fuerza expresiva en la poesía que refleja las convulsiones políticas de las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del XIX y sus principales acontecimientos (por ejemplo, en Quintana). Otra veta característica fue la poesía filosófica o moral, en torno a asuntos como la reflexión religiosa, a veces desde planteamientos deístas, la contemplación de la naturaleza o ciertos ideales laicos (filantropía, libertad, virtud pública y privada, amistad...). Algunos géneros clasicistas, procedentes de la literatura de la Antigüedad, se ajustan a estos temas e intereses: por ejemplo, la oda (oda horaciana, de estrofas breves y tendencia moral; o bien oda pindárica, en forma de canción real, con estrofas amplias y solemnes, de tono panegírico o celebrativo); la epístola, que recrea un marco de comunicación amistosa en el que los poetas comparten estas preocupaciones o reflexiones; la sátira, como vehículo de corrección de costumbres y crítica social; la elegía, donde un acentuado sentimentalismo, a veces deudor de los Pensamientos nocturnos de Young, se llega a combinar con la reflexión moral; o la fábula esópica, también con modelos próximos extranjeros (por ejemplo, La Fontaine), fácilmente conciliable con el espíritu didáctico o crítico de la época, como ocurre en Samaniego e Iriarte. El lenguaje poético se adapta a los distintos fines, desde la inmediatez y el “prosaísmo” (ideal que aspira a aproximar la expresión en verso a la de una cuidada prosa) hasta la retórica de la exaltación o de la sentimentalidad, en consonancia con el tema y la perspectiva adoptada. Las actitudes divergentes de los poetas cristalizan en polémicas literarias, también asociadas a discrepancias políticas. Entre 1780 y 1810, resultan recurrentes los puntos de confrontación: se debate sobre el ideal de leguaje poético (si debe estar abierto o no a la introducción de neologismos, extranjerismos o a esporádicos arcaísmos); sobre el cultivo o no de una poesía comprometida con la realidad circundante; sobre los modelos literarios adecuados (si solo autores españoles antiguos, o también contemporáneos; si solo poetas españoles, o también extranjeros); o sobre la defensa del verso suelto (propiciador de mayor libertad para una expresión precisa del contenido que se desea transmitir) o, por el contrario, de la rima (por su valor como recurso estético y como signo de dificultad superada). Este debate se concreta en el enfrentamiento entre “quintanistas” (Quintana, Cienfuegos, etc., con Meléndez Valdés elevado a la categoría de modelo coetáneo) y “moratinianos” (con Leandro Fernández de Moratín a la cabeza). Frente a estos últimos, de signo tradicionalista y posiciones de un neoclasicismo formal, los quintanistas propugnan la renovación lingüística en poesía; el reflejo de la realidad social y la asimilación de la moderna vertiente filosófica; la adopción como modelos a poetas tanto antiguos como actuales, españoles o extranjeros; y la idoneidad del verso suelto para esos nuevos contenidos. Poesía del XVIII Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 35 - en función del receptor ideal al que se dirige. Esa terminología está en conexión con la difusión de nuevas ideas y conocimientos. En relación con el auge de las ideas de las ideas ensayísticas del siglo XVIII hay que tener en cuenta que el español adquiere en este siglo el rasgo de la lengua de la ciencia y la filosofía frente al latín, es decir, se ha ido ganando terreno para la expresión de estas temáticas en lengua castellana, por lo que textos que no pertenecerían a los estudios de la literatura española porque seguían funcionando en latín, ahora se incorporan a esa lengua vernácula, con carácter nacional. Aun así el latín siguió siendo lengua de uso universitario hasta 1813. El auge del ensayo Se considera el siglo XVIII como el momento de definitiva conformación del ensayo literario. Los antecedentes del ensayo:  Las misceláneas  Las epístolas como las epístolas familiares de Guevara Aunque había antecedentes del ensayo es en el siglo XVIII cuando se considera que se conforma como genero autónomo con una entidad propia y además se consolida como forma literaria. El ensayo viene de los essains de Montaigne (finales del siglo XVI, 1592 fallece Montaigne). Se publican la 1 y 2 en 1580 y la tercera 1588. Esta secuenciado en textos breves (de 4 o 5 paginas) y son reflexiones personales que mezcla la anécdota personal, la erudición (Abundantes citas de autores clásicos y modernos), y una libertad temática y flexibilidad temática. Hay antecedentes e incluso el referente del ensayo a nivel universal es bastante anterior al siglo XVIII. Pero en el siglo XVIII es cuando se conforma como genero autónomo. Es un género marcado por intenciones didácticas y utilitarias. Eso lleva a un nuevo tipo de prosa. Una prosa llana, directa, natural, precisa. Es una prosa que no pretende suscitar emoción sino reflexión. A veces, es una porque que acusa cierto descuido estilístico porque prima el interés por los argumentos científicos o filosóficos. Se trata de un descuido estilístico que no le impide ser eficaz como medio de comunicación. El descuido puede ser una propia elección para hacer un estilo no especialmente adornado, incluso, que no busque parecer retorico precisamente es esa idea de eficacia. Y desde luego no un descuido estilístico que pueda resultar confuso para el lector. En definitiva, se concibió como un medio privilegiado de difusión del saber ilustrado. Un medio privilegiado en la medida en que el ensayo resultaba mas flexible, e incluso, mas divulgativo, y, por tanto, atrayente para un público más amplio que el tratado sistemático. Las características del ensayo de no tratar de una manera sistemática, exhaustiva con toda su profundidad un tema sino da una perspectiva suficiente, profunda e incluso peso en unos términos relativamente reducidos. A veces con unas formas expositivas que tienden a la brevedad (pocas páginas) y la fragmentación. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 36 - Otra característica de esa prosa es la incorporación de neologismos y tecnicismos. Es una prosa que se convierte en vehículo de comunicación de nuevas ideas y conocimientos, y ello requiere también la incorporación de nuevos términos: neologismos y tecnicismos, una selección. Ser un ensayo y no un libro técnico pero un equilibrio para responder a esa necesidad de difundir nuevas ideas. Además, hay que tener en cuenta ese desarrollo del ensayo como en este periodo el español se afianzó en el siglo XVIII como lengua de la ciencia y filosofía frente al latín. Aunque el latín siguió siendo lengua de uso universal hasta 1813. Durante todo el siglo XVIII oficialmente era el latín en el ámbito universitario. El valor que tiene el ensayo para la introducción de términos técnicos, filosóficos en general. Muchos tratados seguían escribiéndose en latín y por tanto, supone esa inclusión en el ensayo, supone un cierto grado de adaptación del discurso. Alguien que se maneja con libros técnicos en latín pero que luego escribe ensayos en español. Ese hecho del español que se va afianzando a lo largo del siglo como lengua también usada para la filosofía esta en conexión con ese valor que tiene ese asentamiento de la lengua como difusión de conocimiento. En cuanto a ese ensayo por cuestiones cronológicas esta:  La figura de Feijoo, que supone el motor/inicio de la renovación de esa prosa didáctica y ya inicia esa consolidación dieciochesca del género.  El teatro critico universal; (1726-1740) son 8 volúmenes y un suplemento. Son obras que van saliendo con cierta carencia. El titulo completo es teatro critico universal o discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes.  La otra obra destacable, las cartas eruditas y curiosas (1745-1760) también en varios volúmenes, concretamente en 5. Esas obras se caracterizan por la variedad temática como ya habría ocurrido en el antecedente de las misceláneas de siglos anteriores: XVI y XVII. Variedad temática que implicaba que el lector no se tenía porque sentir obligado a leer linealmente como un tratado sino ir escociendo aquellos discursos o aquellas cartas que le fueron interesando. Son unos volúmenes articulados no como tratados sino como discursos, por tanto esa idea de suma de textos diversos que se puede ir saltando según el interés del lector sin que haya un diseño de conjunto sino como discursos yuxtapuestos. Vamos en todo género de materia, es decir, caracterizado por la variedad deseada frente al tratado sistemático, monotemático. Y el propósito crítico para el desengaño de errores comunes. Frente a las ideas que se tienen comúnmente y son erróneas, la idea de desengaño: esclarecer la verdad de determinados temas. Va a ser tanto para ese teatro critico como para las cartas eruditas y curiosas una de las premisas de la actitud de Feijoo. El desterrar las supersticiones, los errores, lo no comprobado experimentalmente...etc. Feijoo y el inicio de la renovación del género. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 37 - Las obras más destacables son Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas. La primera obra se califica de discurso, la segunda se integra en el género apto para la trasmisión de ideas, el género epistolar, la carta. La variedad temática, como ocurre también en el género de la miscelánea, permite en el receptor un orden de lectura no lineal, sino que podía escoger uno u otro discurso según sus preferencias. En cuanto a las materias, Feijoo expone críticamente problemas de filosofía, física, arte, geología, ciencias naturales, matemáticas, historia. Se plantea su obra con una especie de mentalidad enciclopédica de divulgación. En su obra muestra admiración por filósofos y científicos modernos como Bacon, Locke, Newton, Descartes. Se le criticó una falta de consistencia científica, de rigor metodológico, pero ahora se le reconoce esa labor de divulgación que realizó en materias tan variadas con actitud crítica, para impugnar creencias que estaban establecidas y consolidadas socialmente. Manifiesta una actitud crítica, entre las líneas de su pensamiento propugna el adelantamiento científico del país, el experimentalismo, el ejercicio de la razón, pero todo ello en compatibilidad con la fe (era religioso: benedictino). También combate supersticiones y falsas creencias populares. Su obra tiene una finalidad didáctica, desde el punto de vista compositivo, ese tipo de escritos son todavía distintos de lo que va a ser el ensayo moderno. La prensa: Ensayo periodístico y el cuento literario. La prensa fue un instrumento decisivo, tuvo una penetración social relativamente amplia de carácter burgués. La lectura de prensa se convirtió en un hábito para ciertos sectores sociales. El ensayo periodístico: se extendió un estilo anti retórico de voluntario prosaísmo, de expresión fácil e inteligible para la mayoría. Era un género comercial, para garantizar su subsistencia necesitaba mantener un público, así que tenía que adaptarse a unos criterios comerciales. No incluía publicidad. A partir del s. XVIII comienza el sistema de suscripción. No podía plantearse un excesivo nivel literario, sino que buscaba atraer a un público relativamente heterogéneo. Se adaptó a contenidos muy diversos: comentario de noticias, exposición científica, discusión de asuntos morales, político o económico. Permitió el desarrollo de una prosa capaz de alcanzar categoría literaria. Algunas publicaciones se especializaron en géneros ensayísticos. En algunos casos acogió piezas que anticipan el costumbrismo de la época romántica. Algunas publicaciones estuvieron formadas esencialmente por ensayos de divulgación, cuadros costumbristas y escritos polémicos (que acogían temas de acogida en la época), entre ellos: El diario de los literatos de España (1737-1742), El pensador (1762-1767, José Clavijo y Fajardo) y el censor. Cuando hablamos de prensa, muchas veces, lo trasladamos a los periódicos actuales, llenos de noticias, con una presencia literaria complementaria, pero en el siglo XVIII estamos hablando de publicaciones formadas por ensayos de divulgación, cuadros costumbristas y escritos polémicos. Dentro de ella, se destacan Diario los literatos de España (1737-1742), El pensador (1762-1767) y El censor. El cuento literario es otro de los géneros olvidados en el XVIII, porque la fuerza que tiene el cuento del siglo XIX y la consolidación como genero paralela de la prensa como cauce propicio para el cuento acabo creando la idea de época real de esa creación del cuento moderno. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 40 - carta XX ha moderado el tipo de lenguaje, se dirige a nuño. En algunos momentos disemina ese lenguaje más lírico con otro tipo de recursos retóricos para diferenciarolo como perosnaje y en cierto modo para trazar la visión orientacionable del personaje. Por otra parte, se ha señalado que la actitud de cadalso es mas afectiva con respecto a esa visión del propio país. Tiene un tono menos incisivo, más conciliadora con respecto a algunos aspectos de la tradición, frente a la perspectiva intelectual y mucho más critica con respecto a valores tradicionales en Montesquieu. Con respecto a la adopción del método epistolar hay algunas citas del inicio de la obra. Va precedida de una introducción. En la introducción se emplea el tópico del manuscrito, siendo Cadalso un mero editor; aunque enseguida habla de que el autor del manuscrito habría nacido en el mismo año, mes, día e instante que él. Introducción Desde que Miguel de Cervantes compuso la inmortal novela en que criticó con tanto acierto algunas viciosas costumbres de nuestros abuelos, que sus nietos hemos reemplazado con otras, se han multiplicado las críticas de las naciones más cultas de Europa en las plumas de autores más o menos imparciales; pero las que han tenido más aceptación entre los hombres de mundo y de letras son las que llevan el nombre de «cartas», que se suponen escritas en este o aquel país por viajeros naturales de reinos no sólo distantes, sino opuestos en religión, clima y gobierno. Toma como modelo al Quijote, una obra que en el XVIII es leída como obra satírica contra las costumbres de la sociedad. Dice Mayans que es «una sátira, la más feliz que hasta hoy se ha escrito contra todo género de gentes», y se leería como aquellas costumbres que han de evitarse. Hombres de mundo y de letras el valor que se está dando no solo al conocimiento letrado sino también a través de la experiencia. Hombres que van más allá de ese gabinete y tienen esa experiencia de las costumbres. El mayor suceso de esta especie de críticas debe atribuirse al método epistolar, que hace su lectura más cómoda, su distribución más fácil, y su estilo más ameno, como también a lo extraño del carácter de los supuestos autores: de cuyo conjunto resulta que, aunque en muchos casos no digan cosas nuevas, las profieren siempre con cierta novedad que gusta. Justifica el haber escogido el modelo epistolar por ser más cómodo e interesante para el lector. Clara conciencia de que aporta esta citica de costumbres explicada en cartas y no otras formas de discurso. Se hace ameno el estilo:  Hay varias voces  Se pueden leer fragmentadamente no hay tanta conexión que obligue a estar remitiendo a lo dicho antes y no dicho antes, como ocurre con los tratados que hay que leerlos en continuidad.  El género epistolar tiene la utilización de un lenguaje más sencillo y el autor puede entender el mensaje que quiere dar.  No es el tipo de carta que mantenga marcas formales: saludo, presentación y despedida. La epistolaridad se marca de forma mas difusa en otros elementos Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 41 - Carta I: Poca descripción de los personajes. Cumple la función de hablar de las circustancias del yo, de hacer verosímil las cicustancias en las que escribe un marroquí desde España. Por otra parte presenta a otro personaje que va a ser fundamental, que es Nuño. Hay un principio de ficción en estos personajes, da unos esbozo de personajes que el lector puede pensar que son ficticios o no. Son realistas, verosímiles, no son simples “nombres”. Se les da unas pinceladas de personalidad. Lo fundamental es trasmitir esa crítica de costumbres, pero no una crítica de costumbres unificada con el yo. En el prólogo hay ventajas que cadalso se preocupa en señalar en su descripción con respeto a este estilo. Hay una delcalaricon de humildad, pero también de la eficacia literaria y trasmisión de ideas que supone el método epistolar. En muchos casos no se dicen cosas nuevas, siempre las prefieren con cierta novedad. “Esta ficción no es tan natural en España, por ser menor el número de los viajeros a quienes atribuir semejante obra. Seria increíble el título de Cartas persianas, turcas o chinesca, escritas de este lado de los Pirineos.” Lo que se plantea no es una menor tendencia de los escritores españoles de escribir este tipo de cartas con este tipo de corresponsables. Sino que no sería creíble, por lo tanto la importancia de la verosimilitud en este tipo de obras. Concretamente en 1766 hay un viaje del embajador marroquí que causalmente se llamaba Ahmad Al Gazal. En la carta I el contexto que traza gazel es el de una embajada. También le resulta funcional para representar el tipo de viaje que quiere hacer, no solo de un observador externo sino de uno que quiere profundizar la belleza en ese país. Por una aprte, una especie de declaración de principios. Mirada que se adentre en el funcionamiento de esa cultura. “La suerte quiso que, por muerte de un conocido mío, cayese en mis manos un manuscrito cuyo título es: Cartas escritas por un moro llamado Gazel Ben-Aly, a Ben-Beley, amigo suyo, sobre los usos y costumbres de los españoles antiguos y modernos, con algunas respuestas de Ben-Beley, y otras cartas relativas a éstas. Acabó su vida mi amigo antes que pudiese explicarme si eran efectivamente cartas escritas por el autor que sonaba, como se podía inferir del estilo, o si era pasatiempo del difunto, en cuya composición hubiese gastado los últimos años de su vida. Ambos casos son posibles: el lector juzgará lo que piense más acertado, conociendo que si estas Cartas son útiles o inútiles, malas o buenas, importa poco la calidad del verdadero autor”. Los personajes en las cartas tienen una pluralidad de voces, en la literatura se denomina polifonía. No hay ningún narrador, el narrador es el emisor de la carta. El pensamiento del autor, aunque se exprese de manera especial a través de Nuño en realidad se desprende de la interacción de los tres personajes, se matiza y a veces se distingue entre el Nuño del presente y como ha sido en el pasado. El personaje del español puede representar ese pensamiento del autor, pero teniendo en cuenta la dialéctica que se establece con los otros personajes. De este modo cada uno de los tres personajes predomina una faceta concreta Gazel se muestra como extranjero curioso, buen observador, preocupado por explicarse lo que observa, poniéndolo en comparación con su cultura. La actitud de Gazel ya está expresada desde la primera carta y conectada con el concepto de “viajar como utilidad”, no viaje como algo meramente curioso sino destinado también a la reflexión. Es fundamental en el personaje la faceta de ingenuidad. La ingenuidad se conecta con su Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 42 - caracterización como personaje joven, frente a los otros dos personajes que representan la madurez, por tanto la experiencia de la vida, la sabiduría. Carta XX:  idea de viajar con utilidad.  Aprovechamiento con el que Gaazel va viajando.  La idea de aprendizaje a través de la experiencia, pero también lo que plantea la carta es lo que se planteaba en la primera carta.  Utilidad del consejo, no solo del extranjero, sino de alquien que guía esa mirada.  Juego de perspectivas.  Idea de juventud frente al carácter de madurez. Ben-Beley juzga en función de ideas universales. En algunas de sus cartas se caracteriza no solo por persona de experiencia, sino también como capaz de extraer consideraciones generales válidas para cualquier país a partir de las observaciones concretas de los otros dos. De hecho, el tercer personaje Nuño aparece como un español que conoce bien su patria, la enjuicia desde dentro y puede matizar las observaciones del hombre de otra cultura. Puede dirigirle con esos consejos, diciéndole que es y qué no. Hay un perspectivismo. La temática: es un análisis fundamentalmente de la España de su tiempo, aunque en algunas cartas se hace algún acercamiento desde la perspectiva histórica con un claro predominio de la perspectiva de Nuño. Hay gran variedad de temas entre ellos el patriotismo bien y malentendido, la defensa de la ilustración. La nobleza y su educación, el ansia de adquirir fama, especialmente en temas como tradiciones españolas. Pretendida imparcialidad, aunque en algún momento hay posiciones un tanto ambiguas. Cadalso nunca cuestiona el orgullo por ser español, la insitucion monárquica ni deja de mostrar respeto a la religión, considera que la organización social en clase era perfecionable. Carta XIII:  Situación cómica.  Precisión 800 años, los sitúa en el siglo anterior.  Antítesis: hombre de provecho frente a inútil.  Idea de hombre de provecho. Hombre de provecho para los demás, hombre útil.  Intima dependencia del estilo directo. «Concluyó con estas voces»  Mucha referencia al yo. Novelas y otras ficciones Introducción. Peculiar situación de la narrativa de ficción en el siglo XVIII y tradicional desatención critica. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 45 - La renovación de la novela en las décadas finales del siglo XVIII (principalmente a partir de años 80) A finales de siglo, especialmente desde los años 80, va a haber un cambio significativo en el panorama de la novela. Hasta entonces lo que se había dado era una imitación o continuación del siglo XVII sin innovar en la estructura novelesca. En parte esa situación de continuidad técnica se ha atribuido al intenso didactismo del siglo XVIII que se orientó más hacia un tipo de moralidades continuistas con la ruptura relacionada con la nueva visión del mundo, una visión prerromántica con acentuación de lo sensible. Se abre un periodo que tuvo algunos puntos de paréntesis hacia 1805, de nuevo se hace sentir la censura gubernamental, llegando a momentos de control y prohibición de la prensa que incide en el mundo de la novela al ser un cauce fundamental para ese género. El periodo de 1780-1830, se considera un periodo de renovación que pondrá las bases para la novela del siglo XIX. Encontramos dos elementos claves en esta renovación:  La importancia de la sensibilidad de cierto prerromanticismo, aunque eso no anule intenciones educativas, didácticas o sobre todo morales, ya empieza a haber matices distintos. El personaje ahora se muestra como un protagonista preocupado por la realización de sus propios impulsos, mayor individualismo.  Cultivo de nuevas estructuras novelescas. Con respecto a esta producción posterior de los años 80 hay que señalar las siguientes obras:  Pedro Montengón, Eusebio (1786-88/ 1808-1809). Esta obra se contextualiza en el desarrollo de un tipo de novela sentimental y educativa que siguió el modelo del Emilio de Rousseau (novela de forma epistolar). Este tipo de obras tratan de ejemplificar el proceso de formación moral a través de la vida de un adolescente. Son obras, en general, que desarrollan ideas ilustradas en cuanto a la importancia del uso de la razón, también en cuanto a ideas pedagógicas sobre la enseñanza, pero esas ideas ilustradas van también acompañadas por un desmesurado sentimentalismo. Esta obra en concreto, fue la de mayor éxito de la producción del autor. En 1898 fue prohibida por la Inquisición por proposiciones impías, erróneas, escandalosas… en definitiva por pensar que podía romper las buenas costumbres. Ya en esta época se empiezan a publicar obras con contenido tolerante en cuanto a nivel religioso se refiere, es bastante relevante para este tipo de literatura la expulsión de los jesuitas (1767). Responde a un tipo de obras en el que, a pesar de haber un hilo narrativo bastante perceptible, lo argumental parece secundario en las intenciones del autor. Son obras que intentan fundir filosofía y novela y funcionar como una especie de tratado de educación. La obra se parte de la educación de un niño de 6 años, Eusebio, que llega a Norteamérica salvado de un naufragio y adoptado por un matrimonio de cuáqueros. Este protagonista funciona en la obra como modelo de hombre sensible con una esposa modélica, se aprecia el trabajo manual. Es también un modelo de hombre sensato, que tiende a razonar. Aparece el valor de la amistad y en ese modelo humano representado por el protagonista se resalta actitudes ejemplares ante la desgracia y los cambios de fortuna. Esto no se da en el marco de una concepción católica del mundo, incluso ni siquiera por la diferencia de religión. Es una actitud que se pone en conexión con la doctrina de un filósofo estoico pagano (Epicteto). Todos esos ideales se muestran difíciles de conservar en el ámbito de la ciudad, lo que se propone es la vida en el campo. En esta obra de Montengón, se parecían rasgos como la sensibilidad ante el paisaje, diálogos en los que se intercambian ideas, escenas lacrimosas… Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 46 -  Martínez Colomer, Valdemaro (1792). Se trata de una novela de amores y aventuras de rasgos y estructura romántica. Se pueden apreciar elementos de la estructura romántica como la sensibilidad del paisaje romántico, la desesperación de algunos protagonistas, el sentimentalismo y hasta apasionamiento, la ambientación histórica medieval… Aunque, a pesar de todas sus características románticas, va a tener un final feliz y consideraciones morales.  Cadalso, Noches lúgubres. Fueron escritas hacia 1771, aunque es una obra de publicación póstuma, fue escrita a raíz de la muerte de la mujer que amaba de la actriz Maria Ignacia Ibáñez. Se ha señalado su inspiración en una obra inglesa, “Night Tohugths” (pensamientos nocturnos) de Young. Se ha señalado un posible recuerdo de una leyenda que se conoce como la “Leyenda de la muerta pleiteada”, la cual el amado desentierra a su amada, esta resucita, pleitea con el amante… las noches lúgubres quedaron inéditas e inconclusas, y se considera como la primera obra enteramente romántica, pero si señala algún matiz más dieciochesco como pasajes románticos más declamatorios que encajan más en la corriente del siglo anterior. Es una novela dialogada, estructurada en tres actos y noches. Para Ferreras, se trata de la primera obra enteramente romántica, también remite de alguna manera a Sebod, aunque en algunos pasajes se puede apreciar esos elementos que lo vinculan mas al contexto dieciochesco, hay un tono declamatorio distinto al romanticismo. Entre estos rasgos que se han vinculado a la sensibilidad romántica, cabe destacar el subjetivismo, intimismo, el desesperado individualismo que se concreta en el deseo de suicidio, la autorrepresentación del personaje como ser aislado del mundo, la pasión “no correspondida”/frustrada y conexión del escenario de la obra cementerio, sepulcro, tinieblas…  Luis Gutiérrez, Cornelia Bororquia (1799). Varias ediciones en Paris y Londres, en España se publicó en periodos no condicionados por la censura. Apareció de manera anónima y hoy se atribuye la autoría a un exfraile. Novela epistolar en la cual intervienen hasta 11 personajes como autores de las cartas. La obra tiene una acción sencilla y lineal y se considera la primera novela de problemática anticlerical española. Se denuncian también otros aspectos de la vida social y política española, se critica la unión corona-Iglesia, se muestra a favor de la libertad religiosa, se critica la sociedad absolutista… A pesar del argumento, no pretende ser una novela lacrimosa aunque subraye los aspectos de terror. Hay un discurso a veces sentimental pero reflexivo, sin cargar las tintas. Se puede considerar una obra que aúna novela de ideas y novela sentimental. Comentario texto noches lúgubres. Idea del cielo también se conjetura con mi juventud, idea trascendente del cielo que también se refiere literalmente a esa escena de tormenta, esto en cuanto a la ambientación. Tema 4: El teatro Siglo XVIII. 4.1 El teatro de continuidad del barroco y los nuevos generos populares dieciochescos.  Introducción Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 47 -  Rasgos comunes a los generos teatrales de éxito popular  Generos del teatro popular: teatro espectacular, romancesco y costumbrista 4.2 el discurso teorico-dramatico neoclasicismo  Introducción  El debate literario entre neoclasicismo y defensores del barroco: asuntos polémicos y trayectoria general  Principios fundamentales de la poética neoclasicista 4.3 produccion teatral neoclasica (campus)  La tragedia neoclásica  La comedia neoclásica 4. 4 el teatro breve: entremeses, sainetes y tonadillas. (campus) 4.1 El teatro de continuidad del barroco y los nuevos géneros populares dieciochescos. Confuncion de tradiccion y novedad. Una tradición que recibe una plena aceptación por parte de los aficionados, del público y una novedad que intenta modernizar la escena basándose en la estética neoclásica. Esta estética neoclásica apunta hacia dos componentes que ve fundamentales en el teatro, por una parte la verosimilitud, así serán más eficaces en el receptor; El segundo componente la función educativa de ese teatro para que sea mas eficaz el mensaje. Esta modernización va a contar con el apoyo de políticos ilustrados es bastante significativo el reinado de Carlos III y en este entorno el esfuerzo de los nuevos políticos para cambiar la sociedad tradicional española, se va a concretar también en una especial atención al teatro. Ya en el siglo anterior, se había visto en el teatro un vehículo para reforzar la ideología oficial, los valores religiosos y políticos, institucionales…etc. Conciencia de necesidad de proteger y controlar el teatro desde el punto de vista ideológico. También va a haber un componente de perfección del teatro como una via de educación de la sociedad. En este sentido, en el reinado de carlos III, a parte de toda esta faceta de control y protección, hay políticas concretas con el cpnde de aranda hay una modernización en el mundo del teatro que se concreta en reorganización y adecentamiento de los locales madrileños, propone una escuela de actores, la formación de actores, se cuida el repertorio, dentro de este cuidado de repertorio se encuadra la composición de primeras obras neoclásicas. Se van a componer las primeras obras neoclásicas, la traducción de piezas italianas y francésas. El teatro siguió contando con el recelo de la iglesia, que veía en las obras que gozaban de favor del publico, historias amorosas poco edificantes o incluso directamente pecaminosas. También señalaba, por ejemplo en los sainetes y en otras formas breves, un lenguaje atrevido. También se veía con recelo la convivencia de sexos en los coliseos, la vida liberal de los cómicos. (…) El teatro tardobarroco y los nuevos géneros populares dieciochescos. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 50 - vieran algunos alicientes educadores en esas obras pero con graves inconvenientes de efectos formales, impropiedades en el tratamiento de los personajes y la tendencia a satisfacer los gustos del público popular utilizando esas figuras para argumentos llenos de batallas, intrigas cortesanas, enamoramientos, cárceles. Comedia religiosa: Dentro de las formas el teatro religioso hay que tener en cuenta el Auto Sacramental y las Comedias de santos. Este teatro había seguido un proceso de desacralización que motivó fuertes críticas desde moralistas religiosos a intelectuales reformistas. Tuvo particular relevancia el conflicto por el auto sacramental iniciada pro Clavijo y Fajardo en el periódico El pensador (1764) y se da la prohibición definitiva de los autos sacramentales en 1765. En realidad los autos estaban en plena decadencia a esas alturas, aunque fueron escenificados dentro de las celebraciones del Corpus Cristi hasta su prohibición. Los mismos reparos se extendieron a las Comedias de santos o de asuntos sagrados. Frente a nuevas posturas sobre la religiosidad muchos clérigos siguieron predicando viejas costumbres religiosas, vida de santos basadas en lo maravilloso, por lo que en el ámbito popular siguieron vivas muchas tradiciones basadas en lo anecdótico, lo maravilloso, lo legendario. Eso hizo que en el teatro de la primera mitad de siglo se restrenaran comedias de santos barrocas y se propusieran otras según el mismo modelo. Temáticamente eran obras que recordaban historias de la Iglesia, de órdenes religiosas, leyendas pías de carácter local y al hilo de todo esto vidas de santos, dramas bíblicos… teatro marcado por la escenografía brillante, mágica, espectacular… Se hizo de estas obras un teatro lúdico que mermaba el asunto espiritual. El drama religioso de reducido al mínimo y el relato dramático se enriquecía con episodios secundarios vistosos y entre medias de los actos se insertaban los sainetes con una temática totalmente distinta y profana. En la práctica acabó siendo un teatro no sustancialmente diferente de las obras que desarrollaban historias profanas. Comedia de magia: Tenía antecedentes anteriores al siglo XVII. Alcanzó cierto tratamiento en el Barroco con algunas obras en las que tenían cierta consistencia los elementos mágicos, pero hasta el siglo XVIII no va a tener su auténtico desarrollo gracias a la nueva escenografía. Esta evolución hace que se considere la comedia de magia como género en este siglo. Su momento de esplendor se va a dar en la primera mitad de siglo, antes de que los ilustrados dirigieran a ella su censura. En esas comedias el argumento gira en torno a personajes con poderes maravillosos, las comedias de encantos se llenan de episodios mágicos. En la segunda mitad del siglo se siguen escribiendo estas comedias junto con nuevos géneros dramáticos, pero los empresarios teatrales prefieren representar obras maestras del siglo anterior. Estas obras se caracterizan por la combinación de elementos mágicos con ingredientes imaginativos y novelescos como sucesos maravillosos, historias de amores y celos, escenas eróticas atrevidas, actividades celestinescas, inventos y autómatas… Teatro dominado por la imaginación. De nuevo se encontró con la oposición de dos frentes: los moralistas cristianos más estrictos veían con suspicacias los resabios paganos de estas obras, una especie de uso no religioso de lo maravilloso, extra natural…. Los ilustrados criticaron su estilo barroco, la falta de verosimilitud, la presencia de supersticiones y falsas creencias. A las comedias de magia se extendió la prohibición extendida en el teatro religioso pero sin mucho éxito. Teatro romancesco: Comedia de guapos y bandoleros: Representada a lo largo de todo el siglo, aunque su mayoría escrita durante las primeras décadas. Las comedias de guapos cuentan aventuras de valentones con protagonistas prototipo de valor y bizarría. Encarnan el heroísmo popular, a veces, reñido con las leyes. Se combina en ocasiones lo heroico y lo amoroso. Encontramos también las comedias de contrabandistas en la que los protagonistas realizan contrabando de tabaco, azúcar… y por ello tienen problema con la justicia. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 51 - Son obras de acción constante y desbordada con persecuciones, cárceles, juicios… Por ultimo tenemos la de bandoleros, la fórmula más tradicional del género en la cual el bandolero es presentado como marginado voluntario de la sociedad que hace profesión del robo, de la muerte. Obras de una estructura episódica que salvo cuando incluye muerte puede dar lugar a continuaciones en otras obras. Se desarrolla en un espacio variado que representa la geografía real del bandolerismo (Cataluña, Levante y Andalucía). No se respetan las unidades. Gusto por situaciones límites, las peleas entre bandas…Son obras que atrajeron las críticas de los ilustrados, a parte de todos los defectos formales, por todas las trasgresiones a las leyes. Para ellos esas obras hacían que el pueblo despreciara la justicia. Drama sentimental: Se da especialmente en las décadas finales del siglo XVIII. Tenía sus orígenes en la literatura inglesa de finales del XVII. Aunque también había sido acogida en la literatura francesa. Fueron frecuentes las traducciones o adaptaciones de autores franceses y en la década de 1780 ya hay comedias originales siguiendo los modelos extranjeros. Autores como Comella, Zavala y Zamora. Estas obras se caracterizan por la ruptura de la unidad de acciones, presenta historias paralelas con tendencia a lo episódico, maneja situaciones narrativas estereotipadas como historias desgraciadas, muchachas humildes asediadas por un joven seductor de vida dudosa, ricos venidos a menos, pobres de buen corazón, infidelidades conyugales, empalagosa ternura entre esposos… Se abusa también de ciertas situaciones como las casualidades, los reconocimientos… Son obras de alto número de personajes carentes de individualización, profundidad… aunque algunos autores consiguen superar el dualismo básico de buenos frente a malos. Desde el punto de vista formal son obras de un abundante lenguaje sentimental, un discurso en exceso exclamativo, uso de monólogos emotivos y muy expresivos. En apariencia pretendía ser un teatro educador por sus posibilidades de retrato crítico de la realidad social (nobles vs. Burguesía) con conductas aplaudidas o censuradas a lo largo de la obra. Sin embargo, el uso que se hacía de esas tramas hacia que el espectador se centrara más en la intensa acción que en reflexionar sobre las bases sociales que llevaban a esos tristes sucesos desarrollados. Este drama sobrevivió largo tiempo tanto como espectáculo como lectura. Acabaron publicándose en ediciones baratas de colecciones teatrales que se convirtieron en lecturas burguesas. Teatro costumbrista: Comedia de figurón: Coger un tipo ridículo fuera de su contexto habitual y exagerar esos rasgos. No es un reflejo crítico realmente de la realidad. No es un teatro comprometido con la reforma de la sociedad. Hay que tener en cuenta el desarrollo d este teatro costumbrista con el desarrollo de la prosa de costumbres en el siglo XVIII tanto en libros como en folletos, artículos periodísticos... todo un desarrollo de la literatura que tenía como base las modas, los nuevos usos y costumbres, la sociedad… Todo con una mirada crítica por parte del autor. Aborda conceptos críticos de la sociedad pero con dosis de humor suficientemente elevadas como para atraer al púbico más grosero. Luzán la llama de figurón, era terminología preferida por los casticistas de la época, aunque también eran llamadas “comedias de carácter”. Su argumento se desarrolla en torno a un personaje ridículo por su apariencia o su personalidad. Finalidad didáctica, el personaje es presentado para extraer de él una enseñanza moral. Suele ser rancio, palurdo, bobo e ignorante. Aparece lleno de prejuicios, de credulidad irracional, de una vanidad nobiliaria que no se corresponde con su situación económico real. También tiene otras actitudes que acentúan el retrato negativo como la cobardía, la avaricia, la gula… A lo largo del siglo, el personaje se va a adaptando a la realidad cambiante del momento, se depura de algunos excesos en el tratamiento grotesco. El tema de la hilardía va perdiendo relevancia y se van añadiendo nuevos tipos sociales para aumentar los elementos Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 52 - jocosos. Por esta vía tiende a convertirse en comedia de costumbres. Valores costumbristas, trama envuelta en enredos y un tratamiento que acentúa de manera excesiva el ridículo. En cuanto a la escenografía, es casi siempre elemental. Vestimenta que busca el elemento tipificador o chocante de ese personaje ridiculizado. En comparación con otros géneros, este busca más la reforma de la costumbres, aun así tampoco contó con el agrado de los ilustrados. La disconformidad se basaba en la deformación grotesca que hacía poco creíbles a estos personajes y poco aptos para sacar consecuencias sociales o morales. Algunos géneros breves En las últimas décadas del siglo hubo una paulatina modificación de lo popular. Las ideas neoclásicas y la política ilustrada de espectáculos no cambiaron radicalmente el panorama del teatro pero ofrecieron un efecto corrector. Se depuro el estilo, algunas obras el teatro y la prosa. Hubo ciertos factores de aproximación hacia un teatro más “ilustrado”: - Predominio de las comedias sentimentales con sus historias realistas propició mayor proximidad a las reglas neoclásicas aunque esta proximidad no respondía a un proyecto estético consciente, militante de sus autores. - Las ideas de las comedias sentimentales también parecen más “ilustradas” pero por vía indirecta, algunas de ellas seguían modelos ingleses y franceses. - Hay que tener en cuenta que se había ido obrando un paso de un público vulgar interclasista a otro más burgués con mayores exigencias literarias. Esto fue determinando un cambio de mentalidad del público en los últimos tiempos del siglo. EL NUEVO TEATRO NEOCLASICO El movimiento neoclásico surge como una reacción a lo que se considera desmesura barroca en un proceso en los que incluyeron la fuertes y continuadas críticas de intelectuales europeos. Se criticaba la exuberancia desmedida del ingenio, no controlado por la razón, la experiencia histórica que suponía atenerse a los modelos clásicos y por principios teóricos claros y racionales sobre la obra literaria. Además en el teatro a esa crítica se le sumaba la de ausencia de utilidad, la presencia de una moral reprobable desde la nueva modalidad dieciochesca, la falta de maneras, el decoro y la violación de los límites que separaban los distintos géneros. Para esa mentalidad neoclásica es fundamental la función social del teatro y su concepción como instrumento de diversión y educación. Lo que varió en el paso del siglo XVII al XVIII es la relación que se da entre teóricos o preceptistas y creadores. Obras que muestran un descontento con el teatro de la época: Gutiérrez de los Ríos, El hombre práctico (ataque frontal a las comedias de capa y espada y autos sacramentales, plantea un retorno a la tragedia y comedia clásicas). Bances Candamo, Teatro de los teatros (Inacabado, es un primer intento de historiar el género de la comedia. Señala que el teatro no debe fomentar la imaginación si no que debe dirigirse a la razón, por lo que la finalidad del teatro debe ser educativa.) Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 55 - La segunda etapa (entre 1753 y principios del siglo XIX, 1808 como fecha histórica convencional) supuso la consolidación del género, promovida por los intelectuales del período, a veces a través de las tertulias o academias (por ejemplo, Jovellanos compuso su Pelayo en el marco de la tertulia de Olavide)4. En este período pueden citarse autores que sobresalieron en otros géneros: Nicolás Fernández de Moratín, por ejemplo con su Guzmán el Bueno (1777), o Jovellanos, con su Pelayo (primera redacción: 1769). Cadalso no escribió muchas obras dramáticas, pero todas fueron tragedias: Solaya o Los Circasianos (1770); Don Sancho García (1770); La Numantina, de fecha desconocida. Intentó estrenar la primera pero fue censurada por abordar el tema del tiranicidio, pese a estar ambientado en un marco orientalizante y exótico; la segunda, representada primero en casa del conde de Aranda, se estrenó sin éxito en el teatro de la Cruz, duró pocos días en cartel; el texto de la tercera se desconoce. Sin embargo, la figura más destacada es Vicente García de la Huerta, con tres tragedias. Cada una explota una de las principales fuentes argumentales a las que solió acudirse entonces para este género: la versión de piezas francesas, temas de la Antigüedad clásica y asuntos de la historia española. La más valorada es Raquel, obra que respeta la preceptiva, aunque aprovecha aportaciones anteriores (en teatro trataron el mismo tema Lope, Mira de Amescua, Juan Bautista Diamante...). El autor se inspiró especialmente en la pieza de Diamante, muy representada desde finales del siglo XVII y todo el XVIII, sobre todo la primera mitad, y en un poema de Luis de Ulloa; pero modifica aspectos de la leyenda. La obra tiene marcado carácter político. Andioc conecta su significado con los sucesos de 1766 (motín de Esquilache). Cañas Murillo ve poco convincente que el autor se ciñera a algo coyuntural; cree que, como buen neoclásico, quiso desplegar un planteamiento ideológico más amplio. Usando la perspectiva múltiple y el paralelismo, la obra muestra distintas concepciones de la monarquía a través de varios personajes: una posición arcaica, basada en la idea del origen divino del poder real, que justifica la potestad del monarca para ejercerlo a su antojo (Garcerán); un despotismo ilustrado moderado, con implicación en el gobierno por parte de la nobleza, que ante una actuación equivocada del rey, puede corregirle, aunque sin faltar al decoro debido (Hernán García); y un concepto más radical de monarquía, también dieciochesco, que en tal caso legitima la intervención de la nobleza, incluso si afecta al decoro regio (Álvar Fáñez). La obra refleja, además, en Raquel y Rubén la instrumentalización del poder absoluto de la monarquía en beneficio propio. Ese contenido ideológico se concreta en una propuesta: la opción por el despotismo ilustrado moderado, respetuoso con el decoro regio y el honor del rey; un marco monárquico dentro del cual la nobleza debe desempeñar un papel activo. El mensaje moral se subraya acudiendo a la justicia poética y a la enseñanza explícita en boca de personajes como Rubén [II, 241-248] o García [III, 783- 785]. La obra se ajusta a pautas neoclásicas: respeto de las tres unidades, búsqueda de verosimilitud (para hacer creíble un argumento y facilitar el didactismo), moderado número de personajes (seis, más tres colectivos: castellanos, guardia del rey, judíos y judías); debates internos de algunos personajes (por ejemplo, entre razón y sentimiento, en Alfonso VIII); planteamiento de problemas de actualidad. Sin embargo, muestra ciertos rasgos barrocos (aunque no en el tema del honor, aquí con sentido distinto: como atributo íntimo, espiritual, de la persona): distribución en tres actos (innovación barroca respetada por lo general en el Neoclasicismo); el nombre de “jornadas” que se les da; algunos registros lingüísticos, de imágenes recargadas, para caracterizar a personajes como Garcerán. En suma, el autor parte, aunque 4 Fuera del marco cronológico de la asignatura se sitúa una tercera etapa (desde 1808 hasta poco antes de mediados del XIX). Supone la decadencia del género, con una aplicación cada vez más laxa de la normativa clásica (p. ej., el uso de las unidades) y un mayor distanciamiento con respecto a los modelos iniciales. Se llega así a un nuevo género, el drama romántico. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 56 - sea para modificarlos, de referentes literarios anteriores, desde una postura reformista, pero no rupturista. La comedia neoclásica La introducción y asentamiento de la comedia neoclásica tuvo un proceso largo y dificultoso. Durante el siglo XVIII, se mantuvo la representación de comedias de autores del Siglo de Oro (Calderón, Moreto, Rojas Zorrilla, Vélez de Guevara...) y de la primera mitad del XVIII (Cañizares); además, diversas modalidades de comedia popular tenían gran éxito de público (véase primer apartado del tema). En cambio, la comedia neoclásica estuvo casi ausente de los escenarios. Los esfuerzos del conde de Aranda, desde el plano político, y los del grupo del entorno de Olavide, desde el intelectual, se orientaron a la traducción de algunas obras francesas y a la “reforma” de comedias barrocas para ajustarlas a las normas neoclásicas. Esos esfuerzos no calaron entre el mundo del teatro ni entre el público general. A Nicolás Fernández de Moratín se debe la primera comedia escrita según la estética neoclásica, La petimetra (1762). Fue publicada con una Disertación previa, donde el autor critica el teatro barroco y propone su obra como acicate para que otros compongan nuevas comedias de esas características. En realidad, su ruptura con las comedias al uso no fue tan acusada; conservó mucho del teatro barroco: enredo de dos parejas de damas y galanes que se enamoran y desengañan con facilidad, como en el teatro áureo; secretos, amores a primera vista, amenazas de duelo... Aun así, era comedia de construcción correcta, con protagonista bien trazada, enredo bien tramado, y una lección moral, como se esperaba de toda comedia neoclásica: la crítica social inherente al modelo de mujer encarnado por la protagonista, ridículamente empeñada en la imitación de modas francesas, inconstante, frívola y superficial. Tras Nicolás Fernández de Moratín, hubo pocas tentativas inmediatas de crear una comedia neoclásica. Desde los años 70, los neoclásicos se esforzaron por introducir en los teatros la tragedia al modo clásico; y se estrenaron algunas de Moratín padre, Cadalso, Jovellanos (véase apartado anterior)... Tuvieron poco éxito, pero la estima del género entre los ilustrados hizo que se siguieran escribiendo tragedias; por entonces no se obró igual con la comedia, carente de ese prestigio intelectual. Muy pocas comedias neoclásicas o “arregladas” (como las llamaban los autores clasicistas) se estrenaron con cierto éxito en el siglo XVIII. Tomás de Iriarte fue el primer dramaturgo en lograr compatibilizar exigencias de los tratadistas y gustos del público. En 1788, estrena El señorito mimado, sobre un tema clave del pensamiento reformista: la sátira de los jóvenes de la nobleza que viven en una ociosidad llena de vicios, y la defensa de una educación adecuada para que esa juventud asuma el papel rector que le corresponde en la sociedad. Ese mismo año escribe La señorita malcriada, que aborda el problema de la educación de las jóvenes de clase alta. Jovellanos, que hacia finales de siglo (1796) expuso todo un programa de reforma teatral con ánimo de hacer del teatro una diversión decorosa y educativa para las clases altas (Memoria sobre las diversiones públicas), también contribuyó como creador. Lo hizo con El delincuente honrado, obra perteneciente al género de la comedia sentimental. Ese subgénero fue implantado en España, sobre todo, por los comediógrafos “populares” (p. ej., Comella y Zavala y Zamora), pero algunos autores neoclásicos dejaron muestras valiosas (p. ej., esa obra de Jovellanos, o El viejo y la niña, de Leandro Fernández de Moratín). El género rompía principios básicos de la teoría clasicista (no movía a risa y estaba protagonizada por personajes de cierta dignidad, de clase acomodada); sin embargo, acabó siendo aceptado por los ilustrados, por sus modelos franceses y por reflejar el mundo de la burguesía sin hacerlo ridículo. Literatura española siglo XVIII. Inmaculada Osuna Rodríguez. Itziar Villaescusa. 2016/2017 - 57 - El delincuente honrado fue escrito para la tertulia de Olavide, y estrenado veinte años después (1787). Es una de las obras más renovadoras estética e ideológicamente. Está escrita en prosa, con fuerte sabor melodramático y constante apelación al sentimiento, la ternura y la efusión de lágrimas. Sebold ve en ella antecedentes del Romanticismo (héroe juguete de un destino atroz y presa de contradicciones, expresadas en parlamentos de desesperada apelación a los cielos; conexiones concretas con La conjuración de Venecia [1830], de Martínez de la Rosa, y Don Álvaro o la fuerza del sino [1835], del duque de Rivas). Jovellanos mantiene las unidades en límites aceptables para un neoclásico (acción en una sola ciudad, Segovia, pero en varios lugares; duración superior a veinticuatro horas); y maneja hábilmente el tiempo dramático (el paso del tiempo crea una tensa ansiedad en los personajes –y público–, primero con respecto al descubrimiento del culpable, luego con la hora de la ejecución) y el espacio (de la sala a la celda, metáfora de la situación anímica de los personajes, que se van viendo atrapados en vicisitudes patéticas). Leandro Fernández de Moratín será el máximo representante de la comedia neoclásica. Aunque algunas se escribieron años antes, sus obras fueron estrenadas entre la última década del siglo XVIII y la primera del siguiente (1790-1806). Además de comediógrafo, fue uno de los fundadores de la historiografía teatral española (Orígenes del teatro español, inédita hasta 1830; y la Disertación que hizo de prólogo a la edición de sus obras en 1825); un activo impulsor de la reforma teatral; y pionero como “director de escena”, figura no establecida definitivamente en España hasta el siglo XX5. Moratín usó el género para expresar ideas ilustradas, armonizando la “comedia de costumbres” y la “sentimental”. Sus obras ofrecen un reflejo crítico de la clase media y sus problemas: la educación, la familia, las relaciones sociales, sus actividades y concepciones morales. Denuncia la falta de autenticidad como forma de vida a través de dos tipos de argumentos: los conciertos matrimoniales (El viejo y la niña, El barón, La mojigata –aquí, con la hipocresía como producto de una desacertada educación por tema central– y El sí de las niñas) y la crítica del teatro coetáneo (La comedia nueva). Representa ideales y virtudes burgueses: la ponderación, el buen juicio, el equilibrio, la educación y la mesura. El teatro breve: entremeses, sainetes y tonadillas Desde épocas anteriores, el espectáculo teatral articulaba en torno a la obra principal, la comedia, piezas breves situadas al inicio o en intermedios, por lo general de carácter lúdico. En el siglo XVIII la loa, que precedía a la comedia, será mucho menos frecuente; jácaras y mojigangas van decayendo. El entremés antiguo se mantuvo buena parte del siglo para un entreacto, para otros se acudió al sainete; desde 1780 desaparece, suplido en unos intermedios por el sainete, en otros por una o dos tonadillas. El envejecido entremés desarrollaba tramas grotescas basadas en la burla de tipos tradicionales (malmaridadas, sacristanes, soldados, estudiantes, viejos ridículos, acaldes, etc.) en un tiempo y un espacio sin precisar. Su comicidad se fundaba en buena medida en los gestos y el movimiento escénico, y solía acabar con un baile o persecuciones y aporreos. Los sainetes eran cuadros de carácter costumbrista, con pequeñas historias de localización concreta protagonizadas por personajes tipificados de la sociedad coetánea; su habla pretendía reflejar su adscripción social, con un falso lenguaje realista de valor literario, lleno de madrileñismos y expresiones 5 Algunos ilustrados, como Tomás de Iriarte, habían participado en la puesta en escena de sus obras, pero Moratín lo hizo de modo más constante y consciente; por ejemplo, para La comedia nueva puso condiciones que chocaban con las costumbres teatrales de la época: elegir personalmente a los actores en función de su adecuación al papel, ensayos en el teatro, compromiso de no estrenar hasta no considerar que la obra estaba lista, etc.
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