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TEMA 3. PROMETEO: EL DIOS BENEFACTOR. EL SACRIFICIO EN LA, Apuntes de Historia

Asignatura: Historia de las Religiones en la antigüedad, Profesor: curro machuca, Carrera: Historia, Universidad: UMA

Tipo: Apuntes

2016/2017
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Subido el 06/06/2017

nereaaranda1992
nereaaranda1992 🇪🇸

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¡Descarga TEMA 3. PROMETEO: EL DIOS BENEFACTOR. EL SACRIFICIO EN LA y más Apuntes en PDF de Historia solo en Docsity! 1 TEMA 3. PROMETEO: EL DIOS BENEFACTOR. EL SACRIFICIO EN LAS RELIGIONES PROFESOR FRANCISCO MACHUCA PRIETO 1. LA FIGURA MÍTICA DE PROMETEO: DIOS BENEFACTOR Prometeo. Προμηθεύς >> “previsión” Prometeo, luchó junto a Zeus contra los titanes, por lo que fue colmado con honores. Digamos que actuaba como su consejero. Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia (o de la oceánide Clímene). Era hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. La separación de dioses y hombres ya es definitiva. Se necesita una solución de compromiso para establecer las relaciones entre ambos grupos. Zeus, que necesita una solución heterodoxa, dada las circunstancias de la coyuntura, recurre a Prometeo. El resultado: que Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus. De ahí su imagen de anti-Dios, de contestatario, de subversivo. 2. EL SACRIFICIO EN EL MUNDO ANTIGUO: GENERALIDADES Un elemento fundamental dentro de los ritos religiosos es el sacrificio. La palabra sacrificio procede del latín sacrum facere (hacer sagrado). El sacrificio se entiende como una “devolución” a la divinidad. Así por ejemplo, al sacrificarse un animal no se está más que devolviendo a la divinidad parte de ese animal, pues esta ha sido la que ha posibilitado que el hombre pudiera disfrutar de él. 2 Las formas de sacrificio son muy variadas. En primer lugar, distinguimos las ofrendas (flores, alimento, telas) y libaciones. Pero en general, el sacrificio, entendido como sacrificio propiamente dicho, requiere derramamiento de sangre. Se sacrifica un animal, cuya sangre o cuerpo se ofrece a la divinidad con la intención de obtener a cambio un beneficio. Tras el sacrificio el cuerpo de la víctima es combustionado, siendo asado al fuego sobre un altar. Dependiendo del grado de combustión podemos hablar de varios tipos de sacrificios. - Holocausto. Combustión absoluta, son generalmente sacrificios expiatorios. Se realiza a divinidades celestes y positivas, pero también a las infernales, como medio de expiar las culpas individuales o colectivas. De todas formas, a los dioses infernales también se les ofrece víctimas combustionadas totalmente. - Sacrificio de comunión. Combustión parcial. También se ofrece a dioses celestes o positivos, aunque suele ser realizado sólo por determinados grupos de la tribu, clan o familia. La víctima se reparte entre la divinidad y el grupo. La sangre de la víctima se vierte sobre el fuego y el humo resultante es lo que llega a los dioses; por su parte la carne se reserva para los comensales. En otros casos, la víctima se reparte en tres grupos: huesos, vísceras y carne. A los dioses se les ofrece los huesos combustionados y el resto queda para ser compartido entre los sacerdotes y la comunidad. En fin, este ritual no es más que la comunión entre la divinidad y los hombres. Esto se ve claramente cuando el animal sacrificado simboliza a la divinidad (teofagia) El sacrificio significa el momento fundamental del culto, es la esencia de la operación sagrada mediante la cual el hombre se comunica con la divinidad. La sangre es un elemento muy destacado en el rito sacrificial. Es la forma que la persona tiene para llegar a ser ritualmente pura. Puede ser realizado por un único individuo, una familia o la comunidad al completo, aunque evidentemente existen especialistas. 3. LOS SACRIFICIOS HUMANOS Y LA SUSTITUCIÓN SACRIFICIAL El sacrificio forma la figura de un triángulo. En uno de sus lados está la comunidad, el mundo de los seres humanos; en otro, la víctima; en el último, la divinidad a la que esta se ofrece En origen el sacrificio había privilegiado de ese triángulo la línea que une a la comunidad con la divinidad. La víctima aparecía casi como un pretexto, un mero intermediario, una excusa en la que no se indagaba mayormente. Según René Girard, el secreto del sacrificio parte precisamente de ese ángulo, el de la víctima, y la relación -no solo física- que la comunidad entabla con ella. Divinidad Comunidad Víctima 5 ES AQUÍ DONDE ENTRA EL JUEGO “EL SACRIFICIO” El sacrificio en Grecia En griego la palabra usada es thysía. Se suele realizar en un altar o bomos. Parte central: thyein >> matar de manera ritual (“quemar para los dioses”), comprende necesariamente las operaciones de consagración y de degollamiento. La tercera secuencia consiste en el descuartizamiento y el reparto de la víctima. Aquí comenzaba el trabajo de carnicería. El mágeiros (de la palabra makhaira), después de abrir el tórax de animal se extrae los splanchma, es decir, las vísceras: pulmones y corazón, después el hígado, el bazo y los riñones, y finalmente separa el aparato digestivo, los entéra, que serán consumidos en forma de salchichas y morcillas. Los animales utilizados habitualmente en el sacrificio griego casi siempre pertenecen a especies domésticas (sólo el jabalí aparece esporádicamente). Los más apreciados eran los bóvidos (toro, buey y vaca), pero los más corrientes eran el carnero, la oveja, la cabra y el cerdo. Otros animales, que aun siendo domésticos no son comestibles, como el caballo, el perro o el asno eran dedicados a las divinidades infernales. El sacrificio, siempre ocasión de fiesta para la comunidad, seguía un estricto protocolo: purificación ritual de los participantes y de la víctima, recitación de una plegaria para invocar a la divinidad, rituales preparatorios y finalmente el degüello, precedido de un certero tajo en la frente con un hacha. Es entonces cuando se produce la comunicación con la divinidad. La sangre de la víctima es recogida en un cuento y se esparce por el altar; a continuación el animal es despellejado y descuartizado. En ningún momento el cuchillo de degüello puede ser visto por la víctima, por eso es guardado en una cesta llena de cereal. A continuación tenía lugar el banquete, en el que se produce un nuevo vínculo con la divinidad a través de la comensalidad. Los huesos, la grasa y los intestinos de la víctima se depositaban sobre el altar (bomos), siendo estas las partes destinadas al consumo de los dioses, a través del humo producido por su combustión. La carne quemaba para los hombres. Hay que considerar a parte las vísceras (corazón, hígado, riñones, bazo, pulmones, etc.) que representan las partes vitales del animal y debían ser ingeridas inmediatamente, tostadas al fuego sin ningún aderezo. Seguidamente, no necesariamente en el lugar del sacrificio, se consumía la carne, siendo generalmente guisada y aderezada. Esto se produce en el “sacrifico de comunión”. Se realiza de día. Los dioses griegos se alimentaban únicamente del néctar y ambrosia, lo que les mantenía eternamente jóvenes; primero Hebe y posteriormente Ganímedes eran los encargados de escanciar dichos jugos. Junto a ello, los dioses consumían también el humo y el olor del animal sacrificado y asado por los hombres, a quienes correspondía la carne cocinada y sacralizada. Opuesto a éste existía otro tipo de sacrificio, llamado Ctónico, el cual se dirigía a las divinidades subterráneas e infernales, los héroes, a los muertos y a algunos dioses marinos. A diferencia del anterior no se realiza en el bomos, sino en la eschara, una hendidura en la tierra o un simple agujero, disposición que obedece a la necesidad de que la tierra absorba cuanto antes la sangre de la víctima y pueda conducirla hasta la divinidad que la reclama; se observa aquí como para los griegos en la sangre está el fundamento de la vida. En este tipo de sacrificio se sacrifica un animal de pelaje negro y no es seguido de un banquete ritual, sino que la carne se quema en un holocausto. 6 5. ETIOLOGÍA DEL SACRIFICIO EN GRECIA: LA VISIÓN HESÍODICA DEL MITO DE PROMETEO En el tiempo mítico algunos hombres eran honrados por los dioses permitiéndoseles compartir mesa con ellos; uno de estos mortales era Tántalo, quien no dudaba en jactarse de su situación e incluso rebelaba los secretos que en el Olimpo oía. Para probar su omnisciencia, Tántalo mató a su hijo y lo ofreció en un banquete a los dioses, quienes se dieron cuenta y no lo probaron. Como castigo fue colgado de un árbol del Tártaro y condenado a sufrir sed y hambre angustiosa. Siguiendo a Hesíodo, esto se correspondería con la primera de las cinco etapas de la Humanidad (raza de oro), donde hombres y dioses convivían felizmente. Se interpreta como un rechazo por parte de los olímpicos al sacrificio humano. El mito del sacrificio Mecone, realizado por Prometeo (“previsión”) ejemplifica el fin de esta raza dorada de hombres. Cuando los dioses deciden separarse de los hombres, el dios supremo encarga a Prometeo que haga el reparto de qué corresponde a cada uno; para ello decide sacrificar a un gran toro. Una vez sacrificado el animal, Prometeo colocó en una pila las partes comestibles, la carne y las vísceras, bajo una capa de hueso y tendones; en otra pila colocó los huesos, recubiertos por apetecible grasa. Ello se lo presenta a Zeus, quien consciente del engaño, escogió el montón de huesos, quedando así la carne para los hombres; a partir de ese momento, sólo la grasa y los huesos se entregaron en sacrificio a los dioses. En venganza y como castigo por la hybris de Prometeo, Zeus se llevó el fuego de la Tierra, condenando a vivir a los hombres como simples bestias. Sin embargo, el titán va a lograr recuperar el fuego para los hombres. Por esta nueva transgresión Prometeo es encadenado en una roca del Cáucaso, donde cada noche un águila le destroza el hígado, que a la mañana siguiente volvía a regenerarse. Sería liberado por Heracles, permitiéndosele volver al Olimpo. 7 José Rivera, hacia 1630 Prometeo encadenado en Sochi (Cáucaso) Rubens, 1611-1612 Jean Delville 1907 Ejemplo de osadía contra los dioses o genio natural: - Pometeo encadenado, atribuida a Esquilo (525 – 456 a. C). - Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley. - Prometeo, poema de Goethe. - Prometeo, poema de Lord Byron. 6. UNA VISIÓN ANTROPOLÓGICA DEL MITO DE PROMETEO. LOS SUPUESTOS BENEFICIOS: AVANCES CULTURALES FRENTE A RETROCESOS MORALES
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