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Tema 3 y 4 de geografía, Apuntes de Geografía

Apuntes sobre el tema 3: Hidrografía de España Y tema 4: Edafología y vegetación de España.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 08/04/2024

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acutebat 🇪🇸

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¡Descarga Tema 3 y 4 de geografía y más Apuntes en PDF de Geografía solo en Docsity! III: Hidrografía de España España, caracterizada por su aridez, tiene un volumen de precipitaciones bajo en la mayoría del país. El agua es un recurso escaso y valioso que requiere una gestión adecuada. Contenidos del tema: 1. Características hidrográficas de España 2. Ríos españoles 3. Lagos, lagunas y humedales 4. Aguas subterráneas 1. Características hidrográficas de España: La red fluvial y las cuencas se definen por el relieve y el clima. Existe una España seca y una España húmeda. La cantidad de agua que cae anualmente es de 340 km3, de los cuales se evaporan 224 km3. Solo 46 km3 son usados ordenadamente gracias a los embalses y pozos que hay en España. El relieve es responsable de la organización de las cuencas fluviales. Los espacios de montaña son importantes ya que la nieve en las cumbres hace que muchos ríos tengan un carácter nivo-pluvial. El relieve también es responsable de las formaciones endorreicas que crean lagos y lagunas. La litología es responsable de la presencia de rocas permeables que hacen posible que el agua se filtre y se formen acuíferos subterráneos. Las aguas subterráneas son vitales para la supervivencia y el desarrollo económico de muchas zonas de España. La vegetación actúa como un embalse regulador del agua de las precipitaciones. Sin vegetación, el nivel de escorrentía de las aguas aumenta, acelerando la acumulación de agua y generando problemas de inundaciones en el cauce bajo de los ríos. Además, la cubierta vegetal protege el suelo durante las precipitaciones torrenciales. Por lo tanto, la vegetación juega un papel crucial en la gestión del agua y la prevención de desastres naturales. 2. Ríos españoles Los ríos españoles fluyen hacia dos vertientes principales: la atlántica y la mediterránea. La Meseta condiciona este reparto, permitiendo una gran vertiente hacia el Atlántico con ríos grandes como el Duero, Tajo, Guadiana, y Guadalquivir. La vertiente mediterránea es más estrecha, destacando el Ebro, Júcar y Segura. Existe una gran variedad de regímenes fluviales debido al descenso gradual de las precipitaciones desde el Noroeste hacia el Sureste. Esto resulta en una notable diferencia en los caudales medios de los ríos y una gran oscilación entre las épocas de crecidas y estiaje. La red fluvial se caracteriza por su disimetría, causada por el relieve y las diferencias climáticas del país. 2.1. Principales elementos de los ríos españoles - Caudal: Es la cantidad de agua que fluye por un río, generalmente expresada en metros cúbicos por segundo. El caudal depende de la extensión de la cuenca y las condiciones climáticas. Los ríos españoles tienen caudales bajos debido a las escasas precipitaciones y la aridez estival en la mayoría del país. Los ríos del sur y levantinos pierden agua conforme se acercan a la desembocadura debido a la evaporación, filtraciones y uso para riego agrícola. - Variaciones estacionales: Los ríos en regiones húmedas tienen caudales regulares y leves variaciones estacionales. Los ríos en la España seca reflejan el régimen de lluvias de la cuenca y del área, con picos de aportes de agua en otoño y primavera y mínimos en verano. Algunos ríos de montaña tienen el máximo caudal varios meses después de las precipitaciones, normalmente en forma de nieve, con la fusión de la misma. - Irregularidades: La irregularidad del caudal se basa en series estadísticas de observaciones del caudal medio de un río. Estas irregularidades son reflejo de las variaciones climáticas y las características geográficas de la cuenca del río. Las crecidas generalizadas de los ríos del Cantábrico y, sobre todo, del río Ebro, se producen en la mitad norte peninsular. Muchos ríos españoles muestran una coloración marrón, ocre o rojiza en sus aguas tras lluvias y chubascos, especialmente en la España seca. Este fenómeno está relacionado con la torrencialidad de las precipitaciones y la desnudez del suelo debido a la deforestación e incendios forestales. algunas ocasiones. Son lagunas formadas sobre surgencias o afloramientos de amplias cuencas que filtran sus aguas en terrenos calizos. Un ejemplo es las Lagunas de Ruidera. - Origen mixto: Las Tablas de Daimiel tienen un origen mixto, arreico y cárstico, ya que son consecuencia de la alimentación pluvial y de estar situadas en una zona de descarga de aguas subterráneas, filtradas en los bancos de calizas de La Mancha. 3.2. Humedales Los humedales son zonas de transición entre los sistemas terrestres y acuáticos, caracterizados por la presencia de agua, suelos hidromorfos y vegetación de hidrófitos. Se clasifican en lóticos (de aguas fluyentes) y leníticos (de aguas quietas). Son sistemas inestables con limitada capacidad de autorregulación y son eutróficos debido a los abundantes nutrientes naturales y artificiales. Además, actúan como reguladores hídricos, recargando acuíferos subterráneos y depurando las aguas superficiales. En España, los humedales son pequeños, temporales y almacenan poco volumen de agua. Aunque solo representan el 1% de la superficie del territorio, su importancia ecológica es incalculable. Muchos de estos humedales soportan una rica avifauna que hace estaciones de descanso en sus migraciones estacionales. Los humedales españoles se clasifican en: - De alta montaña: Se encuentran en cubetas glaciares de los Pirineos, macizos montañosos de León y de la Cordillera Cantábrica, Ibérica y Sistema Central. - Lagunas ligadas a acuíferos kársticos: Se ubican en la Cordillera Cantábrica, Prepirineo, Prebéticas, Campo de Montiel (Lagunas de Ruidera) y Cordillera Ibérica (Torcas de la Serranía Conquense). - Humedales interiores: Están relacionados con los flujos subterráneos de las cuencas terciarias (Meseta). La mayor diversidad se encuentra en La Mancha, la abundancia en el valle del Ebro, las lagunas someras en la depresión del Duero y en el sur y sureste aparecen, incluso, en depresiones semiáridas. - Humedales costeros: Aparecen en tres sectores: Cantábrico, con marismas y rías; Mediterráneo, con albuferas en los deltas, cerradas con restingas, o bien salinas; y Golfo de Cádiz, con marismas de desembocadura o de inundación marina. 4. Aguas subterráneas Las aguas subterráneas, que provienen de las precipitaciones y del deshielo de las cumbres, se infiltran en el interior de la tierra a través de las fisuras de las rocas cuando los terrenos son permeables. En España, se estima que la recarga de los acuíferos subterráneos es de unos 20.000 Hm3 al año, de los cuales se explotan cerca del 30% para satisfacer las demandas agrícolas para riegos y para demandas urbanas, industriales y turísticas. Se calcula que existen cerca de 150.000 pozos para la explotación de las aguas subterráneas. Los dos problemas ambientales de las aguas subterráneas son la contaminación y la sobreexplotación. La excesiva demanda para uso agrícola disminuye el nivel de los acuíferos y puede agotar algunos de ellos. Este es el caso del Acuífero 21 que alimenta el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, que ha visto disminuir notablemente su nivel debido a la sobreexplotación. Esta sobreexplotación tiene como consecuencias la salinización y el descenso de la capa freática. Conceptos: Lago: Masa de agua, dulce o salada, acumulada de forma natural en el interior de los continentes, de superficie y profundidad variable. Laguna: Extensión natural de agua, similar al lago, pero más pequeña y menos profunda. Humedal: Extensión de aguas someras, en muchos casos intermitentes en el tiempo, ya que su origen está ligado a la pluviosidad. Suelen tener una gran importancia ecológica, ya que suelen responder a ritmos estacionales y acogen a una interesante y variada fauna. Torca o dolinas de hundimiento: Dolina que a la vez que se ha ido profundizando en superficie, ha ido originando una cavidad subterránea que ha terminado por comunicarse con la concavidad externa, provocando un hundimiento y una profundización con paredes mucho más verticales de la dolina. Marisma: Terreno bajo y pantanoso que se inunda por las aguas del mar o por el agua de algún cauce fluvial próximo. Albufera: Laguna formada en tierras bajas contiguas al mar. Capa freática: Horizonte permanentemente húmedo del suelo. Nivel del agua del subsuelo. Salinización: Al disminuir el nivel de las aguas, aumenta la proporción de las sales que suelen estar disueltas en ellas, por lo que la concentración de las mismas en la disolución aumenta. IV EDAFOLOGÍA Y VEGETACIÓN DE ESPAÑA. La vegetación de España, influenciada por el clima, el relieve y los suelos, se divide en dos: una España seca de influencia mediterránea y una España húmeda de matiz oceánico. A pesar de la deforestación reciente, España aún posee una diversidad de paisajes vegetales con una rica biodiversidad y numerosos endemismos. Los bosques, la etapa final de la evolución vegetal, pasan por varias etapas: a) Plantas pequeñas: En un principio son pequeñas plantas capaces de desarrollarse en terrenos de barbecho. b) Cobertura herbácea: Se generaliza la cobertura herbácea, pastizales que cubren más ampliamente el suelo y lo protegen. c) Niveles arbustivos: Desarrollo de los niveles arbustivos, es decir, presencia de matorrales. d) Variedad vegetal: Etapa de gran variedad vegetal de diversas especies (rosáceas, leguminosas, leñosas, ericáceas...) que recubren profusamente el suelo. e) Bosque: Etapa del bosque en sí mismo, estructura compleja de grandes individuos. Sin embargo, los bosques originales son escasos hoy en día debido a la intervención humana, y los bosques actuales son una continuación alterada de los bosques primitivos. La vegetación es un indicador clave de las características del medio físico de una región, reflejando la interacción de los distintos elementos de la naturaleza. PRINCIPALES CONTENIDOS 1. Características de los paisajes vegetales españoles 2. Factores condicionantes de la vegetación. 2.1 Factores físicos y humanos. En la Edad Moderna, la destrucción de los bosques continuó a medida que crecía la población y se expandían los terrenos agrícolas. Solo en el siglo XVIII se frenó el deterioro con iniciativas de repoblación. Sin embargo, el siglo XIX fue el peor para los bosques, con la desaparición de muchos a pesar de la creación de una Administración Forestal. Esta administración solo se ocupaba de los bosques públicos, que eran minoría, ya que la mayoría eran privados. La venta masiva de montes públicos en 1862 llevó a un aumento de las talas y a una explotación masiva y arbitraria, causando inundaciones y erosión del terreno.El siglo XX comenzó con la Ley de Conservación de Montes y Repoblación Forestal, que implementó medidas conservacionistas en propiedades particulares. A pesar de la controversia generada por el ICONA, que priorizó la productividad de especies de crecimiento rápido sobre las especies autóctonas más resistentes, se ha producido un cambio significativo en la tendencia de pérdida de masa forestal. En los últimos años, la superficie forestal de España ha aumentado en más de 400.000 hectáreas debido a la disminución de las actividades agrícolas y ganaderas, así como a la reforestación apoyada por la Unión Europea. 4. Distribución espacial de la vegetación: Regiones biogeográficas Las variaciones en los climas de la península, particularmente en términos de precipitaciones, determinan tres regiones biogeográficas: la región eurosiberiana, la región mediterránea y la macaronesia. -La región Eurosiberiana Esta región, que se encuentra en el norte y noroeste de la Península Ibérica, se caracteriza por su clima húmedo o subhúmedo, inviernos suaves y veranos cortos. Está dominada por bosques de hoja caduca, como robledales y fresnedas en las partes bajas, y hayedos, pinares y bosques de abetos en las partes altas. ● Bosques caducifolios: Estos bosques requieren una estación cálida y húmeda para crecer, pero pueden soportar temperaturas muy bajas en invierno. En primavera, desarrollan rápidamente una gran cantidad de hojas que bloquean la luz en las partes más bajas del bosque, donde predominan helechos y musgos. ● Impacto humano: El pastoreo, la roturación para la agricultura y los incendios han reducido la presencia del bosque caducifolio, permitiendo la colonización de otras especies como el pino silvestre, el pinaster o el rodeno. También se han introducido eucaliptos para la producción de papel. ● Hayedos: Los hayedos, que se extienden principalmente en los Pirineos y la Cordillera Cantábrica, cubren aproximadamente 300.000 hectáreas. El haya crece en suelos calizos y necesita una gran humedad. A medida que avanza la regresión, su espacio es ocupado por el pino silvestre. ● Robledales: Dominan la franja cantábrica costera desde Galicia hasta el País Vasco, donde están siendo reemplazados por el pino de Monterrey (Pinus Radiata) debido a su uso en la industria papelera. Existen otras zonas menos continuas en el Valle de Arán y en el Sistema Central. Los robles carballo (Quercus robur) y albar (Quercus petraea) son las especies más destacadas, el primero se adapta mejor a los terrenos silíceos, mientras que el segundo resiste mejor en zonas calizas y terrenos más secos y altos. Los bosques de robles alcanzan su clímax entre los 600 m. y los 1100 m. ● Castaños: Quedan pocos bosques de castaños originales que buscan terrenos con poca cal, abrigados en zonas húmedas de umbría cercanas a los 800 metros de altura. El castaño (Castanea Sativa) se encuentra en Asturias, Galicia, la Sierra de Béjar y otras zonas de Cantabria, Avila y Extremadura. Ha sido un árbol muy aprovechado, tanto por su madera, como por su fruto. ● Vegetación arbustiva natural: Esta vegetación, que sustituye a estos bosques caducifolios, está constituida por formaciones espinosas de majuelos, rosales silvestres, zarzales y otras especies, o formaciones de leguminosas dominadas por los tojos y los piornos. La tala y los incendios favorecen el desarrollo de otra formación arbustiva muy característica de la región atlántica; son los brezales. Estas formaciones ocupan en general los suelos más pobres, no utilizables con fines agrícolas o ganaderos. - La región Mediterránea La región Mediterránea, que incluye la mayoría de España, las Islas Baleares y las Canarias orientales, es rica en especies endémicas. Su clima se caracteriza por una larga sequía estival y altas temperaturas, dando lugar a vegetación de hoja dura. Se divide en regiones costeras y continentales, con diferencias climáticas que afectan a la vegetación. Los bosques mediterráneos, con hojas duras y persistentes, son predominantes, pero se han reemplazado en gran medida por coníferas y eucaliptos de crecimiento rápido, lo que ha llevado a la degradación del ecosistema y a la desertización en algunas áreas. Las especies mediterráneas dominantes en España son los encinares y los alcornocales. La encina, resistente a la sequía y adaptable a varios tipos de suelos, es un árbol representativo de España. Aunque su hábitat se ha reducido, aún se conservan algunos bosques de encinas, especialmente en Sierra Morena, Extremadura y la Sierra de Guadarrama. Los alcornocales, que prefieren suelos ácidos, se encuentran principalmente en Extremadura y el sur de Portugal. El corcho extraído de su corteza es un recurso importante, al igual que su madera, utilizada en la construcción naval. - La región Macaronésica La Macaronesia, que incluye las Islas Atlánticas (Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde), es una región florística con bosques terciarios de hoja dura (Laurisilvas) y especies de otras regiones, especialmente la mediterránea. El drago es una especie característica de la región. Las Islas Canarias tienen una vegetación excepcional con casi 2000 especies florales, un tercio de las cuales son endémicas, gracias a su clima y origen volcánico. Los bosques de laurisilva y pino canario son predominantes en las islas. - Zonas de transición La división entre la España atlántica y mediterránea no es clara, con la vegetación de cada región penetrando en la otra. En las zonas de contacto, se forman comunidades mixtas. El relieve de la Península Ibérica crea características intermedias entre las regiones eurosiberiana y mediterránea. Los Quejigos cubren la transición entre el roble y la encina o el alcornoque. Los melojares son bosques caducifolios que se adaptan bien a temperaturas extremas y resisten bien la sequía. El abedul, que se extiende desde Galicia hasta Sierra Nevada, se asienta en las riberas de los ríos y en suelos húmedos. Los alisos y sauces son parientes cercanos del abedul y colonizan riberas y humedales. - Las coníferas Las coníferas, presentes en toda la Península Ibérica, se adaptan a diversas condiciones de humedad y temperatura. Las variedades en España incluyen el pino negro en los Pirineos, el pino silvestre en montañas de 1000 a 2000 metros, el pino laricio en montañas mediterráneas, y el pino resinero, que es resistente a la sequía y las heladas. El pino piñonero se encuentra en la costa catalana y Andalucía Oriental, mientras que el pino carrasco se extiende desde ● Horizonte A: Es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color oscuro se debe a la abundancia de humus. Determina el paso del agua arrastrándose hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles. ● Horizonte B o zona de precipitación: Carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro. En él se depositan los materiales arrastrados desde arriba, principalmente, materiales arcillosos. ● Horizonte C o subsuelo: Constituido por la parte más alta del material rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica y la química, pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo. ● Horizonte R o material rocoso: Es el material rocoso subyacente -”roca madre”- que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. El suelo es importante por tres aspectos principales: - Ecológico: Sirve como soporte y alimento para las plantas y es esencial para la fauna. Tanto las plantas como los animales contribuyen a la edafogénesis, aportando biodiversidad al interior del suelo. - Económico: El valor agrícola, forestal, minero o ganadero de un suelo determina su precio. - Cultural: La capacidad del suelo para producir alimentos ha llevado a la creación de sistemas de protección a lo largo de la historia, asegurando una explotación sostenible. La conservación de estas tradiciones o culturas es fundamental para mantener un uso racional del suelo. Además, los vestigios de culturas prehistóricas que participaron en la formación de los suelos actuales se han incorporado en algunas capas del suelo, convirtiéndolos en almacenes o archivos del paso de diferentes sociedades por ese lugar. 8. Los suelos de la Península y sus islas - Suelos jóvenes, poco evolucionados: Se encuentran en zonas muy áridas, donde la evaporación de las aguas es muy rápida, provocando la formación de costras salinas y de yesos. También son frecuentes en zonas de fuertes pendientes y sobre terrazas fluviales. - Suelos evolucionados o desarrollados: Ubicados en zonas donde las precipitaciones son abundantes y las temperaturas moderadas o cálidas. Es el caso de la España Atlántica. - Litosuelos: Son suelos cuya formación depende más de la roca madre y menos del clima. Incluyen las rendzinas (suelos sobre material calcáreo frecuentes en la España mediterránea), y los ránker (suelos sobre material silíceo frecuentes en la España Atlántica). 9. Erosión y conservación de los suelos. El suelo es un recurso vital y en gran parte no renovable que está sometido a una presión cada vez mayor. A nivel mundial, europeo y español, la erosión es el principal problema medioambiental que ocurre en la agricultura convencional, y por consiguiente es el más importante que hay que afrontar para que se mantenga la capacidad productividad de los suelos agrarios. - Erosión del suelo: Un problema medioambiental clave en la agricultura convencional a nivel mundial, europeo y español. La erosión, un fenómeno geológico natural, es acelerada por actividades humanas, especialmente en la agricultura convencional. Factores como pendientes pronunciadas, clima, uso inadecuado del suelo, tipo de cubierta vegetal y desastres ecológicos contribuyen a la erosión. - Erosión hídrica en España: Es el tipo de erosión más común en España. Comienza con el impacto de las gotas de lluvia en el suelo, seguido de erosión laminar en zonas en pendiente, suelos desprotegidos y de gran longitud de ladera. Si no se controla, puede convertirse en erosión por surcos, cárcavas y barrancos. Se requieren técnicas agronómicamente viables y preventivas para anticiparse a estos efectos perjudiciales. - Pérdida de suelo en el área Mediterránea: Se han estimado pérdidas de entre 20 y 40 toneladas de suelo por hectárea después de una tormenta, y hasta más de 100 toneladas por hectárea en eventos extremos. En España, más del 50% del suelo agrícola tiene un riesgo medio-alto de erosión, y en Andalucía, esta cifra alcanza el 70%. - Prevención: La mejor solución es la prevención. El Sexto Programa de Acción en materia de Medio Ambiente estableció el objetivo de proteger los suelos contra la erosión y la contaminación. La estrategia a favor de un desarrollo sostenible señaló que la erosión y el declive de la fertilidad del suelo afectan a la viabilidad de los terrenos agrícolas. Las técnicas de Agricultura de Conservación, que incluyen no quemar el rastrojo, no labrar y mantener el resto de la cosecha sobre la superficie del suelo, han demostrado ser muy eficaces en reducir la erosión (hasta un 90-95%).
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