Tema 5 Literatura EBAU, Apuntes de Lengua y Literatura

¡Descarga Tema 5 Literatura EBAU y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! TEMA 5. LA POESÍA ESPAÑOLA DE 1939 A 1975. LA OBRA POÉTICA DE CLAUDIO RODRÍGUEZ 1. LA POESÍA DE POSGUERRA. DÉCADA DE LOS 40 La Guerra Civil Española (1936-1939) supuso una ruptura determinante en todos los órdenes de la vida, también, por tanto, en la poesía. Una vez acabada la contienda, el arte resurgió, aunque no pudo evadirse de la situación político-social que vivía España. Así, la conocida como Generación del 36 nace escindida en dos grupos: Poesía arraigada: formada por Luis Felipe Vivanco (El descampado), Leopoldo Panero (Canto personal), Luis Rosales (La casa encendida) y Dionisio Ridruejo (Elegías). Comparten un hondo sentimiento religioso y quieren olvidar la guerra recién acabada. Para ello, escriben sobre temas como Dios, la naturaleza, el amor, la familia o el paisaje. Publican sus poemas en las revistas Escorial (fundada en 1940) y, principalmente, en la revista Garcilaso (1943). Poesía desarraigada: en 1944 surgió un movimiento opuesto al anterior. La publicación de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y de Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, así como la aparición de la revista poética Espadaña, fueron tres aldabonazos en la conciencia poética de nuestro país. Estos autores no están conformes con el mundo que les rodea. Se enfrentan a los autores de Garcilaso por medio de una poesía comprometida y directa, en la que lo importante es el contenido y no la forma. Los autores principales son Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. 2. LA POESÍA SOCIAL. DÉCADA DE LOS 50 A mediados de los años 50, los autores de la poesía desarraigada evolucionaron hacia la llamada “poesía social”. Siguen teniendo como máxima preocupación los problemas del hombre, pero ahora abandonan la expresión de las angustias íntimas, de las preocupaciones existenciales para dar testimonio y denunciar lo que pasa en la calle: las injusticias sociales, la falta de libertad, la marginación… En realidad, son aspectos parciales de un gran tema general: el tema de España. Esta poesía responde a una concepción útil y comprometida de la literatura: la poesía no debe buscar solo el placer estético, tenía que convertirse en un instrumento que denunciara los conflictos sociales y transformara el mundo. Palabras como compromiso o solidaridad son las que mejor expresan el sentir de estos poetas, que buscan compartir sus versos con el pueblo, con la mayoría. Con este fin, emplean un lenguaje poético sencillo, claro y, a veces, intencionadamente prosaico. Los representantes de esta poesía son: Blas de Otero con Cántico espiritual (1942) o Pido la paz y la palabra (1955); Gabriel Celaya escribe “Nada de lo que es humano debe quedar fuera de nuestra obra” o “La poesía no es un fin en sí. La poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el mundo”. 1 3. LA POESÍA DE LA DÉCADA DE LOS SESENTA El realismo social de los años 50 sigue cultivándose durante buena parte de la década de los 60. Sin embargo, en estos años una nueva generación de poetas busca orientaciones distintas. Aunque son algo más jóvenes que los poetas sociales, comparten con ellos actitudes inconformistas con el régimen franquista; pero su compromiso político pasa a un segundo plano. Estos poetas, con su obra, no pretenden combatir o transformar la realidad española, solo analizarla o reflejarla con un enfoque más frío, menos personal e, incluso, con cierta dosis de humor e ironía. Además, cultivan también la poesía intimista: un vehículo para expresar sus vivencias íntimas. Se abre así un abanico más amplio de temas: la evocación de la infancia y adolescencia, la amistad, el amor, el paso del tiempo… El estilo es más elaborado que el de la poesía social. Con estos autores se vuelve a dignificar el lenguaje poético, que en la poesía social se había vuelto prosaico. Entre la nómina de escritores encontramos los siguientes: José Agustín Goytisolo (Claridad), Jaime Gil de Biedma (Moralidades o Las personas del verbo), Ángel González (Áspero mundo y Palabra sobre palabra), José Ángel Valente (La memoria y los signos) o Claudio Rodríguez (Conjuros). 4. LA POESÍA EXPERIMENTAL DE LOS AÑOS 70. LA GENERACIÓN DE LOS “NOVÍSIMOS” En 1970 se publica una antología poética de nueve autores titulada Nueve novísimos poetas españoles, que tuvo una enorme repercusión y se convirtió en una especie de manifiesto de una concepción de la poesía. Sus cultivadores se alejan de la poesía comprometida e intimista y adoptan una estética formalista que los acerca más a las Vanguardias literarias de los años 20. En los contenidos recrean asuntos de otras épocas y otras culturas (la Antigüedad clásica o la anglosajona) e, incluso, de otras artes: el cine, el cómic, la música pop… Desde un punto de vista formal, se aprecia el influjo del Surrealismo (en la escritura automática), del Modernismo (en la métrica) y de la poesía barroca (el estilo artificioso). En general, son escritores con una gran formación y con marcados influjos extranjeros y de otras artes: Manuel Vázquez Montalbán, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix… A partir de la segunda mitad de la década de los 70, emprenden un giro hacia otro tipo de poesía que da entrada al intimismo y a asuntos de la vida cotidiana, al mismo tiempo que se suaviza o enfría la fiebre experimental. 2