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TEMA 6 La novela de 1939-1975. Camilo Jose Cela y Miguel Delibes, Apuntes de Lengua y Literatura

Esos años conflictivos así como por la censura que, al igual que ocurre con el cine y el teatro, será implacable con determinadas temáticas o críticas políticas y sociales. No obstante, dado que la novela es el género literario de mayor difusión, la mayoría de los autores de esta época supieron adaptar sus temas y estructuras a las exigencias de un mercado en alza.

Tipo: Apuntes

2022/2023

Subido el 25/04/2023

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¡Descarga TEMA 6 La novela de 1939-1975. Camilo Jose Cela y Miguel Delibes y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! 1 BLOQUE 2 – LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA 1975 La novela de 1939 a 1975. Camilo José Cela, Miguel Delibes. esos años conflictivos así como por la censura que, al igual que ocurre con el cine y el teatro, será implacable con determinadas temáticas o críticas políticas y sociales. No obstante, dado que la novela es el género literario de mayor difusión, la mayoría de los autores de esta época supieron adaptar sus temas y estructuras a las exigencias de un mercado en alza. Conviven en estos años de postguerra diferentes tendencias e influencias: por una parte, continúan vivos los grandes maestros, aunque su influencia será ya menor, como los casos de Pío Baroja o Azorín. Pío Baroja, que muere en 1956, es maestro indiscutible de Camilo José Cela y otros autores más jóvenes. Por otro lado, los escritores del exilio como Ramón J. Sender, Manuel Chaves Nogales o Arturo Barea apenas consiguen relevancia en nuestro país, y su obra será más valorada a la llegada de la democracia. Por otra parte, aunque el Modernismo narrativo ya había triunfado en la literatura inglesa, francesa y norteamericana, su eco tardará en percibirse en España. En cualquier caso, conviene recordar aquí las aportaciones para esta renovación de autores fundamentales como Proust, Joyce y Faulkner. Otros aspectos que deben tenerse en cuenta para entender la evolución literaria española son la influencia del cine y las radionovelas; y la fortaleza de un grupo de editoriales, radicadas en su mayoría en Barcelona, que fomentarán la difusión de nuevos autores y la creación de importantes premios literarios (Nadal, Planeta, Ciudad de Barcelona...) de los que saldrán destacadas novelas. 1. Narrativa en el exilio: La nómina de los narradores que marcharon al exilio es muy numerosa. La mayor parte de ellos ya había publicado con anterioridad. Borrados de los manuales y sin poder publicar su obra, los escritores en el exilio fueron desconocidos para la mayoría de los lectores españoles. Por ello, la influencia que ejercieron entre los jóvenes escritores del país fue escasa, especialmente hasta los años 60. La obra de Rosa Chacel, Ramón J. Sénder, Max Aub y Francisco Ayala representa, en cierta forma, la amplia y compleja producción novelística de los autores exiliados. 2. Años 40: 2.1. Novela idealista: A. Corriente política: novelas que ensalzan los valores del franquismo, tradicionalistas y católicos (Javier Mariño de Gonzalo Torrente Ballester). B. Corriente de evasión: novelas que evitan toda alusión a la guerra y a sus consecuencias. 2.2. Novela existencial: En cuanto a la novela existencial, los autores van a reflejar la realidad española con una sensación de fracaso. No hay crítica ni política ni social, sino más bien una desesperanza, una angustia individual, marcada sobre todo por la experiencia de la muerte. Algunas de las novelas que siguen esta corriente son: La familia de Pascual Duarte, de Camilo J. Cela, que se caracteriza por emplear la técnica del tremendismo, es decir, un realismo concentrado en los aspectos más truculentos de la realidad y que desarrollaremos más adelante cuando hablemos de su autor. Otra obra que se inscribe en esta tendencia es Nada, de Carmen Laforet, ambientada en la Barcelona de posguerra, un escenario gris e hipócrita dominado por la resignación y los rencores ocultos. También pertenece a la novela existencial La sombra del ciprés es alargada, primera novela de Delibes, autor del que hablaremos más adelante, que se sitúa esta vez en Ávila, cuyo ambiente provinciano está regido por la hipocresía. 3. Años 50: la novela social. Se ha denominado de diversos modos: neorrealismo, objetivismo, realismo crítico o realismo social. Estos nombres hacen referencia a una novela de contenido social y enfoque realista. Al igual que en la poesía social, los relatos se llenaron de testimonios de personajes de las clases trabajadoras, que padecían las consecuencias de una situación laboral, política y moral de injusticia y explotación. Para Búsq eda de nuevos caminos para la cr ación literari , hay tanteos y foques variados. Dominan el int rés por lo humano, los problemas existenciales y los tonos religiosos 1 BLOQUE 2 – LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA 1975 estos autores la literatura debía tener un valor instrumental y, por tanto, reflejar las circunstancias sociohistóricas y servir para transformar la realidad (autor comprometido). La novela en la que se consuma el tránsito de la novela existencial a la social es La colmena de Camilo J. Cela de la que hablaremos más adelante. Características: 3.1. Influencias literarias: se percibe la preferencia por la literatura clásica española, el realismo y el naturalismo del XIX, el objetivismo francés y el neorrealismo italiano. 3.2. Reflejo de España: el tema habitual es la situación de España durante la dictadura; la falta de libertad, las injusticias sociales y, en general, las penosas condiciones de vida de la España de la posguerra. 3.3. Personajes tipo o colectivos: personajes sin demasiada complejidad psicológica, ya que su función es representar a una clase social determinada. 3.4. Narrador objetivo: suele usarse el narrador en tercera persona, que aparentemente se limita a dar testimonio de la conducta o palabras de los personajes. Es decir, el objetivismo, que consiste en describir la realidad de manera imparcial, como si fuera una grabación. 3.5. Estructura lineal: es lo más frecuente, aunque a veces aparezcan situaciones simultáneas. 3.6. Espacio rural o urbano: son espacios coetáneos al momento en que se escribe, mostrando en ocasiones las contradicciones del mundo rural frente al urbano. 3.7. Lenguaje sobrio y claro: se emplea una prosa sin artificios y se presentan diálogos que reproducen el modo de hablar del sector social que corresponda. Entre los autores destacados de esta Generación del 50, cabe destacar a Ignacio Aldecoa, muerto prematuramente en 1969, con obras como El fulgor y la sangre, una novela dura y cerrada que recuerda el ambiente opresivo de la época o Gran Sol. Otros autores son Juan Goytisolo, fallecido en 2017, con Señas de identidad; la salmantina Carmen Martín Gaite con Entre visillos; Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama) o Ana María Matute, narradora espléndida, plena de imaginación que en sus últimos años publicó una de las grandes novelas de nuestro tiempo como Olvidado rey Gudú. 4. Años 60: la novela experimental. A principios de los 60 se produjo en España un movimiento de renovación narrativa marcado por el hartazgo de la novela social y por la necesidad de seguir los derroteros de otras literaturas, como la europea o la americana. Por eso, entre los años 50 y 60 se aprecia una europeización de la novela, así como la introducción de nuevos temas y personajes. Con muchos años de retraso, llegan las influencias de Joyce, Proust, Faulkner… Se adopta el punto de vista múltiple, se da más importancia al lenguaje que al argumento o se utilizan estructuras complejas, llenas de desórdenes cronológicos, saltos en el tiempo o monólogos interiores. Son los años, además, del Boom Latinoamericano, de donde surgirán autores como García Márquez o Mario Vargas Llosa, todos ellos publicados por editoriales españolas. La publicación en 1962 de Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, altera el panorama de las fórmulas narrativas utilizadas hasta el momento. Lo que confiere valor a la novela son las novedades técnicas que incorpora: el monólogo interior, la segunda persona, las digresiones culturales y las referencias a personajes míticos e históricos hacen de esta obra una de las más representativas de la época. 4.1. Esta nueva corriente se asienta sobre tres principios: - El arte no debe supeditarse a la política. - El realismo social anterior no es adecuado para captar la realidad porque lo importante es la representación de los hechos en la conciencia del sujeto. Es más importante el discurso que la historia. - La prosa narrativa tiene que recuperar su rango artístico y alejarse del habla coloquial. 4.2. Características: - Personajes fuertemente individualizados: sumidos muchas veces en una crisis de identidad, cuyos conflictos psicológicos o existenciales se sitúan en primer plano. Para transmitir la subjetividad se recurre a técnicas como el monólogo interior: reproducción de los pensamientos de los personajes
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