¡Descarga Liberalismo y Socialismo (1848-1870): Revolución Industrial, Expresión y Clases Sociales - y más Apuntes en PDF de Periodismo solo en Docsity! TEMA 8.- DESARROLLO DEL LIBERALISMO Y NACIMIENTO DEL SOCIALISMO (1848-1870) Este período se inicia con la Revolución de 1848, muy importante para las dos naciones que intentan unificarse (Italia y Alemania). Se abre un nuevo ciclo político y una nueva fase del capitalismo. Nos encontramos con un avance de la I Revolución Industrial, que ya se considera finalizada en Gran Bretaña, y que empieza a llegar a zonas donde o bien no había ningún foco de industrialización (Rusia) o bien estaba muy atrasada. En segundo lugar se produce la materialización o cristalización del ideal organizativo de la clase obrera. En tercer lugar se fortalece y finalmente se consigue la unificación de Italia y Alemania. En cuanto a la libertad de expresión existente pero con cortapisas en el período anterior se consigue que llegue aunque sea tímidamente a gran parte de Europa, salvo a las zonas del Este más atrasadas económica y políticamente. Se inicia la fase del liberalismo democrático, que tiene como fin último conseguir el sufragio universal masculino (que el país legal y el país real coincidieran). En España, por ejemplo se consigue en 1890. En materia de comunicación se pide la libertad de expresión y la libertad de imprenta sin restricciones, que no exista censura previa, que los periódicos no estén grabados con impuestos. Existirá un liberalismo moderado y otro progresista. En función de este liberalismo la petición de libertad de impresión será mayor o menor, consiguiéndose antes o después según la situación de cada país. Junto a la burguesía se desarrolla la clase obrera que tiene sus propios medios de comunicación y sus propias formas. En el proceso de formación hay que hablar de Gran Bretaña, donde, al abrigo de la Revolución Industrial (siglo XVIII), empiezan a crearse focos industriales en los que una serie de personas procedentes del campo o las manufacturas, transforman sustancialmente su vida pero también constituyen una clase o un grupo social que inicialmente no tiene mucha fuerza pero que la va a ir adquiriendo. En Gran Bretaña vemos cómo después de la Revolución Industrial, como consecuencia de las ideas que esta difunde, empiezan a multiplicarse los folletos o libelos contra el sistema político-social inglés, que tienen que ver con la clase obrera naciente pero también con las ideas de la Revolución Francesa. Las autoridades deciden adoptar una serie de leyes, las LEYES DE LA MORDAZA, a partir de 1819, que ponían trabas a la publicación de periódicos, aumentaban las penas para los autores de folletos revolucionarios y también restringían las reuniones públicas. A lo largo del siglo XIX los discursos públicos o mítines de las ideas del obrerismo va a ser muy fuerte en este movimiento. La clase obrera en países como Gran Bretaña o Francia va a adoptar inicialmente unas formas muy rudimentarias de reacción que se traducen en la destrucción de máquinas. Este movimiento se conoce como LUDISMO (primera expresión de la lucha de clases). Cuando el movimiento obrero empieza en Gran Bretaña ya a tener cierta conciencia de clase es a finales de los años 30, lo que se conoce como el movimiento CARTISTA. Estas reivindicaciones ya no tienen sólo carácter laboral porque a través de esta campaña los obreros ingleses plantean reivindicaciones de tipo político. Cuando hablamos de movimiento cartista nos referimos a una campaña propagandística que tiene su máximo exponente en la carta que los obreros ingleses envían al parlamento en varias ocasiones desde 1839 hasta 1848 (última petición). Se llegan a recoger más de medio millón de firmas que apoyan esta carta. El contenido político es el siguiente: los obreros ingleses piden 1. El sufragio universal 2. Voto secreto 3. Sueldo para los diputados 4. Elecciones anuales 5. Un nuevo ordenamiento del terreno a la hora de crear circunscripciones electorales. Pero el movimiento es mucho más amplio. Nos encontramos con el apoyo de estas peticiones con recogida de firmas, celebración de asambleas y mítines masivos en los que los principales líderes obreros transmiten cuales son las nuevas necesidades, celebraciones de grandes manifestaciones que coinciden con los momentos elegidos para enviar ese documento. Ninguna de estas peticiones tuvo respuesta positiva. El parlamento inglés hizo oídos sordos aunque estas fueron analizadas en la prensa. Sin embargo, si que sirven para que sea precisamente en Gran Bretaña donde nazcan las primeras asociaciones obreras y sindicatos, que serán el precedente de la Asociación Internacional de Trabajadores, I Internacional que nace en Gran Bretaña (Londres) en 1864. El socialismo utópico La labor propagandística de una serie de reformadores sociales, llamados utópicos por sus enemigos políticos, gira sobre las condiciones de vida y laborales de la clase obrera. Intentan dar soluciones a la situación de miseria. Los principales socialistas utópicos son OWEN, SAINT-SIMON, FOURIER, PROUDHON, CABET, muchos de ellos autores de frases célebres que pasaron de generación en generación. Ej.: La propiedad es un robo (Proudhon) La manera que estos socialistas utópicos tuvieron de difundir sus ideas fue a través de una prensa propia, a través de la publicación y difusión de sus obras: círculos en los que se difundían mediante lecturas colectivas, creación de sociedades secretas, en algunos casos los intentos de poner en marcha sus ideas a través de una serie de proyectos de organizaciones sociales.
