¡Descarga Teorías poéticas en la Edad Media: Características, Nuevas Formas y Valoración - Prof. Gar y más Apuntes en PDF de Teoría de la Literatura solo en Docsity! TEMA 6: Teorías poéticas en la Edad Media Introducción La primera característica de la literatura medieval era la necesidad de expresar la concepción cristiana del mundo a través de una tradición grecolatina. Esto tenía una doble finalidad: por un lado, defender el cristianismo y, por otro, realizar una crítica a la civilización pagana. La segunda característica era el carácter oral de buena parte de los textos y la presencia de intermediarios entre el autor y el receptor, hasta el punto que la autoría no era definida, lo que nos lleva a decir que tenía más importancia el recitador que el autor mismo. Durante la Edad Media el transmisor podía manipular una composición según sus propios intereses, por lo que un texto no tenía unos límites precisos, sino que era transformable, abierto. También aparecen formas poéticas nuevas como la poesía provenzal, los cantares de gesta, la novela… aunque cabe decir que estas clasificaciones de los géneros no son estables y cambian continuamente. Por último, hablaremos de que se valoraba por encima de todo el contenido moral y religioso de los textos a expensas de la forma. Durante este período, tenemos lo que se denomina carácter espectacular, es decir, hay un dominio de la recepción sobre la emisión. Así, un libro no se escribía para que el autor demostrara su habilidad, sino para satisfacer las necesidades del espectador. Además, no había una concepción de lectura privada tal como ocurre en nuestros días, ya que un texto era leído para un público. El trívium y el Quadrivium En la Edad Media existían siete artes agrupadas en dos campos: el del Trívium y el del Quadrivium. Llama la atención que la poesía no se encontraba ni en uno ni en otro porque estaba integrada en la lógica, en la gramática o en la música. Es decir, la poesía no era una materia independiente, sino que quedaba ligada a otras. Las cuatro corrientes de la teoría poética medieval El pensamiento sobre la literatura en la Edad Media se dividía en cuatro tradiciones: la neoplatónica, la de Aristóteles, la tradición de la poética prescriptiva y la que versaba sobre las maneras de interpretar los textos. En la tradición neoplatónica se hace referencia al “Timeo”, uno de los textos de Platón. El punto de partida de esta será la división entre el mundo sensible (o visible) y el inteligible (o invisible), siendo el primero una copia del segundo. Tras la interpretación plotiniana, es posible aplicar ese mismo criterio a los textos. Así, la obra poética sería una forma indirecta de hablar de una realidad superior, lo que se denominó alegoría (cuando se hace referencia a una cosa para hablar de otra). Los apologetas primitivos y la poesía Aparecen unos autores que piensan en la poesía desde un punto de vista religioso. La división platónica de la realidad en dos mundos es interpretada como una diferenciación entre el cielo (morada de Dios) y la tierra (morada de los hombres). Por otra parte, se afirma que la relación entre el cielo y la tierra puede verse entorpecida por ciertas actividades humanas, entre las que sobresale la poesía (en especial, la poesía pagana). Una crítica radical de la poesía En las versiones más radicales, los demonios (seres que apartan a los hombres de Dios), se identifican con los dioses y las musas que inspiran a los poetas con el fin de engañar a los destinatarios mediante historias depravadas y un lenguaje oscuro. Frente a esa poesía, se encuentran las Sagradas Escrituras, cuya principal característica es transportar una verdad a través de un lenguaje parabólico (lenguaje abstracto, no literal). Se hará también una crítica al teatro, visto como un lugar donde se representan las miserias humanas más bajas, obteniendo placer con ello. Una crítica moderada de la poesía Por otro lado, las versiones más moderadas del neoplatonismo nos dicen que poesía posee la característica, debido a su lenguaje y a su capacidad fingidora, de no expresar directamente las verdades, lo que nos puede conducir a la mentira. Ello no significa que la poesía sea totalmente condenable, ya que se pueden encontrar verdades ocultas, aunque las Sagradas Escrituras revelan la verdad con total claridad. Esta visión de la poesía pagana opuesta a la Biblia se encontraba también en la teoría de los símbolos: 1. El de Egipto, donde las cosas se representan por signos como los jeroglíficos que entorpecen el acceso a lo simbolizado. 2. El de los griegos, donde lo simbolizado se ve ensombrecido por un excesivo empleo de metáforas. 3. El de la Biblia, que queda al servicio de la verdad. San Agustín a. Mímesis y fábula La poesía es definida por San Agustín en términos de mímesis, ya que la ve como un modo de reflejar la realidad. Ahora bien, al igual que en el caso de Platón, lo que la poesía imita no es cualquier realidad, sino el nivel más bajo de los humanos: cuerpos, miserias y pecados. En cuanto a la fábula, ya no significa lo mismo que para Aristóteles, que la veía como una estructuración de los hechos de un modo determinado. San Agustín la ve como una forma de referirse a la mímesis y esta última es una falsa ilusión. Encontramos dos grados de falsedad dentro de la fábula: por un lado, el falso fallax que intenta imponer lo falso como verdadero y por otro el falso mendax todo aquello que no puede alcanzar la verdad por si mismo pero que no intenta engañar a nadie. La fábula poética es mendax y no fallax. b. La semiología agustiniana En los signos lingüísticos se pueden encontrar rastros de la presencia de Dios pero será necesaria una buena interpretación con el objetivo de transmitir la verdad divina. Según la obra de San Agustín había dos clases de signos. Los naturales (por ejemplo, el humo) y convencionales. Dentro de este último grupo encontramos los signos del lenguaje que se dividen a su vez en literales y en figurativos (algo simbólico o alegórico). El problema de la falsedad de los signos lingüísticos (o lenguaje) no reside en su estructura literal o figurada sino en la intención de sus autores. De ahí la necesidad de evitar aquellos textos, como en la poesía pagana, en la que la intención de los poetas sea falsa y oscura. La alegoría: tradición neoplatónica Como acabamos de ver, lo material o sensible, que engloba tanto a la naturaleza como a los textos, permite un acceso parcial a lo espiritual o inteligible. Es por esto por lo que la poesía y sus componentes son vistos como medio de entender las realidades espirituales. Tal forma de interpretar los textos se denomina alegórica. En conclusión diremos pues, que en toda escritura aparecen dos sentidos: e literal y el alegórico.