Análisis de las Teorías Políticas Modernas y Contemporáneas: Utopía de Tomás Moro - Prof. , Apuntes de Ciencia de la administración

¡Descarga Análisis de las Teorías Políticas Modernas y Contemporáneas: Utopía de Tomás Moro - Prof. y más Apuntes en PDF de Ciencia de la administración solo en Docsity! TEORIAS Y FORMAS POLÍTICAS MODERNAS Y CONTEMPORÁNEAS Ciclo de sesiones prácticas en torno a la relación entre utopía y teoría política: 1. Tomás Moro (1478-1535) I. Utopía (¼) El primer libro de los dos que integran Utopía presenta el encuentro mantenido entre el propio Tomás Moro, que escribe en primera persona, con su amigo Pedro Egidio y un acompañante de éste, Rafael Hytlodeo, el explorador que ha conocido en uno de sus viajes la isla de Utopía. En el curso del diálogo surge la cuestión del viaje pero también empiezan a plantearse otros temas relacionados con el realidad política y social francesa. En concreto, se refieren al papel a seguir por los consejeros reales en cuestiones trascendentes para el reino. En este punto, Hitlodeo refiere otras conversaciones con personajes de la Corte, como el cardenal y por aquel entonces lord canciller de Inglaterra, John Morton. Buena parte del texto a analizar el día de hoy corresponde precisamente a este diálogo en Hytlodeo y Morton. En el mismo, ambos personajes debaten sobre la situación padecida en esos momentos por el país, ofreciendo dos visiones claramente opuestas. ¿Podríais resumir ambas posturas? Tras la lectura completa de esta conversación, ¿Cuales consideráis que son los problemas que, a vuestro juicio, afectan a Inglaterra? ¿Con cual postura os identificáis? ¿Encontráis algún tipo de paralelismo entre el escenario planteado por los personajes y el nuestro? ¿Qué quiere decir Hylodeo en este fragmento? Hay, además, otras causas del robo. Existe otra, a mi juicio, que es peculiar de vuestro país. -¿Cuál es?, preguntó el Cardenal. -Las ovejas -contesté- vuestras ovejas. Tan mansas y tan acostumbradas a alimentarse con sobriedad, son ahora, según dicen, tan voraces y asilvestradas que devoran hasta a los mismos hombres, devastando campos y asolando casas y aldeas. Vemos, en efecto, a los nobles, los ricos y hasta a los mismos abades, santos varones, en todos los lugares del reino donde se cria la lana más fina y más cara. No contentos con los beneficios y rentas anuales de sus posesiones, y no bastándoles lo que tenían para vivir con lujo y ociosidad, a cuenta del bien común -cuando no en su perjuicio- ahora no dejan nada para cultivos. Lo cercan todo, y para ello, si es necesario derribar casas, destruyen las aldeas no dejando en pie más que las iglesias que dedican a establo de las ovejas. No satisfechos con los