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La Comunicación en la Evolución de las Especies: Orígenes y Ventajas Biológicas, Apuntes de Periodismo

Este documento explora la teoría de la comunicación en la evolución de las especies, examinando la génesis de las capacidades expresivas y los comportamientos comunicativos. El autor distingue entre actos ejecutivos y expresivos, y discute las ventajas biológicas que provienen de la sustitución de actos ejecutivos por expresivos. Se abordan ejemplos de comportamientos expresivos en animales y su relación con la interacción animal.

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 01/06/2014

paulasantander
paulasantander 🇪🇸

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¡Descarga La Comunicación en la Evolución de las Especies: Orígenes y Ventajas Biológicas y más Apuntes en PDF de Periodismo solo en Docsity! MARTÍN SERRANO, M. (1993): “El estudio de la comunicación animal. Aportaciones de la Teoría de la Comunicación”. Revista Telos Nº33, Marzo–mayo 1993 1 La Teoría de la Comunicación, exige el estudio de la génesis de la comunicación. Pero a su vez, permite enriquecer el estudio de la evolución y diferenciar entre todas las variantes de comunicación existentes. 1. LA PERTINENCIA DE UN EXAMEN DE LA COMUNICACIÓN ANIMAL DESDE LA TEORIA DE LA COMUNICACIÓN, Y VICEVERSA La actividad comunicativa aparece en el mundo y se va configurando mucho antes de que el hombre exista. Probablemente aparezcan los primeros animales capacitados para comunicar al final del Precámbrico Superior, hace unos 600 millones de años; y en todo caso, cuando la evolución está dando sus primeros pasos en la línea de los celomados, ya hay anélidos que muestran comportamientos comunicativos. Compárese con los aproximadamente seis millones de años que tiene de existencia el linaje humano. En consecuencia, el hombre es heredero de una capacidad que surgió para satisfacer necesidades de naturaleza biológica, cuyas características de funcionamiento se conformaron a lo largo de muchos millones de años de evolución, en el laboratorio de la interacción animal. Para hacer Teoría de la Comunicación, es obligatorio examinar la génesis de la comunicación. Es un requisito epistemológico necesario para llegar a aclarar lo que diferencia específicamente a la comunicación de otras modalidades de interacción. Y consecuente con esa obligación, el teórico de la comunicación -por más que sea un profano-, termina familiarizándose con esos atractivos campos en los que se estudia el comportamiento animal. Pero el comunicólogo, para cumplir con su función de esclarecer la génesis y la naturaleza de la comunicación, no necesita convertirse en un zoólogo, en un etólogo ni en un psicólogo del comportamiento animal. Su aportación al conocimiento es otra. Puede proporcionar criterios teóricos, modelos de investigación y categorías, que también sirven para organizar sistemáticamente el estudio de la comunicación animal. Le corresponde a la Teoría de la Comunicación ofrecer paradigmas con los que se puedan dar cuenta de las relaciones y las diferencias que existan entre todas las variantes de comunicación existentes; desde las más elementales que se observen en el reino animal, a las más complejas que lleguen a desarrollar los seres racionales. 2. EL PAPEL DE LA COMUNICACIÓN EN LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES El examen de la evolución natural de la comunicación es una referencia obligada, tanto para hacer Teoría de la Comunicación como para investigar en comunicación animal. Hay que señalar que Darwin se había referido a las ventajas que la capacidad de comunicar ofrece para la reproducción de las especies, en un libro dedicado a la evolución de los sentimientos. Pero en ningún escrito de este autor, que yo conozca, se establece la diferencia que existe 1 http://www.campusred.net/telos/anteriores/num_033/cuaderno_central5.html entre la comunicación y otras formas de comportamiento de las especies. Los autores neodarwinistas han continuado manteniendo ese mismo tratamiento unitario; a pesar de que los etólogos han ofrecido muchas evidencias de que la comunicación introduce cambios importantes en las modalidades de lucha por la vida. En este marco teórico se echaba en falta un examen centrado específicamente en el papel de la evolución en la comunicación. Intento ofrecer alguna aportación a dicho estudio, en el contexto de mi indagación sobre la génesis de la comunicación. Dicho trabajo apareció en 1980 en la primera edición de Epistemología de la comunicación y análisis de la referencia (M. Martín Serrano et alt/. Edit.: Cuadernos de la Comunicación, A. Corazón, Madrid). Seguramente por esa razón, los editores de esta revista han tenido la deferencia de solicitarme un artículo en el que recapitule las categorías y las ideas que elaboré para hacer Teoría de la Comunicación y que ahora han transcendido al campo del estudio de la comunicación animal, por obra de otros autores. Se cumple así, en la modesta parte que aquí corresponde, con la razón de ser que toda teoría tiene: constituirse en referencia útil para los investigadores. Comenzaré refiriéndome a las características distintivas de los comportamientos comunicativos; lo cual permite contemplar la dialéctica que existe entre los comportamiento comunicativos y no comunicativos en la naturaleza. A partir de esa especificación, cabe señalar cuáles son las ventajas biológicas aportadas por el recurso a la comunicación. Las anteriores indicaciones permiten adentrarse en un análisis muy tentador: ¿dónde y cómo se origina la comunicación?. Con dicho objeto, considero en primer lugar la génesis de las capacidades expresivas, y luego la génesis de esos comportamientos comunicativos que se manifiestan, ya tan evolucionados, en los patrones expresivos de los animales superiores. Luego cabe reflexionar sobre cómo se da el paso de esos patrones animales, a la clase de representaciones que se utilizan por la especie humana para comunicar. Concluyo con unas observaciones sobre el impulso y la orientación que puede proporcionar el estudio de la comunicación a las Ciencias, que investigan la evolución natural. Finalmente, trato de identificar cual es el sentido que para la vida tiene el que la evolución se haya aventurado, cada vez más, por ese camino en el que los seres vivos se relacionan entre sí recurriendo al intercambio de información. 3. CARACTERÍSTICAS DISTINTIVAS DE LOS COMPORTAMIENTOS COMUNICATIVOS La interacción entre los seres vivos entiendo que permite distinguir entre dos clases de actos: unos de carácter ejecutivo (no comunicativos) y otros de carácter expresivo (comunicativos). - Son de carácter ejecutivo aquellos actos en los cuales el sujeto (Ego) maneja las energías de las que dispone, orientándolas de un modo inmediato a la aplicación sobre otro sujeto (Alter). Por ejemplo, empujar, o retener por la fuerza a otro. La eficacia del acto ejecutivo dependerá de la cantidad de energía que sea capaz de movilizar quien así actúa. - Son actos de carácter expresivo aquellos en los que el actor maneja las energías de las que dispone, aplicándolas de un modo inmediato a la producción de señales. Por ejemplo, son actos expresivos, entre los hombres, hablar para decir a otro "quédate conmigo"; y entre los cánidos marcar el entorno con la orina para indicar a otro cánido "sal de mi territorio":. La eficacia del acto expresivo no depende de la cantidad de energías que el actor (Ego) ponga en la locución o en la marcación. Evidentemente las palabras no sirven para retener físicamente a Alter, ni la orina para desplazarle físicamente. La eficacia del recurso expresivo comunicación. Pero la capacidad de comunicar también supone cambios cualitativos del comportamiento, cuya génesis resulta no menos fascinante. Para avanzar en este nuevo tema, hay que partir de una observación previa: el comportamiento comunicativo requiere necesariamente de la aparición de mecanismos de acoplamiento entre lo que cada Actor hace a lo largo de la interacción. Dicho brevemente, hay que investigar los comportamientos de los Actores que comunican (Ego y Alter) en el marco de un sistema de interacción. Para entrar en ese campo con dicho criterio, hay que referirse a la naturaleza y a la génesis de los patrones expresivos. 7. ORÍGENES, CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN DE LOS PATRONES EXPRESIVOS Gracias a la labor de los etólogos tenemos un conocimiento muy satisfactorio de los patrones expresivos que se encuentran formando parte de interacciones muy complejas, sobre todo referidas a la reproducción, en aves y mamíferos. Patrones expresivos muy evolucionados, pueden estudiarse en los animales que recurren al cortejo antes del apareo; por ejemplo, en los ánades (4). Tales patrones expresivos son muy complejos, y además indican la existencia de una notable libertad de opción por parte del animal. En el ejemplo que he utilizado en la nota 4, la hembra puede o no responder a la demanda a cada macho; eligiendo entre quienes le hacen la corte. Queda por aclarar cómo se alcanza evolutivamente un comportamiento interactivo tan elaborado. A mi juicio, los patrones perceptuales han proporcionado el fundamento de los patrones expresivos. Todo animal que posea un órgano capacitado para analizar estímulos (Por ejemplo, un ojo) dispone de una herramienta cuyo funcionamiento se explica porque capta, no sólo las señales que posean la necesaria intensidad, sino además, el orden que existe entre la sucesión de los estímulos. La intensidad y la frecuencia a los estímulos perceptivos, determina, en las especies que carecen de sistema nervioso central, la intensidad y la frecuencia de las respuestas motoras. De este nivel elemental habrá que partir para entender cómo puede desarrollarse un patrón expresivo, en el cual están integradas las señales que envía Ego y las respuestas que proporciona Alter. De hecho, la primeras interacciones expresivas que aparecen en la evolución, se fundan en la existencia de circuitos neurológicos constituidos por una neurona aferente, otra central, y una tercera eferente; en los que se asocia el tiempo y la intensidad de las respuestas con el tiempo y la intensidad de los estímulos. Un buen ejemplo de esas interacciones expresivas elementales, lo proporciona la comunicación entre dos gusanos de luz. Ego emite un luminiscencia con un intervalo y con una frecuencia característica. Alter responde a la indicación luminosa de Ego, porque el umbral y el tiempo de reactancia de las neuronas sensoriales de Alter están adaptadas precisamente para reaccionar a la intensidad, la frecuencia y los intervalos de la emisión lumínica que procede de Ego. Activadas por el estímulo luminoso esas neuronas aferentes, transmiten una señal nerviosa que activa las neuronas motoras; las cuales mueven a su vez, los anillos luminosos de Alter, según un intervalo que es perceptible y estimulativo para Ego. En este ejemplo, procedente de animales que carecen de órganos nerviosos centrales, se muestra que es posible el intercambio de información sin conciencia de la existencia de otro; sin autoconciencia, y sin conocimiento de que se está comunicando. Por el otro lado de la evolución, es legítimo considerar a los patrones expresivos como la matriz de la representaciones que intervienen en la comunicación humana. Por ejemplo, el patrón expresivo de los primates (sumisión sexual) incluye expresiones gestuales tales como bajar los ojos, encogerse, cambiar de color, sentarse. Ese mismo patrón permanece como expresión de la discreción erótica de la mujer. Aunque la discreción representa un valor cultural, no un comportamiento. Desde esta perspectiva, la investigación debe aclarar cómo es posible el paso de unas pautas de comportamiento expresivo muy complejas, pero todavía con grados de libertad limitados; -como las que se observan en los primates-, a unas conductas comunicativas tan libres como las humanas, potencialmente capacitadas para transgredir o crear una pauta en cada interacción. Para avanzar en este camino, hay que partir de que, tanto en el animal como en el hombre, cualquier expresión comunicativa puede asociarse con cualquier comportamiento. En el caso de los animales, un patrón de conducta -por ejemplo, erizar el pelo, agredir el objeto, retirarse del objeto- se desencadena de forma espontánea en presencia del estímulo adecuado: por ejemplo, la presencia del perro para el gato. Si deseo que ese mismo patrón aparezca además ante la presencia de un objeto no adecuado a la respuesta, y ni siquiera peligroso, - como puede ser un muñeco de trapo-, tendré que recurrir al condicionamiento. Como es sabido la sustitución del perro por el muñeco, como objeto peligroso, (para la representación que se hace el gato) se logra identificando sistemáticamente en la experiencia vivida por el gato, la agresión que recibe del perro con la simultanea presencia el muñeco. En el hombre también operan esos fenómenos de condicionamiento operante y de recencia; pero la modificación de la representación puede llevarse a cabo por la invocación de otras representaciones, en ausencia de los objetos que con ellas se designan. Por ejemplo, un niño puede representarse al muñeco como un objeto agresivo, si alguien le asigna el nombre de el coco. El camino que hay que explorar, para aclarar la transformación de los patrones expresivos en representaciones comunicativas pasa por un análisis de la génesis evolutiva de los símbolos; nuevamente otro campo que está todavía por investigar (5). En todo caso, las pautas expresivas animales no han desaparecido de las interacciones comunicativas humanas. Forman parte de nuestra herencia, y son el engrama de los lenguajes del cuerpo. Las indicaciones con las que los seres humanos manifestamos gestos de temor, deseo, ira, afecto, y en general todas aquellas gestualidades que estén relacionadas con necesidades alimenticias, sexuales, de contacto y de protección, son reconocibles en los gestos de los primates, y pueden ser rastreadas en ocasiones hasta los comportamientos expresivos de los primeros mamíferos. Ciertamente, en nuestra especie, el habla ha venido a liberar la expresión comunicativa de la alteración orgánica. Pero la base biológica de toda representación nunca desaparece en nuestro comportamiento expresivo; incluso cuando la especie posee formas de comunicación más precisas que el propio cuerpo, tal como ocurre con el hombre desde que se sirve del habla. Por eso, en los comportamientos en los que intervenga el sistema neurovegetativo, es imposible evitar aunque se pretenda, la aparición de aquellas expresiones corporales que están evolutivamente asociadas a las necesidades primarias. Así sucede cuando en la conversación que se refiere a los deseos primordiales del ser humano, aparece el rubor, la palidez, el tartamudeo, la sudoración, etc. Nuestro cuerpo es una herramienta expresiva diseñada evolutivamente para informar de nuestra necesidades; razón por la que no siempre el cuerpo se somete a un control expresivo cuando el Actor pretende, precisamente, ocultar los móviles de su comportamiento. 8. PERSPECTIVAS ABIERTAS POR LA INCORPORACIÓN DEL ESTUDIO DE LA COMUNICACIÓN AL ANALISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES Conviene una referencia en este trabajo, por breve que sea, al impulso y la orientación que puede proporcionar el estudio evolutivo de la comunicación. Una gran parte de los órganos expresivos y perceptivos, que los animales emplean en la comunicación han sido re-funcionalizados en el proceso de evolución para ese uso comunicativo, sin dejar por ello de cumplir otras funciones orgánicas que anteriormente tenían. Por ejemplo, los órganos bucales sirvieron para la asimilación de alimentos antes que para el habla; las extremidades para la locomoción antes que para el gesto; el oído y la vista para la percepción de estímulos sonoros o lumínicos generados en el entorno, antes que para la discriminación de señales producidas por Alter con fines comunicativos. Pero una vez que el órgano así re-funcionalizado sirve para la comunicación, su evolución somática tiene que ver en mayor o menor grado con su nuevo uso. Por ejemplo, el rabo del perro o la cara del hombre han llegado a ser lo que son porque las necesidades comunicativas han favorecido cambios relacionados con un uso expresivo. ¿Qué tiene de particular la presión evolutiva que procede del recurso a la comunicación, en su condición de aptitud que favorece la supervivencia? La aparición en la naturaleza de la interacción comunicativa significa que el organismo de Ego evoluciona por referencia al organismo de Alter; y viceversa. Por definición, el comportamiento comunicativo de cada Actor, está en función del Otro. Se grita o se habla en función del oído de quien escucha; se gesticula en función del ojo de quien observa. Por tanto, el desarrollo de las capacidades comunicativas impone a la evolución una transformación solidaria de los organismos de los comunicantes. Los instrumentos expresivos de Ego (Por ejemplo, los órganos fonadores) tienen que acoplarse con los instrumentos perceptivos de Alter (Por ejemplo, los órganos acústicos); lo cual significa que el instrumento fonador de Ego debe de estar preparado para emitir aquellos sonidos cuyas longitudes de onda y cuya periodización sean perceptibles por el instrumento acústico de Alter; teniendo en cuenta las características físicas del canal por el cual han de transmitirse las señales y la distancia que separa a los Actores. Cuando se trae a colación la adaptación de las especies a las transformaciones del medio, mediante cambios orgánicos y cambios de conducta, el examen de la evolución de los comportamientos comunicativos merece una atención muy cuidadosa. Hay razones para pensar que, en la naturaleza y precisamente a partir de un cierto nivel de desarrollo de las aptitudes comunicativas de las especies, la evolución de los comportamientos comunicativos ha seguido un ritmo más acelerado que la evolución de los organismos. La idea de que la evolución prefiera, cuando sea posible, recurrir a un cambio de comportamiento antes que a una modificación morfológica es muy plausible, y sugiere otros desarrollos teóricos para los que ahora no hay lugar. En todo caso, es urgente completar el análisis de la filogénesis, con un cuadro que permita clasificar a las especies según el orden que ocupan desde el punto de vista de su evolución comunicativa. Este es uno de los campos en los que los especialistas en comunicación tiene un punto de encuentro con los biólogos y los etólogos para desarrollar investigaciones conjuntas. La epistemología, cuando estudia las funciones que la comunicación cumple en la evolución
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