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Reflexiones sobre la vida y la muerte en las obras de Góngora, Exámenes de Mecánica

Poesía EspañolaLiteratura Española del Siglo de OroGóngora

Exploración de la poesía de Góngora donde se abordan temas como la muerte, la tristeza, la memoria y el amor. El autor reflexiona sobre la naturaleza de la vida y la muerte, y cómo estos conceptos se reflejan en las obras de Góngora.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo se aborda el tema del amor en las obras de Góngora?
  • ¿Cómo se reflejan la muerte y la tristeza en las obras de Góngora?
  • ¿Qué significa la línea 'Dejadme llorar, orillas del mar' en el poema de Góngora?
  • ¿Qué significa la línea 'La sombra, el miedo, el mal se te atribuya' en el poema de Góngora?
  • ¿Qué temas aborda la poesía de Góngora?

Tipo: Exámenes

2021/2022

Subido el 10/10/2022

rolando_alvarez
rolando_alvarez 🇪🇸

4.7

(8)

75 documentos

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¡Descarga Reflexiones sobre la vida y la muerte en las obras de Góngora y más Exámenes en PDF de Mecánica solo en Docsity! 1 TEXTOS BARROCO LOPE DE VEGA ¿Quién mata con más rigor? Amor. ¿Quién causa tantos desvelos? Celos. ¿Quién es el mal de mi bien? Desdén ¿Qué más que todos también una esperanza perdida, pues que me quitan la vida amor, celos y desdén? ¿Qué fin tendrá mi osadía? Porfía. ¿Y qué remedio mi daño? Engaño. ¿Quién es contrario a mi amor? Temor. Luego es forzoso el rigor, y locura el porfiar , pues mal se pueden juntar porfía, engaño y temor. ¿Qué es lo que el amor me ha dado? Cuidado. ¿Y qué es lo que yo le pido? Olvido. ¿Qué tengo del bien que veo? Deseo. Si en tal locura me empleo, que soy mi propio enemigo, presto acabarán conmigo cuidado, olvido y deseo. Nunca mi pena fue dicha. Desdicha. ¿Qué guarda mi pretensión? Ocasión. ¿Quién hace a amor resistencia? Ausencia. Pues ¿dónde hallará paciencia, aunque a la muerte le pida, si me han de acabar la vida desdicha, ocasión y ausencia? ………………………………………………….. A la noche Noche, fabricadora de embelecos, loca, imaginativa, quimerista, que muestras al que en ti su bien conquista los montes llanos y los mares secos; habitadora de celebros huecos, mecánica, filósofa, alquimista, encubridora mil, lince sin vista, espantadiza de tus mismos ecos: la sombra, el miedo, el mal se te atribuya, solícita, poeta, enferma, fría, manos del bravo y pies del fugitivo. Que vele o duerma, media vida es tuya: si velo, te lo pago con el día, y si duermo, no siento lo que vivo. 2 Si culpa el concebir, nacer tormento, guerra vivir, la muerte fin humano; si después de hombre, tierra y vil gusano, y después de gusano, polvo y viento; si viento nada, y nada el fundamento, flor la hermosura, la ambición tirano, la fama y gloria, pensamiento vano, y vano en cuanto piensa el pensamiento, ¿quién anda en este mar para anegarse? ¿De qué sirve en quimeras consumirse, ni pensar otra cosa que salvarse? ¿De qué sirve estimarse y preferirse, buscar memoria habiendo de olvidarse, y edificar habiendo de partirse? ……………………………………………………………………….. Cuando me paro a contemplar mi estado, y a ver los pasos por donde he venido, me espanto de que un hombre tan perdido a conocer su error haya llegado. Cuando miro los años que he pasado, la divina razón puesta en olvido, conozco que piedad del cielo ha sido no haberme en tanto mal precipitado. Entré por laberinto tan extraño, fiando al débil hilo de la vida el tarde conocido desengaño; mas de tu luz mi escuridad vencida, el monstro muerto de mi ciego engaño, vuelve a la patria, la razón perdida. ……………………………………………………………………….. 5 GÓNGORA La más bella niña de nuestro lugar, hoy viuda y sola y ayer por casar, viendo que sus ojos a la guerra van, a su madre dice que escucha su mal: Dejadme llorar, Orillas del mar… Pues me distes, madre, en tan tierna edad tan corto el placer tan largo el penar, y me cautivastes de quien hoy se va y lleva las llaves de mi libertad, Dejadme llorar, orillas del mar… En llorar conviertan mis ojos de hoy más el sabroso oficio del dulce mirar, pues que no se pueden mejor ocupar yéndose a la guerra quien era mi paz, Dejadme llorar, orillas del mar… No me pongáis freno Ni queráis culpar; que lo uno es justo, lo otro por demás. Si me queréis bien no me hagáis mal; harto peor fuera morir y callar. Dejadme llorar, orillas del mar… Dulce madre mía, ¿quién no llorará, aunque tenga el pecho como un pedernal, y no dará voces viendo marchitar los más verdes años de mi mocedad? Dejadme llorar, orillas del mar… Váyanse las noches, pues ido se han los ojos que hacían los míos velar; váyanse, y no vean tanta soledad después que en mi lecho sobra la mitad. Dejadme llorar, orillas del mar… 6 Ándeme yo caliente y ríase la gente. Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días 5 mantequillas y pan tierno; y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla 10 el Príncipe mil cuidados, como píldoras dorados; que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente, 15 y ríase la gente. Cuando cubra las montañas de blanca nieve el enero, tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas, 20 y quien las dulces patrañas del Rey que rabió me cuente, y ríase la gente. Busque muy en hora buena el mercader nuevos soles,25 yo conchas y caracoles entre la menuda arena, escuchando a Filomena sobre el chopo de la fuente, y ríase la gente. 30 Pase a medianoche el mar y arda en amorosa llama Leandro por ver su dama, que yo más quiero pasar del golfo de mi lagar 35 la blanca o roja corriente, y ríase la gente. Pues Amor es tan cruel que de Píramo y su amada hace tálamo una espada, 40 do se juntan ella y él, sea mi Tisbe un pastel y la espada sea mi diente, y ríase la gente. 7 ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Mozuelas las de mi barrio, Loquillas y confiadas, Mirad no os engañe el tiempo, La edad y la confianza. No os dejéis lisonjear De la juventud lozana, Porque de caducas flores Teje el tiempo sus guirnaldas. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Vuelan los ligeros años, Y con presurosas alas Nos roban, como harpías, Nuestras sabrosas viandas. La flor de la maravilla Esta verdad nos declara, Porque le hurta la tarde Lo que le dio la mañana. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Mirad que cuando pensáis Que hacen la señal del alba Las campanas de la vida, Es la queda, y os desarman De vuestro color y lustre, De vuestro donaire y gracia, Y quedáis todas perdidas Por mayores de la marca. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Yo sé de una buena vieja Que fue un tiempo rubia y zarca, Y que al presente le cuesta Harto caro el ver su cara, Porque su bruñida frente Y sus mejillas se hallan Más que roquete de obispo Encogidas y arrugadas. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Y sé de otra buena vieja, Que un diente que le quedaba Se lo dejó este otro día Sepultado en unas natas, Y con lágrimas le dice: «Diente mío de mi alma, Yo sé cuándo fuistes perla, Aunque ahora no sois caña.» ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! Por eso, mozuelas locas, Antes que la edad avara El rubio cabello de oro Convierta en luciente plata, Quered cuando sois queridas, Amad cuando sois amadas, Mirad, bobas, que detrás Se pinta la ocasión calva. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Que se nos va la Pascua! 10 A DON FRANCISCO DE QUEVEDO Anacreonte español, no hay quien os tope, que no diga con mucha cortesía, que ya que vuestros pies son de elegía, que vuestras suavidades son de arrope. ¿No imitaréis al terenciano Lope, que al de Belerofonte cada día sobre zuecos de cómica poesía se calza espuelas, y le da un galope? Con cuidado especial vuestros antojos dicen que quieren traducir al griego, no habiéndolo mirado vuestros ojos. Prestádselos un rato a mi ojo ciego, porque a luz saque ciertos versos flojos, y entenderéis cualquier gregüesco luego. ……………………………………………………………………………… ¿Vos sois Valladolid? ¿Vos sois el valle de olor? ¡Oh fragrantísima ironía! A rosa oléis, y sois de Alejandría, que pide al cuerpo más que puede dalle. Serenísimas damas de buen talle, no os andéis cocheando todo el día, que en dos mulas mejores que la mía se pasea el estiércol por la calle. Los que en esquinas vuestros corazones asáis por quien, alguna noche clara, os vertió el pebre y os mechó sin clavos, ¿pasáis por tal que sirvan los balcones, los días a los ojos de la cara, las noches a los ojos de los rabos? 11 FRANCISCO DE QUEVEDO "¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños que he vivido! La Fortuna mis tiempos ha mordido; las Horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde. Ayer se fue; mañana no ha llegado; hoy se está yendo sin parar un punto: soy un fue, y un será, y un es cansado. En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja, y he quedado presentes sucesiones de difunto. …………………………………………………………………………….. ¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía! ¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas! Feroz, de tierra el débil muro escalas, en quien lozana juventud se fía; mas ya mi corazón del postrer día atiende el vuelo, sin mirar las alas. ¡Oh, condición mortal! ¡Oh, dura suerte! ¡Que no puedo querer vivir mañana sin la pensión de procurar mi muerte! Cualquier instante de la vida humana es nueva ejecución, con que me advierte cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana. 12 Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos, mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte. ACONSEJA A UN AMIGO, QUE ESTABA EN BUENA POSESIÓN DE NOBLEZA, NO TRATE DE CALIFICARSE, PORQUE NO LE DESCUBRAN LO QUE NO SE SABE Solar y ejecutoria de tu abuelo es la ignorada antigüedad sin dolo; no escudriñes al Tiempo el protocolo, ni corras al silencio antiguo el velo. Estudia en el osar deste mozuelo, descaminado escándalo del polo: para probar que descendió de Apolo, probó cayendo descender del cielo. No revuelvas los huesos sepultados; que hallarás más gusanos que blasones, en testigos de nuevo examinados. Que de multiplicar informaciones, puedes temer multiplicar quemados, y con las mismas pruebas, Faetones. 15 A DAFNE HUYENDO DE APOLO Tras vos, un alquimista va corriendo, Dafne, que llaman Sol, ¿y vos, tan cruda? Vos os volvéis murciégalo sin duda, pues vais del Sol y de la luz huyendo. Él os quiere gozar, a lo que entiendo, si os coge en esta selva tosca y ruda: su aljaba suena, está su bolsa muda; el perro, pues no ladra, está muriendo. Buhonero de signos y planetas, viene haciendo ademanes y figuras, cargado de bochornos y cometas. Esto la dije; y en cortezas duras de laurel se ingirió contra sus tretas, y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras. …………………………………………………………………………… Bermejazo platero de las cumbres, a cuya luz se espulga la canalla, la ninfa Dafne, que se afufa y calla, si la quieres gozar, paga y no alumbres. Si quieres ahorrar de pesadumbres, ojo del cielo, trata de compralla: en confites gastó Marte la malla, y la espada en pasteles y en azumbres. Volvióse en bolsa Júpiter severo; levantóse las faldas la doncella por recogerle en lluvia de dinero. Astucia fue de alguna dueña estrella, que de estrella sin dueña no lo infiero: Febo, pues eres sol, sírvete de ella. 16 Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino. apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin cristus la cartilla; chocarrero de Córdoba y Sevilla, y en la Corte bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega? No escribas versos más, por vida mía; aunque aquesto de escribas se te pega, por tener de sayón la rebeldía. 17 PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO Madre, yo al oro me humillo, Él es mi amante y mi amado, Pues de puro enamorado Anda continuo amarillo. Que pues doblón o sencillo Hace todo cuanto quiero, Poderoso caballero Es don Dinero. Nace en las Indias honrado, Donde el mundo le acompaña; Viene a morir en España, Y es en Génova enterrado. Y pues quien le trae al lado Es hermoso, aunque sea fiero, Poderoso caballero Es don Dinero. Son sus padres principales, Y es de nobles descendiente, Porque en las venas de Oriente Todas las sangres son Reales. Y pues es quien hace iguales Al rico y al pordiosero, Poderoso caballero Es don Dinero. ¿A quién no le maravilla Ver en su gloria, sin tasa, Que es lo más ruin de su casa Doña Blanca de Castilla? Mas pues que su fuerza humilla Al cobarde y al guerrero, Poderoso caballero Es don Dinero. Es tanta su majestad, Aunque son sus duelos hartos, Que aun con estar hecho cuartos No pierde su calidad. Pero pues da autoridad Al gañán y al jornalero, Poderoso caballero Es don Dinero. Más valen en cualquier tierra (Mirad si es harto sagaz) Sus escudos en la paz Que rodelas en la guerra. Pues al natural destierra Y hace propio al forastero, Poderoso caballero Es don Dinero.
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