Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

tiradas comentadas del Cid Campeador, Apuntes de Filología hispánica

Asignatura: Literatura española medieval, Profesor: Osuna Cabezas, Maria Jose, Carrera: Filología hispánica, Universidad: US

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 20/11/2014

emilio_borrallo
emilio_borrallo 🇪🇸

3.7

(77)

20 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga tiradas comentadas del Cid Campeador y más Apuntes en PDF de Filología hispánica solo en Docsity! Comentario El Cid Campeador El fragmento que vamos a comentar, forma parte del Poema de Mio Cid, obra que narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar. Como hemos visto con anterioridad la obra está escrita en versos mayoritariamente alejandrinos, asonantes y divididos por una pausa o cesura, para originariamente, facilitar su memorización y difusión oral. Nuestro fragmento abarcará las tiradas 132 hasta la 137, cuyo tema principal será la venganza en diversas formas. Por ejemplo, el Cid busca una satisfacción legal en lugar de acudir a una violenta venganza personal. El Cid a diferencia de otros protagonistas de otros relatos épicos, la sustituye por una reparación legal, en la corte del rey. El Cid, por lo tanto no es un personaje al que guía la pasión de la venganza por el agravio recibido, sino que aparece siempre como justiciero y humano. Por lo tanto está clara la dicotomía entre venganza y justicia. Recibimiento (tiradas 132,133 y 134). En estas tiradas los de San Esteban acompañan con amor hasta el rio Duero a las hijas del Cid, donde Álbar Fánez se encargará de llevarlas a Valencia. Una vez en Valencia el Cid saldrá corriendo a recirbirlas. Asistimos después al recibimiento que les hace la madre, y al plan inmediato del Cid, tras enterarse de lo ocurrido a sus hijas, de enviar a participar al rey( manda a Muño Gustioz),como vasallo a señor, de la deshonra recibida, es decir, implicarle en su reparación, a través de gestos y expresiones que movilicen su partición [2898-2916]. Conviene discutir que esta secuencia, usualmente interpretada como una descarga de la responsabilidad del Cid en esa deshonra, hay que verla más bien como una estrategia para implicar al rey en la misma, una de las formas de concitar su apoyo, ciertamente una invocación de la responsabilidad que como señor que arregló la boda y propuso la alianza, hoy rota, le cabe en estos hechos. Estas muestras de indignación son formas convencionales de recuperar el honor, de iniciar el proceso político vengador, en este caso presentado positivamente a través de la invocación explícita que hace el protagonista. Porque es cierto que hay unas reglas, un derecho, más o menos formalizado, que regula las relaciones, las prácticas sociales, en esa comunidad política de señores y vasallos. Invocar el derecho, entonces como ahora, sirve para legitimar dichas demandas. Esta implicación regia en la deshonra, que se nos presenta por el narrador como lógica, es la que hace que venganza y justicia sean inseparables. De este modo , se observa cómo el rey se incorpora a la venganza, aceptando la responsabilidad que le compete en la boda, lamentando su celebración, declarando su pesar y mostrando su deseo de ayudar al Cid a alcanzar derecho a través de la convocatoria de cortes [2953-2966]. Aquí, de nuevo, la expresión dar derecho es ofrecer reparación, frente a esa idea tan extendida que supone que un juicio es la aplicación de normas sustantivas a delitos claramente definidos y penalizados[2966]. Tras esto el rey don Alfonso convoca cortes en Toledo, y vuelve a mandar a Muño Gutioz con el Cid, al que tiene que decirle que tiene un plazo de siete días para que se reúna él. Las cortes de Toledo (tiradas 135,136 y 137). Tras convocar el rey las cortes, los infantes le piden a éste que les dispense de asistir a las cortes ( tienen miedo) ante lo cual el rey se negará. A continuación, dentro del período de 7 días irán llegando todos los caballeros y nobles, pero no será hasta el quinto día cuando llegue el Cid, el cual será recibido por el rey. Tras el encuentro del Cid con el Rey , este le ofrece entrar en Toledo, pero en Cid decide celebrar vigilia en San Servando hasta el día de las cortes. Una vez llega el día de las cortes, el Cid advierte a los suyos y se prepara para la ocasión. Tras comenzar las cortes, son presentados los hechos, ante los cuales, el Cid demanda reparación de los infantes y gana el pleito. Es en esta escena donde se contrastan dos tipos de venganza cuya valoración va ligada a la construcción retórica como buenos y malos de los grupos enfrentados. Los malos, ya lo sabemos, van a ser los infantes; su construcción como tales empieza, al menos en este tercer canto, con la descripción de su miedo frente a las cortes convocadas. Por otro lado, la construcción de los buenos forma parte de la misma lógica, que no es sólo narrativa sino que responde a una lógica social, y que, en este tercer cantar, cobra su mayor relieve precisamente en los preparativos que les llevan a la corte en la opuesta representación que se hace del grupo del Cid [3000-3106]. Es interesante en este sentido notar cómo la descripción de sus atavíos y armas ocultas, que podía hacer de ellos un bando, es presentada en términos positivos al atribuirla a la desconfianza hacia el comportamiento de los infantes y dirigirla a demandar sus derechos y decir su razón, a impresionar a sus adversarios y evitar ser deshonrados si así lo intentan los de Carrión. El miedo, atributo de cobardía en los infantes, es presentado en el Cid como signo de prudencia, y su valor descansando en la cualidad y valentía de su grupo de hombres armados [3073-3083]. Toda la representación de este grupo, de cómo van armados, de cómo va vestido el Cid, está dirigida a deslumbrar a la corte, y al público que escucha o lee, de tal modo que se pueda sentir y entender la admiración que va a causar su grandeza y su caballerosidad. Hay una magnificencia extraordinaria, dirigida a inclinar a la audiencia y a la asamblea a su favor. Es un despliegue de poder inmenso, una exhibición de capital simbólico de gran eficacia como muestra la descripción del impacto que la entrada causa, y las muestras de deferencia que recibe de los miembros de la corte, incluido el mismo rey[3105-3106]. Por lo tanto, la oposición entre buenos y malos continuará durante todo el proceso en la corte y en el ritual previo, que incluye descripciones de la actitudes de las partes y sus grupos ante la sesión judicial convocada en la ciudad.
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved