Tomás de Aquino: 3 estándares EBAU CyL, conceptos y comparación con Aristóteles, Apuntes de Historia de la Filosofía

¡Descarga Tomás de Aquino: 3 estándares EBAU CyL, conceptos y comparación con Aristóteles y más Apuntes en PDF de Historia de la Filosofía solo en Docsity! TOMÁS DE AQUINO. ROCIO DE LA FUENTE MIGUEL 1 La relación razón-fe y la posibilidad de la teología como ciencia. Uno de los problemas centrales de la filosofía medieval fue la relación entre la razón y la fe. De acuerdo con él, solo hay una verdad y puede ser conocida por medio de la razón y por medio de la fe bajo determinadas circunstancias. La distinción entre razón y fe que recoge de su maestro Alberto Magno es el fundamento del sistema tomista. Las diferencias entre razón y fe se establecen según sus orígenes, sus actos y sus objetos. El conocimiento racional tiene su origen en la abstracción que realiza el entendimiento, mientras que el conocimiento que proporciona la fe lo tiene en la revelación. El acto de la razón es entender y el de la fe es creer. El objeto de la razón es la verdad natural, y el de la fe es la verdad sobrenatural. Su postura se puede resumir en las siguientes características: La razón es sierva de la fe, esta permite al hombre llegar a conocer más allá de la realidad mundana que le rodea, sin ella no se podrían conocer los principios últimos que ordenan el Universo. En este objetivo, la razón puede ayudar a la fe, pero es la fe quien debe orientar a la razón. La razón y la fe son distintas, la razón se esfuerza por avanzar en el conocimiento a través del ejercicio del pensamiento y la fe es la verdad ya dada a los hombres a través de la revelación de Dios. La razón y la fe comparten ciertas verdades, las más importantes son los preámbulos de la fe, que pueden ser demostrados a través de la fe y de la razón: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y la ley ética natural. La razón y la fe no pueden entrar en conflicto, si lo hay, este es puramente aparente y significa que una de las dos facultades se ha aplicado mal. Finalmente, Tomás de Aquino argumentará que la teología sí es una ciencia en el sentido de que emplea la razón para la búsqueda de las causas de las cosas y aspira, en último término, al conocimiento de la verdad. Sin embargo, también reconoce que los métodos y puntos de partida de la teología son distintos a los de la filosofía: El punto de partida de la filosofía son los fenómenos que nos rodean y que podemos percibir a través de nuestros sentidos. Sin embargo, el de la teología es la revelación de Dios a los hombres que puede ser encontrada en los distintos textos sagrados. En lo que respecta al método, mientras que la filosofía busca las causas próximas de cada fenómeno para irse elevando en la cadena causal hasta el conocimiento profundo de la realidad, la teología emplea el método exegético, esto es, la interpretación de los textos que recogen la verdad revelada por Dios a los seres humanos a través de sus profetas. TOMÁS DE AQUINO. ROCIO DE LA FUENTE MIGUEL 2 La demostración de la existencia de Dios. Uno de los temas centrales de la filosofía medieval fue la demostración de la existencia de Dios. Tomás de Aquino trata de demostrarla a partir de la experiencia. Demostrar la existencia de una cierta cosa solo tiene sentido si la existencia de esa cierta cosa no es evidente por sí misma. Aunque la existencia de Dios es evidente en sí misma, nosotros no llegamos a comprender el término Dios, luego la existencia de Dios es evidente por sí misma, pero no es evidente para nosotros. Sto. Tomás examina las dos formas posibles de llevar a cabo una demostración de existencia. La demostración a priori, a partir de la esencia de las cosas, que no es efectiva porque no podemos conocer la esencia misma de Dios. Y la demostración a posteriori, que parte de los efectos de las cosas para concluir la existencia de las cosas y esta sí que es efectiva. Desarrolla las cinco vías tomistas para demostrar la existencia de Dios, y tienen todas la misma estructura. Se parte de la experiencia sensible y la comprensión racional de las criaturas y sus atributos. En el recorrido, se busca la explicación última de esa experiencia y se rechaza la imposibilidad de una serie infinita de causas. Por último, se alcanza la explicación última con Dios como principio y fundamento, y se afirma un aspecto de Dios. Comentando resumidamente las cinco vías: La Vía 1, vía del movimiento, dice que en el mundo hay cosas que se mueven y argumenta que todo lo que se mueve es movido por otro. Esto conduce a la idea de un primer motor inmóvil, que mueve sin ser movido, y que es considerado como Dios. La vía 2, vía de las causas eficientes, dice que existen cosas que son causa de otras y otras que son efectos de las primeras. Pero no hay ningún elemento que sea a su vez su causa y efecto, y para que existan todos estos efectos tiene que haber una causa que sea la primera de todas, que es lo que llamamos Dios. La vía 3, vía de la contingencia, dice que en el mundo existen cosas que no son necesarias, que nacen y mueren. Esto implica una cadena de seres contingentes, cada uno dependiendo del anterior. Para que existan todos estos seres tiene que haber un primero que sea necesario y se haya creado a sí mismo, y este es Dios. La vía 4, vía de los grados de perfección, dice que en el mundo existen seres y cualidades más nobles, buenos y bellos que otros. Esto implica un modelo máximo de nobleza, bondad y belleza del que participan todos los seres. Este modelo perfecto es lo que llamamos Dios. La vía 5, vía de la finalidad, dice que en el mundo todo lo que actúa persigue algún fin. Pero parece que ese fin al que tienden los seres ha sido instaurado en su esencia por una cierta inteligencia. Esa inteligencia es lo que llamamos Dios. TOMÁS DE AQUINO. ROCIO DE LA FUENTE MIGUEL 5 circunstancias de cada gobierno. Sin embargo, de acuerdo con Santo Tomás, la ley positiva de cada Estado debería ser una prolongación de la ley natural dada por Dios a los hombres y con la que nunca debería entrar en contradicción. TOMÁS DE AQUINO. ROCIO DE LA FUENTE MIGUEL 6 Sto. Tomás - Aristóteles. Tanto Aristóteles (384-322 a. C.) como Tomás de Aquino (1225-1274) tuvieron maestros muy notables (Platón y Alberto Magno, respectivamente) y se dedicaron a la enseñanza. Además, los dos escribieron obras de carácter didáctico, si bien los textos esotéricos del Estagirita que nos han llegado y los tratados escolásticos como la Suma teológica son formalmente muy diferentes. Pero la conexión entre los dos es muy estrecha. El pensamiento aristotélico casi se desvaneció en Europa durante siglos. El primer cristianismo aborreció de la filosofía, aunque fue incorporando poco a poco todo aquello que pudiera servirle para defenderse frente a las doctrinas rivales. En ese camino, Agustín de Hipona acercó a la Iglesia a las doctrinas platónicas y neoplatónicas. Al fin y al cabo, la creencia en otro mundo gobernado por el bien y en la inmortalidad del alma se acomodaba con bastante facilidad a las enseñanzas cristianas. El pensamiento de Aristóteles, en cambio, tuvo que recorrer un camino más largo y tortuoso. Sus obras fueron conocidas en el mundo árabe y retornaron a Europa gracias a los musulmanes. En particular, Averroes, el Comentador, fue un gran defensor del Estagirita. Curiosamente, ese camino entorpeció la integración del pensamiento aristotélico en la Europa medieval. Su filosofía, asociada a los infieles, se veía como un peligro. Y tampoco ayudó mucho que algunos de sus primeros estudiosos, el averroísmo latino, pretendieran una integración tan artificial como la teoría de la doble verdad, según la cual, algo podía ser filosóficamente verdadero, mientras su opuesto lo era en el campo teológico sin que supusiera ninguna contradicción relevante. Sin embargo, en el siglo XIII el Papa encargó a Tomás de Aquino averiguar cuál era el valor de su pensamiento. La lectura del de Aquino convirtió a Aristóteles en el Filósofo, la referencia fundamental para comprender mejor el mundo natural. El dominico, a diferencia de algunos de sus predecesores, valoraba enormemente la importancia de la razón y estaba convencido de que, siendo un don entregado por Dios, tenía que contribuir eficazmente al descubrimiento de la verdad, una verdad que solo podía coincidir con la religiosa. Tomás consideró que los puntos de vista de Aristóteles para la comprensión de la naturaleza eran correctos: de ahí que recogiera su terminología física (acto y potencia, causa eficiente...), su valoración de la observación del mundo sensible (punto de partida de las cinco vías) e incluso algunos de sus argumentos (como el de la primera de las vías). También desde el punto de vista ético y político la influencia aristotélica es evidente en el pensamiento de Tomás, si bien siempre quedaba corregido por el prisma cristiano. Ahora bien, podemos establecer alguna diferencia muy importante: el primer motor aristotélico se dedica a pensar en sí mismo e inicia el movimiento como inspiración, es más amado que amante, mientras que el Dios cristiano es un Creador atento a su obra.