Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Manual de intervención psicosocial en familiares y discapacitados, Guías, Proyectos, Investigaciones de Psicología

Información sobre el proceso de intervención psicosocial en familiares de personas con discapacidad. Se abordan temas como la creación de una relación cordial, el tratamiento de problemas familiares relacionados con la discapacidad, la importancia de evaluar diferentes subsistemas y la necesidad de adaptar roles y funciones dentro de la familia. Se destaca la importancia de la intervención profesional en la primera fase y el desarrollo de nuevas pautas de interacción.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2012/2013

Subido el 03/10/2013

its-482
its-482 🇪🇸

3.8

(69)

72 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Manual de intervención psicosocial en familiares y discapacitados y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Psicología solo en Docsity! Familia y discapacidad. Manual de intervención psicosocial. José Navarro Góngora Facultad de Salamanca. Abstract. El objetivo de este manual es instruir a los profesionales de salud mental u otros profesionales, como educadores y médicos, interesados en la práctica de la intervención psicosocial desde la Terapia Familiar. Aconseja dando pautas de comportamiento y principios para una buena intervención. Los familiares de miembros con algún grado de discapacidad pasan por muchos sufrimientos y sacrificios, por lo que estos deben ser tratados. Asimismo el tratamiento servirá para actuar en el propio discapacitado, pues tratar los problemas que la discapacidad plantea en el nivel familiar es una forma excelente de tratar los problemas de la persona con discapacidad. Ideas/ Resumen. Tienen que seguirse varios pasos cuando se lleva a cabo una terapia familiar. El primero es crear una relación cordial con cierta distancia profesional, lo que permitirá capacidad de maniobra; definiendo las condiciones de trabajo, que evitará problemas tanto a familia como a profesional, mostrando que escucha al paciente, y justificando la presencia de todos los familiares que hayan asistido a tal entrevista. Establecida la relación el profesional debe identificar los problemas, tanto en sí mismos como en su contexto. El problema debe tratarse mediante aproximaciones sucesivas, definir y acordar con la familia un programa de tratamiento; lo cual da iniciativa a la familia y orden para que el profesional se oriente. A continuación, el profesional evalúa los problemas, teniendo para ello que, identificar las variables clave en el comportamiento de éstos, y mostrar una actitud flexible, planteando la evaluación como hipótesis, para poder cambiarla y/o adaptarla si no funciona. El profesional no debe olvidar durante ésta evaluación mostrar a la familia los recursos con los que cuentan. Para una buena evaluación de los problemas resulta útil hacerlo en términos de conductas concretas. Una vez identificados y evaluados los problemas, el profesional debe intervenir, siguiendo el programa acordado, y teniendo en cuenta una serie de principios. Entre ellos están, informar (tanto de la discapacidad, cómo de las consecuencias de éstas en todos los miembros de la familia); hacer un cambio en conductas relacionadas con el síntoma; desarrollar la red social de la familia; y ser prudente (motivando a la familia a un cambio lento de lo simple a lo complejo, del que es protagonista, y sin mostrar nunca una actitud culpabilizadora). La finalidad de la entrevista es conseguir el cambio, lo que promueve la esperanza y utilidad de ésta. Si dicho cambio es conseguido en un clima emocional, será mucho más productivo. Como se ha dicho anteriormente, los problemas deben ser tratados en su contexto, pues éste puede actuar tanto de apoyo, como de fuente de estrés; esto hace que su evaluación sea de utilidad. Para ello el profesional debe evaluar tres subsistemas, la persona y su discapacidad, su familia, y la institución que le presta los servicios, mediados todos por factores socio- culturales, que tendrán efectos (en la aceptación o no de la discapacidad, o en la generación de recursos para afrontarla), y que suelen verse, equivocadamente, como inmodificables. Se crean importantes cambios en una familia en la que aparece un miembro discapacitado, puesto que ésta se ve gravemente afectada. En un primer lugar, es necesario redefinir los roles y funciones de la familia (algunas del enfermo quedan delegadas, y además aparecen otras nuevas relacionadas con la enfermedad). Generalmente las nuevas funciones relacionadas con el cuidado suelen recaer en una sola persona (suele ser una adscripción implícita que sigue una pauta ligada al sexo, y cuya conveniencia puede ir cambiando a lo largo del ciclo vital), quien, por lo tanto, acabará agotada (como consecuencia de la carga y la renuncia personal que conlleva), para que no ocurra esto, es de gran importancia un reconocimiento, y los programas de respiro (momentos en los que el cuidador principal es sustituido, descansa y puede realizar alguna actividad personal importante). Al mismo tiempo que los roles y funciones, aparecen nuevas pautas de interacción en las familias, éstas al igual que pueden ser beneficiosas, pueden volverse inoperantes o rígidas, como ocurre con, la ayuda que se convierte en sobreprotección (suplir al enfermo también en funciones que podría realizar), o que relaciones privilegiadas (como lo es la de cuidador-discapacitado) acaben por convertirse en una sobrecarga muy negativa para ambos. De igual manera afecta la interacción con los profesionales (quienes tienden a mostrar una actitud culpabilizante), o con la sociedad (tanto un aislamiento social, como un apoyo social dado de manera humillante o degradante). Igualmente que a funciones o pautas de interacción, la discapacidad afecta a las tareas normativas de cada etapa evolutiva, apareciendo una pérdida de experiencias, de carácter acumulativo, que hacen necesario que la familia ponga a la enfermedad “en su lugar”. El diagnóstico es un momento que implica un especial impacto emocional para la familia. Ésta, vivirá primeramente un shock –fase de desintegración- (con sentimientos de depresión, cólera y culpa), una asimilación y el tener que explicar a otros el problema –fase de ajuste- (con pena también), y por último una integración de la enfermedad en la vida familiar –fase de reintegración. Debido a la sugestionabilidad y dependencia que la familia sufre en la primera fase, la intervención del profesional en ésta será clave. Debe tenerse en cuenta que la información no suele ser correctamente asimilada, y que en esta fase se creará un guión (que debería conseguirse fuera de esperanza, pero siempre realista) que determinará la manera en que la familia vivirá con la enfermedad. La discapacidad trae también consigo una gran cantidad de sentimientos, y la contrariedad, angustia, ansiedad y culpa que éstos producen, las cuales se agravan al no ser tratadas (tanto por vergüenza hacia sus sentimientos, como por ver estos problemas como normativos de la enfermedad). En cuanto a sentimientos, la situación se complica especialmente cuando el discapacitado resulta ser un miembro de la pareja, situaciones en las que deben redefinirse las contribuciones de ambos cónyuges, adaptándolas a las condiciones que la y de los aspectos psicosociales de la enfermedad. Asiduamente los servicios o instituciones que tratan estos problemas se olvidan de las familias del discapacitado, olvidan su sufrimiento, sus sacrificios, el duelo por el que pasan…Esto perjudica a cada miembro de la familia, pero además tiene efectos sobre el propio discapacitado, pues una sobrecarga o depresión de la familia del discapacitado puede desembocar en un abandono, en que el enfermo se culpabilice, en un deterioro de las relaciones familiares (tanto entre hermanos, como a un miembro de los progenitores)…De igual manera un buen cuidado y relación con la familia pueden ayudarle en el afrontamiento de su condición, siendo por lo consecuente tan importante tratar a las familias, como a los discapacitados. No debe olvidarse nunca el tratar a una enfermedad desde una visión psicosocial, pues es igualmente imposible separar los aspectos personales del entorno social donde se desenvuelve el individuo, que referirse a éste sin tratar los aspectos psicológicos. Si no se trataran la familia puede sufrir graves e incluso crónicos problemas psicosociales, los cuales son un problema en sí, pero que además pueden crear o agravar otros. Además, de todas las recomendaciones del manual, pueden extraerse actitudes y principios que el profesional debe tener en cuenta. En las entrevistas es fundamental que la familia consiga un cambio y que sienta que éste fue gracias a su participación. El profesional no debe buscar por lo tanto una relación cercana (conservando las distancias de la profesionalidad) en la que la familia se siente escuchada y comprendida, únicamente; sino que debe buscar también una relación de participación, en la que el profesional no impone ni está por encima, sino que mediante el mutuo acuerdo se llega a las decisiones finales. Si se consigue esta relación, y además que dichas decisiones conlleven un cambio en cada entrevista, la familia tendrá una imagen positiva y de competencia de sí misma, aumentará su autocontrol percibido, obtendrán una sensación de esperanza, y además, verán la utilidad de la sesión. Caeríamos en un gran error si nos olvidáramos del contexto en el que se da. En el discapacitado influye, por supuesto, su discapacidad, la cual puede crearle un duelo por las pérdidas que le va a conllevar, miedo hacia el futuro o lo desconocido, depresión… Pero además, van a influir su familia y cómo ésta se comporte hacia su problema y lo integre en la vida familiar. Los servicios por su parte influirán mucho también en el transcurso de la enfermedad, debiendo, dar bien la información, comprender al paciente, mostrarle toda la ayuda posible…y además no olvidarse de las familias, ayudarlas, para que éstas por su parte puedan enfrentar la situación de la mejor manera posible. Cuando hay que tratar con un discapacitado lo primero que hay que hacer es informarle sobre lo que se va a llevar a cabo teniendo en cuenta que cuando sea necesario hay que remitir o consultar a otro profesional antes que informar de una manera errónea, porque se desconoce. A continuación el paciente será enviado a ciertos programas de intervención buscando el que más necesite, simplemente apoyo social, aprender de las experiencias de otros, apoyo a las familias, sistemas de respiro. El momento del diagnóstico es la intervención más importante a realizar, pues al darse en un ámbito de tal intensidad emocional lo recordarán siempre, la familia creará un guión de actuación que es el que seguirá en todo el transcurso de la enfermedad, a no ser que se lleve a cabo una intervención. Por lo tanto, con carácter preventivo, es crucial hacer que ese guión sea esperanzador (sin mentir nunca). Igualmente en el resto de actuaciones o intervenciones debe tenerse como objetivo el dar esperanza a la familia (mostrando sus recursos, los cambios que vayan realizando…). El profesional lo que debe buscar es que la familia exprese los sentimientos, ya que es normal que pasen por un complejo emocional, pues de otro modo estos desembocarán en problemas graves y/o crónicos. El profesional debe normalizar estos sentimientos a la familia una vez expresados, quitándoles peso y evitando que la familia se avergüence de ellos. El problema de esta actuación es que las familias se callan estos sentimientos, por vergüenza hacia ellos, y luego ven sus consecuencias como normativas de la enfermedad. Comentario personal. Considero que se trata de un manual que alcanza con excelencia el objetivo planteado desde un principio, el de ayudar a los profesionales y orientarlos para llevar a cabo terapia familiar en familias con miembros discapacitados. Se trata de un manual que está escrito de una manera muy profesional y práctica, es decir, es observable el gran trabajo que hay detrás de el para haber sido llevado a cabo. Podemos observar que el lenguaje utilizado es bastante inteligible, pudiendo ser entendido por cualquier persona interesada en el, a pesar de ser un manual dirigido a profesionales de la salud mental. Se debe señalar los casos reales citados y las conversaciones propuestas como ejemplos, que facilitan la comprensión de lo anterior y ayudan a ver más claramente su aplicación. Por último añadir que los recuadro-resumen que hay tras cada apartado son de gran utilidad pues recoges mentalmente todo lo que has leído, fijándote en lo más esencial. Y ayuda a la hora de hacer un resumen. En cuanto a su contenido lo encuentro de gran utilidad, pues muestra, claramente, hasta qué punto la familia puede influir y actuar cómo recurso sobre el discapacitado. Bibliografía. http://es.wikipedia.org/wiki/Terapia_familiar Familia y discapacidad. Manual de intervención psicosocial. José Navarro Góngora
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved