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Tragicomedia de Calisto y Melibea, Apuntes de Ciencias de la Educación

Asignatura: Hecho religioso, Profesor: Antonio Ramire, Carrera: Educación Infantil, Universidad: UPSA

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 28/05/2014

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¡Descarga Tragicomedia de Calisto y Melibea y más Apuntes en PDF de Ciencias de la Educación solo en Docsity! Lemir 13 (2009) - Textos: 29-234 Tragicomedia de Calisto y Melibea. Nuevamente trobada y sacada de prosa en metro castellano por Juan Sedeño Lorenzo Blini (ed.) Universitáa LUSPIO, Roma ISSN: 1579-735X Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 33 Y como en esta consideración mucho tiempo me ocupasse escudriñando y buscando en qué mi grossera pluma exercitar pudiese, ocurrióme a la memoria la no menos subtil y artificiosa que útil y provechosa Tragicomedia de Calisto y Melibea. La qual, como algunas vezes fuesse por mi leída, siempre me hallava nuevo en ella, hallando cada vez cosas dig- nas de ser vistas y notadas, considerava el gran provecho que, a los que no parando en la corteza sacan y toman el meollo della, se sigue.7 También anteriormente Sedeño había demostrado sus interesadas lecturas de La Ce- lestina. Lo vemos en el incipit del primer «colloquio de amores», en el que vuelve a pro- poner la tradicional visión de la mujer amada como obra maestra de Dios, precisamente como en las primeras palabras de Calisto a Melibea. [POLINIDES]. No puedo dexar de hazer immensas gracias a aquel Dios immor- tal que tal maravilla en ti obró, señora Leonida. LEONIDA. ¿Por qué, señor Polinides? POLINIDES. Porque tan perfecta te quiso criar que tú sola eres la que sobre mi vida tienes poderío. Cátedra! nos hace notar que la relación entre los Coloquios de amor y bienaventuranza y la Tragicomedia supone algo más que un simple préstamo. Sedeño interviene profundamente en las temáticas celestinescas, intentando resolver «el problema de fondo de Rojas, la no existencia del matrimonio después del cortejo y el enamoramiento y antes de la relación sexual». Así «reduce el amor de la pareja a un cortejo fallido por parte del amante y a una solución de compromiso en la que el matrimonio secreto salva la inmoralidad que impregnaba La Celestina». De modo que los vínculos con la Tragicomedia se señalan entre los componentes de mayor re- levancia en la personalidad de nuestro autor. Y podría no ser tan atrevida la hipótesis de Snow," íana quien sugiere una relación personal entre Sedeño y Fernando de Rojas. De hecho, los dos vi pocos kilómetros de distancia, y las octavas introductorias de Sedeño «en loor del primer original de esta obra» podrían haber sido escritas para homenajear directamente al autor de su modelo. La fecha de la muerte de Rojas, 1541, confirmaría la posibilidad de que Rojas hubiera conocido y leído la traducción en verso de La Celestina. Volviendo a los datos menos sugestivos y más concretos a nuestra disposición, el Juan Sedeño que se perfila de las noticias que poseemos corresponde a la figura clásica de un humanista del si- glo XVI, culto, polivalente, quizás algo pedante. Pero se caracteriza también, y sobre todo, como lector privilegiado de La Celestina y, por ende, como un testigo descollante para quienes se ocupan de su estudio. La Tragicomedia de Calisto y Melibea en verso En 1540, año en que se imprimió en Salamanca la única edición antigua conocida de la Tragicomedia de Calisto y Melibea en verso de Juan Sedeño, el éxito editorial de La Celes- tina representaba un fenómeno sin precedentes. Desde 1499, fecha de la primera edición localizada de la Comedia, se cuentan tres ediciones de la Comedia misma, veintiseis edi- 17.- Pág. 52. 18.- Pedro Cátedra (ed.), Coloquios de amor y bienaventuranza, ed. cit, pág. 61. 19.- Pedro Cátedra (ed.), Coloquios de amor y bienaventuranza, ed. cit, págs. 36-38. 20.- Joseph T. Snow, «La Tragicomedia de Calisto y Melibea de Juan de Sedeño», art. cit, pág, 14. 34 Lemir 13 (2009) - Textos Juan Sedeño ciones de la Tragicomedia, traducciones al italiano, alemán, francés e inglés.” Todo esto se ve confirmado por la aparición de lo que se ha denominado «género celestinesco»: con- tinuaciones, imitaciones e incluso textos poéticos inspirados en La Celestina. Entre estos últimos recordamos el Romance de Calisto y Melibea” (aprox. 1510); la Égloga de Calisto y Melibea” (1513) y la Penitencia de Amor” (1514) de Pedro Manuel Ximénez de Urrea; la Farsa en coplas sobre la comedia de Calisto y Melibea (ant. a 1539) de Lope Ortiz de Stúñiga, de la que no conocemos más que el título. Así no sorprende que en estos años un letrado se enfrentara con un sujeto que parecía garantizar muchas probabilidades de éxito. Y como sugiere Penney” siguiendo a Menén- dez y Pelayo,” la idea de la versificación podría haber nacido precisamente de la lectura de la Égloga de Ximénez de Urrea. Las observaciones de Snow” al respecto demuestran que Sedeño no sólo había leído dicha égloga, sino que la había aprovechado, como evidencian algunas partes de su trabajo que parecen basarse en ella. Lo que asombra, en cambio, es lo que el mismo Sedeño dice en el prólogo respecto al nacimiento de su versión métrica. Vi ansí mesmo que, siendo [la Tragicomedia de Calisto y Melibea] un compendio tan fructuoso, como todas las novedades aplazen más a causa de algunas nuevas cosas que en depravación de las antiguas de poco tiempo acá son salidas, desta ya, como raída y apartada de la memoria por olvido de la gente, están las públicas tiendas de los mercaderes y libreros tan solas como las secretas librerías de los sabios desamparadas, y que nadie cura de leerla para sacar della la utilidad que lícitamente podía conseguir. [...] Porque muchos toman gusto en las cosas nue- vas y pocos, aunque algunos, toman sabor en las cosas antiguas, y al fin cada uno de diverso modo. Y por esto, viendo que este breve libro, por su antigúedad que entre las modernas cosas tenía, a muchos era odioso y quasi a ninguno acepto, quise dalle sabor con alguna novedad en que los lectores se deleitassen.* Las palabras de Sedeño parecen quedar desmentidas por la realidad, y tampoco están justificadas por el hecho de que ninguna de las ediciones que nos han llegado haya sali- do de una imprenta salmantina, ya que es poco versímil imaginar que una obra que tan fácilmente había cruzado las fronteras del Imperio no lograra recorrer la poca distancia 21.- Los datos se refieren a los textos localizados. 22.- Vid. «Romance de Calisto y Melibea», en Antología de poetas líricos castellanos, ed. de Marcelino Menéndez y Pe- layo, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1944, IX, pág. 135; «Romance de Calisto y Melibea, pliego suelto (1510?)», en Romancero Hispánico, ed. de Ramón Menéndez Pidal, Madrid, Gredos, 1953, 11, pág. 67; y Carlos Mota, «La Celestina, de la comedia humanística al pliego suelto. Sobre el Romance de Calisto y Melibea», Criticón, 87-88-89, 2003, págs. 519-535. 23.- Vid. Pedro Manuel Ximénez de Urrea, «Égloga de la tragicomedia de Calisto y Melibea», en Cancionero, 1513, ed. de M. Villar, 1878, págs. 452-481; Robert L. Hathaway, «La égloga de Calisto y Melibea de Ximénez de Urrea», en NREH, xxvKmL págs 314-350, con su edición; La Égloga de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, de Pedro Manuel de Urrea (1513),ed. de José Luis Canet, Valencia, Textos Lemix, 2003 (http://parnaseo.uves/Lemir/Textos/Egloga/Index.htm). 24.- Vid. Pedro Manuel Ximénez de Urrea, Penitencia de amor (Burgos, 1514), ed. de R. L. Hathaway, Exeter Hispanic Texts 49, Exeter, University of Exeter Press, 1990. 25.- Clara L. Penney, The Book called Celestina... ed. cit., pág. 48. 26.- Marcelino Menéndez y Pelayo, Orígenes de la novela, ed. cit, IV, pág. 17. 27.- Joseph T. Snow, «La Tragicomedia de Calisto y Melibea de Juan de Sedeño», art. cit, págs 13-27. 28.- Pág. 52. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli Lemir 13 (2009) - Textos 35 que separa Burgos, Toledo o Medina del Campo de Salamanca. Su afirmación resulta aún menos creíble si consideramos la existencia de la edición perdida impresa en 1500 en Salamanca. También en este caso, pues, las duras observaciones de Menéndez y Pelayo parecen acertadas: «Es probable que Sedeño exagerase las cosas para justificar de algún modo su inútil trabajo de refundición».” Efectivamente, es posible que Sedeño intentara ennoblecer con una tarea de pública utilidad las motivaciones, de carácter estrictamente personal, que lo habían estimulado a emprender su trabajo, motivaciones que se pueden identificar con la aspiración a una «durable fama» que sobreviviera a lo largo de los siglos. Esto se ve confirmado en el mismo prólogo, donde se repite el topos de la perpetua memo- ria que dejan de sí los autores de las obras ilustres, junto con otro tema importante para Sedeño: los «intolerables trabajos» a los que estos se someten. Y por eso, quizás confiando en la gloria futura, subraya cuánta «fatiga y trabajo» le costó componer las 1580 coplas (co- rrespondientes a 15.761 versos) de su obra, dejando transparentar así su orgullo de autor. Finalmente, no podían faltar en el prólogo las referencias a la Tragicomedia en prosa y a «sus primeros autores» (un plural que podría ser de algún interés en la cuestión de la autoría de La Celestina). Así continúa Sedeño: Y esto no quise que fuesse adición de algún auto, como algunos han hecho, porque super- fluo es lo que en lo perfecto se añade. [...] Y como esta obra estuviesse del todo cumplida y de ninguna cosa falta, no me paresció ¡usto añadir en ella cosa alguna: mudar la orden de su proceder era en agravio de sus primeros autores, a quien tanta reverencia se deve. Pues considerando que todas las cosas que en metro son puestas traen a sus autores dos grandes provechos, lo uno ser assí a los oyentes como a los lectores más aceptas, y lo otro que más fácilmente a la memoria de las gentes son encomendadas, aunque con trabajo de mucho tiempo me dispuse a lo hazer, con determinada voluntad de no addicionar ni diminuir sus sentencias y famosos dichos.2 Para confirmar sus elogios, compone las cinco octavas introductorias «en loor del pri- mer original de esta obra». Aquí, además de la ritual profesión de modestia, describe la Tragicomedia como una perfecta síntesis de forma y contenido, «encomendando el verso a la correctión del lector». El asunto se retoma en las últimas líneas del prólogo: Y por tanto al discreto lector, a cuya correctión me someto, supplico: si coplas o versos desta mi obrezilla el devido sonido no tuvieren, no por eso me culpe, pues no se sufría menos para que la sentencia del verso de la prosa no discrepasse.** El análisis detallado de las relaciones entre la Tragicomedia y la versión en metro” acentúa que Sedeño parece preocuparse más por la fidelidad al léxico del original que por su cuidadosa interpretación. Esta atención al pie de la letra se junta con una escasa sensibilidad a la calidad literaria. Se puede así decir que Sedeño consiguió realizar sólo parcialmente los propósitos de adherencia a su modelo expresados en el prólogo. Consi- derable es el esfuerzo puesto en el intento, logrado en gran medida, de volver a utilizar al máximo el léxico de la Tragicomedia en prosa, muchas veces hasta el punto de sacrificar 29.- Marcelino Menéndez y Pelayo, Orígenes de la novela, ed. cit, IV, pág. 16. 30.- Pág. 53. 31.- Pág. 53. 32.- Vid. Lorenzo Blini, «La Tragicomedia en verso de Juan Sedeño (1540) y sus relaciones con las ediciones anteriores de La Celestina», Lemir 13 (2009) - Textos: 133-168. 38 Lemir 13 (2009) - Textos A: pemopos man Juan Sedeño " leybulcecillolmo ebde fentenci; filofoplaateo auto; muy neccfara vpo. r manceboo:mofrandolceloo engaños que e encer em feruienteo ¡ran et o, Fig. 1. Portada del ejemplar R6601 de la Biblioteca Nacional de Madrid (BNM) Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 39 comedia e aliño Iclibesnae iaiietodada faesdatipjo foenmetro caftellano:po: 304 fedeño: vesino y natural De A O. NCMAODE Id ol Apolo A ost elias fentenciao: hlofopbaleo y auilo; mu rear lv mantcbootmof eligafios que cer : alas ce yalcabuetao, Fig. 2. Portada del ejemplar de la Osterreichische Nationalbibliothek (ONB) 40 Lemir 13 (2009) - Textos Juan Sedeño [Colofón, 06':] Acabo fe la tragicomedia de Califto y Melibea: impreffa en Sa | lamanca: a quinze dias del mes de deziembre: por Pedro | de caftro: impref for de libros. Año de mil y qui | entos [sic] y quarenta años.| AA Mo ¿aliño y Edelca ñ mus DE caftroimp: ropas AS Fig. 3. Colofón del ejemplar R6601 de la BNM 4: af a-nó o”. [h2 presenta la signatura gij, y 05 presenta la signatura ov. Falta la hoja h3.] [Contenido:] al": [Portada] | a1': [En blanco) | a2: [Una octava] Porende fi quieres...|...quedar bien inftruto.| Prologo al lector.| LOs doctos y Sabios varones...| a3":...con las alas de | fu pru- decia y difcrecion.| Siguefe la tragicomedia...|...por el autor arriba dicho.:.| Argumento general de toda la obra.| CAlifto fue de noble linage...] a4':...la deffeada Melibea.| Ar- gumento particular | del primero auto.:.| ENtrado Califto en | vna huerta...|....conlo qual Je defpide de en vno.| a4: Califto...|...Pármeno.| Ca. ENefto veo Melibea | la grandeza...| 06':...me dexaste | in hac lachrimarum valle.| [Colofón] | 06": [En blanco) | No hay titulillos y reclamos. Tipos Prólogo: 36 líneas 165 (170) x 106 mm.,; gótico, 20 líneas = 91 mm. Texto: 41 líneas 165 (170) x 53 mm. (col.); gótico, 20 líneas = 80 mm. 22 grabados; 3 iniciales grabadas. Observaciones El ejemplar presenta anotaciones y correcciones manuscritas. Interesante la anotación bajo el frontispicio: «Expurgado con arreglo al ult. Expurgatorio del S.'* Tri | bunal. Ma- dr* y Jullio 28 de 1564 fr. Alonso Cano | Calific."» El ejemplar presenta efectivamente tachaduras con tinta negra en las páginas a4”, a2”, a3' a3”. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 43 El cotejo de los cuatro ejemplares utilizados ha evidenciado además cuatro variantes internas a la edición, demostración de estados diferentes durante la impresión. al”: [R 6601]: en blanco [R 9683): falta la hoja al [HSA] [ÓNB)]: Introduction del auctor... | ..correction del lector.| [3 octavas + 6 versos] Como en la lengua... | ...de ver fe encerraron | 2) a2": [R 6601]: [Una octava] Por ende si quieres... | ... quedar bien inftruto.| Prologo al lector.| [R 9683] [HSA] [ÓNB]: — [2 versos] refranes y dichos: de tanta dulgura.| en comi co eftilo: jamas fe hallaron.| [una octava] Por ende si quieres... | ..quedar bien inftruto.| Prologo al lector.| rende A quiercoslector tu fcntie ca comprndio:que coloquelctrata eotellentidos el queocuco(egur, vexando laletra:puca fabes que mata LN los motes y burlao:cn ellos quien cata f. 10 cogelas florco:y pierdefe clíruto la si) * portantoefle yerrosoctivelbarata E 5 E fiquiercocnella:quedar bicnmiruto, Wat £s'1Miologoallector. Fig. 6. Detalle de la página a2” del ejemplar R 6601 de la BNM | refranes y oichoo:be tanta bulsura. cetonas Vcballaton. rende fiquieresilectos tu fentir a compendio:que coloqueletrata estelíentido:el quedeues fer. pexando laletraspues fabes que mata los motes y burlas;enellos quien cata cogelas flowo:p pierde fe clfruto portantoefleperro:octivefbarata fi quierco en ella:quedar bien inflruto. Es» miologoal lector. Fig. 7. Detalle de la página a2" del ejemplar de la ÓNB 44 Lemir 13 (2009) - Textos Juan Sedeño 3) gl", colL.I, lín.28: [R 6601]: y egun podifte ver [R 9683] [HSA] [ÓNB): y Segun podifte ver par. E iño co la fucrga verdadera niconiftecl poderío Cuoañar antes feclpera La gloria mor mas entera perdonando clbicrro mo puenocuea oe conocer guerctengo amor map Fano yemmpedicvar tefolia yo tencr pormiverdadero bermano, Fig. 8. Detalle de la página gl" del ejemplar R 6601 de la BNM par. (7 Io co la fuerga verdadera niconfifte el poderío envañar antes fe cfpera la glozía muy mas entera perdonando el bíctro mio pues oenes oe conocer guetetengo amor nap Fino y fegun podifte ver te folia po tener por miverdadero bermano. Fig. 9. Detalle de la página g1" del ejemplar de la ÓNB 4) g8”, col.L, lín.2: [R 6601]: muchos cauallos corr [R 9683] [HSA] [ÓNB): muchos cauallos corri Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 45 tora por ella cipere muchos canallos cor la barray lanca tire mucbos amisos cante y ammil cofasime ofrecí. Fig 10. Detalle de la página g8* del ejemplar R 6601 de la BNM tor08 por ella cípere mucbos canallos corri la barra y lanca tíre mucbos amigos canfe y a mil cofagme ofrecí. Fig. 11. Detalle de la página g8" del ejemplar de la ÓNB Criterios gráficos y ortográficos Los criterios ortográficos de esta edición se inspiran en un principio prevalentemente conservador. Por esto, las modernizaciones o regularizaciones se limitan a los siguientes casos: — se regulariza según el uso moderno la alternancia u/v; — se regulariza según el uso moderno la alternancia i/y; — se desarrollan las abreviaturas (señaladas con el subrayado). Delante de b y p la tilde de la abreviatura se transcribe m; — se transcribe el signo tironiano con y; — se regulariza según el uso moderno la separación de las palabras. Sin embargo, se conservan los casos de contracción propios del siglo XVI —como deste, della— para limitar el uso del apóstrofo, símbolo ortográfico que no se emplea en el castellano moderno, y que en esta edición sólo aparece en casos de menor claridad (ejemplo: quel = quel); —se adoptan las normas actuales de acentuación y puntuación, salvo cuando se intro- duce el acento diacrítico en aquellos casos que podrían traer confusión (ejemplos: nós, ál); — se regularizan las grafías atípicas (señaladas en nota) según el usus scribendi del au- tor, cuando es posibile (ejemplo: dechauas = dexavas) o, alternativamente, según el uso moderno. Por otro lado, se conservan las alternancias gráficas correspondientes a sonidos en evolución, las grafías cultas y las hipercorrecciones, como elementos característicos de la situación del castellano en la primera mitad del siglo XVI. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 49 Tragicomedia de Calisto y Melibea. Nuevamente trobada y sacada de prosa en metro castellano por Juan Sedeño Ed. de Lorenzo Blini 50 Lemir 13 (2009) - Textos Juan Sedeño /alr/ Síguese la Tragicomedia de Calisto y Melibea, nuevamente trobada y sacada de prosa en metro castellano por Juan Sedeño, vezino y natu- ral de Arévalo. La qual con- tiene, más de su agrada- ble y dulce estilo, mu- chas sentencias filosophales y avisos muy necessa- rios pa- ra mancebos, mostrándoles los engaños que están encer- rados en servientes y alcahuetas. 1540 Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 53 de perpetua recordación, la qual hallé comprobada en Derecho Canónico en el capítulo Quia diversitatem de concessione prebende, donde dize: «Diversitatem corporum diversitas sepe sequitur animorum.» Que dize: «La diversidad de las voluntades muchas vezes sigue la diversidad de los cuerpos.» Y ende el capítulo Sicut in sacramentis, en el versículo Item si posset, de consecratione, distinctione quarta, donde dize: «Si posset fieri ut singuli diligen- ter interrogarentur, tot diversitates opinionum forsitam invenirentur quot homines nu- merantur.» «Si pudiesse ser que diligentemente se tomasse el parescer de cada uno, por aventura se hallaría tanta diversidad de opiniones quantos hombres hay.» Lo mesmo se prueva en Derecho Civil por la ley Quia poterat, ff. ad Trebel,, en estas palabras: «Varie sunt hominum voluntades.» Que quiere dezir: «Diversas son las voluntades de los hombres.» Donde procede unos hombres ser afficionados a una cosa y otros aplazelles más otra. Porque muchos toman gusto en las cosas nuevas y pocos, aunque algunos, toman sabor en las cosas antiguas, y al fin cada uno de diverso modo. Y por esto, viendo que este breve libro, por su antigiedad que entre las modernas cosas tenía, a muchos era odioso y quasi a ninguno acepto, quise dalle sabor con alguna novedad en que los lectores se deleitassen. Y esto no quise que fuesse adicíon de algún auto, como algunos han hecho, porque superfluo es lo que en lo perfecto se añade. Lo qual se prueva por aquella aristotélica sentencia, en el Segundo de las Éticas, donde dize: «In recte actis nec addi nec detrahi quiquam potest.» Que quiere dezir: «En aquellas obras que perfectamente son hechas no ay qué añadir ni quitar se pueda.» Y como esta obra estuviesse del todo cumplida y de ninguna cosa falta, no me paresció ¡usto añadir en ella cosa alguna: mudar la orden de su proceder era en agravio de sus primeros autores, a quien tanta reverencia se deve. Pues considerando que todas las /a3v/ cosas que en metro son puestas traen a sus autores dos grandes provechos, lo uno ser assí a los oyentes como a los lectores más aceptas, y lo otro que más fácilmente ala memoria de las gentes son encomendadas, aunque con trabajo de mucho tiempo me dispuse a lo hazer, con determinada voluntad de no addicionar ni diminuir sus sentencias y famosos dichos. Y por tanto al discreto lector, a cuya correctión me someto, supplico: si coplas o versos desta mi obrezilla el devido sonido no tuvieren, no por esso me culpe, pues no se sufría menos para que la sentencia del verso de la prosa no discrepasse, prin- cipalmente en obra de tanta fatigua y trabajo; antes su eloquencia enmiende aquello que enmienda requiere, y lo demás ampare con las alas de su prudencia y discreción. 54 Lemir 13 (2009) - Textos Juan Sedeño Síguese la Tragicomedia de Calisto y Melibea, compuesta en reprehensión de los locos enamorados que, vencidos de su desordenado apetito, a sus amigas llaman y dizen ser su dios. Assí mesmo hecha en aviso de los engaños de las alcahuetas y malos lisonjeros servientes. Nuevamente sacada de la prosa en metro castellano por el autor arriba dicho. Argumento general de toda la obra CAlistofue de noble linage, de claro ingenio, de gentil dispositión, de linda crianga, dota- do de muchas gracias, de mediano estado. Fue preso del amor de Melibea, muger moca, muy generosa, de alta y muy sereníssima sangre, sublimada en prosperoestado, una sola heredera asu padre Pleberio, y de Alisa, su madre, muy amada. Por solicitud del pungido Calisto, ven- cido el casto propósito della, interveniendo Celestina, mala y astuta muger, con dos servien- tes del vencido Calisto, engañados y por ésta tornados desleales, presa su fidelidad con el an- zuelo de cobdicia y deleite, vinieron los amantes y los que les ministraron en amargo y /a4r/ desastrado fin. Para comienco de lo qual dispuso la adversa fortuna lugar oportuno, don- de a la presencia de Calisto se presente la desseada Melibea. Argumento particular del primero auto ENtrando Calisto en una huerta en pos de un halcón suyo, halló allía Melibea, de cu- yo amor preso, comencóla de hablar; de la qual rigurosamente despidido, fue para su casa muy angustiado. Habló con un su criado llamado Sempronio, el qual, después de muchas razones, le enderegó a una llamada Celestina, en cuya casa tenía el mesmo criado una enamorada llamada Elicia. La qual, veniendo Sempronio a casa de Celestina con el ne- gocio de su amo, tenía consigo otro llamado Crito, al qual escondieron. Entretanto que Sempronio está negociando con Celestina, Calisto está razonando con otro criado suyo por nombre Pármeno, el qual razonamiento dura hasta que llegan Sempronio y Celestina a casa de Calisto. Pármeno fue conoscido de Celestina, la qual mucho le dize de los hechos y conoscimiento de su madre, induziéndole a amor y concordia de Sempronio, entre los quales avía desaveniencia. Viene Calisto y da a Celestina cient monedas de oro, con lo qual se despide de en uno. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) /abw)] Calisto, Melibea, Sempronio, Celestina, 1 Ca. Me. Ca. 2. 3. 4. 5. Me. Ca. /a11/ Elicia, Crito, Pármeno 6. Mel. EN esto veo, Melibea, Ca. la grandeza de mi Dios quán sublime y grande sea. ma Dezid, por que yo lo vea, e Calisto, en qué lo veis vos. En dar poder a natura que tan linda te hiziesse y dotasse tu figura de tan alta hermosura que ninguna igual te fuesse; y a mí quisiesse hazer, indigno, merced tamaña que te alcangasse yo a ver en lugar do mi querer descubra mi pena estraña. Y para mi gran passión juzgo yo, señora mía, ser mayor tal galardón que toda mi devoción ni qualquiera otra obra pía. Dime, si en ello has mirado, señora de mi alvedrío, ¿quién ovo jamás hallado un cuerpo glorificado de la suerte que está el mío? Por cierto los muy gloriosos ante la diva existencia no se hallan tan graciosos, tan contentos ni gozosos como yo con tu presencia. Ca. Mas hay esta diferencia de su gloria a mi plazer: que ellos gozan la aparencia de la divina excelencia sin temor de la perder; yo me alegro con recelo del tormento tan esquivo que tu absencia y mi gran duelo darán a mi desconsuelo en grado muy excessivo. Ca. 10. Ca. ¿Tienes este galardón por muy grande y muy crecido? Júzgale mi coracón por tan alto y claro don qual otro jamás ha sido. Sien la gloria Dios me diesse, Sem. Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 55 y esto te digo en verdad, una silla en que estoviesse, no pienso que lo tuviesse por tanta felicidad. Pues galardón más igual te daré, si perseveras. O Calisto que oyes tal, ten por dichoso tu mal de que tanta gloria speras. Mas antes muy desdichado quando acabares de oírme, que será tan mal hadado tu pago, desventurado, qual mereces por servirme. ¿Cómo pudo proceder tal palabra de tu lengua, por do se aya de perder una tan alta muger en quien más clara es la mengua? Vete dende, vil criatura, que estoy en saña encendida; no cause tu desventura que fenezca tu locura juntamente con tu vida. Vete, torpe, sin parar, que Dios del cielo es testigo que no puedo tollerar que pienses comunicar illícito amor comigo. Iré luego, como aquel solo que adversa fortuna pone estudio contra él con un odio tan cruel que al triste bivir repugna. Sempronio, ¿qué hazes? Di. Aquí estoy con los cavallos, que assí goze yo de mí, rato ha que baxé aquí solamente a almohacallos. Di, de maldades esmalte, ¿en la sala no te vi? Trabajo nunca te falte. Abatiósse el girifalte y a enderecalle subí. Assí ganes el tormento perpetuo y intollerable con el qual venido a cuento el penoso mal que siento es sin duda incomparable. Anda, ve, corre, malvado, tenme la cámara abierta y aquel lecho aparejado. 58 Lemir 13 (2009) - Textos 33. 34. 35. 36. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. /a3r/ 37. Sem. que es especie de heregía. Di por qué, sin dilación; no tardes, por Dios, hermano. Porque es dar contradición ala santa religión de qualquier hombre christiano. Eso no me toca a mí, porque tengo otro deseo. Pues yo, señor, siempre a ti christiano te conocí. Mas antes soy melibeo, y aquesto estáse de coro, pues en su fuego me inflamo, porque yo a Melibea adoro y la su clemencia imploro y ella sola es la que amo. (Eso tú te lo dirás. Como es grande Melibea y por ella muerto estás, no te cabe en tu compás por mucho mayor que él sea; y como son tus pasiones tan solamente por ella, échasla entre las razones por la boca a borbollones sin que puedas detenella.) Aquí no es más menester y triste ya no lo seas. Yo te haré guarecer y de tu mal libre ser, Pues sé de quál pie coxqueas. Parece cosa increíble eso que me has prometido. Antes cosa muy agible y a qualquiera muy posible que fuere bien entendido. Que sabida la ocasión principal de la dolencia, es muy clara la razón, que el enfermo en su pasión espera convalescencia. No me dexes de dezir, Sempronio, mi buen criado, quál consejo, a tu sentir, es el que puede rregir un cuerpo desordenado. (¡Ha, ha, ha! ¿No veis el fuego con que se quema Calisto? ¿No veis su poco sosiego? Deves de pensar tú luego que otro tal no se haya visto. O Dios, alto soberano, 38. 39. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. 41. Ca. Sem. 42. Ca. Sem. Juan Sedeño tus misterios quántos son; quánta premia de tu mano posiste al amor humano por que nos dé turbación. Su límite, Dios, posiste por singular maravilla, y ala mente hazer quesiste que piense que sólo él, triste, dueda atrás en la renzilla; y al fin, al fin, bien mirados, todos passan con sus fueros y rompen muy acosados, pungidos, esgarochados, como los toros ligeros. Mandaste al hombre dexar sus padres por la muger, y sin esto les bastar, a ti quieren olvidar como a éste veo hazer; el qual no me pone spantos, pues los sabios que passaron, los profetas y los santos y de estotros otros tantos por la muger te olvidaron. ¿Oyes, Sempronio? ¿Señor? No me dexes, por tu vida. (De otro temple está el tenor.) Dime agora, por mi amor, qué sientes de mi herida. Que amas a Melibea. ¿No otra cosa sino eso? ¿Qué más mal quieres que vea más que tu coracón sea en sola una parte preso? Poco sabes de firmeza. Antes la perseverancia en cosa que no es nobleza yo la diga que es dureza antes que firme constancia; y es lo mesmo en el partido del amor de las mugeres. Tú que eres más entendido, filósofo de Cupido, llámala como quisieres. El que a otro ha de enseñar es torpe cosa que mienta, pues tú te precias de amar la tu Elicia y de loar sus muchas gracias sin cuenta. Lo que bien ves dezir y no aquello que mal hago Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 43. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. /a3v/ Ca. Sem. 45. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. 47. Ca. Sem. es lo que deves seguir y procurarlo cumplir, si no tuyo será el pago. 48. Pues, ¿qué me ves tú dezir que no se funde en razón? La muger quieres subir, queriendo el hombre abatir a su flaca imperfeción. ¿Muger dizes? O grosero, no la conoces, que es Dios. ¿X eso dízeslo de vero? Digo que es Dios verdadero aunque bive acá entre nós. 49. Ca. Ca. (¡Ha,haha! Mirad si oístes tal blasfemia y liviandad, tal ceguedad nunca vistes como tienen estos tristes que pierden la libertad.) ¿De qué ríes en mi passión, si cáncer malo te coma? De que, por mi salvatión, no pensé haver invención más maldita que a Sodoma. 50. ¿Cómo así? Porque en pensar los ángeles ser de nós, con ellos querían errar, pero tú quieres pecar con la que dizes ser Dios. Maldito de Dios divino seas, que hecho me has reír, lo que no pensé, mezquino. ¿Que siempre y de contino 51. has de llorar y gemir? Sí, por cierto, por aquella que no la merezco amar. Antes es tal mi querella que no pienso gozar della, no la esperando alcangar. (Qué Alexandro macedón o qué agúelo del rey Ninos, cuyo alto coracón del cielo con presumpción 52. los juzgava que eran dignos.) /ab4x/ ¿Cómo es esso que dixiste? Digo que tu singular ánimo que tú tuviste, desespera como triste de una muger alcancar, infinitas de las quales se sometieron a fieros y muy brutos animales, Sem. Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 59 y otras de estados reales a viles azemileros. Mira aquella antigua istoria de Pasife con el toro; de Minerva su memoria con el can es tan notoria que ya se sabe de coro. Hablillas son de consuelo. Lo del ximio con tu agúela ¿hablilla fue? Por su delo el cuchillo de tu agítelo da prueva de esta novela. ¡Maldito seas, neciarón, que arojas tales porradas! ¿Escogióte mi razón? Pues mira con atención sus maldades no pensadas, mira bien los historiales, filósofos y poetas, sus libros y sus anales están llenos de sus males y sus malicias secretas. Allí verás las caídas que los sus sequaces dieron, las máculas denegridas de las honrras y las vidas de aquellos que las siguieron. Oye con mucha atención aquel dicho singular donde dize Salomón que la muger con passión haze al hombre renegar. Mira, por que te consueles, a Séneca en qué las tiene: dize ser bestias crueles. Pues escucha Aristoteles y lo que dellas contiene. Bernardo con otros miles, los christianos y judíos, los moros y los gentiles, dizen sus cosas tan viles, concordes y no heradíos. Pero no tomes error en esto que te expusiere, que hay muchas de tal valor que no les toca el calor de lo que dellas dixere; porque hay muchas virtilosas de bondad en altitud, biudas, tanbién religiosas y casadas que en sus cosas manifiestan gran virtud. 60 Lemir 13 (2009) - Textos 53. 54. 55. 56. 57. 58. ¿Mas de estotras su maldad quién la dirá y sus trafagos, sus cambios, su liviandad, su luxuria y suziedad, sus lágrimas y halagos, aquellas alteraciones, delibradas osadías y sus disimulaciones, vanaglorias, presunciones, y las sus hechizerías, 59. aquel su testimoniar, locura y abatimiento, sobervia y desdén sin par, aquel contino parlar, su temor y atrevimiento, su olvido, su subjeción, desamor y ingratitud, disimulada afición, su fingida turbación y su falta de virtud, su rebolver y negar, 60. su constancia tan malina, sus embustes y enredar, su porfía en porfiar, su lengua y su golosina, aquellos envaimientos, escarnios y desvergienza, aquellos deslenguamientos y los sus atrevimientos y aquel fingir de conciencia? Considera qué sesito 6l. contienen so aquellas tocas, aquel rostro tan marchito, y qué hablar tan maldito les sale de aquellas bocas; qué pensamientos malvados están so aquellas gorgueras y faustos autorizados, y en sus labios colorados Qué palabras lisonjeras; aquellos dulces cantares 62. de mil ronces rodeados, qué imperfeciones a pares y qué suzios alvañares so aquellos templos pintados. No em balde llamadas son arma del ceto dañado, del paraíso destrución y del hombre maldición y cabega de peccado. Juan Sedeño ¿No has alguna vez leído en la fiesta de San Juan que malicia antigua ha sido la muger que huvo expellido de los deleites a Adán? Aquésta la gente humana al infierno hizo subjeta; a ésta con alma ufana menospreció muy de gana Elías, el buen profeta. Ca. — Puesesos David y Adán y Virgilio y Salomón, /a4v/ ¿subjetos a ellas están? Pues aquéstos no serán menos que yo, nilo son. Sem. Aquellos que las vencieron te quería ver remediar, no a los que vencidos fueron ni aquellos que se quisieron dexar dellas engañar. Huye sus muchos engaños, dalas a la maldición, apártate de sus daños. Son sus tratos tan tacaños que no han modo ni razón. Es cosa de gran dolor quererlas hombre entender, que comiencan con rigor la dádiva del amor que de sí quieren hazer. Son de condición liviana mucho más que manifiestan, y aquellos que las galanas metieron por las ventanas, en la calle los denuestan. Combidar y despedir, ésta es su costumbre dellas, negar, llamar y huir y llorar para fingir as sus quexosas querellas. Señalan amor honesto, muestran desamor con fuego, muéstranos alegre el gesto, enójanse muy de presto y apazíguanse ellas luego. Si palabra fea os dixeren, quieren que disimuléis, que sufráis lo que hizieren, sobre todo lo que quieren quieren que lo adivinéis. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 83. 84. 85. 86. 87. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. Sem. Ca. 88. Por éste Dios te prospere (y por otros desta trama. Bien me va, Dios bien me quiere. Si déstos muchos me diere traérgela he ala cama. Bien me va con el terciar: deve hazerlo este jubón, que imposible es bien obrar quando no se suele dar ante todo el galardón.) 89. Pues no seas negligente. Tú procura no lo ser, que el amo que no es prudente hazer siervo diligente jamás se puede hazer. Pues dime, ¿cómo has pensado hazer esta piedad? Yo te lo diré de grado lo que tengo imaginado para haver tu sanidad. /a6v/ Cel. Eli. Cel. Eli. 90. Conosco a las tenerías Cel. al fin de estas vezindades una vieja ya de días, astuta en hechizerías, sagaz en todas maldades, y dizen los más sabidos que más de cinco mill virgos son por ella redemidos con engaños nunca oídos, con agujas y con sirgos. Eli. Cri. 91. Y vista, mostrarte ha en su gesto gran reposo, y en una buelta que da las peñas provocará al acto libidinoso. ¿Podríala yo hablar? Dexa, que yo la traeré. Franco te deves mostrar y procúrale contar la pena que te afligié. Cel. 92. ¿Y tardas en ir tu vía? No, que ya me quiero ir. Dios quede en tu compañía. Y tú le lieves por guía; no te tardes en venir. O rey de los celestiales tronos, alto y poderoso, que dando claras señales a los reyes orientales los guiaste con reposo, Eli. Cel. Eli. Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 63 y, la estrella precediente, a Beleen tú los truxiste, los quales alegramente, ofrecido su presente, en su patria reduxiste: húmilmente yo te ruego quieras a éste guiar, de manera que mi fuego convierta en algún sosiego con deleite singular, y convierta mi tristeza en gozo muy señalado, por que con toda presteza yo goze de tal riqueza viniendo al fin deseado. ¡Albricias! que, por mi fe, a Sempronio veo venir. ¡ Ay, ay, madre, ce, ce, ce! ¿Y por qué, Elicia, por qué? No sé a Crito dó haga ir. Pues hazle de presto entrar aí en esa camarilla; di que acaba de llegar tu primo, mi familiar, y viéndole havrá renzilla. Crito, así gozes la vida, que te metas aí de presto. De mi primo soy sentida, y si me ve soy perdida. No te mates, que hecho es esto. O madre, qué gran plazer que tengo de que te veo. A Dios gracias quiero hazer, que nunca pensé acá ser según traía gran deseo. Hijo de mí mucho amado, tú seas muy bienvenido. Rey mío que me has turbado, torna y dame otro abragado, que há mucho que no te he vido. ¿Y tres días podiste estar sin venirnos a ver? Di. Elicia, venle a abracar. ¿A quién? ¿Tengo de abaxar? A Sempronio, que está aquí. Ay, triste, qué alteración y qué grandes sobresaltos, que con la gran turbación este triste coragón no dexa de darme saltos. 64 Lemir 13 (2009) - Textos 93. Cel. ¿Vesle? ¿No le ves aquí? Yo le tengo de abracar. Eli. Ay, traidor, triste de mí, ¿y cómo estuviste, di, tanto sin me visitar? De postema y landre mueras, de enemigos muerto seas, cayas en cárceles fieras y én prisiones lastimeras, por la justicia te veas. 9%. Sem. Hi, hi, hi, ¿qué es, mi Elicia? ¿Por qué te quieres matar? Eli. ¿Y aquesto cabe en justicia que tres días con tu malicia estés sin me visitar? Nunca el Señor te visite ni tú dél ayas consuelo, nunca Dios contigo abite ni de trabajos te quite, mas contino tengas duelo. 95. Guay de la triste que tiene toda esperanca en ti, que ni te pena que pene, y si bien o mal me viene, que todo cuelgue de mí. Sem. Calla ya, mi reina y diosa, no pienses que la distancia del lugar es poderosa de apartarte en una cosa un punto de mi privanga. 96. Adondequiera que vo, piensa que comigo vas; adondequiera que estó, comigo te tengo yo y siempre comigo estás. No penes con tal tormento si quieres tú que yo biva, mas por hazerme contento /a7r/ dime luego en un momento qué passos suenan arriba. 97. Eli. — ¿Y quién piensas que ha de ser? Es otro mi enamorado. Sem. Pues harásmelo creer. Eli. Anda, ve, súbelo a ver. Sem. Voy, por ser certificado. Cel. Anda, no cures de nada, ven acá, dexa esa loca. ¿No la ves que está turbada y con tu absencia y tardada no tiene freno en la boca? 98. Sem. Cel. Sem. Cel. Sem. Cel. 99. Sem. Cel. Sem. Cel. Sem. 100. Cel. Sem. Eli. 101. Sem. Eli. Sem. 102. Cel. Juan Sedeño Pues primero quiero ver acá arriba quién está. Hijo, ¿quiéreslo saber? Sí quiero. Pues sabe ser una moca que está allá, la qual por gran amistad un fraile me encomendó. Qué fraile? ¡Qué vanidad! No procures la verdad, que no te la diré yo. ¿Mas qué fraile, madre honrada? Tu gracia dezirme quiera. El ministro es. jO cuitada moca tan desventurada, qué carga tan grande spera! Andar, todo lo levamos, y muy pocas mataduras has visto que nos hagamos. No, pero bien os sacamos petreras con cargas duras. Ay, burlador, ¿desos eres? Déxa si soy burlador; muéstramela, si quisieres. Ay, malvado, ¿verla quieres? Sin vista te veas, traidor, los ojos que se te salten, que ninguna basta a ti; en mí mill penas se esmalten, trabajos nunca te falten; ve con ella y dexa a mí. Calla, mi Dios verdadero, no aya enojos entre nós, que nia ella nia otra quiero, que a mi madre sola spero, y tú quédate con Dios. Anda, ve, desconocido, está tres años sin vernos. Madre mía, ya habrás vido que en esto 4 que soy venido no nos comple detenernos. Toma el manto, presto vamos, que en el camino derecho hablaremos entramos aquello que, si tardamos, impide nuestro provecho. Vamos, que dello soy cierta. Hija Elicia, a Dios te quedes, ciérrame bien esa puerta Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 103. Sem. /a7w)] 104. Cel. 105. Sem. 106. Cel. 107. Sem. y no la tengas abierta, y quedaos a Dios, paredes. 108. Madre mía tan honrrada, Cel. lo demás dexado aparte, sey atenta a mi embaxada; no esté la mente cerrada a lo que quiero hablarte. Escucha lo que diré, que aquí no comple engañarte; después que te di mi fe, nunca bien yo deseé en el qual no hovieses parte. Ca. Pár. Ca. Pár. Pár. 109. Hijo, parta Dios contigo Ca. su bien muy acrecentado, pues tú lo partes comigo, que en querer Dios es testigo que no bives engañado. Mas venidos al efecto de la nueva no sabida, pues estamos en secreto di como varón discreto a qué es tu buena venida. 110. Es así, y sin que más tarde tú sabras esto qué sea y sin hazer más alarde. Sepas que Calisto arde en amor de Melibea, y pues hay necesidad de nosotros amos juntos, cumple a nuestra hermandad usar de sagacidad en nuestras horas y puntos. Bien has dicho, al cabo estó; bástame el ojo mecer. De aquesto me alegro yo como el médico que vio muchos dolientes aver. Y como el médico suele alargar en la egritud, pues su mal poco me duele, quanto más él se desvele dilataré su salud. Pár. /asr/ 112. Que dizen una razón: que la esperanca que es luenga, quanto aflige el coracón tanto alarga más el don. Bien entiendes esta lengua. Aprovechémosnos amos y no seamos perdidos. Calla, que a la puerta estamos, Sem. Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 65 y sien ello más hablamos las paredes han oídos. Llama, hijo. Tha, tha, tha. ¡Pármeno, sordo! ¿Señor? Corre, mira quién está a la puerta, acaba ya. ¿Quién llama con tal furor? De abrir presto apareja a estas canas honradas. Sempronio, según semeja, y una mala puta vieja davan aquellas porradas. Calla, calla, hombre malvado, no digas tal falcedad, que es mi tía; abre priado. Maldito, ¿cómo has echado por tu boca tal maldad? (Por quererlo a éste encubrir he hecho mucho peor, que siempre oí dezir: por un peligro huir caéis en otro mayor. Sia Pármeno aqueste hecho del todo le descubriera, cobdicia d'algún provecho le hiziera que en su pecho muy secreto le tuviera. Y assí a éste lo encelando, es mi suerte ya caída en indignación, penando, de quien tiene tanto mando y más que Dios en mi vida.) ¿Por qué te matas, señor, y tomas passión agora? No caya en ti tal herror. ¿Piensas que causa dolor este nombre a esta señora? Por cierto que no le diesse menos gloria, a lo que he visto, quien tal nombre le pusiesse, que aquel que por ti dixesse: «o qué diestro que es Calisto.» Deste título es nombrada, por tal nombre conocida; si «puta vieja» es llamada, con cara dissimulada buelve a ver quién la combida. En los combites y fiestas, en bodas y cofradías honestas y deshonestas, 68 Lemir 13 (2009) - Textos 133. /b1v/ 134. 135. Ca. Pár. 136. 137. 138. Y aun dizque también tenía bálsamo y otros matizes que dizque se lo ponía al rascuño que traía por medio de las narizes. Y si quieres que te diga cómo remediava un virgo, unos hazía de bexiga, otros por menos fatiga con una hebra de sirgo. 139. Tenía en unos apartados agujas de pelligeros, y en ellas hilos colgados de seda bien encerados para engañar majaderos; y para mejor obrallo tenía fuste sanguino , raíz de cepa cavallo, hoja plasma, que en contallo es para sacar de tino. Ca. 140. Quando por aquí pasó el embaxador francés, ¿quieres saber lo que obró? Por virgen dizque vendió una moca a dos o tres. ¡Y aun si pudiera ciento! ¡Sí, santo Dios! Mill herradas remediava en un momento que con mucho acatamiento le eran encomendadas. 141. Y aun en otros apartados tenía cosas peores para los enamorados, que bivan desengañados sin cautela en sus amores. Tenía, que es confusión, la soga del ahorcado y también pie de texón y el hueso del coracón que se saca del venado. Ca. /b21/ 142. Cel. Tenía granos de helecho, también la flor de la yedra, todo colgado del techo, con que mill cosas ha hecho, y del águila la piedra. Venían hombres y mugeres a aconsejarse con ella; mira bien quando la vieres que cada qual mill plazeres procurava de hazella. Cel. Sem. Juan Sedeño A los unos demandava el pan adonde mordían; a otros coracones dava de cera y a otros pintava letras que ellos no entendían, con acafrán, bermellón y otras cosas no pensadas, quando dava un coracón, mira, señor, qué traición, lleno de agujas quebradas. Pintava muchas figuras de disforme fealdad y de spantables hechuras, hazié en el suelo pinturas y eratodo vanidad. Bien está lo que has contado, no me quieras más dezir; asaz soy de ti avisado. Vamos, no se aya enojado de tardar tanto en abrir. Y tú no tengas pasión ni ayas enojo de mí, porque si en esta sazón a Sempronio di jubón, havrá sayo para ti. Diziéndote la verdad, me quexo de ti, señor, y de tu incertinidad que tienes de mi fieldad mostrando aquese temor. Dime, señor, si me has visto por interese embidiar, dímelo, señor Calisto, o si me ves que yo incisto en tu provecho apartar. Hijo, no te escandalizes ni tomes enojo desto y la passión no la atizes, que verdad es lo que dizes y a mí me es muy manifiesto. (Pasos parece que suenen y que vienen hazia acá. Escúchame mientras vienen. Di, que a escuchar se detienen y Calisto bien te oirá.) Sempronio, ¿qué me persigues? ue yo tengo harto cuidado. Déxame, no me fatigues. Parece, según me sigues, que tú sólo estás penado. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 143. Ca. 144. 145. 146. Sem. Cel. 147. 148. Pues piensa, y desto te aviso, aunque me ves aora blanda, que pienso yo en el proviso dexar el pleito deciso o morir en la demanda. Pármeno, ea, escucha, a ver, que desde aquí bien oímos; hazme agora este plazer, por que podamos saber en qué mundo o ley bivimos. Ca. Ca. /b2v/ 149. ¡O qué muger especial, digna de ser gran señora, o tesoro mundanal de quien esta muger tal es cierto merecedora! ¡A, Sempronio, fiel varón! Pármeno, ¿ves qué dezía? Dime si tengo razón, de mi secreto rincón, mi consejo, mi alegría. Protestando mi bondad en la sospecha que viste, teniendo fidelidad, te diré, señor, verdad pues que me lo concediste. Ten concepto en mi crianga y tu coracón sosiegue, ten en ti, señor, templanca, por que la vana esperanca del deleite no te ciegue. 150. No fies dellos la suerte de tu vida por lo oído, procura de ser más fuerte, porque éstos, señor, en verte, dizen aquello fingido. (¿Qué me dizes, Celestina? Aquello ruinmente suena; Pármeno bien adevina. Calla, déxale, que aína yo le traeré a la melena. 151. Cel. Y aunque agora sea malino, hasta el fin dello me aguarda, que según que yo imagino, prométote que do vino el asno verná el alvarda. Sempronio, todos ganemos, pues nos lo apareja Dios, y partamos y holguemos; de Pármeno no curemos, que yo le haré uno de nós. 152. Pár. Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 69 Yo le entiendo de traer a picar el pan benigno; dexa a la vieja hazer y procuremos de ser dos a dos, tres al mohino.) Es Sempronio. Sí, señor. Abre, llave de mi vida. O mi Pármeno, mi amor, ya soy libre de dolor y sano con su venida. O vejez muy virtiñosa, o envejecida en virtud, o mi esperanca gloriosa, deseada y deleitosa y de mi pasión salud; o mi regeneración, reparo de mi tormento, mi propria resurreción; o mibivificación, venerable acatamiento: deseo a ti llegar y júzgome por indigno, tus manos querría besar que remedio pueden dar al dolor deste mezquino. La mi indignidad no ignoro para comigo tenellas, mas pues esto está de coro, desde aquí beso y adoro toda la tierra que huellas. (¡De aquellas he de bever! Sempronio, los huesos tales que estoy harta de roer me quiere dar a comer. ¡Allá allá, a los animales! Tómame mucha congoxa en oírle blasonar; aún en su hablar no afloxa. ¡Xo, que te estrego, asna coxa, más havías de madrugar!) (Guay de orejas que han oído tal palabra como aquélla. Por muy perdido es tenido quien anda tras el perdido por una necia querrella. Sus sentidos adoraron la más vieja puta tierra que sus espaldas fregaron en burdeles do se hallaron, do toda maldad se encierra.) 70 Lemir 13 (2009) - Textos 153. Ca. Sem. Ca. 154. Sem. Ca. Cel. 155. 156. /b3r/ 157. 158. Di, la madre, ¿qué dezía? ¿Ha tomado turbación? Parecióme que sentía que con palabras quería pagarle su gualardón. Señor, así lo sentí. Pues anda acá, ben comigo, trae las llaves que te di, que sanarla he luego aquí la duda desto que digo. 159. Por cierto muy bien harás y será cosa bien hecha. Vamos, no tardemos más, y con esto quitarás Ía yerva de tal sospecha. Muy astuto lo has hablado. Vamos luego, no tardemos. Pármeno, mucho he holgado que solos nos han dexado, para que tú y yo hablemos 160. y conozcas el amor claro que tengo contigo; que yo yapor mi dolor, conozco el odio y rancor que tú publicas comigo, y no me toman pasiones ni quiero hazer caso dello, porque sufrir tentaciones es virtud en los varones: yo de ti no me querello. 161. No pienses que no he oído lo que has querido dezir ni pienses que aya perdido con la vejez el sentido muy preciado del oír; que no sólo lo exterior con los ojos calo y veo, mas, bendito sea el Señor, que conozco lo interior y adónde va tu deseo. 162. Has de saber, mi Pármeno, que Calisto anda penoso, de tristeza de amor lleno; yo de verle triste peno, viéndole tan virtioso; y que tú quieras dezir Ío que yo vi que dixeras deves, hijo, de sentir, que estas dos son sin mentir conclusiones verdaderas: Cel. Juan Sedeño la primera, que es forgado amarse el hombre y muger; la segunda, ser turbado el amador ofuscado en soberano plazer, el qual Dios, que es criador y hazedor de cada cosa, quiso dar al amador, y que hoviese en el amor participación gloriosa. Y la causa porque diese esta gloria tan ufana fue por que no feneciese, mas antes prevaleciese la generación humana. Y no sólo en la nación de aquello que es sensitivo quiso dar delectación, mas en la generación de lo que es vegetativo. Y esto si lo quieres ver del arte que lo hablara, puédeslo muy bien saber, si quisieres entender una doctrina muy clara: si sin interposición de otra cosa alguno siembra dos plantas de un mesmo son, es de sabios conclusión que deven ser macho y hembra. A esto que te replico, Pármeno, ¿qué dizes ya? Necio, loco, simplezico, mi perlica, mi angelico, putico, llégate acá. ¿Lobitos en ese gesto? ¡Que mala ravia me mate si yo comigo te acuesto! ¿No dizes qué sientes desto? Determina este debate. Que aunque apunta la barbilla, Pármeno, ¿quieres que diga que tienes por maravilla muy mal asosegadilla la punta de la barriga? Como la cola está alada del alacrán, si la vieses. Y aún peor está enconada que la suya, si ésta, hinchada, encona por nueve meses. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 183. 184. Cel. 185. Cel. 186. Cel. /b5r/ 187. Oyéndote estoy penoso, Celestina, y todo tremo; estoy perplexo y dudoso: hazer eso yo no oso, que parece rezio extremo. Téngote por madre a ti y a Calisto por señor. Riqueza siempre pedí, pero no ganada así, porque es el cargo mayor. Yo siempre querría provecho por no pasar tanto afán, porque a tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo, sabes que dize el refrán. Pues yo no sería contento con ellos, mas en tristeza; más quiero contentamiento ue no el torpe ensalsamiento e tual ganada riqueza. Y en esto no debatamos, que es verdad lo que replico: que quando bien lo miramos, en este mundo que estamos el que está contento es rico. Hijo, quánta es tu inocencia en no seguir mis consejos. Déxate de tal sentencia, pues dizen que la prudencia de contino está en los viejos. La pobreza es muy segura quando es mansa y quieta. Antes di que la ventura a los osados procura ayudar y ser acepta. También aquel que posee bienes y prosperidad, y esto qualquiera lo vee, no es cuerdo si no desee tener con otro amistad. Pues, Dios loado, que bienes no te faltan que gastar y pues amigos no tienes, gánalos, por que no penes en la hazienda conservar. No pienses que la privanca es cierta deste señor, mas quanto la buena andanga es cierta, su seguranca se haze mucho menor. 188. 189. 190. Pár. Cel. Pár. Cel. Pár. 191 Pár. Cel. 192, Pár. Cel. Cel. Pár. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 73 Pues ¿dónde puedes tener tal amor más con derecho que do tres cosas ves ser, que son, conviene a saber, bien y deleite y provecho? Por bien, ve las voluntades de Sempronio con las tuyas: si miras las igualdades de virtudes y bondades, yo digo que dél no huyas. Si por provecho lo havéis, bien ves quan claro se está que en la mano le tenéis y si regiros sabéis cada uno medrará. Pues si lo havés por plazer, vuestra hedad os da lugar para holgar y comer, para burlar y bever y para amores tomar. O Pármeno, que tal dama te daré como una muca con que gozes en la cama, que Sempronio a Elicia ama, la que es prima de Areúsa. ¿De Areúsa? Es cierta cosa. ¿De la que es hija de Eliso? De ésa que es como una rosa. ¡O cosa maravillosa, como diablo le quiso! ¿Pero a ti bien te parece? No cosa que ella mejor. Pues el caso así lo ofrece, si tu virtud lo merece yo te haré aver su amor. Que lo vea es menester, madre, para que lo crea. Vicio es atodos creer y hierro nunca tener por verdad cosa que sea. Madre, bien creo tu razón. Déxame, que no me trevo. jO flaco de coracón, cómo siento gran pasión en dezirte lo que devo! Dime: ¿por qué no osavas? ¿Por qué el bien no te conviene? El refrán verificavas que dizen que da Dios havas a quien quixadas no tiene. 74. Lemir 13 (2009) - Textos 193. /b5v/ 194. 195. Cel. 196. 197. 198. Dirás que al entendimiento contradize la fortuna, y al mayor merescimiento con triste acaescimiento embidiosa le repugna. Celestina, yo he oído de contino a mis mayores que es exemplo conoscido que los deleites han sido de mill males causadores. 199. También dizen que es razón y exemplo de gran valor que tome qualquier varón su trato y conversación con quien le haga mejor. Y ya que yo sea inclinado y tu consejo en mi quepa, yo tengo determinado que sea oculto mi pecado sin que de nadie se sepa. 200. Que ya que el hombre es vencido y dado a sensualidad, ho va tras ella perdido sies de virtud oprimido por su buena honestidad. Mucho hablas sin prudencia, porque la delectación, según de todos sentencia, nunca tiene complacencia do no hay comunicación. 201. Que en las cosas sensuales el deleite es recontarlas alos amigos leales, que es amores y otras tales cuya gloria es blasonarlas. Dezir: «Esto la hablé y ella estotro respondió»; contar: «Así la tomé y la besé y abracé y ella a mí asíme mordió, 202. Cel. y tal donaire pasamos esta noche ella y yo, en tales cosas hablamos y tales juegos jugamos y ella así se me llegó.» <¡Qué habla tan deleitosa y qué meneos tan graves, O qué gracia tan graciosa, o qué vista tan hermosa, o qué besos tan suaves!» /b6r/ Juan Sedeño «Ea, sus, vamos allá, ea, cantemos canciones, ella mañana saldrá, cátala a misa do va, ea, saquemos invenciones; la su calle le rondemos y della ninguno parta, por su servicio justemos: ¿qué cimera sacaremos? ¿Qué mote? Mira su carta.» «El marido ya se aleja: cata el cornudo do va. Ea, que sola la dexa, habla por entre la rexa, dale otra buelta, ve allá.» «Ea, di, ¿cómo te fue?» «Estotro me aconteció.» Alahé, hijo, alahé, estas cosas, por mi fe, de coro me las sé yo. Éstas son cosas que aplazen con deleite sosegado; que lo ál mejor lo hazen los borricos quando pacen con las bestias en el prado. O madre, tal no hablases ni me digas tal razón. No querría me combidases ni menos me amonestases a seguir delectación como los que no tuvieron fundamento que sea bueno, mas de razón carecieron, que falsas sectas hizieron bueltas con dulce veneno, para captar y tomar de flacos sus voluntades; con polvos de dulce amor les han podido quitar sentidos y libertades. Di, loco, ¿qué es la razón y qué es el amor, asnillo? Tu falta de discreción determine esta questión, que tú no sabrás dezillo; porque la mayor prudencia de contino está en los viejos porque tienen la experiencia; así, por esta sentencia, siempre dan buenos consejos. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 203. Cel. 204. 205. 206. 207. Cel. 208. Todo estoy muy recelado de tu consejo seguir y oyéndote temoroso, porque le veo dudoso: nole oso recebir. Sirecebir no le quieres, no temas que más te atize, mas pues tan discreto eres, escúchame, si quisieres, aquello que el sabio dize: 209. que al pertinace varón el qual seguir no querrá los consejos de razón, en su casa destruición arebatada verná. Y con esto me despido de cosa más te dezir, pues eres desconocido y aquello que me has oído ñolo quieres recebir. 210. (Ya mi madre está enojada; duda tengo en su consejo. Yerro es no creer nada; pues ganancia señalada me da, a creerla aparejo. /b6v/ Dezían mis antecesores Ca. que es muy bueno paz tener con grandes y con menores, y que en todo a sus mayores deve el hombre de creer. 211 No se deve denegar paz y amor a los hermanos. Quiérola yo contentar, Cel. que a pocos veo apartar los intereces mundanos.) No quieras, madre, encenderte con furor demasiado. No sólo quiero creerte, mas en gran merced tenerte el consejo que me has dado. 212. No quiero agradescimiento porque tengo esta humildad, y por eso en un momento manda, que a tu mandamiento se humilla mi voluntad. Hijo, los hombres erraron Pár. como aquellos que hombres son, Sem. y las bestias porfiaron Pár. y en el mal perseveraron Sem. con su bruto coracón. Pár. Sem. Pár. Lemir 13 (2009) - Textos 75 Hasme hecho alegre ser aclarando los tus ojos. De oy más es mi parecer que nos demos a plazer y nos quitemos de enojos. Plázeme que has respondido a tu padre, viejo honrrado, viendo agora que has querido defender y has defendido un propósito obstinado. Que muchas vezes tenía como tú esta testedad y así cosas defendía, mas luego se reduzía a conoscer la verdad. ¡O qué hartura y qué persona, qué cara tan venerable! O señor, tú le perdona y dale clara corona en la gloria perdurable. Pero cumple que callemos, que Calisto viene ya, y esta materia dexemos, que después tiempo tenemos en que se despachará. Trayo, madre, gran cuidado si biva te hallaré, mas según soy congoxado, más estoy maravillado cómo yo bivo llegué. Rescibe el pobre presente del que te ofresce la vida. Como en el oro excellente la obra por eminente a la materia es tenida, así en tu don de excellencia, dado con humanidad, se aventaja en mi conciencia, señor, tu manificencia y gran liberalidad. Y asíla dádiva presta obra el efeto doblado como ha hecho agora ésta, y el que tarda manifiesta pesarle del don mandado. (Di, Sempronio, ¿qué le dio? Cient monedas. ¡Qué plazeres! ¿Y ella contigo Pablos Sí. ¿Cómo estamos tú y yo? Calla, que como quisieres, 78 Lemir 13 (2009) - Textos 10. Sem. /b7v/ 11. 12. 13. Ca. Sem. 14. Señor, yo de grado iría por complir lo que has mandado, mas también quedar querría, que quedando aliviaría gran parte de tu cuidado. Aquéxame tu temor, tu soledad me detiene. Quiero seguir lo mejor y en tu obediencia, señor, haré lo que te conviene. 15. Mas en solo te hallando, Ca. estás como hombre sin tiento, sospirando, mal trobando y con lo escuro holgando, buscando nuevo tormento; de donde, si perseveras, tú no puedes escapar de muerto o loco de veras si no tienes con quien quieras algún consuelo tomar. Pár. Ca. 16. Que quien cante canciones y té llegue los plazeres, finga cuentos y ficiones, juegue naipes, haga sones, que huelgues quando le vieres, que te sepa consolar quando viere que estás triste, y no te dexe emboscar en los desvíos sin par que al principio recebiste. 17. ¿Cómo, simple, tú no sientes que el llorar quita la pena? Esto dizen los prudentes, la escritura de scientes es desta sentencia llena. Y quanto el oculto duelo más congoxa a los penados con un penoso recelo, tanto más dan de consuelo los sospiros quebrantados. /b8r/ 18. Si quieres, señor, mirar adelante con cordura, verás que querer buscar materia para penar es género de locura. Si miras aquel Macías, ídolo de amadores que fue casi en nuestros días, sus penosas agonías le dieron penas mayores. Ca. Juan Sedeño Notires al aguijón, señor, coces, que más hiere. Finge aver consolación, que a las vezes la opinión trahe las cosas donde quiere; no porque pueda oprimir la que es perfeta verdad, mas porque puede regir nuestro juizio y sentir con summa felicidad. Sempronio, mi buen amigo, pues tanto mi mal te aquexa, trae Pármeno contigo Para que quede comigo y acompaña tú la vieja. Heme aquí do estoy, señor. Pues yo no, pues no te vía. No la dexes, por mi amor, ni olvides mi gran dolor, y vaya Dios en tu guía. Pármeno, mira sin falta la materia que oy se muestra: grande pena en mí se esmalta y Melibea es muy alta, Celestina gran maestra, muger esperimientada en tales obras obrar, en el caso acostumbrada. Ella va bien salariada: no lo podemos errar. Tú me la has aprovado con toda tu enemistad; yo creo lo que has contado, que el enemigo enojado aun no niega la verdad. Y pues ella, a mi pensar, me sanará desta vez, pues al fin se ha de gastar, yo tengo por mejor dar a ella ciento que a otra diez. (¿Ya lloras? Duelos tenemos. ¿Duélente ya las riquezas? Donosa cuenta trahemos. En casa entiendo que avemos de ayunar estas franqueza.) Pues pido tu parecer Pármeno, seyme gracioso: no quieras enmudecer al tiempo del responder. ¿Qué dixiste? Di, enojoso. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 19. Pár. 20. Ca. Ca. 21. 22. Ca. Pár. Ca. 23. 24. Digo, señor, que a mi ver, Ca. y esto qualquiera lo vea, Ío que quieres espender es mejor para hazer presentes a Melibea; si vas por este sendero de muerto tornarás bivo, yo dando a ésta el dinero, aziéndote por entero sobre todo su captivo. /b8v/ Eso me di, sin defeto, 25. del arte que es, con verdad. Señor, pues eres discreto, a quien dizes tu secreto, a ése das tu libertad. (Algo dize este dotor:) Pero mira: si ay distancia del rogado al rogador, a de haver intercesor que carezca de ignorancia; y si tú no lo has pensado, 26. sábete que es menester Ca. que suba de grado en grado el mensaje y sea levado a quien le ha de proveer. Y pues se sigue el provecho de la manera que hablo, di, por no darme despecho: ¿apruévasme tú lo hecho? (¡Apruévetelo el diablo!) ¿Qué dizes? 27. Digo, señor, si no me has bien escuchado, que ya, por nuestro dolor, nunca jamás un error viene desacompañado. El dicho apruevo por bueno, y el propósito no sé si no le dizes, Pármeno. Señor, lo que en ti condeno, si escuchas, te lo diré. 28. Dígolo porque el bolar el otro día tu neblí fue causa de irle a buscar, y buscándole, hallar tanto dolor para ti. Y lo que más malo es de ti y los desta mesnada, que en las manos os ponés de aquella vieja después de tres vezes emplumada. Pár. Lemir 13 (2009) - Textos 79 Dime más, Pármeno amigo, que me das holgura harta, Pues con quanto dizes digo que cumpla agora comigo y que la emplumen la quarta. Eres de poco sentido y hállaste sano y bueno, del amor tienes olvido: a ti nunca te ha dolido donde duele a mí, Pármeno. Mas quiero, señor, que airado me reprehendas y penes por la pena que te he dado, que por no ser consejado arepiso me condenes; porque sabe que perdiste el nombre de libertad y captivo te heziste quando a Melibea diste captiva tu voluntad. (Palos querrá este vellaco.) Dime, necio, mal criado, de cien mil maldades saco, ¿lo potente hazes flaco para doblar mi cuidado? Véndeste por muy prudente. ¿No sabes que el escalón primero del insipiente es tenerse por sciente en sublime perfeción? Dime qué cosa es primor o qué es buena crianga. Tú no sabes qué es amor. Si sintieses mi dolor, daríasme más speranca. Quanto remedio Sempronio acarrea como aquel que da buen testimonio, apartas. Dote al demonio, que hazes muy del fiel. De lisonja eres terrón, bote lleno de malicias, de la embidia eres mesón, tal me quitas la passión qual la salud me codicias. Por la vieja disfamar, a tuerto o a derecho, me hazes desconfiar y en mis amores penar, apartando mi provecho. 80 Lemir 13 (2009) - Textos 30. 31 32. /clr/ 33. 34. Ca. 35. Sempronio temió su ida y con ella tu quedada; yo lo quise y recebida tengo la pena devida por la culpa que es pasada; Pues con tus dichos estás doblando más mi cuidado, el dicho provado has que solo valiera más que no mal acompañado. Ca. Pár. 36. No es fidelidad, señor, Ca. aquella que se convierte en lisonja por temor, y más con quien el dolor y aflición llegan la muerte. Quitarse ha, señor, el velo desta tu gran ceguedad; pasará como de buelo el humo del desconsuelo que causa tu oscuridad; 37. y podrás claro mirar ser mis palabras mejores para tu canger matar que las que pueden cevar el fuego de tus ardores: quéestas amatan el fuego, mas las que dize Sempronio abívanle más. Pues luego, si quieres tener sosiego, déxale, dale al demonio. 38. Calla, calla, hombre nefando, maldito de Dios serás. Estó yo triste penando y estás tú filosofando: ho te quiero sperar más. Un cavallo haz sacar, límpienle bien a al hora; hazle la cincha apretar, por si uviere de pasar por casa de mi señora. 39. ¡Mocos, mocos! ¡Ay dolor, y qué sabrosas novelas! Hazerlo será mejor, que desta vez a peor verné que mogo de spuelas. Si desta vez me vinieren muchas tales novedades, me pago si me dixeren: mis comadres mal me quieren porque digo las verdades. Juan Sedeño Dun cavallo, ¿relincháis? ¿ ¿No basta en casa un celoso? ¿Qué es esto que sospecháis? ¿A Melibea barruntáis? ¿ Pues mándoos yo tal reposo. Pármeno, ¿viene el cavallo? ¿ Sí señor, cátale aquí, que a Sosia en casa no hallo y hove yo de ensillallo y aun pocas gracias a mí. Pues ten el estribo tiesto; abre la puerta: saldré. Si Sempronio viene en esto, di que me spere, que presto la buelta a casa daré. ¡Mas antes nunca ella sea! Con el diablo allá irás. A estos locos quien desea dezirles cosa que vea, no le pueden ver jamás. Por mi fe, que yo creyese que si con toda presteza el calcaño le hiriese, más seso de allí saliese que de toda la cabeca. Pues sigue tú la dotrina que tienes por singular, que si mi sentido atina Sempronio y aun Celestina te sabrán bién espulgar. Triste, que por ser leal y bueno para Calisto he de sufrir siempre mal. ¡Andar! El mundo ya es tal: por muchos buenos lo he visto. Yo determino seguir a esta vieja prudente y su consejo cumplir, que lo mejor será ir tras el hilo de la gente. Yo veo que a los traidores todos los llaman discretos, y alos buenos servidores yo veo que sus señores Íos culpan de mil defetos. Si a Celestina creyera con sus seis dozenas de años, Calisto no me dixera lo dicho ni yo tuviera por pago duelos tamaños. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 16. Sem. Cel. 17. 18. /c3r/ 19. 20. y que no se haga santo a mí, que soy perro viejo. Acordéle bien quién era, su madre también quién fue: si desdeñarme quisiera, tropecase la primera en su madre, qual yo sé. Mucho tiempo deve aver, madre, que le conoscías. Yo le vi, hijo, nascer y aun le ayudé a embolver muy muchas noches y días. De su madre siempre fui amiga y la acompanñé, y aun así goze de mí como della deprendí todo lo mejor que sé. Ella y yo juntas comíamos lo que podíamos aver, y juntas las dos dormíamos y juntas las dos havíamos nuestro solaz y plazer. Mas con ella yo no era engañada, a mi pensar, si ella no se muriera y mi fortuna quisiera que me uviera de durar. Ó muerte, con tu agonía quántos y quántas desatas de sabrosa compañía, quántos bivos de alegría apartas con los que matas. Que si quisieran los hados que ella me fuera biviente, nunca mis passos cansados fueran desacompañados hallándose ella presente. Si yo acaso traía el pan, ella traía el vino; si regava, ella barría; si yo la carne ponía, elía ponía el tocino. No fantástica ni loca como la gente moderna. Su locura era tan poca que sin manto, sólo en toca, se iva hasta la taverna. Rreverencia la tenían como si fuera divina, que todos quantos la vían nunca menos la dezían que era señora Claudina. 21. 22. 23. Sem. Cel. Sem. Cel. 25. /c3v/ Lemir 13 (2009) - Textos 83 Si por vino la embiava, esto parece novela, bevido, quando tornava un acumbre se levava y otro agumbre en la pichela. Si le faltava el dinero, en esto, Sempronio, cata, era, hablando de vero, su dicho tan valedero como una prenda de plata. Si ívamos par a par para remojar la boca, medio acumbre hazía echar, mas nadie le vio quitar sobre la paga la toca. A Dios agora pluguiesse, hablando en pequeña suma, que su hijo tal me fuesse, que a mi cargo que yo hiziese al amo quedar sin pluma. Pero si yo no me atierro en estos oficios píos, si otra vez con él me encierro, yo le porné de mi yerro, en la cuenta de los míos. Dime, ¿cómo lo has pensado, que es de tratos maliciosos y un traidor muy redoblado? Pues, para que sea engañado, a esse tal, dos alevosos. Haziéndole yo quedar con Areúsa bien quisto, darnos ha luego lugar para las redes echar por las doblas de Calisto. Dime, ¿tienes en la mano, si piensas, a Melibea? Hijo, nunca ay curujano que al herido torne sano de una vista que le vea. Lo que siento desta cosa al presente te diré: Melibea es muy hermosa, Calisto nunca reposa y por franco le juzgué; nia él le pena el gastar ni por mí el recibir queda; a él nole pena el dar, a mítanpoco el andar mientras que bulle moneda. 84 Lemir 13 (2009) - Textos 26. Sijuzgamos verdadero como Melibea no es santa, venceráse de ligero, porque, Sempronio, el dinero las duras peñas quebranta; pasará sin ser mojado un río como una nube, y no ay cero tan algado que un asno que va cargado de oro por él no sube. 27. El su ardor tan encendido basta para nos ganar aunque se quede él perdido; y esto es lo que he sentido que nos puede aprovechar. Yo voy camino derecho a Melibea hablar, y aunque esté brava de pecho, otras tan bravas he hecho perder el cacarear. 28. Todas son muy cosquillosas, pero después que consienten la silla, no son rixosas ni quieren estar ociosas ni hay hombres que las contenten. El camino siempre atinan, muertas sí, mas no cansadas; y si de noche caminan, maldizen porque desinan los gallos las alvoradas. 29. Quando ven que es ya venida la estrella dicha Luzero, elévaseles la vida, su alma está escurecida porque vino tan ligero; y muchas destas sé yo ser presas de un abracgado; ruegan a quien las rogó, sirven a quien las sirvió y penan por el penado. 30. Alos quicios cheriaderos hazen andar sin roído. Son dulgores muy arteros los que los besos primeros en ellas han imprimido. Y al que no fueron amigas, después que a rogar le vienen manifiestan sus fatigas; del medio son enemigas, los extremos siempre tienen. 31 Sem. Cel. 32. 33. /c41/ 34. Sem. 35. Cel. Sem. Cel. Juan Sedeño Esos términos no entiendo si no mudas tu razón. La materia en que contiendo es, hijo, que estoy diziendo quán estremadas que son: que ama mucho la muger al de quien es requerida o tiene gran malquerer, así que siempre ha de ser en el estremo metida. Y así voy más consolada a casa de Melibea que si la viesse ganada, que aunque agora sea rogada, verás cómo devanea. Déxala, que si a Dios plaze, me tiene al fin de rogar, y aunque agora me amenaze y haga lo que el toro haze, 21 cabo me ha de halagar Lievo un poco de hilado en esta mi faltriquera, bien hilado y bien aspado, con que tantas he cagado que no es cosa creedera. Lievo tanbién mill aseos como agujas y alfileres, gorgueras, frangias, rodeos, garvines y otros areos con que cago mill mugeres. Porque tal ay que tal quiere y si por mal de mi vida en esto sentida fuere, por do la boz me viniere esté bien apercebida. Madre, yo mucho quería que en esto muy bien te viesses, y de mi voto sería que mirasses esta vía primero que lo hiziesses. Que si el principio se yerra, buen fin alcangar no puedes. No te metas en tal guerra, pues dizes ser vieja perra. Mira, sin pluma no quedes. ¿Sin pluma avía de quedar? O enplumada, que es peor. ¡Bueno eres para terciar, si quisieses avisar la vieja, por su dolor! Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 36. 41. Sem. Notomes, madre, cuidado 37. Eli. 38. Cel. Eli. Cel. Eli. 39. Cel. Eli. Cel. /c4v/ de verme con tal temor, que lo que es muy deseado no espera ser alcancado, y más en caso de amor. Y en esta negociación querría ver fin sin miseria, no por quitar de aflición a mi amo y de passión, mas por salir de lazeria. 42. Y como son ya las gentes sabias en esta conseja, temiendo los acidentes miro más inconvenientes Eli. que tú como sabia vieja. Sempronio, en buena verdad que me espantan tus prestezes. Válame la Trinidad, ¿cómo es esta novedad, venir oy acá dos vezes? 43. Otro es nuestro pensamiento, en que va más interés. Mas, ¿la moga del convento fuesse luego en el momento? Y aun otra vino después. Luego, ¿en balde no has estado? No, no, madre, en buena fe, ni de Dios tal sea mandado, que aunque tarde huvo llegado recaudó lo que querié. Pues, hija, sube al sobrado, a ése de la solana, y el bote que está colgado de la soga de ahorcado báxamele presto, hermana; y abre tanbién el caxón y un papel has de traher que está escrito, hazia el rencón, cabo el ala del dragón que metimos allí ayer. 45. Madre, no le puedo hallar; por esso ven y no tardes y súbelo tú a buscar. Jesús, no te has de acordar de cosa jamás que guardes. Elicia, no me castigues en mi vejez ni me mates; déxame, no me fatigues: por Sempronio me persigues; déxame, no me maltrates. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 85 No te muestres ser tan fiera dándome tanta fatiga, que juro que más me quiera a mi para consejera que no a ti para su amiga. Do están los untos irás, despacha sin más contraste, yluego me baxarás as barvas que hallarás que del cabrón tú quitaste. Acaba, triste de mí, que me enhadas, así biva. ¿No vienes, Elicia? Di. Toma, madre, veslo aquí. Yo voy con Sempronio arriba. Anda, súbete a holgar y estáte con él un rato, que esto de mí ha de colgar, que tengo yo de afanar para que mudes tú el hato. A ti conjuro, Plutón, rey de la profundidad del gran lago Phlegetón, señor de la confusión y infernal obscuridad, alto gran emperador de los imperios ditales, de los dañados guiador, poderoso regidor de las furias infernales que son llamadas Aleto y Tesífone y Megera, señor de todo lo prieto, del reino que es inquieto de Stigic, laguna fiera, señor del sulfureo fuego que el ethnico monte mana, rey que habitas en lo ciego y atormentas sin sosiego a la compaña profana, governador del tormento y los atormentadores de las ánimas sin quento que en el tu reino cruento sufren penas y dolores, rey del planto lacrimoso de las infernales sombras y del caos litigioso, mantenedor temeroso que de las arpías te nombras, 88 Lemir 13 (2009) - Textos /c6r/ Tanta maldad en ti mora que me hagas ser más triste. 9. Pues que tu promesa llena de sperar me dio passión, no siguiéndose obra buena ni tú quedarás sin pena ni yo sin desperación.» Y con esto me dirá injurias de dos mill artes. Pues, triste yo, mal acá; cuitada, mal acullá: trabajo por amas partes. 10. Agora el alto señor de toda ocasión me guarde. Quiero dexar lo peor: ir allá será mejor que dexarlo por covarde. Quiero a Pleberio offender más que a Calisto enojar, y así quiero progeder y lo que dixe hazer y por osada quedar, 11 pues a la osadía cierta fortuna siempre ajudó. Ya estoy delante la puerta y parece que está abierta o no tengo vista yo. He visto que los agíieros son de disfavor desnudos y los dos hombres primeros que topé son verdaderos Juanes y los dos cornudos. 12. Pues la palabra primera que he oído fue de amor, no tropieco ya siquiera, las piedras de la carrera se apartan en mi favor. Mis haldas no se han travado, ave negra no la he visto, los perros no me han ladrado: buena señal se ha mostrado en las cosas de Calisto. 13. Y de todo eslo mejor que está Lucrecia a la puerta; con Elicia tiene amor: si plaze a nuestro Señor de su favor estoy cierta. Lu. — ¿Quién es ésta que acá passa, que viene con tal corrida, haldeando viene y lasa? Cel. — Sea paz en esta casa. Lu. Madre, tú seas bienvenida. 14. Cel. 15. Lu. Cel. 16. Lu. /c6v/ 17. Ali. Luc. Ali. 18. Luc. Ali. Luc. Juan Sedeño ¿Y quál Dios o quáles hados fueron los que te traxeron a estos barrios apartados, pues que de ti acostumbrados en tiempo ninguno fueron? Deseo de a todas ver, que desto tenía cobdicia, y después de lo hazer, también vengo a te traer encomiendas de tu Elicia. ¿Y aesso sólo saliste? Muy espantada me has hecho: costumbre nunca tuviste de dar passo, ni le diste, do no esperases provecho. ¿Provecho no te semeja cumplir yo mi voluntad? Mayormente que a esta vieja que ya con la edad trebeja no falta negesidad, y como estoy sin abrigo vendo un poco de hilado. Algo es lo que yo digo. Mas súbete acá comigo, que acá te será comprado, porque mi señora urdió una tela este otro día y un poquillo le faltó, y por esto pienso yo que menester lo tenía. Lucrecia, aquella risada, di luego, ¿con quién la hazías? Con aquella vieja honrada que tiene la cuchillada, que bivía a las tenerías. Agora puedo saber menos ésa quién ha sido, si tú me quieres hazer lo incógnito conocer por lo menos conocido. Más conocida es, señora, esta vieja que la ruda, que es una falsa traidora y en maldades sabidora y sobre manera aguda. Dime qué oficios usava o en quál era más cosaria. Que las tocas perfumava y mucha gente llamava a ésta vieja lapidaria. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 19. Ali. Luc. Ali. Luc. Ali. Luc. 20. Ali. 21. Luc. Cel. 22. 23. /c7r/ Sino me dizes su nombre 24. no la puedo conocer. Pues mira que no te asombre, que en esta cibdad no ay hombre que lo dexe de saber. Pues dímelo ya, malsina. Par Dios, señora, he vergiienca. Acaba presto, malina. Es su nombre Celestina, hablando con reverencia. Ali. O mátete mal dolor, 25. si yo me puedo valer de risa en ver el rancor y el odio y el desamor que la deves de tener. Ya me vo acordando. Anda, ve, hazla sobir, trairáme qualque querella. Anda y súbete con ella, algo me verná a pedir. Sube, tía. 26. Señora honrrada, siempre Dios contigo sea y te haga prosperada y aya por encomendada a tu hija Melibea. Señora mía, mi passión y enfermedad ha empedido hazerte visitación conforme a la obligación que siempre de ti Ñe tenido, Ali. 27. mas sábelo aquel señor que juzga las intenciones que no fue por desamor, que distancia, do ay amor, no aparta los coracones. Y mi gran necessidad me haze agora cumplir la mi antigua voluntad, que sobre mi adversidad me huvo agora de venir. Ali 28. Y fue falta de dinero Para un caso no pensado, y no allé a lo que quiero remedio más verdadero que vender este hilado que para ciertas toquillas allegado lo tenía. Veslo aquí en sus madexillas, y aunque son tan pobrezillas, sírvete de su valía. Ali. Cel. Cel. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 89 Vezina, la tu razón haze que de ti me duela, y quisiera a la sazón remediar la tu pasión antes que menguar tu tela. Por todo lo que has hablado gradezco tu ofrecimiento, y si es tal el hilado seráte muy bien pagado en dinero a tu contento. Tal sea mi vida y muerte y de quien de mái se duela. Por que el precio se concierte sabe, sedora, que es fuerte como cuerdas de vihuela; por estas manos hilado y blanco qual puedes ver, que así goze, que me han dado por la onga dello aspado a tres monedas ayer. Hija, vente aquí a quedar con la vezina en la sala. Hazlo luego, sin tardar, que es hora de visitar a mi hermana que está mala; que no la vi desde ayer y dame mala señal que un paje, a todo correr, me viene a hazer saber que se le ha areziado el mal. (Anda el diablo por aí: tener rezio, buen amigo, trabaja agora por mí que me la llieves de aquí a compañero, a quien digo.) Qué es lo que dizes, amiga? Digo, mi buena señora, que al diablo Dios maldiga, que por mi mayor fatiga se arrezia su mal agora. Y dime, ¿qué mal la ha dado que le da tormento tal? Rezio dolor de costado, y según he sospechado temo que será mortal. Por eso, buena vezina, duélete de mis pasiones sino vengo tan aína. A Dios, amiga, te inclina y haz por ella devociones. 90 Lemir 13 (2009) - Textos 29. 30. 31 Cel. Ali. Cel. /c7w] 32. 33. Me. Cel. 34. Desde aquí, señora, iré derecha a algún santiiario y por ella rezaré, y antes que coma daré quatro bueltas al rosario. Pues hija, mira qué quiere y contenta esta matrona en lo que la razón fuere y el hilado mereciere. Y tú, madre, me perdona. 35. Señora, sobra el perdón adonde yerro no havía. De Dios ayas bendición, que para mi condición ésta es buena compañía; y Dios la dexe gozar de su noble juventud, que es tiempo para holgar pues se puede deleitar mejor que en la senetud. Cel. 36. Que la vejez va cansada, no es sino pena y pasión, de mill cuidados morada, de pensamientos posada, de enfermedades mesón, es amiga de renzilla y muy contina congoxa, de lo passado manzilla, de muchas dolencias silla, dolor que jamás afloxa. 37. Madre, ¿por qué dizes mal de lo que el mundo desea¿ Desea vida mortal; no sé yo quién es el tal que en tal cobdicia se vea. El que en tal deseo pelea carece de buen consejo, caso que gran verdad sea que el niño siempre desea ser mogo, y el mogo viejo. 38. Mas ¿quién te podrá contar de la vejez los sus daños, del rostro aquel arugar y los cabellos mudar y sus cuidados estraños, su gran descontentamiento y aquel elarse a la lumbre, su fatiga y su tormento, cuidado, desabrimiento, su renzilla y pesadumbre? /c8r/ Mel. Juan Sedeño Demás desto el poco oír, aquel ver debilitado, de la boca aquel hundir, aquel contino reñir y aquel andar tan pesado? Pues dolor: si ay como en mí de pobreza gran enxambre, el dolor se dobla allí, que, por Dios, nunca sentí peor ahito que de hambre. Bien conozco que has hablado según que te va en la feria, que los de mayor estado no ternán ese cuidado pues no saben de lazeria. Señora, no me do un clavo: aunque no lo sientan tanto su deleite no le alabo, que ay sin duda en cada cabo tres leguas de mal quebranto. Que pásaseles la gloria en muy vanas alabancas, y esto es cosa muy notoria, que se va de la memoria por alvañar de asechancas. Rico es, a lo que siento, q el que está mejor con Dios, Y )! y es más aseguramiento bivir en abatimiento que temido acá entre nos. Y duerme sueño mejor el pobre cierto que el rico; de nada tiene pavor, mas duerme más a sabor que no el mayor el más chico. Qualquiera que de su grado mi amigo se mostrará, biviré yo sin cuidado que no sea simulado, y el del rico serlo ha. El que aquesto no supiere sépalo sin más contienda: que el que mi amigo fuere por mi persona me quiere y al rico por su hazienda. i, ¿nunca oíste dezir Di¿ te de o que en la iglesia se reza? lo q la igl ? Que su sueño, sin mentir, acabó ya de dormir el varón de la riqueza, Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) 59. 60. 61. /dtv/ 62. 63. Me. Cel. 64, Que en los brutos animales hay muchos de gran nobleza, infinitos de los quales, subjetos a los mortales, vemos perder su braveza. El perro, si va a morder a uno con ferocidad, si le ve en tierra caer mal no le suele hazer, movido de piedad. 65. El unicornio se humilla en viendo qualquier donzella, cosa de gran maravilla, que solamente en oílla luego se tiende cabe ella. Pues mira el gallo, verás maravillas muy continas, sus franquezas sin compás, que nunca come jamás sin llamar a las gallinas. 66. Pues los hombres que esto vemos, ¿por qué seremos crueles? ¿Por qué parte no daremos de las gracias que tenemos a los próximos fieles? Y más, señora, imagina, siendo de tal calidad, que, por la gracia divina, de do está la medicina procede la enfermedad. 67. Por Dios, sin más dilatar, di quién es esse doliente que dizes que su penar y su remedio y sanar sallen de una mesma fuente. Señora, muy por entero conocerás y habrás visto éste que dezir te quiero, que es un gentil cavallero mangebo dicho Calisto. 68. El pellicano movido a piedad y sentimiento, después que tiene ronpido su pecho, da muy complido a los hijos nutrimento. La cigiieña vi leer que a su padre ya longevo le suele a todo poder otro tanto mantener quanto a ella le dio gevo. /d21/ Me. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 93 Pues silos iragionales animales esto hazen... Ya, ya, vieja, más no hables. Tus palabras execrables sabe bien que me desplazen. Esse doliente, malvada, ¿te haze a passión moverte? Vieja mala encorocada, barbuda desvergoncada, ¿por quién buscas tú la muerte? ¿Qué dizes? ¿Con qué reposo me buscavas tanta mengua? Non en balde el que es virtuoso dize que es el más dañoso miembro del hombre la lengua. Plega a Dios que seas quemada o comida de mill perros, o hechizera malvada, alcahueta endiablada, causadora de mill yerros. ¿Era ésse el cavallero por quien has venido acá? Di, de maldades cillero. Ay Jesús, que en verla muero. Lucrecia, quítala allá. Por cierto, si no me fuesse por mirar mi honestidad, vieja mala, yo hiziesse que en un tiempo fenesciesse tu vida con tu maldad. (En hora mala tan alta empressa oy acá tomé si mi conjuro me falta, sien mi socorro no salta. ¡A quien digo, hermano, sé!) ¿Aún osas, vieja, hablar delante de mí entre dientes, para tu pena doblar y mi enojo acrecentar? Di, maldita de las gentes. ¿Mi bondad querías dañar por dar a un loco la vida? ¿Triste me quierías dexar, haziendo por le alegrar que yo quedasse perdida? Maldita, ¿puedes decir alguna rrazón que quadre, Pues as osado venir a perder y destruir casa y honrra de mi padre? 94 Lemir 13 (2009) - Textos 69. ¿Piensas no tengo sentidas las tus malditas pisadas? Sabe que son conocidas y muy de claro entendidas tus dañosas embaxadas. Si te mueven avaricias desordenadas de aver, prométote las albricias serán quitar tus malicias de más a Dios offender. 70. Y ¿cómo me osaste agora tas embaxada traher? De mill honrras dañadora, no me respondes, traidora? ¿Cómo lo osaste hazer? Cel. Señora, tu gran temor tiene mi lengua ocupada, la tu ira y tu rancor, tu demudada color, me tienen toda turbada. 7L Por Dios, señora, te ruego que me dexes concluir, y entretanto ten sosiego, y acabado, verás luego en tu daño no venir. Y el pedirte el beneficio por que me has dicho denuestos abiltándome en mi officio, es más de Dios en servicio que no passos deshonestos. 72. Señora, si yo pensara dezir en qué te enojase, tu licencia no bastara a hazerme que hablara lo que a Calisto tocase. Me. Jesús, no oya mentar yo de tal loco sus blasones, que un día, como me vio, a desvariar comenzó comigo en locas razones. 73. Dirásle que si pensava tenerme casi rendida, pues con él disimulava, porque publicar no osava su necedad conocida. Y dile al desvariado, sino me tiene entendida, que deseche tal cuidado, sino quigá no ha comprado tan cara cosa en su vida. 74. 75. Cel. 76. Cel. /d2v/ 77. Cel. 78. Juan Sedeño El loco todos estima que son de su calidad: tal cosa en él no semprima, que yo le doy quita prima por su loca liviandad. Y tú déveste tornar, que de mí no havrás respuesta ni la deves esperar, que por demás es rogar a quien ves que nada presta. Y a Dios mucha gracias da pues que vas libre de aquí, que otra vez no irás quicá. ¡Bien me havían dicho a mí ya de tus tratos y de ti! (A otras he yo amansado. Aín más fuerte estava Troya.) ¿Qué dizes? ¿Has ya pensado desculpa de tu pecado? Habla claro, que te oya. Mientras dura tu omezillo, mi descargo ha de empedir. De ti no me maravillo, que la sangra, sin sentillo, sin calor suele hervir. Bien lo llamas sin calor, pues que sin pena te fuiste y quedé yo con rancor y quexa de aquel traidor por quien oy acá veniste. Y ¿qué palabra podía esse tal hombre querer que fuesse con honrra mía? Responde, que tu osadía me pagarás, podrá ser. Es, señora, una horación que la sabes tú muy bien, que es de mucha devoción, y tanbién el tu cordón que ha estado en Hierusalém. Él padece de las muelas que es cosa para espantar; suplícate dél te duelas y que sin otras cautelas Se lo quieras embiar. Pero pues mi dicha fue de no hallar remedio acá, padézcaselo, a la fe, que si acaso al río iré el agua me faltará. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 79. 80. Cel. 81. 82. 83. /d3r/ 84. Pero ya sabes, señora, que el plazer de la venganga dura solamente un hora, mas la clemencia, do mora, para siempre gloria alcanca. Pues si sólo esto querías y por ello acá veniste, ¿por qué no me lo dezías? Necessidad no tenías de las cosas que dexiste. 85. La piedad que me moviera a ello, me hizo pensar que aunque yo te lo dixera por otra razón qualquiera no havía mal que sospechar. Y si viste fallecer los preámbulos devidos, fue, señora, por creer que en la verdad no ha de aver colores que sean fingidos. 86. La tu saña me turbó y privó de mi alvedrío, mas si Calisto herró, pues no tengo culpa yo no redunde en daño mío. Y pues yo culpa no tengo sino servir al culpado y en su servicio acá vengo, pues el cordel es bien luengo no quiebre por lo delgado. 87. Si tienes furia tamaña con que de medida sales, no hagas como la araña que siempre muestra su saña a los flacos animales. Y si alguno te enojare, mira la eterna justicia, que dize que el que erare pague el yerro en que pecare y otro no por su malicia. 88. Pues la humana no da pena ni menos mueve litijo a nadie por culpa agena, y al padre nunca condena por el delito del hijo. Bien ves tú que no es razón que su gran atrevimiento redunde en mi perdición, aunque no es mucha passión según su merecimiento. Cel. Me. Cel. Me. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 95 Siempre puse diligencia en servir mucho cuidosa a los buenos com paciencia, aun, señora, en mi absencia, te digan de mí otra cosa. A la fin la falcedad muy de claro se parece, pues a la firme verdad jamás la contrariedad del falso vulgo la empece. En limpios tratos y modos, al cabo de mi vejez, pisando en ivierno lodos, tan contentos tengo a todos como si fuesse yo diez. No me harás maravillar, porque un maestro de vicios disque puede, sin dudar, un pueblo grande ensuziar con sus torpes exercicios. Por cierto que tal loor me dan del trato en que andas, que así me libre el Señor, como tengo gran temor que oración no me demandas. Nunca yo rezé oración y rezada no me valga, si puesta en el escalón del tormento y su questión otra cosa de mí salga. Mi passada alteración no me permite reír, que bien sé que, por passión, quantos oy nacidos son no te harán verdad dezir. Mucho más puedes hablar y téngolo de sufrir, tengo a todo de callar: tú me tienes de mandar, yo te tengo de servir. Yo seré galardonada antes que de ti me vaya aunque he sido deshonrrada, que la tu palabra airada es bíspera de una saya. Por Dios, que lo has merecido. Si no la ganó la lengua, la intención no la ha perdido, que a servirte siempre ha sido muy presta, sin otra mengua. 98 Lemir 13 (2009) - Textos 109. 110. Cel. 111. Me. Cel. Más razones te diría sino por no ser muy larga, que la habla con porfía enojosa es al que oía y al que habla muy amarga. En todo tuviste tiento, así en el poco hablar como en el buen sufrimiento, para en mi aceleramiento el enojo no abivar. Sufríte yo con temor que juzgases mal mi ensayo porque te vi con furor, que la ira en el señor no es otra cosa que rayo; y por esto he tolerado tu inominioso desdén y en tu enojo he yo callado hasta que huviesses gastado el tu furioso almazen. En cargo te es, me parece, aquesse tu cavallero. Esto y mucho más merece, y pués el caso lo ofrege con tu licencia irme quiero. Sila huvieras demandado te fuera antes concedida. Ve con Dios, que me has turbado y no puede a mi cuidado ser dañosa tu partida. Juan Sedeño Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 99 Argumento del quinto auto DEspedida Celestina de Melibea, va porla calle hablando consigo mesma entre dientes. Llegada a su casa, halló a Sempronio que la aguardava. Ambos van hablando hasta llegar a casa de Calisto, y, vistos por Pármeno, cuéntalo a Calisto, su señor, el qual le mandó abrir la puerta. Celestina, Sempronio, Pármeno, Calisto 5. /d5r/ 1 Cel. O Trance muy riguroso, o osadía muy artera, o passo muy peligroso, si con saber provechoso la su furia no rigera. ¡O muger tan encendida! O diablo a quien conjuro, quán bien que tienes cumplida la palabra prometida dándome fin tan seguro. 6. Soyte en cargo, que amansaste así la hembra crúel y tam bien aparejaste que el hilado sin contraste me compró y se enredó en él. O vieja, gózate ya, que lo medio tienes hecho, pues la cosa buen fin ha quando al principio se da clara muestra del provecho. O singular serpentino azeite, o blanco hilado, con qué curso repentino en mi ayuda sobrevino vuestro favor invocado. Si os viera falta poner rompiera mis atamientos, los hechos y por hazer, y no pudiera creer en yervas ni encantamientos. Cel. Pues, vieja, con las extrenas te goza, que son más claras y de ganancias más llenas que Es de quatro dozenas de virgos que renovaras. O haldas muy enhadosas, de Dios malditas seáis, tan prolixas y enojosas que las mis nuevas gozosas de llevarlas me estorváis. /d5v/ Sem. Sem. O fortuna que en mis hados favorable te he tenido, bien conocen los letrados que ayudas a los osados y aboreces al temido. Quántos y quántas heraran en esto que yo acerté, que alguna cosa hablaran con que del todo dañaran lo que yo en callar gané. Bien dize el refrán vulgado que quien las sabe las tañe, y que el médico letrado que no es esperimentado no hay herida que no dañe. De la esperiencia salió qualquier hombre escarmentado, y la vieja como yo las haldas siempre se algó para passar por el vado. Ay,ay ay, cordón, cordón, yo te haré traer forcado a la que a mi petición movió tan fuerte questión, no te me dando de grado. O yo no puedo atinar o es aquélla Celestina. ¡Qué diablo de haldear y qué parlar y aguijar [lieva la vieja malina! Hijo, ¿de qué no reposas? Pienso que con mi visión. O madre, ¿tal dezir osas? La raleza de las cosas es madre de admiración; la admiración concebida en nuestros ojos es tal que, al ánimo descendida, es de fuera conocida por la exterior señal. Dime, ¿quién jamás te ha vido que cabizbaza te halle 100 Lemir 13 (2009) - Textos 10. 11. 12. 13. 14. Cel. Sem. Cel. Sem. Cel. sin mirar a hombre nacido? Pues hablar, di, ¿quién te ha oído entre dientes por la calle? Ver que vas tan aguijando como a ganar beneficio: tal novedad acatando me estó yo de ti admirando, viendo tu no usado officio. Pero todo esto dexado, negociado, di, ¿qué tienes? ¿Tenemos hijo criado? Toda oy te he aquí esperado para saber con qué vienes, y no he sentido mejor señal que ver tu tardanga. Esa regla, hijo, mi amor, de bovos es gran error y no da cierta esperanca; Cel. /d6r/ 16. que otra hora podía estar y no ser como tú dizes, mas las narizes dexar, y otras dos horas tardar y dexar lengua y narizes. Y así, mientras tardasse, tan mal podía negociar que más caro me costasse. Pues antes que de aquí passe me lo tienes de contar. 17. Ni yo parar me podría ni el lugar es oportuno. ¿Tú no ves lo que diría si por caso nos oía passando por aquí alguno? Déxame, Sempronio amigo, y no me detengas más. Haz aquesto que te digo; anda acá, vente comigo, que con Calisto lo oirás. 18. ¿No ves que se dessazona la embaxada y su provecho si con muchos se blasona? Por esso quiero em persona dezirle yo lo que he hecho; que aunque te aya de caber partezilla desta presa, déxame, Sempronio, hazer, que yo sola quiero haver las gracias de esta mi empresa. 19. ¿Partezilla me cabrá? Parece que mal me hieres. Y calla, loquillo, ya, que aquí está quien te dará Sem. Juan Sedeño todo quanto tú quisieres. ¿Tú no sabes, sin mentir, que es común quanto tenemos? Procuremos de adquerir, que después sobre el partir nunca los dos reñirremos. Bien sabes tú que es peor el menester de una vieja que el de un moco, y aún mayor, y más tú, a quien tu señor te lo da y te lo apareja. Mayor es mi menester en las mis faltas secretas que la falta del comer. Esso, hijo, deve ser dos dozenas de agujetas y capatos que calcar, un torcal para el bonete, un arco con que tirar, que para bovas aojar no ay otro tal alcahuete: que hecho mostrenco puede entrarse hasta la cama y hazerse entradizo adrede sin que nadie se lo vede, porque en achaque de trama... Mas ay de la triste vieja que casa y honrra mantiene, que tan mal se le apareja. Otra es cierto la conseja del que a mesa puesta viene. (50 vieja muy lisonjera, cómo a su provecho aplica! jO vieja falsa y artera, que engañándome a mí espera, y ami amo, hazerse rica! Pues no terná buena medra ni le arriendo la ganancia, porque quien del bien se aredra, es sobir en alta piedra y caer con ignorancia. ¡O cómo haze gran cosa el que al hombre conocía! Bien dizen que es enojoza y la más dificultosa de toda mercadería. Mala vieja falsa es ésta; con ella quién me enredó, a toda maldad dispuesta. Fuera cosa más honesta apartarme della yo. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Blini) Lemir 13 (2009) - Textos 103 Argumento del sesto auto ENtrada Celestina en casa de Calisto, con grande afición y deseo Calisto le pregunta de lo que le ha acontescido con Melibea. Mientra ellos están hablando, Pármeno, oyendo hablar a Celestina, de su parte contra Sempronio a cada razón le pone un mote, reprehendiéndolo Sempronio. En fin la vieja Celestina le descubre todo lo negociado y el cordón de Melibea y, despedida de Calisto, vase para su casa y con ella Pármeno. Cal. Calisto, Celestina, Pármeno, Sempronio Cal. ¿QUÉ dizes de mi dolor, verdadera madre mía? Pár. Cel. O Calisto, mi señor, ¿aquí estás, nuevo amador de la que par no tenía? Di, ¿con qué me pagarás el aprieto en que me vi? ¿Con qué galardonarás el peligro sin compás a que me puse por ti? 6. ¿Quál muger en tal se vio que baste a dezirlo lengua? ¿Tal peligro quién passó, que en tornarlo a pensar yo toda mi sangre se mengua? Cel. Mira en qué tal agonía por tu causa yo me he vido, que diera la vida mía por mucho menor valía que este mi manto raído. 7. 3. Ca. Pár. — (Tú dirás la tu intención; Cel. entre col y col, dinero: bien encaxas tu razón. Subido has un escalón; /d7w/ allá la saya te spero. Pár, Para sí quiere aplicar, Para nosotros no nada de que parte pueda dar: ella quería pelechar a la primera jornada. 8. 4. Sem. Tú me sacas verdadero sacando a mí amo loco. Escúchala, compañero, que no le pide dinero por que nos quepa más poco. Sem. Calla ya, desesperado, que eres muerto si te oyere Calisto lo que has hablado.) Madre, dilo ya abreviado, sino harás que desespere. Mátame con esta espada o abrevia ya tu razón. (Ya le quería tener dada su lengua, el loco, prestada para oír la conclusión. ¿No vez quál está escuchando, privado ya del saber, lo que la vieja está hablando, como azogado temblando que no se puede tener? Ya presto le enterraremos según juzgo en sus temblores, y aun por mucho que ganemos, entiendo que medraremos luto destos sus amores.) ¿Espada, señor, o qué? Tal mate a quien mal quisieres, que yo vida te daré, porque te trayo, a la fe, mejores nuevas que quieres. ¿Buenas nuevas, por tu vida? Buenas, porque sin recelo terné allá yo más cabida con esta saya raída que otra con terciopelo. (Sempronio, cose mi boca, que no puedo estar a rraya. La maldita vieja loca, ¿no ves adónde le toca y como encaxó la saya? Par Dios, o estarás callando o no sufra tu desdén. No estés della murmurrando, que si anda rodeando su provecho, haze bien. Y si la liebre levanta, que se la coma, la triste, que el abad, de donde canta es claro que de allí yanta y de allí se calga y viste. 104 Lemir 13 (2009) - Textos 9. Pár. Sem. 10. Pár. Sem. /d8r/ 11. Ca. Cel. 12. Ca. Sem. 13. Pár. Sem. 14. Y aun como canta vestía, aunque tenga más regalo. Mas esta vieja quería por tres passos en un día, desechar el pelo malo, y su granero de trigo henchirle en solo un momento. ¿Todo ésse es el castigo y lo que passó contigo y vuestro conoscimiento? 15. Bien seré satisfecho Ca. que le pele toda cosa, mas no todo a su provecho. No siento mayor despecho que verla tan codiciosa. Déxala tienda sus redes por acá y por acullá; recabde hartas mercedes, que bardadas sus paredes, las nuestras nos bardará.) 16. Cel. Por Dios, dime, ¿qué hazía mi señora quando entraste? ¿O qué vestidos tenía? ¿A qué parte se acogía? ¿Con qué cara la hallaste? “Aquella cara, señor, que muestran los toros bravos quando sienten más dolor, echando el acosador las varas con duros clavos. 17. ¿Y llamas esas señales principio de buena suerte? Si las de vida son tales, ¿quáles serán las mortales? No cierto la mesma muerte, porque daría sosiego en tal caso a mi tormento si ya me matasse luego. (De mi amo éste es el fuego de su loco pensamiento. 138. Aquesto no es de dezir. ¿No podrá estar sosegado este hombre para oír, para gozar y fruír lo que siempre ha deseado? ¿Cómo estaré yo callado, silencio tú no tiniendo? De mal huego seas quemado, que en lo que tengo hablado a nadie daño ni ofendo. /d8v/ Juan Sedeño ¡Consúmate pestilencia intolerable, enojoso! ¿Toda es ésta la abenencia que havías hecho en tu conciencia? Me di, maldito embidioso, ¿ésta fue la amistad pura que me veniste a fingir? Vete a la mala aventura, bestia bruta sin cordura, ya no te puedo sufrir.) Si quieres que en tu embaxada, señora, no desespere y que vaya condenada mi ánima a ser penada, brevemente la refiere, y hazme certificado si huvo buen fin tu demanda, y aquel rostro deificado su furor encarnigado si bolvió en respuesta blanda. El officio muy secreto de la abeja es muy loado, la qual imita el discreto porque torna en más perfecto lo que por ella es tocado. Así me ha acontecido en esto con Melibea, porque trayo convertido el su furror encendido en muy contraria ralea. Y con mi buen sufrimiento amaté su furia luego, amansélla en un momento; todo su aceleramiento dexó buelto en gran sosiego. Pues dime, ¿a qué havías pensado que fuesse la vieja allá, a quien tu dinero has dado y a quien has galardonado mucho más que servirá? Su gran saña fui a ablandar y a tollerar su acidente con esfuergo singular; viérasme todo callar y sufrirla blandamente. En mi manto rescebí los golpes de sus desvíos, sus menosprecios sufrí, que jamás le respondí palabra a sus desvaríos. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 19. 20. 21. 22. 23. Ca. 24. Cel. Pár. Cada qual de gran revés al principio es proveída: de ninguna un st oirés, y esto por que sea después su dádiva en más tenida. Sabe, señor, que más quieren al que ves que hablan peor; sepan los que no supieren que a aquellos por quien se mueren* les muestran menos amor. 25. Que si esto así no fuesse, Ca. dígote de toda ellas que en cosa no diferiesse la que pública estuviesse de las secretas donzellas; que aunque están más abrasadas y en fuegos de amor ardidas, por su honestidad forcadas muestran estar refriadas quando son más combatidas. Jelr/ Muestran vulto sosegado, 26. con él un exterior frío, un ánimo profiado, voluntad de casto estado y un aplazible desvío; palabras tan rigorosas que sus lenguas se arepienten de aver dicho tales cosas: todas confiessan forgosas la contra de lo que sienten. Cel. Y por que tomes reposo 27. entretanto que concluyo, sepas que el fin fue dichoso y muy alegre y gozoso y para descanso tuyo. Pues me aseguras agora con tal aseguramiento, di quanto quieras, señora, y tu embaxada me explora, que yo estaré muy atento. Ca. Pár. Repósame el coracón 28. y descansa el pensamiento; ya perdí en esta sazón el temor de la passión y me hallo muy contento. Subamos, si tú querrás, ariba, señora mía, y en mi cámara dirás todo quanto hecho as, pues ya en suma lo sabía. 36.- 2.e: lecto: Sem. Lemir 13 (2009) - Textos 105 Vamos do quisieres ir. (Virgen santa, qué rodeos que busca para huír, para poder descubrir a la vieja sus desseos y por poder preguntar siete vezes cada cosa. Pues mándote yo penar, que allá vamos a escuchar. Por esso huelga y reposa.) Señora, ven escuchando Pármeno qué haze de hablar, que se viene santiguando muy espantado, pensando en lo que te oye contar. A santigarse ha tornado, por mi fe, otra vez agora. Sube, sube acá príado, que de rodillas prostrado te quiero escuchar, señora. Dime luego, por tu fe, el achaque de tu entrada con qué causa o cómo fue. Esso yo te lo diré, que es cosa nunca pensada: vendelles cierto hilado, con que he metido en amores, si dello es Dios agradado, más de treinta de su estado y algunas otras mayores. De cuerpo podrá esso ser, pero no de gentileza, no de gracia y parecer, no en discreción y saber, no de virtud y nobleza. (Ya comienga de escurrir eslavones, assí goze; ya comienga a sacudir badajadas y dezir; nunca menos da de doze: de contino está tornado un relox de mediodía. Cuenta, Sempronio, de grado, que oyendo estoy desbavado lo que la vieja dezía. Venenoso maldiziente, ¿por qué no oyes, di, traidor? Mas estás hecho serpiente que huye muy diligente la boz del encantador. 108 Lemir 13 (2009) - Textos 49. 50. 51. 52. 53. Ca. Cel. Ca. Ca. Pár. jO astucia maravillosa, o muger tan singular, o hembra muy cautelosa! ¿Quál fuera tan poderosa de tal remedio hallar? De cierto tengo creído si nuestra hedad alcangara aquellos Eneas y Dido, nunca tomara Cupido en síla ascánica cara, ni Venus tanto hiziera por juntar sus voluntades, mas es claro que pusiera ati por la medianera por quitar prolixidades. Mi muerte agora daré por mucho bien empleada y por muy cierto terné que si la salud no havré no fue por no ser buscada, y que no se pudo obrar más para sanar mi vida. Mis mocos, ¿no es de espantar? ¿Pudiérase más pensar? ¿Ay oy tal muger nacida? Pues no atajes mi rrazón; oye, señor, sin reproche y demos ya conclusión, que tengo mucha passión de ver que se haze noche. Y bien sabes que aborege el malo la claridad y a las vezes acaesce que en el camino se offrece alguna contrariedad. No te pares como brasa, que no ay hombres que a ti dañen, que la noche haze rasa y aun hachas ay en mi casa y pajes que te acompañen. (Sí, sí, sí, que porque es bella se teme que con denuedo fuerca salgan a hazella. Sempronio, tú irás con ella, que de los grillos ha miedo.) ¿Qué dizes, hijo Pármeno? Que si te plaze, señor, yo y Sempronio será bueno vamos aunque haze sereno, si Celestina ha temor. 54. Ca. Cel. Ca. Cel. Cel. 55. Ca. Cel. Ca. /e3r/ 56. Cel. Ca. Cel. 57. Ca. 58. Ca. Juan Sedeño Bien dizes, después irás. Di, señora, tu rrazón: ¿qué es lo que passaste más, o qué respuesta me das del pedir de la oración? Que la dará de su grado. ¡O gran Dios, quán alto don! Pues aún más la he demandado. Dime qué más, rostro honrrado. Demandéla un su cordón, diziendo ser muy preciado para sanarte también, porque es fama que ha tocado muchas reliquias y estado en Roma y Hierusalem. Pues dime, ¿qué respondió? Dame albricias; «sí» diré. Toda esta casa te do y con ella toda yo contino tuyo seré. Por un manto que tú des a la vieja, te daría sin otro más interés un cordón que el mesmo es que ella geñido traía. De darte manto he plazer y saya y cosas sin qúenta, y mucho por ti hazer. El manto he yo menester y con él seré contenta. No prometas tanta cosa a mi poco demandar, que la promessa abundosa es especie sospechosa de lo pedido negar. Pues corre, Pármeno, vay, llama mi sastre priado; corte, que en casa lo ay, manto y saya del contray que saqué para frisado. (Así, así, todo a la vieja, porque viene bien cargada de mentiras como abeja. Ella mude su pelleja y a mínunca me den nada.) ¡De qué gana va el diablo, maldito regongador, gruñendo a lo que yo hablo! Piensa que está en el establo con las bestias, el traidor. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 59. 60. 61. Ca. 62. 63. /e3v/ 64. No ay hombre peor servido nia quien peor servicio den que a mí, porque he mantenido adevinos que ayan sido enemigos de mi bien. Vellaco, ¿qué vas rezando? ¿Qué dizes, malo embidioso? Ca. ¿Qué es esso que vas hablando? Ve presto donde te mando, Ca. traidor malvado, enojoso. 65. No me des enojo tanto, que me rompes la cabeca: bien me basta mi quebranto; que aunque saque saya y manto, sayo havrá en aquella pieca. Señor, digo que es muy tarde para que el sastre acá venga y es hazer público alarde; que para otro día se guarde y la vieja se detenga. 66. Bien digo yo que adevinas sirviendo de mala gana, que agora tanbién atinas a tus maldades continas. Pues quédese para mañana. Y tú, señora, lo olvida, que no lo perderás cata; no estés en duda metida, pues sabes que no es perdida a cosa que se dilata. 67. Cel. Y sin otra dilación ten por bien de me exibir aquel bendito cordón que meresció por gran don aquellos miembros ceñir, por que gozen mis sentidos con los ojos juntamente pues todos fueron heridos, y el coracón que en gemidos está consumpto al presente. 68. El qual nunca rescibió un momento de plazer después acá que la vio, mas antes luego sintió los sentidos padecer; Ca. y todos más le llagaron y hincheron de manzillas, unos a otros se aiudaron y todos le acarearon de trabajos esportillas. Cel. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 109 Cada qual le ha lastimado en todo lo que ha podido: los ojos que la han mirado, las manos que la han tocado, las orejas la han oído. ¿Y que atocalla llegaste? De noche entre sueños, digo. ¿Entre sueños la tocaste? En sueños y aun abaste, que siempre la veo comigo. Difícil no te parezca aquesto que te diré, que viendo quanto merezca, temo yo no me acontezca lo qué de Alcibiades fue: que soñó que se veía en el manto de su amiga embuelto, mas otro día le mataron y se havía su gozo buelto en fatiga; y ninguno se halló que viéndole en tal quebranto de aquella calle le algó, ni ninguno le cubrió sino ella con su manto. Pero a mí, en muerte o en vida, me sería alegre cosa y en mucho de mí tenida si yo tuviesse vestida su vestidura preciosa. Gran pena deves sentir, pues quando otros sin dolor se aparejan a dormir, te aparejas tú a sufrir trabajo mucho mayor. No desmayes, señor, no, y tal miedo en ti no entrasse, que te certifico yo que Dios a nadie crió a quien él desmanparasse. El cordón es don primero de la que te enciende en llama; rescíbele plazentero, y pienso, si no me muero, que yo te daré a su ama. O nuevo huésped gracioso, cordón bienaventurado que has sido tan poderoso de ceñir aquel precioso cuerpo tan perfecionado. 110 Lemir 13 (2009) - Textos 69. 70. /e41/ 7L 72. 73. Cel. Ca. Cel. 74, Aquel cuerpo que causó a mí tal dolor sentir, el cuerpo que me prendió en viéndole y a quien yo no soy digno de servir. A ñudos que así me atastes, o ñudos de passión jue mis desseos enlazastes, dezidme Pues si os hallastes presentes a mi prisión, Ca. 75. aquella dama preciada si estava con vos compuesta al tiempo que me fue dada aquella desconsolada y dessabrida respuesta; la qual con mill azedías contra mí vino derecha de aquella que en agonías me tiene noches y días y no vale ni aprovecha. 76. Refrán es de gran cordura y dicho de muy atrás y muy cierta su escritura, que aquel que menos procura suele siempre alcangar más. Pero yo te haré alcancar lo que no havrías por ti agora, y déveste consolar, pues no se pudo ganar en sola un hora Camora. 77. Pero no desconfiaron por esso los combatientes, mas mucho más profíaron y desta suerte alcangaron alta fama entre las gentes. O triste, que está cercada con piedras qualquier ciubdad y a piedra venge pedrada, mas no será assí ganada de aquesta su voluntad. 78. Ca. Pues si escalan el su muro sus ojos echan saetas; el su asiento es tan seguro que tengo yo por muy duro hazelle minas secretas. Calla, que me das tormento; tal cosa de ti no oya. Haz en mi más fundamento, porque el buen atrevimiento de un solo hombre ganó a Troya, /e4v) Cel. Juan Sedeño y tanbién qualquier muger, si acomete con denuedo, a otra puede prender. No me deves conoger ni saber lo que yo puedo. En todo creerte quiero pues que me has dado holgura, en lo que dizes espero. O mi gloria y ceñidero dela angélica figura, en mi poder yo te veo y es tan grande mi passión y tan alto mi desseo que te veo y no lo creo. O cordón, cordón, cordón, dime, ¿fuiste mi enemigo? Dime cierto si lo fuiste, porque desde aquí te digo que yo te perdono, amigo, lo que contra mí heziste. Mas yo no puedo creer que si contrario me fueras te vinieras a poner tan presto en el mi poder, de donde tu pago speras. Y pues vienes de la parte de aquel angélico throno, me di sin cautela ni arte si vienes a desculparte, que todo te lo perdono. Y por aquel gran poder que tiene en mí tu señora, te conjuro sin torcer me quieras tú responder a que es tu venida agora. Señor, esse querellarte cesse, que deves dexarlo. Cansada estoy de escucharte y el cordón por cada parte está roto de tratarlo. O triste de mí, cuitado, si me fuera concedido tan alto bien y otorgado, cordón, que fueras obrado de mis bracos y texido, por que cada día gozaran una gloria tan sobida que aquel cuerpo rodearan y que le reverenciaran con reverencia devida; Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 99. 100. 101. 102. 103. 104. y assí nunca la pusieran Cel. sobrenombre de discordia, porque todas concedieran conformes que a ésta la dieran con renombre de concordia. Pues quantas oy son nacidas Ca. que della tengan noticia, maldizen sus tristes vidas de embidia della movidas, y de bivir no han cobdicia. 105. De todas muy bien sé yo que dan a Dios gran querella que dellas no se acordó, a ésta quando crió, por hazer perfeta a ella. Consumen todas sus vidas por remedios exquisitos, martirizan doloridas las sus carnes afligidas con martirios infmitos, 106. pensando con artificio sobir ala perfición de la que sin tal officio dotó por gran beneficio la natura de tal don. Hazen las cejas peladas con pegones de mal vello; otras, de embidia incitadas, buscan las yervas doradas para enruviar el cabello; 107. las sus caras martillando con muy diversos matizes, unturas y aguas sacando y con ungúientos untando mexillas, frente y narizes; unas con blanca postura y Otras con colorada, desmintiendo a la natura para buscar la hermosura que ésta se halló ganada. 108. Y esto sabe de verdad, Cel. que en cosa dello no miento, y cosas de calidad que por usar brevedad no las digo ni las quento. Pues aquella que halló tanta gracia así adquirida, mira tú si mereció de un triste hombre como yo que fuesse amada y servida. /e6v/ Lemir 13 (2009) - Textos 113 (Sempronio, déxale ya; quita allá, que bien te entiendo, que de su asno cairá; si él quisiere acabará. Yo tanbién me estoy durmiendo.) Rever yo sé la natura por hazerla más perfeta que a otra humana criatura, pues en saber y cordura más que todas es discreta. Las gracias que repartió en todas, por más mostrarse sola en ella las juntó, y alarde a todas tomó para más manifestarse; en el qual todas vinieron en todo tan acabadas quanto más venir pudieron, y todas se le infundieron después de bien remiradas, por que en ver su gentileza y su gracia y su primor conoscamos con presteza quán profunda es la grandeza de su superno pintor. Sólo un poco de agua clara tomada de aquella fuente con que se lave la cara, sin duda creo que bastara a prender toda la gente, y con sólo componer con un peine su cabeca no ha menester más hazer, que basta para exceder a todas en gentileza. Con sólo estas armas hiere y con ellas vence y mata, a las otras se prefiere, házeme que desespere y en dura cadena me ata. Calla, no tomes tal pena, que mi lima es más aguda que no essa fuerte cadena; y más, tu dicha es tan buena que a limarla bien me ayuda. Por ende dame licencia, que haze gran escuridad, y el cordón sin detenencia, Pues sabes de cierta scientia tengo dél necesidad. 114 Lemir 13 (2009) - Textos 109. Ca. 110. Pár. Ca. Cel. 111. Ca. O triste desconsolado, fortuna me da passión, que estuviera yo de grado esta noche acompañado contigo o con el cordón. Pero pues no ay bien cumplido en esta vida penosa, a mí que soy afligido la soledad y el olvido dan compañía trabajosa. Mogos. Dinos tu querer. Acompaña a esta señora hasta en casa la poner, y llieve tanto plazer quanto yo soy triste agora. Quede Dios, señor, contigo. Mañana bolveré acá y la respuesta comigo, donde el manto yo te digo que al mesmo punto verná, que pues oy no huvo sazón, mañana havrá fin el trato. Tú sufre como varón y olvidando la passión piensa en otra cosa un rato. Esso no, que haze heregía aquél que tal cosa haze; por esso noche ni día aquélla no holvidaría por quien la vida me aplaze. Juan Sedeño Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli Lemir 13 (2009) - Textos 115 Argumento del séptimo auto CElestina habla con Pármeno, induziéndole a concordia y amistad de Sempronio. Tráele Pármeno a la memoria la promessa que le hiziera de le hazer haver Areúsa, que él mucho amava. Vanse a casa de Areúsa. Queda aí la noche Pármeno. Celestina va para su casa; llama a la puerta. Elicia la viene a abrix, increpándole su tardanca. /e7r/ L Cel. Celestina, Pármeno, Areúsa, Elicia Pármeno, después acá de nuestras passadas sañas, offrecido no se ha tiempo de mostrarte ya de claro las mis entrañas y para darte a sentir quán amdo eres de mí, que según puedes oír, no ay quien no me oya dezir en absencia bien de ti. La rrazón no es menester contigo ya repetilla, porque ya deves saber que te puedo ya tener por hijo de mi carilla, y pensé que el natural de tu linaje imitaras, y dasme el pago bien tal, juzgando todo por mal quanto yo digo a las claras, de todo ello susurrando en presencia de Calisto y contra mí murmurando y chufando, te pensando que todo no lo he yo visto. Hijo, yo bien me pensava que después que congediste al consejo que te dava, que lo que yo te mandava hizieras, y no lo heziste. Todavía siento enojo que aún reliquias en tí son de dolencia de malojo, hablando más por antojo que siguiendo por rrazón. Oye,si no me has oído, y que soy vieja bien mira, y sabrás, si no has sabido, /e7w/] que el consejo siempre ha sido en los viejos sin mentira, y de los mancebos es propia la delectación. Bien creo yo sin envés que tu hedad haze el revés de las culpas que en ti son. Mas espero en el Señor, en quien yo fuzia he tenido, que serás; hijo, mi amor, de oy adelante mejor para mí de lo que has sido, y de oy más no te verán esto contra mí hazello, que como dize el refrán, tus costumbres mudarán las mudangas del cabello. Dígolo, hijo, creciendo, passando de la infancía y las gentes conosciendo y en tierras estrañas viendo cosas nuevas cada día. Que la tierna mogedad ola mente en lo presente occupa su voluntad, pero la madura hedad en lo presente y absente. Si tú memoria tuvieras de la antigua dileción, en viniendo que vinieras a esta cibdad, te fueras a mi casa y no al mesón. Pero los mocos curáis poco de la hedad cansada; a sabor os governáis y nunca jamás pensáis que os tiene de faltar nada; dolencias no os dan pesar porque os halláis con salud, mas siempre devéis pensar que nunca os ha de faltar esta flor de juventud. 118 Lemir 13 (2009) - Textos 29. 30. Pár. Cel. /flr/ 31 32. 33. Cel. 34. Y aún también lo siento oy día, aunque rehuso estas paxes; que aunque oy aquello dezía, no porque me parecía nada mal de lo que hazes, mas porque considerava que Calisto no era viejo lo cierto le aconsejava, y él malas gracias me dava en pago del buen consejo. 35. Pero de oy más, a la fe, seamos tras él sin ocio. Haz tú, que yo callaré, que, mi fe, ya tropecé con él en este negocio. Y aún también tropecarás gerca de muchos y deste y tropegando caerás, mientras no me creerás para que yo te amoneste. 36. Y en tanto que no tomares mis consejos, esto spera mientra que no los guardares, que son, si bien lo mirares, de amiga muy verdadera. Yo doy por bien empleado el tiempo que te serví y por mucho bien guiado, pues que tal fruto Re sacado de las cosas que te oí. 37. Por mi pade rogaré que tal tutriz me dexó, y de mi madre, a la fe, memoria siempre terné porque a ti me encomendó. No me la nombres agora, que éramos grandes amigas. ¿Tuve yo otra ayudadora ni amiga ni aliviadora de mis cuitas y fatigas? 38. ¿Mis faltas quién las suplía y a quién dezía mi querella, mis secretos quién sabía o, dime, a quién descubría mi coracón sino a ella? ¿Quién era todo mi bien, hijo, si no era tu madre o, dime Pármeno, a quién me vio a mí tener alguién sino a ella por comadre? /flv/ Juan Sedeño ¡Qué limpia y graciosa era, desembuelta, varonil! ¡Quán sin temor se metiera en cimenterio qualquiera de noche con un candil! Ni dexava enterramiento de judío ni de christiano, do con gran atrevimiento no buscava el instrumento de su afán cotidiano. A todos los visitava para ala noche hallarlos: de día los asechava y de noche los sacava para mejor espulgarlos. La noche siempre tenía por su contino reparo, y tanto plazer avía quando la noche venía como tú con el día claro. Dirás que no tenía maña con los otros dones todos. Diréte una cosa estraña, por que sientas que tamaña subtileza havía en sus modos, y aunque no sea bien contado, contigo todo passava: que en una noche ha quitado siete dientes a un ahorcado mientras yo le descalgava. Entrava, si quería entrar, en cerco mejor que yo con esfuerco singular, cosas dignas de alabar es público que acabó, aunque yo era bien nombrada, mas por mis pecados ya con su muerte so olvidada: de antes era visitada, mas ya fenecido ha. Era flor de las mugeres en su varonil denuedo. Escúchame, ¿qué más quieres? Mira cuyo hijo eres: los diablos la havían miedo, y tan atemorizado cada qual dellos andava, que de temor espantado era presto a su llamado a las bozes que le dava. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 39. 41. 42. 43. Cel. Cel. 44. Cada qual la conocía como a ti en casa y mejor, tumbando luego venía en oyendo que la oía, tropicando de temor. Ninguno dezirla osava mentira por pensamiento tan fuerte los apremiava, mas ya que sola yo estava no les puedo tomar tiento. 45. (Nunca tú puedas tener Pár. ni sentir gozos mejores, que me das a mí plazer quiriendo agora traer a la habla estos loores.) ¿Qué essa que has hablado? Me di luego sin litijo. ¿Qué dizes, mi enamorado, mi Pármeno muy honrrado, mi hijo y más que mi hijo? /£2x/ Digo que cómo tenía 46. ventaja tan poderosa, pues lo que ella dezía y tu conjuro sería toda una mesma cosa? ¿Y de esso te maravillas? El diablo vaya arriedro, pues que dizen las hablillas, que tú no deves sentillas, «mucho va de Pedro a Pedro». Sus subtilles artificios 47. no se hallan entre mill; di, ¿no has visto en los oficios de qualesquier exercicios un maestro más subtil? Pues mi comadre assí era, perdónela el celestial, deste oficio la primera, la más sabia y más artera y conoscida por tal de clérigos y casados, 48. de hidalgos cavalleros, también de todos estados, mocos, viejos, desposados, de oficiales y escuderos. Pues las mogas y donzellas más rogavan por su vida que no por sus padres dellas; tenía que hazer con ellas, de todos era querida. Cel. Pár. Cel. Pár. Cel. Lemir 13 (2009) - Textos 119 Si por la calle saliera, estos son cuentos extraños, qualquier su ahijado era, que fue su officio partera principal más de quinze años. Y pues que tú no sabías sus secretos como yo por la tierna hedad que havías, ya que eres hombre en los días tan larga cuenta te do. Dime, quando la justicia te mandó una vez prender, ¿teníades mucha amicicia? ¿Si teníamos? Sin malicia lo puedo, hijo, creer: las penas de entrambas fueron, que ambas juntas lo hezimos y a ambas juntas nos sintieron y a una entrambas nos prendieron y a la carcel juntas fuimos. Mas tú muy pequeño eras, aunque te has dello acordado y en memoria lo tuvieras, que es de las cosas primeras lo que está más olvidado. Si salles a esse mercado verás en poca distancia quien peque y sea castigado. Sí, mas es en el pecado peor la perseverancia. Que assí como e movimiento no es primero en nuestra mano, así el yerro en un momento passa, mas hecho cimiento, nunca el hombre queda sano. Por esso cada uno aprenda el proverbio que quien yerra y del yerro toma enmienda, es claro a Dios se encomienda y muy notorio en la tierra. (Loquillo, me lastimaste, lo que cuentas no es novela; en lo bivo me tocaste. Espera: si mal hablaste, daréte donde te duela.) Di, madre, ¿de qué te escuezes, que no ay perro que te ladre? A hablar tú no me bezes, que sin essa quatro vezes prendieron sola a tu madre. 120 Lemir 13 (2009) - Textos 49. 50. 51. 52. 53. Cel. 54. Y aun una la levantaron que era bruxa averiguada y de noche la achacaron, que cogendo la hallaron tierra de una encruzizada; y aun estuvo en el mercado mediodía en una escalera, un rocadero pegado en la cabega, pintado y puesto por solombrera. 55. Pero todo no fue nada, que algo hemos de sufrir por tener bien conservada esta honrra tan preciada que andamos por adquerir. Y mira en quán poco tuvo aquesto con su buen seso, que passado que lo huvo, en el mesmo officio anduvo no lo dexando por esso. 56. Todo lo dicho ha venido por dezir que persevero en el yerro cometido, que, por Dios, no lo ha tenido en el baile de un pandero: en todo gracia alcancava, porque, en Dios y en mi conciencia, en aquella escala estava y que todos no estimava según su aspecto y presencia. 57. Assí que los que algo son, saben y valen como ella, caen más presto en danación, que, hijo, esa presumpción es una biva centella. Verás quién Virgilio ha sido y en letras quánto dispuesto, mas ya creo que has oído cómo estuvo suspendido de una torre en un gesto, 58. y toda Roma le vio por estar sin supercilio, mas por esso no dexó ser honrrado ni perdió el nombre de gran Virgilio. /£2v/ Lo que dizes es verdad, Pár. mas no anduvo en tales dangas por justicia ni hermandad. No digas tal negedad; de letrado poco alcangas. Juan Sedeño Y dime, ¿quánto es mejor que de la mano viniera de qualquier executor de la justicia mayor que de otra qualquier manera? El cura bien lo sabía que la vino a consolar, y muchas vezes dezía que el Evangelio tenía una cosa de notar: que son de Dios elegidos y mucho merecerán los que fueren perseguidos por justicia y oprimidos, y su reino posseerán. Pues mira si es bien passar poca cosa acá al presente para en después gozar la gloria que ha de durar por siempre permaneciente. Y más que todos dixeron que a tuerto y mal manera testigos falsos la hizieron, con tormentos que le dieron, confesar lo que no era. Pero como el coracón bezado haze las cosas más leves de lo que son, no tuvo aquella passión en quatro blancas mohosas. Que ya que libre se vie, dezía en cargo desta vida: «Andar, si me quebré el pie quicá que por mi bien fue, que seré más conocida.» Assí que aquesto passó la tu buena madre acá, y por esto creo yo que Dios que acá la tentó le dará buen pago allá. Pues seyme tú, mi Pármeno, como ella buen amigo y procura por ser bueno, que tu hazienda en tu seno haz cuenta que está y contigo. No curemos de los muertos ni hablemos en herencia; hablemos en los conciertos que tenemos descubiertos, pues va más en su expediencia. Tragicomedia de Calisto y Melibea... en metro (ed. Lorenzo Bli 79. 80. 81. 82. 83. Cel. Cel. que como la calidad sea diversa de la gente, assí de su propiedad obra con gran variedad operación differente. Olor fuerte es valedero como el poleo y la ruda, también humo de romero y de mosquete, y de bero el del encienso le ayuda; Cel. 85. un paño de axenxos lleno bueno es puesto a la nariz y aun traídos en el seno, y también el humo es bueno de las plumas de perdiz: buelven, quitado el dolor, a la madre do salió. Mas otra cosa mejor sé, que pues muestras color de santa, no diré yo. 86. ¿Qual es, madre, por mi vida? Ves el mal que me maltrata y tiénesme suspendida. Ya me tienes entendida, no hagas de la insensata. Ya, ya, pues landre me mate, madre, si yo te entendía. Mas no tomes tal debate, que nunca Dios por mí cate si qué haga yo sabía. Cel. 87. Sabes que se partió ayer con su capitán mi amigo, ¿y tal havía de hazer? ¡Verás qué daño ha de ser por hazer lo que yo digo! Sería ruindad provada, pues que quanto he menester me lo da y me tiene honrrada, favorecida, estimada como a su propria muger. lá] 88. Pues que todo sea assí ya, no creas, si no parieres, que esse mal te dexará, de lo qual causa él será quando en ello bien cayeres. Y si no crees en dolor porlo que yo te dezía, cree, hija, en el color: verás si viene mejor de su sola compañía. Lemir 13 (2009) - Textos 123 Ala mi fe es maldición la qual mis padres me echaron, porque ya en esta sazón essas cosas hechas son, pero nunca aprovecharon. Mas esto aparte dexado, dime a qué fue tu venida. Ya sabes que te he hablado de Pármeno, y hame dado mill quexas que estoy corrida. Quéxase que no le ves, y no sé por quál litijo sino porque sabes que es mi criado y que después desto le tengo por hijo. Por cierto más sin desdén miro yo todas tus cosas: que assí Dios me guarde, amén, como me parecen bien tus vezinas y graciosas, y no pienses que es por nada sino que hablan contigo. Pues no bives engañada, tía señora muy honrrada, en haverte assí comigo. Esso, hija, no lo sé, que yo a las obras creo y en ellas siempre fié, Que palabras, a la fe, doquiera venderlas veo. El perfeto amor, empero, para hablar sin gocobras, no se paga con dinero, mas con amor verdadero, y assí las obras con obras. Ya sabes que no es fingido el deudo entre ti y Elicia, la qual tiene y ha tenido Sempronio, que siempre ha sido con Pármeno en amicicia. Él te tiene mucho amor y entramos son compañeros, criados deste señor por quien ternás gran favor y aun junto con él dineros. Tú y Elicia sois parientas y compañeros los dos: estas cosas, si las cuentas, nos harán ser más contentas que las pedimos a Dios. 124 Lemir 13 (2009) - Textos 89. 90. 91. 92. 93. Are. /5x/ Cel. Cel. Cel. 9%. Aquí comigo es venido; sobirá si tú quisieres. ¡Ay, amarga si me ha oído! No, que abaxo es detenido, que en esse cargo me eres. Sobir le quiero hazer, y reciba gracia tanta Que le quieras conoscer y le hables con plazer, que de vergúenca se espanta. 95. Y si tal te paresciere, quedaráse en la posada y goze lo que pudiere, que si él gana, si esto fuere, no pierdes tú en ello nada. Bien tengo conoscimiento, señora,que tu rrazón llieva su enderescamiento a mi provecho y contento y salle del coracón; 96. pero di, ¿cómo haré a mi amigo tal afrenta? Que si sentida seré, ante gentes no saldré, porque tengo a quien dar cuenta, y en sabiendo aquestas cosas sé yo que me matará; las vezinas embidiosas, parleras y maliciosas encobrir no se podrá. /5v/ 97. Luego tiene de saberlo, por esso mira en qué andas, que aunque yo quiera hazerlo, perderé más en perderlo que gano con el que mandas. Esso yo lo proveí primero que en casa entrasse, que muy passo entré y sobí. Temo yo, triste de mí, que depués se publicasse. 98. ¿Cómo, hija, y dessas eres y desso tienes cuidado? ¡O qué donosos plazeres! Nunca en quanto esso hizieres harás casa con sobrado. Absente le tienes miedo: pues presente, ¿qué harías, que assí temes su denuedo? Por Dios, hija, ya no puedo sufrir tantas boverías, Juan Sedeño que jamás gesso de dar a bovos vanos consejos y contino veo herrar. Mas no me he yo de spantar, que en el mundo ay pocos viejos. Ay, ay, hija, si tú viesses tu prima quánto está diestra: quería la conosciesses por que de claro supiesses en quánto está ya maestra, y aun que no se halla mal ella con los mis castigos, que como ve la señal tan clara del buen caudal, nunca está sin tres amigos: en la cama tiene uno y otro está abaxo a la puerta, en casa sospira alguno. No haze falta a ninguno, Para todos está cierta. Cada qual favorescido piensa que solo es él della, y que no ay otro querido ni tan amado y tenido y él solo favorecella. Tú con dos quieres dezir que las tablas de la cama lo tenién de descubrir, que nunca saben sentir a la púerta quién llama. ¿De una sola gotera mantienes tus paladares? No serás muy comedera ni pueden dessa manera sobrarte muchos manjares. No pienso yo de arendar tu escamocho de tal son; nunca me pudo agradar el número singular ni con él tengo afición. Que dos mucho más podrán y más quatro, al parecer, y es claro que más darán, porque mucho más ternán y más hay en que escoger. Y no ay cosa más perdida que el mur con solo un horado: si le atapan la guarida se pierde; y muy de caída va quien ha un ojo quebrado. Tragicomedia de Calisto y Melibea... 99. 100. 101. 102. 103. /f6x/ Cel. en metro (ed. Lorenzo Bli 104. Pues mira, hija, en buena hora, Pár. que un ánima en qualquier parte sola, ni canta ni llora; un acto solo, do mora, no haze hábito ni arte. Pocas vezes toparás un fraile solo en la calle; sola una perdiz sin más, jamás Dolar la verás ni ay persona que la halle. Cel. 105. Un manjar a la contina muy presto pone hastío; una sola golondrina el verano nunca assigna ser temprano ni tardío; si un solo testigo viene hazer fe nunca paresce; quien solo un vestido tiene está muy claro que pene, porque presto le envejece. 106. ¿Qué quieres más, por tu fe, del número de una cosa? Inconvenientes diré más que días ni años he, pero no seré enhadosa. Llégate a dos siquiera, que son buenas compañías, de aquella mesma manera que en compaña verdadera dos orejas tú tenías. 107. Si más quisieres tener Pár. iráte siempre mejor, que, hija, deves saber que a más moros suele aver la ganancia muy mayor; que la honrra sin provecho es como anillo en el dedo, y pues ves quál va su hecho llégate a lo que es derecho. Sube, hijo, no ayas miedo. No suba, que moriré de vergitenga sólo en verle, que siempre empacho dél he y quién es yo no lo sé ni me acuerdo conocerle. Yo estó aquí para quitar la vergienca de ti y dél y las tas atapar y por entramos hablar, que tan empachado es él. Cel. Are. Lemir 13 (2009) - Textos 125 Salve Dios, señora mía, la tu presencia graciosa y te dé mucha alegría. Gentil hombre, sea en buen día la tu venida y dichosa. Asnaso, llégate acá. ¿Cómo entras tan despacio? ¿DÓ vas asentarte allá? Aquel que vergiienga ha por su mal viene a palacio. Oídme entrambos aquí: bien sabes, Pármeno amado, lo que yo te prometí, y tu, hija, lo que ati acerca dél te he rogado. No curemos de razones, que el tiempo no lo padece: él bive por ti en passiones, tú no le des afliciones pues ves que no lo merece; y por que pena no sienta con el fuego que le abrasa, si su vista te contenta no será muy mala cuenta que esta noche queda en casa. Ay Dios, madre, por mi vida, que no se haga tal cosa, que ya me tienes oída que temo de ser sentida entre gente sospechosa. (Mi madre, no vaya yo sin buen concierto de aquí, que de amores me mató. Dale quanto te dexó el mi padre para mí, dile que le ofreceré quanto tengo, a su mandar. Ea, dilo, madre, ce, que me parece, a la fe, que no me quiere mirar.) Qué te dize esse señor a la oreja, por tu vida? ¿Si piensa por mi dolor que haré yo por amor cosa de quanto me pida? Dize que siente plazer y mucho con tu amistad, porque siente tu valer, que puede en ti bien caber beneficio en cantidad.
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