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Criterios DSM-IV-TR: Clasificación y características trastornos personalidad, Resúmenes de Psicología Clínica

Una detallada descripción de los cinco criterios del dsm-iv-tr que se utilizan para diagnosticar los trastornos de personalidad. Además, se proporciona una clasificación de los trastornos de personalidad y una breve descripción de cada uno de ellos, incluyendo sus causas posibles y características. También se discuten algunas técnicas terapéuticas específicas que se utilizan para tratar estos trastornos.

Tipo: Resúmenes

2017/2018

Subido el 08/03/2024

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¡Descarga Criterios DSM-IV-TR: Clasificación y características trastornos personalidad y más Resúmenes en PDF de Psicología Clínica solo en Docsity! Nombre: Juan Gabriel Apellidos: De Jesús Santos Matrícula: 2018-1213 Docente Yadiris Vargas Tema: TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Fecha: 1/03/2024 TRASTORNOS DE PERSONALIDAD CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD. La conducta de estos individuos suele verse como confusa, exasperante, impredecible y, dependiendo del grado, inaceptable, aunque no tan estrafalaria o desconectada de la realidad como la conducta de las personas que sufren un trastorno psicótico. Cualquiera que sea la personalidad que hayan desarrollado estas personas (obstinación, hostilidad encubierta, suspicacia, o miedo al rechazo, por ejemplo), dichas pautas de conducta tiñen sus reacciones ante cada nueva situación, y provocan la repetición una y otra vez de las mismas conductas inadaptadas. Los cinco criterios del DSM-IV-TR La definición de los trastornos de personalidad que ofrece el DSM-IV-TR se basa en cinco criterios: • Esa pauta debe manifestarse al menos en dos de las siguientes áreas: cognición, afectividad, funcionamiento interpersonal, o control de los impulsos. • Esa pauta persistente debe ser inflexible, y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales. • Esa pauta de comportamiento produce un malestar y un deterioro clínicamente significativos. • Ese patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta. • Ese patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental. DIFICULTADES PARA LA INVESTIGACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Dificultades para el diagnóstico de los trastornos de personalidad Por una parte los criterios diagnósticos no están tan claramente establecidos como en otro tipo de trastornos del Eje I, por lo que no siempre resulta fácil aplicarlos en la práctica. Dado que los criterios para los trastornos de personalidad se definen a partir de una serie de inferencias o de ejemplos de conducta, y no tanto por conductas objetivas, los clínicos deben basarse en gran medida en su propio juicio diagnóstico. Un segundo problema tiene que ver con el hecho de que las categorías diagnósticas no son mutuamente excluyentes, por lo que es posible que una misma persona muestre características de más de un trastorno de personalidad. Un tercer tipo de problemas tiene que ver con el hecho de que las características de personalidad que definen este tipo de trastornos tienen un carácter continuo, Se ha documentado sin lugar a dudas una asociación genética y biológica con la esquizofrenia. Asimismo, les cuesta mantener la y muestran deficiencias en su memoria de trabajo (por ejemplo, para poder recordar unos cuantos dígitos), síntomas característicos de la esquizofrenia. Por otra parte, las personas con un trastorno de personalidad esquizotípico, igual que ocurre con los pacientes esquizofrénicos, muestran deficiencias en su capacidad para inhibir la atención ante estímulos secundarios que aparecen inmediatamente tras la presentación de un primer estímulo. Siempre se ha sospechado que este trastorno puede tener una relación genética con la esquizofrenia. De hecho, el término esquizotípico es en realidad una abreviatura de «genotipo esquizofrénico» y muchos consideran que dicho trastorno forma parte del espectro de la esquizofrenia, que suele afectar a algunos parientes cercanos de las personas con esquizofrenia. El trastorno de personalidad histriónico Las características esenciales de las personas con un trastorno de personalidad histriónico son la emocionalidad y una tendencia excesiva a llamar la atención. Según el DSM-IV-TR (APA, 2000), tienden a sentirse poco apreciadas si no son el centro de atención, por lo que su estilo alegre, seductor y excesivamente extravertido, suele hechizar la atención de todo su auditorio. Tienden a intentar controlar a su pareja mediante sus conductas seductoras y la manipulación emocional, pero también muestran una gran dependencia. Suelen ser consideradas egocéntricas, vanas y excesivamente preocupadas por obtener la aprobación de los demás, quienes por su parte suelen considerarlas como demasiado provocativas, superficiales y falsas. FACTORES CAUSALES. Se ha realizado muy poca investigación sistemática sobre las personas con un trastorno de personalidad histriónica. Existe cierta evidencia de un vínculo genético con el trastorno de personalidad antisocial, bajo el supuesto de que podría haber una predisposición subyacente, que se manifestaría en las mujeres como un trastorno histriónico y en los hombres como un trastorno antisocial. Los teóricos cognitivos destacan la importancia de los esquemas desajustados, relativos a la necesidad de obtener la atención necesaria para sustentar la propia estima. Las principales creencias desajustadas serían del tipo «si no soy capaz de cautivar a los demás, no soy nada» y «si no puedo entretener a la gente, terminarán por abandonarme» (Beck y Freedman. El trastorno de personalidad narcisista Las personas con un trastorno de personalidad narcisista muestran un exagerado sentido de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía por los sentimientos de los demás. Esa noción de grandiosidad es el criterio diagnóstico más importante y más ampliamente utilizado para diagnosticar este trastorno. Otra importante característica que comparten las personas narcisistas es que son incapaces de adoptar la perspectiva de los demás. En este sentido todos los niños parten de una perspectiva narcisista, y sólo progresivamente van adquiriendo la capacidad de adoptar el punto de vista de los demás. Por otra parte, envidian a los demás, aunque creen que son los demás los que sienten envidia de ellos. La mayoría de los investigadores y clínicos considera que las personas con un trastorno narcisista de la personalidad tienen, bajo su sentido de grandiosidad, una autoestima muy frágil e inestable. FACTORES CAUSALES. Algunos teóricos psicodinámicos como Heinz Kohut argumentan que todos los niños atraviesan una etapa de grandiosidad primitiva, durante la cual piensan que todo lo que ocurre a su alrededor tiene que ver con ellos. Para que se produzca un desarrollo normal que deje atrás esa etapa, los padres deben hacer algo que refleje la grandiosidad del niño. Kohut ha propuesto incluso que el trastorno de personalidad narcisista es más probable que se desarrolle cuando los padres son negligentes, no empatizan con el niño y además lo desvalorizan; este individuo buscará perpetuamente la afirmación de un yo idealizado y grandioso. Desde una perspectiva teórica, diferente, Theodore Millon un investigador de los trastornos de personalidad desde la perspectiva del aprendizaje social de Bandura ha sugerido justamente lo contrario. Considera que el trastorno de personalidad narcisista proviene de una evaluación excesivamente positiva y poco realista del niño por parte de los padres. El trastorno de personalidad antisocial Las personas con un trastorno de personalidad antisocial violan constantemente los derechos de los demás mediante los engaños, agresiones, o conducta antisocial, generalmente sin remordimientos ni pundonor hacia nadie. Tienden a ser impulsivos, irritables y agresivos, y a realizar conductas irresponsables. Esta pauta de conducta debe haber comenzado después de los quince años de edad, ya que si empieza antes debe diagnosticarse un trastorno de conducta. Se trata éste de un trastorno similar, pero que afecta a los niños y a los preadolescentes que se comportan de manera agresiva con personas o animales, destruyen propiedades, engañan o roban, y no respetan las normas de su casa o de la escuela. Los sujetos con una personalidad limítrofe tienen una imagen muy inestable de sí mismos, lo que también se puede aplicar a sus relaciones interpersonales. Sin embargo, realizan esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado, probablemente debido a su intenso temor a ser abandonados. Su estado de ánimo también es muy inestable, y se caracteriza por cambios súbitos de humor. Por ejemplo, puede que muestren estallidos muy intensos ante una provocación muy pequeña, y que tengan dificultades para controlar su ira. Esta conducta auto-lesiva se asocia con el alivio de la ansiedad (disforia), y algunas investigaciones han demostrado que puede incluso asociarse con la analgesia. Los intentos de suicidio no siempre son bravatas, ya que los estudios prospectivos indican que aproximadamente el ocho por ciento llega a consumarlo. El trastorno de personalidad por evitación Las personas que tienen un trastorno de personalidad por evitación suelen mostrar una enorme inhibición social e introversión, lo que implica que tienen unas relaciones sociales muy reducidas, y que eluden iniciar nuevas interacciones sociales. Debido a su hipersensibilidad y a su temor a las críticas y al rechazo, no buscan el contacto con los demás, aunque sí tienen deseo de afecto y suelen vivir solitarios y aburridos. Al contrario de lo que ocurre con la personalidad esquizoide, las personas que tienen un trastorno de personalidad por evitación no disfrutan de su soledad; su incapacidad para relacionarse con los demás les provoca una aguda ansiedad y una baja autoestima. La diferencia esencial entre un solitario con un trastorno esquizoide de personalidad y un solitario con evitación es que este último es hipersensible a las críticas, tímido e inseguro, mientras que el primero se muestra huraño, frío y relativamente indiferente a las críticas. Otra diferencia importante es que la personalidad de evitación desea establecer un contacto interpersonal, pero lo evita por temor al rechazo, mientras que el esquizoide no tiene ningún deseo de establecer relaciones sociales. FACTORES CAUSALES. Algunas investigaciones sugieren que la personalidad por evitación puede tener su origen en un temperamento «inhibido», que hace que el niño se muestre tímido y retraído en las situaciones novedosas y ambiguas. Este estilo de temperamento, que tiene una base genética, puede quedar también reforzado por ciertas experiencias adversas que hayan sufrido durante las primeras etapas de desarrollo. El trastorno de personalidad dependiente Los sujetos con un trastorno de personalidad dependiente manifiestan una enorme necesidad de que alguien cuide de ellos, lo que les lleva a mostrar una conducta sumisa y pegajosa. También manifiestan un enorme temor por la posibilidad de sufrir una separación, o por el mero hecho de tener que quedarse solos durante cierto tiempo. Estas personas suelen construir su vida alrededor de los demás, y subordinar sus propias necesidades al objetivo de mantener a esas personas cerca de ellos. También tienen grandes dificultades para adoptar las más sencillas decisiones Adaptación de las técnicas terapéuticas a los trastornos específicos de personalidad En ciertas situaciones es necesario modificar las técnicas terapéuticas. Por ejemplo, el reconocimiento de que la psicoterapia individual y tradicional tiende a fomentar la dependencia de las personas que ya son excesivamente dependientes (quienes sufren un trastorno dependiente, histriónico y limítrofe), ha llevado a desarrollar estrategias específicamente dirigidas para modificar el estilo de vida dependiente de esa persona. Hay algunas técnicas terapéuticas específicas que proceden directamente de las nuevas perspectivas cognitivas de los trastornos de personalidad). La perspectiva cognitiva parte de la base de que los sentimientos y las conductas inadecuados que están asociados con los trastornos de personalidad proceden en su mayor parte de una serie de esquemas que tienden a producir juicios sesgados, así como de la tendencia a cometer una serie de errores cognitivos. El tratamiento del trastorno límite de personalidad De todos los trastornos de personalidad, el que más atención clínica e investigadora ha recibido probablemente sea el trastorno límite de personalidad. Su tratamiento requiere una juiciosa utilización de métodos psicológicos y biológicos, que combinan ciertos fármacos con el tratamiento psicológico. TRATAMIENTO BIOLÓGICO. La utilización de fármacos para tratar este trastorno resulta especialmente controvertida, debido a las tendencias suicidas de estos pacientes. En la actualidad los fármacos más útiles para tratamiento del estado de ánimo y para los síntomas de impulsividad son los antidepresivos de la categoría de los inhibidores de la reabsorción de la serotonina. Por último, los fármacos estabilizadores del estado de ánimo, como la carbacemina, pueden resultar muy útiles para reducir la irritabilidad, las ideas suicidas y la conducta hostil. TRATAMIENTOS PSICOSOCIALES. Los tratamientos psicosociales tradicionales para el trastorno límite de personalidad son variantes de la psicoterapia psicodinámica, adaptados a los problemas concretos de las personas con ese trastorno. Han desarrollado un tipo de psicoterapia psicodinámica que resulta mucho más directiva que la psicoterapia psicodinámica tradicional. El objetivo básico del tratamiento es el fortalecimiento del yo, con un énfasis especial en un mecanismo de defensa tan primitivo como el maniqueísmo, que les hace concebir el mundo en términos absolutos de todo-o-nada, y cambiar rápidamente su consideración de sí mismos y los demás como «ángeles» o «demonios». A partir de ahí, ha desarrollado un tratamiento centrado en el problema, que se basa en una jerarquía de objetivos muy bien definida: (1) la disminución de la conducta suicida y auto-lesiva. (2) la disminución de las conductas que interfieren con la terapia, como por ejemplo no acudir a las sesiones del tratamiento, mentir, escapar del hospital. (3) disminuir las conductas de escape que interfieren con un estilo de vida estable, como por ejemplo el abuso de sustancias. (4) aumentar las capacidades conductuales necesarias para regular las emociones, así como incrementar también las habilidades interpersonales y la tolerancia al malestar. (5) otros objetivos elegidos por el paciente. EL TRATAMIENTO DE OTROS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD El tratamiento de otros trastornos de los grupos a y b. El tratamiento del trastorno de personalidad esquizotípico no es, ni mucho menos, tan alentador como el tratamiento del trastorno límite de personalidad. Algunas investigaciones indican que pequeñas dosis de fármacos antipsicóticas producen mejorías moderadas, y que también pueden ser útiles algunos antidepresivos del tipo de los inhibidores de la reabsorción de la serotonina. Sin embargo, ningún tratamiento ha llegado a producir nada que se parezca remotamente a una curación. TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL GRUPO C. Si bien tampoco se ha estudiado suficientemente la eficacia de diversos medios de tratamiento de los trastornos de personalidad del grupo C, tales como el trastorno dependiente y de evitación, sin embargo, los datos disponibles resultan más alentadores. Por ejemplo, Winston y sus colaboradores (1994) encontraron una mejoría significativa en pacientes con estos trastornos, al utilizar un tipo de psicoterapia a corto plazo de carácter activo y de confrontación. Algunos estudios que han utilizado tratamientos cognitivo-conductuales con el trastorno de personalidad por evitación también han informado de mejorías significativas. De hecho, los antidepresivos de la categoría de los inhibidores de la reabsorción de la serotonina algunas veces también facilitan el tratamiento del trastorno de personalidad por evitación, tan estrechamente relacionado con la fobia social. TRASTORNO DE PERSONALIDAD ANTISOCIAL Y PSICOPATÍA Como hemos visto, la característica más llamativa de las personas con trastorno de personalidad antisocial (TPAS) es la tendencia a ignorar y violar repetidamente los derechos de los demás, mediante una serie de conductas maliciosas, agresivos, y antisociales. Se trata de sujetos con un largo historial de conducta asocial, irresponsable y despreciativo por la seguridad, tanto de sí mismos como de los demás. Para asignar este diagnóstico es necesario que el sujeto sea mayor de dieciocho años. Según el DSM-IVTR, deben cumplirse los siguientes criterios: • Al menos tres problemas de conducta después de haber cumplido los quince años de edad, como por ejemplo conductas que impliquen una detención policial, engaños frecuentes, impulsividad, irritabilidad y agresividad, despreocupación por la seguridad, responsabilidad persistente tanto en el trabajo como en asuntos financieros y falta de arrepentimiento. • Al menos tres casos de conducta desviada antes de los quince años de edad, como puede ser la agresión a personas o animales, la destrucción de la propiedad, la deshonestidad o el robo y la violación grave de normas (los síntomas del trastorno de conducta. • La conducta antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco. Psicopatía y TPAS La utilización del término trastorno de personalidad antisocial se remonta únicamente a la publicación en 1980 del DSM III, pero la mayoría de sus características principales reciben, desde hace mucho tiempo, la denominación de psicopatía o sociopatía. Además de las características básicas de la personalidad antisocial recogidas en el DSM III y el DSMIV-TR, la psicopatía también incluye otros rasgos como la falta de empatía, una auto-valoración arrogante y desmedida y un encanto falso y superficial. Tanto el DSM III como el DSM-IV-TR, con la pretensión de aumentar la fiabilidad del diagnóstico (el acuerdo entre diferentes clínicos), han subrayado una serie de criterios conductuales que puedan medirse de manera razonablemente objetiva. De acuerdo con el DSM-IV-TR, la prevalencia del TPAS en la población general se sitúa en torno al tres por ciento para los varones y al uno por ciento para las mujeres; dichas estimaciones proceden de amplios estudios epidemiológicos. El cuadro clínico de la psicopatía y del trastorno de personalidad antisocial. Aunque a primera vista un psicópata suele ser una persona encantadora, espontánea y agradable, en realidad se trata de individuos deshonestos y manipuladores, que utilizan a los demás de manera despiadada para conseguir sus propios fines. La mayoría parecen vivir únicamente el momento presente, sin preocuparse del pasado o del futuro. Pero en esta misma categoría general también están incluidas personas hostiles, y con tendencia a actuar de manera A veces algunos fármacos como el litio y la carbacemina, que se utilizan para el tratamiento del trastorno bipolar, son también eficaces para el tratamiento de la conducta agresiva e impulsiva de los criminales violentos, aunque las pruebas al respecto todavía son exiguas. TRATAMIENTOS COGNITIVO-CONDUCTUALES. Los terapeutas de esta orientación teórica han elaborado técnicas heterogéneas que prometen convertirse en tratamientos muy eficaces. Algunos de los objetivos más habituales de la intervención cognitivo-conductual con psicópatas y personas con trastorno antisocial son los siguientes. (1) acrecentamiento del autocontrol y del pensamiento y autocrítico, y la adopción de perspectivas sociales. (2) tomar conciencia de la situación de las víctimas. (3) control de la violencia. (4) modificación de las actitudes antisociales. (5) eliminar la adicción a los fármacos. Estas intervenciones requieren una situación controlada en la que el terapeuta pueda administrar o mantener el reforzamiento. Con un afectuoso abraso, Juan de Jesus Santos.
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