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Orgullo y Prejuicio: Un diálogo inesperado entre Darcy y Elizabeth, Apuntes de Lengua y Literatura

Una interesante conversación entre darcy y elizabeth en orgullo y prejuicio de jane austen durante un baile. A medida que se van intercambiando observaciones, se descubre su semejanza en forma de ser taciturnos y insociables, así como su desprecio por hablar sin razón. Sin embargo, la presencia de wickham en la conversación provoca una intensa sombra de arrogancia en darcy, lo que lleva a una intercambio de palabras desafiantes.

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 25/03/2022

usuario desconocido
usuario desconocido 🇦🇷

4 documentos

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¡Descarga Orgullo y Prejuicio: Un diálogo inesperado entre Darcy y Elizabeth y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Orgullo y Prejuicio 1 Cuando se reanudó el baile, Darcy se le acercó para tomarla de la mano, y Charlotte no pudo evitar advertirle al 2 oído que no fuera una tonta y que no dejase que su capricho por Wickham le 3 hiciese parecer antipática a los ojos 3 de un hombre que valía diez veces más que él. Elizabeth no contestó. Ocupó su lugar en la pista, asombrada por la 4 dignidad que le otorgaba el hallarse frente a frente con Darcy, leyendo en los ojos de todos sus vecinos el mismo 5 asombro al contemplar el acontecimiento. Estuvieron un rato sin decir palabra; Elizabeth empezó a pensar que el 6 silencio iba a durar hasta el final de los dos bailes. Al principio estaba decidida a no romperlo, cuando de pronto 7 pensó que el peor castigo para su pareja sería obligarle a hablar, e hizo una pequeña observación sobre el baile. 8 Darcy contestó y volvió a quedarse callado. Después de una pausa de unos minutos, Elizabeth tomó la palabra por 9 segunda vez y le dijo: 10 ––Ahora le toca a usted decir algo, señor Darcy. Yo ya he hablado del baile, y usted debería hacer algún 11 comentario sobre las dimensiones del salón y sobre el número de parejas. 12 Él sonrió y le aseguró que diría todo lo que ella desease escuchar. 13 ––Muy bien. No está mal esa respuesta de momento. Quizá poco a poco me convenza de que los bailes 14 privados son más agradables que los públicos; pero ahora podemos permanecercallados. 15 ––¿Acostumbra usted a hablar mientras baila? 16 ––Algunas veces. Es preciso hablar un poco, ¿no cree? Sería extraño estar juntos durante media hora sin decir ni 17 una palabra. Pero en atención de algunos, hay que llevar la conversación de modo que no se vean obligados a 18 tener que decir más de lo preciso. 19 ––¿Se refiere a usted misma o lo dice por mí? 20 ––Por los dos ––replicó Elizabeth con coquetería––, pues he encontrado un gran parecido en nuestra forma de 21 ser. Los dos somos insociables, taciturnos y enemigos de hablar, a menos que esperemos decir algo que 22 deslumbre a todos los presentes y pase a la posteridad con todo el brillo de un proverbio. 23 ––Estoy seguro de que usted no es así. En cuanto a mí, no sabría decirlo. Usted, sin duda, cree que me ha hecho 24 un fiel retrato. 25 ––No puedo juzgar mi propia obra. 26 Él no contestó, y parecía que ya no abrirían la boca hasta finalizar el baile, cuando él le preguntó si ella y sus 27 hermanas iban a menudo a Meryton. Elizabeth contestó afirmativamente e, incapaz de resistir la tentación, 28 añadió: 29 ––Cuando nos encontró usted el otro día, acabábamos precisamente de conocer a un nuevo amigo. 30 El efecto fue inmediato. Una intensa sombra de arrogancia oscureció el semblante de Darcy. Pero no dijo una 31 palabra; Elizabeth, aunque reprochándose a sí misma su debilidad, prefirió no continuar. Al fin, Darcy habló y de 32 forma obligada dijo: 33 ––El señor Wickham está dotado de tan gratos modales que ciertamente puede hacer amigos con facilidad. Lo 34 que es menos cierto, es que sea igualmente capaz de conservarlos. 35 ––Él ha tenido la desgracia de perder su amistad ––dijo Elizabeth enfáticamente––, de tal forma que sufrirá por 36 ello toda su vida.
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